"Se ha formado una casta de funcionarios en el Estado"
Gonzalo Gómez Freire, de Marea Socialista, cuestiona la "burocratización".
Gómez considera que "no se debe ceder a la presión de la burguesía. El modelo fue desviado"
PEDRO PABLO PEÑALOZA | EL UNIVERSAL
sábado 19 de julio de 2014 07:40 AM
Ahora que en el Partido Socialista Unido de Venezuela las aguas están embravecidas, se levanta una Marea Socialista.
Ese es el nombre que adoptó una corriente política-sindical del PSUV, cuyo coordinador nacional es Gonzalo Gómez Freire, cofundador de Aporrea.
Marea Socialista celebrará hoy una asamblea en Parque Central, en la que participarán delegados de 18 estados del país, que tiene como fin definir las propuestas que elevarán al III Congreso del PSUV. Gómez Freire señala que buscan "presionar y halar al Gobierno hacia la izquierda, y que no se nos corra demasiado hacia donde no tiene que ir".
- ¿De dónde nace Marea Socialista y quiénes la conforman?
- Este sábado tenemos una conferencia nacional abierta, previa al Congreso del PSUV. Marea Socialista ingresa como corriente en 2007, después de atender en 2006 el llamado del presidente Hugo Chávez a la constitución del PSUV. Nosotros éramos una corriente político-sindical que habíamos sido parte de la construcción de la Fuerza Bolivariana de Trabajadores y de la Unión Nacional de Trabajadores. Yo fui delegado al Congreso Fundacional del PSUV, delegado al Congreso Extraordinario y parte del equipo político regional de Caracas.
Somos una corriente integrada por trabajadores, jóvenes, estudiantes y gente de los sectores populares, y estamos en varios estados del país. Tenemos algún peso en la zona de Guayana, en las empresas de la Corporación Venezolana de Guayana, especialmente en Sidor, y estamos con compañeros en la Federación de Trabajadores de la Industria Automotriz. Tenemos una composición que expresa la diversidad del chavismo y mantenemos posiciones críticas, pero siempre con propuestas y con la convicción de que la crítica y el debate es un instrumento indispensable de la unidad.
Donde hay diversidad, la única manera de que haya unidad es con el debate. Con eso se aprovecha la riqueza de esa diversidad, la creatividad. Donde algo es monolítico, se pierde toda esa riqueza y eso es endeble. Para defender la revolución y al Gobierno del presidente Nicolás Maduro frente a los embates de la derecha y la presión imperialista, es necesario que haya crítica, discusión y debate. Eso ayuda a que el Gobierno sienta una presión por la izquierda que equilibre y balancee, porque en estos momentos la presión de los sectores capitalistas es enorme y quieren forzar al Gobierno a que aplique su programa, no el nuestro. Nosotros votamos por el Plan de la Patria, por el Golpe de Timón, por el legado de Chávez, no por los 12 puntos de Lorenzo Mendoza, que llevó a la mesa de empresarios, ni tampoco por el programa de la MUD.
- ¿Las presiones capitalistas que denuncia son externas al PSUV o militan en él?
- Vivimos en un país capitalista, todavía no se ha hecho la transformación socialista. Tenemos un Estado burgués, la lucha de clases está presente en todos los espacios. La burguesía impacta sobre el PSUV y tenemos un problema de burocratización de un sector. Gente que son funcionarios o tienen cargos públicos de libre elección o son ministros, que se puede pensar han experimentado un proceso de burocratización y se ha ido formando una casta de funcionarios que se benefician de las transacciones del Estado. Donde hay un empresario corrupto, hay funcionarios corruptos. Se da una complicidad entre burocracia y capital. Los funcionarios corruptos acumulan recursos y esos recursos pueden disfrutarlos, pero también los invierten tratando de ser propietarios de medios de producción. Eso los va convirtiendo en burguesía. Ese proceso ha avanzado mucho y se refleja en las políticas que se han adoptado. Allí la discusión entre pragmáticos y los que formarían parte de esa supuesta izquierda trasnochada.
- El presidente Maduro criticó a la "izquierda trasnochada", dando a entender que se opone a los cambios que exige el país.
- Esos argumentos los ha utilizado el Bank of America, Merrill Lynch, que dice que hay un sector que se opone a que se apliquen medidas de ajuste rápidas y aceleradas en el sentido neoliberal. Habría, entonces, un sector "gradualista", que lo aplica pero a cuentagotas, porque tiene temor al costo político, como si no hubiera otras alternativas. Nosotros decimos que no debemos ceder a la presión de la burguesía, que no se puede hablar de fracaso del modelo porque el modelo fue desviado en el camino. Tenemos el criterio de que tenemos que ir a empresas de propiedad social bajo control de las comunidades y de los trabajadores, que la economía no sea predominantemente privada. Eso no se ha aplicado en el país, eso es lo que los sectores capitalistas y burocráticos han tratado de impedir.
