Delincuencia, ya basta
Nos estamos jugando algo muy delicado, la vida; amén de la seguridad y el bienestar ciudadano
DAVID UZCÁTEGUI | EL UNIVERSAL
viernes 17 de julio de 2015 12:00 AM
El reciente episodio de la Cota 905 en Caracas, conmovió no solamente a la ciudad, sino a todo el país. El hecho de que doscientos efectivos de la Guardia Nacional y el Servicio Bolivariano de Inteligencia hayan realizado un operativo de grandes dimensiones en el sector, confirmó cuán lejos ha ido la delincuencia en Venezuela, y también las dimensiones de la lucha que hay que librar contra la misma.
Catorce presuntos delincuentes fallecidos, más de 130 detenidos y una veintena de carros hurtados o robados que se recuperaron, son un indicativo de las dimensiones que ha alcanzado la industria de la delincuencia.
Lamentablemente, hubo violencia de por medio, y ello es un síntoma de que el problema ha crecido de una manera en la cual tristemente hay que echar mano de la represión. Es una decisión delicada y que debe ser tomada con enorme responsabilidad; pero también es ineludible.
Impacta
Un dato que impacta es el saber que el enfrentamiento duró más de nueve horas, lo que indica que los antisociales están fuertemente apertrechados y nos remite a otro hecho violento de similares características sucedido meses atrás en Quinta Crespo.
También asombra que los efectivos sean recibidos con granadas, lo cual indica el alto vuelo que han tomado en nuestro país quienes se encuentran al margen de la ley.
Es increíble que hayan sectores del país en los cuales la policía no pueda penetrar, como sucedió en la misma Cota 905 semanas atrás, cuando varias motos de la Policía Nacional Bolivariana fueron quemadas por irregulares del sector. Ya es vox populi que existen en varias ciudades estas zonas vedadas y es algo que debe ser superado, por ser un contrasentido absurdo, para decir lo menos.
Del lado de las organizaciones de Derechos Humanos como Provea, se ha solicitado al gobierno rendir cuentas de las actuaciones de este tipo, lo cual no puede ser desatendido, ya que lamentablemente casos así se prestan a abusos de fuerza. Es un equilibrio extremadamente delicado que, no obstante, es imperativo mantener por elemental respeto a leyes y principios.
¿Prevención?
Muchos se preguntan -y nos incluimos- si se podrá atacar toda esta compleja situación desde lo preventivo. Y nos respondemos suponiendo que, si bien lo represivo ya no se puede eludir ante la ferocidad del delito en nuestro país, también abogamos por reforzar lo preventivo desde ya.
La prevención del delito es una de las obligaciones fundamentales del Estado, tarea que ejecuta a través de los órganos de seguridad ciudadana. Así lo dispone el artículo 55 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela.
Según las teorías del Desarrollo Social se ha establecido que el comportamiento se encuentra influenciado por los vínculos que cada persona desarrolla con la familia, la escuela, los amigos y la comunidad.
Es por eso que debe existir una pronta intervención que reduzca los factores de riesgo e incremente la protección de niños y jóvenes para reducir comportamientos y conductas antisociales asociadas a la delincuencia.
Ejemplos envidiables
En esta tribuna hemos defendido el deporte y la cultura como constructores de un país. Tenemos ejemplos envidiables de edificantes casos para nuestros niños, niñas y adolescentes en los dos ámbitos.
El mundialmente reconocido Sistema de Orquestas Juveniles, la Vinotinto, los más diversos clubes deportivos son solamente algunos de los caminos que pueden evitar tempranamente rumbos torcidos para nuestros muchachos.
En lo que hoy se llama "la nueva prevención", la ciudadanía tiene un rol fundamental, comprobándose en las distintas experiencias un satisfactorio grado de eficacia. Adicionalmente, hemos alabado las iniciativas de desarme; aunque hemos señalado la urgencia de incorporar a otras instituciones y proceder en formas que incentiven más a la gente a acercarse a los entes que serán depositarios de este armamento.
Depuración
También hace falta incentivos que atraigan más para que las personas que pueden entregar las armas se animen a hacerlo. Hay que recordar que usualmente no las entregan quienes las utilizan, sino sus allegados. Otros aspectos a reforzar son la depuración del sistema judicial y la adecuada remuneración del funcionario policial.
