Razón del nombre del blog

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El por qué del título de este blog . Según Gregorio Magno, San Benito se encontraba cada año con su hermana Escolástica. Al caer la noche, volvía a su monasterio. Esta vez, su hermana insistió en que se quedara con ella,y él se negó. Ella oró con lágrimas, y Dios la escuchó. Se desató un aguacero tan violento que nadie pudo salir afuera. A regañadientes, Benito se quedó. Asi la mujer fue más poderosa que el varón, ya que, "Dios es amor" (1Juan 4,16),y pudo más porque amó más” (Lucas 7,47).San Benito y Santa Escolástica cenando en el momento que se da el milagro que narra el Papa Gregorio Magno. Fresco en el Monasterio "Santo Speco" en Subiaco" (Italia)

miércoles, 29 de julio de 2015

Ante la proximidad del segundo centenario de la Revolución de Caracas, génisis de nuestra Independencia, el Instituto de Estudios Fronterizos de Venezuela (IDEFV) desea ofrecer a los venezolanos una imagen de los límites de la Capitanía General de Venezuela en 1810, año tomado para la aplicación del Uti Possidetis Iuris, invocado por el Libertador Simón Bolívar, en la ocasión del Congreso Anfictiónico de Panamá (1826), para la justa y cabal delimitación del territorio de las nuevas repúblicas hispanoamericanas, y aceptado por éstas.

La Guayana Esequiba blog

martes, 12 de agosto de 2008


LIMITES DE LA CAPITANIA GENERAL DE VENEZUELA EN 1810. I Parte




Elaborado por el Instituto de Estudios Fronterizos de Venezuela (IDEFV)*

Caracas 12 de Agosto de 2008

Ante la proximidad del segundo centenario de la Revolución de Caracas, génisis de nuestra Independencia, este Instituto desea ofrecer a los venezolanos una imagen de los límites de la Capitanía General de Venezuela en 1810, año tomado para la aplicación del Uti Possidetis Iuris, invocado por el Libertador Simón Bolívar, en la ocasión del Congreso Anfictiónico de Panamá (1826), para la justa y cabal delimitación del territorio de las nuevas repúblicas hispanoamericanas, y aceptado por éstas.

Salvo por la pérdida de la Provincia insular de Trinidad, ocupada por la Marina inglesa en 1797 y cedida formalmente por Carlos IV al Reino Unido en 1802 (Tratado Amiens), nuestras fronteras, en cuanto su aspecto legal, eran las mismas de cuando la Capitanía General fue establecida por Carlos III en 1777. No disponemos de un mapa oficial que las represente, pero se hizo una aproximación a esta realidad que sintetiza concienzudos estudios y trabajos de calificados historiadores e investigadores, especialmente los profesores Daniel de Barandiarán, Manuel Alberto Donis Ríos, Herman González Oropeza y Pablo Ojer Celigueta, Miembros Fundadores de este Instituto, quienes consultaron y analizaron irrebatibles títulos (Reales Cédulas, Reales órdenes, Etc.) cuyos originales o copias auténticas reposan en los archivos de Venezuela, Colombia ( La Nueva Granada ), España, Gran Bretaña los Estados Unidos (ver Mapas Anexos)


Frontera Septentrional: Con la excepción de Aruba, Curazao y Bonaire, holandesas desde 1634, todo el antemural de islas que separan el mar de Venezuela del resto del mar de las Antillas, desde el archipiélago de Los Monjes, así como las Aves del Norte, era -- como continúa siendo -- venezolano desde 1528 (Capitulación con los Welser). Granada, Tabago y Trinidad ya no eran nuestras para 1810.

