Brújula diplomática
América Latina: ¿patio trasero o patio abandonado?
- Columnista, Notitarde, Milos Alcalay (Notitarde / )
Milos Alcalay
Más de medio siglo nos separa de la propuesta de John Kennedy de constituir una "Alianza para el Progreso", en la que acariciábamos el inicio de una opción privilegiada por consolidar las relaciones de los aliados del Hemisferio en un sano desarrollo mutuo, erradicando las experiencias de dominación del pasado. El proyecto lamentablemente quedó truncado con su asesinato.
La consolidación de regímenes populistas hizo que la región no se limitara a denunciar los desmanes del Siglo XIX y de inicios del Siglo XX, sino que con la "Albanizacion" sentaron a los vecinos del Norte y a Obama en particular en el banquillo de los acusados caricaturizándolos como perversos planificadores de "magnicidios", "guerras económicas", "explotación", golpes de estado, espionaje, además de culparlos por todo lo que no funciona en una América Latina cada vez más distante de la aplicación de los principios democráticos y de la vigencia de los derechos humanos.
El llamado "patio trasero de los gringos" se ha venido convirtiendo en un "patio abandonado" por los gringos quienes han preferido volcar sus prioridades orientando su mirada al Medio Oriente, a la Alianza Pacifica, a las relaciones con Europa, o a fortalecer el G-8. En los actuales momentos pareciera que más bien es la diáspora latinoamericana la que ha transformado a los Estados Unidos en el patio trasero de profesionales, refugiados, exilados, jóvenes y hasta niños que dejan sus países de origen para convertirse en inmigrantes legales o ilegales, hasta el punto de que hoy la minoría latina constituye la primera fuerza desde el punto de vista poblacional.
Ese "patio abandonado" no ha dejado indiferentes a los mandatarios de Rusia y de China que aprovechando el vacío le presentan a los países de la región todo tipo de mega proyectos. En el caso de Nicaragua -por ejemplo- van desde la construcción del canal ofrecido por Pekín, hasta los planes rusos para asegurar su presencia naval y aérea, demostrando que no solo se consolidan cada uno de ellos como poder regional, sino también como poder mundial.
Durante las visitas de Putin y Xi Yiping -cada uno por su lado- han sabido aprovechar la receptividad de gobernantes deseosos de abrirle las puertas a una creciente presencia chino-rusa. Ello se repite también a nivel multilateral, cuando constatamos el desplazamiento de los jefes de estado del Celac a Fortaleza en ocasión de la Cumbre del Brics, que anuncia la creación del Banco de Desarrollo y Fomento con sede en Shangai con 50.000 Millones de dólares aportados fundamentalmente por los chinos, con lo cual se promoverá el creciente endeudamiento de América Latina, gracias a los mecanismos de apertura de los nuevos exportadores, quienes basados en una supuesta "ayuda" financiera, atan los créditos a una obligación de comprar productos de los nuevos socios al más clásico estilo del capitalismo salvaje.
Los nuevos aliados emergentes entienden que deben ofrecer respaldos políticos como la condonación casi total de la deuda cubana; o el respaldo a Argentina en su conflicto con el Reino Unido por las Malvinas, o la dotación de armamentos militares o desarrollos nucleares. Con el tiempo estas potencias podrían convertir a América Latina en el patio delantero de los nuevo-viejos poderes que si bien abandonaron su expansión ideológica, están dispuestos a ofrecer formulas pragmáticas atractivas para ocupar el patio trasero aparentemente abandonado.
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