Y es muy importante despolitizar ambos aspectos de la lucha contra el delito, tanto el preventivo como el represivo. Nos estamos jugando algo muy delicado, como lo es la vida; amén de la seguridad y el bienestar de la ciudadanía. El esfuerzo debe ser sin descanso y más allá de lo humanamente posible.
duzcategui06@gmail.com
Catorce presuntos delincuentes fallecidos, más de 130 detenidos y una veintena de carros hurtados o robados que se recuperaron, son un indicativo de las dimensiones que ha alcanzado la industria de la delincuencia.
Lamentablemente, hubo violencia de por medio, y ello es un síntoma de que el problema ha crecido de una manera en la cual tristemente hay que echar mano de la represión. Es una decisión delicada y que debe ser tomada con enorme responsabilidad; pero también es ineludible.
Impacta
Un dato que impacta es el saber que el enfrentamiento duró más de nueve horas, lo que indica que los antisociales están fuertemente apertrechados y nos remite a otro hecho violento de similares características sucedido meses atrás en Quinta Crespo.
También asombra que los efectivos sean recibidos con granadas, lo cual indica el alto vuelo que han tomado en nuestro país quienes se encuentran al margen de la ley.
Es increíble que hayan sectores del país en los cuales la policía no pueda penetrar, como sucedió en la misma Cota 905 semanas atrás, cuando varias motos de la Policía Nacional Bolivariana fueron quemadas por irregulares del sector. Ya es vox populi que existen en varias ciudades estas zonas vedadas y es algo que debe ser superado, por ser un contrasentido absurdo, para decir lo menos.
Del lado de las organizaciones de Derechos Humanos como Provea, se ha solicitado al gobierno rendir cuentas de las actuaciones de este tipo, lo cual no puede ser desatendido, ya que lamentablemente casos así se prestan a abusos de fuerza. Es un equilibrio extremadamente delicado que, no obstante, es imperativo mantener por elemental respeto a leyes y principios.
¿Prevención?
Muchos se preguntan -y nos incluimos- si se podrá atacar toda esta compleja situación desde lo preventivo. Y nos respondemos suponiendo que, si bien lo represivo ya no se puede eludir ante la ferocidad del delito en nuestro país, también abogamos por reforzar lo preventivo desde ya.
La prevención del delito es una de las obligaciones fundamentales del Estado, tarea que ejecuta a través de los órganos de seguridad ciudadana. Así lo dispone el artículo 55 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela.
Según las teorías del Desarrollo Social se ha establecido que el comportamiento se encuentra influenciado por los vínculos que cada persona desarrolla con la familia, la escuela, los amigos y la comunidad.
Es por eso que debe existir una pronta intervención que reduzca los factores de riesgo e incremente la protección de niños y jóvenes para reducir comportamientos y conductas antisociales asociadas a la delincuencia.
Ejemplos envidiables
En esta tribuna hemos defendido el deporte y la cultura como constructores de un país. Tenemos ejemplos envidiables de edificantes casos para nuestros niños, niñas y adolescentes en los dos ámbitos.
El mundialmente reconocido Sistema de Orquestas Juveniles, la Vinotinto, los más diversos clubes deportivos son solamente algunos de los caminos que pueden evitar tempranamente rumbos torcidos para nuestros muchachos.
En lo que hoy se llama "la nueva prevención", la ciudadanía tiene un rol fundamental, comprobándose en las distintas experiencias un satisfactorio grado de eficacia. Adicionalmente, hemos alabado las iniciativas de desarme; aunque hemos señalado la urgencia de incorporar a otras instituciones y proceder en formas que incentiven más a la gente a acercarse a los entes que serán depositarios de este armamento.
Depuración
También hace falta incentivos que atraigan más para que las personas que pueden entregar las armas se animen a hacerlo. Hay que recordar que usualmente no las entregan quienes las utilizan, sino sus allegados. Otros aspectos a reforzar son la depuración del sistema judicial y la adecuada remuneración del funcionario policial.
Y es muy importante despolitizar ambos aspectos de la lucha contra el delito, tanto el preventivo como el represivo. Nos estamos jugando algo muy delicado, como lo es la vida; amén de la seguridad y el bienestar de la ciudadanía. El esfuerzo debe ser sin descanso y más allá de lo humanamente posible.
duzcategui06@gmail.com
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