Frontera Occidental. La Concesión de la Provincia del Golfo de Venezuela y Cabo de la Vela a los Welser, otorgada a éstos por Carlos I en 1528, fijó nuestra frontera occidental, de manera inequívoca “...desde el Cabo de la Vela o del fin de los limites y términos de la dicha Gobernación de Santa Marta, ...norte y sur de la una mar a la otra...”Podemos ver claramente en esta partida de nacimiento de Venezuela que el limite no comenzaba en el propio Cabo de la Vela, sino donde la provincia así llamada partía términos con la de Santa Marta. El Topónimo “Cabo de la Vela “distinguía, en este caso, la tierra después conocida como la Guajira, de la cual aquél era hito predominante. En cuanto al limite en si, según informe fechado en Coro en 1533, los regidores de esa ciudad declararon que fue fijado por el Obispo de Canarias, miembro del Real Consejo de Indias, y autorizado por éste, en “...el río Yaro, o Hermo o de el Hacha, como lo quieran nombrar, que es todo un (mismo) río,...”, conocido además con los nombres de Calancala y Ranchería. Así tenemos que el referido meridiano (línea norte-sur) se originaba en la boca del río.

La primera –y única—modificación experimentada por esta frontera en su extremo norte fueron ocho lenguas (44,58Km), al este y al sur de dicha boca que limitaban las tierras adjudicadas como ejidos a la ranchería de Riohacha cuando ésta fue elevada a Ciudad en 1547, y perdió Venezuela cuando esta ciudad ( fundada a la margen izquierda del río ) fue adscrita a la Gobernación de Santa Marta en 1593.

Posteriormente, la referida línea abandonó el meridiano de Riohacha para ajustarse a las realidades. A continuación de los mencionados ejidos siguió bordeando los Montes de Oca por el lado del Valle de Upar, ya que la totalidad de estos montes (ambas vertientes) fueron adjudicados a la Provincia de Maracaibo para que ésta realizara la explotación del palo brasil--entonces muy apreciado y abundante en la región –en vista de que dicha explotación, por diversos motivos (entre ellos la belicosidad de los indios guajiros), no podía ser efectuada por Santa Marta. Esta porción, los términos occidentales de los montes de Oca, fue única de los límites municipales de la Villa de Sinamaica, fijados en 1792, que correspondió con la frontera internacional: el limite especificado en esa oportunidad (“...desde la línea que divide el Valle Dupar con la Provincia de Maracaibo y Río del Hacha, partiendo en derechura hacia el mar, costeando por el lado de arriba los Montes de Oca, a buscarlos Mogotes llamados los frailes hasta el que se conoce más inmediato a Juyachí...”), al salir del piedemonte oquense y buscar la orilla del mar Caribe, dejaba fuera de Sinamaica un territorio maracaibero que llegaba hasta Riohacha, calificado como de “indios alzados” para el cual regía un régimen militar especial. La línea preceptuada en 1792 es el mismo límite actual entre el Departamento del Cesar, el Estado Zulia y el Departamento de la Guajira. El lindero meridional de los ejidos de Sinamaica no fue especificado en aquella ocasión, pues, al constituir también el límite norte municipal de la Ciudad de Maracaibo, había sido fijado, con anterioridad, en el río Socuy- Limón.

A continuación, desde el cerro Pintado (al extremo sur de los montes de Oca), la frontera correspondió a las cumbres de las sierras de Perija y Motilones hasta las cabeceras del río del Oro, limite natural y preciso impuesto, según comenta Ojer, “...no por el Derecho ni por la Historia, sino por la Naturaleza, dado el carácter de escarpada serranía y la altura de las cumbres interpuestas entre las jurisdicciones de uno y otro lado. Situación respetada por el respectivo poblamiento,...reconocido y aprobado por el Soberano”.

Desde las fuentes del río de Oro (que no es el así reconocido en el tratado de 1941, sino el entonces llamado del suroeste ) la frontera, luego de abarcar toda la cuenca de aquel río, llegaba a la unión de los ríos Zulia y Táchira, pero este segmento no estuvo bien definido: las únicas referencias conocidas son sumamente imprecisas, correspondientes a la creación de la Provincia de la Grita en 1573, en tierras venezolanas, a la cual le fueron adjudicas “...doscientas leguas por término de las espaldas de Guatavita y Gachetá, en diámetro y en circunferencia de la mano derecha e izquierda, no tocando a lo que está descubierto y repartido en esa provincia ..”. De acuerdo con Ojer, la “línea sensata seria, como creemos que correspondió a la Capitanía General, por la divisoria de aguas de la serranía de Tibú, continuando por el mismo divorcio en las montañas hasta la confluencia del río Táchira en el Zulia. Así trazada, la frontera respetaba la integridad de las hoyas de los ríos de la zona.

A partir de la referida confluencia, la frontera seguía todo el curso del río Táchira (llamado capciosamente Pamplonita en su curso inferior por los neogranadinos ) hasta su nacimiento en el páramo de Tama (pico del Cobre), y de allí hacia las Barrancas del Sarare por las alturas que separan las cuencas de este río y del Oirá de las del Margua ( río éste cuya unión con el Cubugón y el Cobaria origina el Arauca), ya que los primeros y sus cuencas eran parte integrante de las Provincias de Barinas y Mérida –la Grita –Maracaibo.

Desde la base de las Barrancas del Sarare, que son los cerros empinados que encierran por el Sur la hoya del Alto Sarare y las cabeceras del Cutufi, seguía una línea recta al Sureste, que cortaba el Arauca “por encima “( aguas arriba )del paso Real de los Casanares, vado entre las poblaciones de Arauca y el Amparo, hasta encontrar el punto en el Meta a donde llegó la línea trazada – desde la boca del río Masparro – por los diputados de Caracas cuando fue constituida la Comandancia ( luego provincia ) de Barinas, desgajada de la de Maracaibo, en 1786. Este punto, precisado “entre dos cerritos en piedra de arrecife, se halla como a 70 Km aguas arriba de la boca del río Casanare, sobre la orilla del Meta, y en nada corresponde al llamado Apostadero mencionado por el Laudo de 1891, que está a mas de 50 Km aguas abajo de aquella boca.

A continuación los límites de la Capitanía General de Venezuela eran los mismos de la Provincia de Guayana: el curso del río Meta hacia los Andes neogranadinos, pero de aquí en adelante se hace difícil precisarlos. Los términos Norte y Sur de la de la Gobernación del Dorado, cuando ésta, dependía de la primitiva Provincia de Venezuela, fue adjudicada a Gonzalo Jiménez de Quesada en 1569, eran, desde el piedemonte de la Cordillera Oriental , los ríos Pauto-Meta-Orinoco y Papamene – Caquetá - Amazonas, empero para 1777, los territorios situados entre el Pauto y el Meta eran ya parte de la Nueva Granada: la recta desde las Barrancas del Sarare al Meta y el curso de este río hacia sus fuentes conformaban una cuña neogranadina proyectada hacia nuestros Llanos, penetración iniciada desde el siglo XVII por las misiones fundadas por los jesuitas procedentes de Bogotá, “ antemural contra la expansión portuguesa en el área”.

Para continuar hacia el sur, dejado el Meta, podríamos proseguir por el río Macanacias hasta donde éste tuerce hacia el Poniente; luego, una recta hasta la unión de los ríos Ariari y Guayabero (inicio del Guaviare), seguida por otra hasta la boca del río de los Engaños, en la orilla izquierda del Caquetá, o el propio curso de aquel río; mas ¿desde dónde? Existe el problema de que dicho río no ha sido debidamente identificado en la actualidad: podría ser el Cuemani, cuya confluencia, próxima a los raudales de Guamaravas, no dista mucho del meridiano de Riohacha, limite original de Venezuela (1528)

(*)El Instituto de Estudios Fronterizos de Venezuela fue constituido en Caracas en 1988 y debidamente registradoante la Oficina Sublaterna del Cuarto Circuito de Registro del Municipio Libertador del Distrito Federal el 23 de febrero de 1989, bajo el No 24, Tomo 6, Protoocolo 1ero., Primer Trimestre 

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