- En el PSUV se habla de corrientes y las mismas se atribuyen a funcionarios que, al final, no las reivindican. ¿Cómo se manejan las corrientes dentro del PSUV?
- Los principios del PSUV hablan de democracia interna, de democracia participativa y protagónica en la sociedad, y de igualdad. Nosotros somos leales a esos principios. Los estatutos del PSUV, los reglamentos y la práctica de la dirección debe ajustarse a esos principios. Por lo tanto, es muy importante el debate ideológico libre dentro del partido. No tenemos conocimiento de corrientes políticas e ideológicas claramente identificadas, porque para nosotros no es una corriente algo que gira alrededor de una persona que tiene una posición de poder. Nosotros hasta ahora, desde el punto de vista formal, no hemos recibido ninguna sanción ni ha habido ninguna negativa a que nosotros despleguemos nuestras actividades. Lo que hay es crítica contra los críticos, decir que la crítica le hace daño al proceso, que los críticos son sospechosos de ser de la CIA. Hasta allí llegan las cosas. No vemos que haya, más allá de nuestra actividad, posibilidades reales y efectivas dentro del PSUV para dar las discusiones a fondo y que puedan ser tomadas en cuenta las propuestas, y que nosotros sintamos que estamos participando en la conducción del partido. Uno siente que el partido es algo ajeno a su base.
- ¿Creen que Maduro se ha alejado del Plan de la Patria?
- No quisiera con esta declaración juzgar al Presidente. Nosotros apoyamos el Gobierno de Maduro porque lo consideramos una conquista del proceso y parte de su continuidad. Pero venimos viendo, desde la enfermedad del Comandante y sobre todo después de su fallecimiento, que se ha agudizado la presión de la burguesía y del imperialismo para tratar de torcerle el brazo al Gobierno. La burguesía busca recuperar el disfrute de mayores proporciones de la renta petrolera y recuperar el control político. Este pueblo quiere cambios, pero dentro del proceso revolucionario. Las políticas que se están aplicando son fruto de la presión de los sectores empresariales y de la derecha. El Plan de la Patria, el Golpe de Timón, a nuestro entender, no va por la ruta de los aumentos de precios, o que los precios que se fijan no se cumplan porque los sectores capitalistas manejan los precios que les parecen. No nos parece que la defensa de la soberanía económica y de la renta petrolera sea cónsona con la flexibilización de la entrega de dólares. Aquí sabemos que se ha denunciando unos desfalco, se habla de 20 mil millones de dólares, eso es el equivalente de lo que nos hizo perder el sabotaje petrolero en 2003.
Aquí hay un chantaje, una combinación de dos tácticas que terminan siendo una sola: el garrote y la zanahoria. El garrote es guarimba, asesinato, paramilitarismo, guerra económica. La zanahoria es la mesa de negociación y el costo de la paz con los empresarios y los sectores de la derecha es material y político. Material porque se aplican las decisiones que ellos quieren, que no son las nuestras. El Gobierno aplica las medidas que la derecha quiere y, además, le hace pagar el costo político porque luego le reclama por haberlas aplicado. La inflación bajó como nunca ocurría en diciembre y enero pasados, después del llamado "Dakazo" del 6 de noviembre. Esas medidas favorecieron el consumo de la población y le permitieron un triunfo político al Gobierno. Después vino la devaluación, los relajamientos con los precios, las entregas de masas ingentes de dólares, y ahora la inflación anda por 5,7% mensual. Qué raro que justamente la inflación bajó cuando se aplicaron medidas de otro tipo.
- Si la presión capitalista surte efecto, ¿es por falta de fortaleza y claridad ideológica en la dirigencia?
- Creemos que hay algo de eso, que por una parte hay unas vacilaciones, una debilidad de no confiar a fondo en nuestro programa, y sentir que tienen que ceder porque la cosa está muy difícil. Se están olvidando del pueblo, que es el verdadero sustento y que se puede molestar si no se aplican las medidas que considera necesarias.
Si el pueblo siente que aquí están influyendo más los empresarios que la clase trabajadora, entonces, ese pueblo, que es la base de esa revolución que todavía existe, se manifestará. Nosotros creemos que ya se comenzó a manifestarse, incluso, en estas discusiones que se están dando en el seno de la militancia del PSUV. Por una parte están los que vacilan, que son sensibles a las presiones, por otra parte están los que se han burocratizado y tienen negocios, y está la burguesía como tal aplicando su plan. Ellos apuestan más a la asimilación del Gobierno que a derribar el Gobierno. El costo político se lo van a hacer pagar en las elecciones de la Asamblea Nacional, en un referendo revocatorio. Nosotros vamos a defender un Gobierno que responde a nuestra naturaleza. Estamos en una hora de definiciones.
Resolvamos ser severos con la corrupción y con el burocratismo, no amenazas y avisos.
Ese es el nombre que adoptó una corriente política-sindical del PSUV, cuyo coordinador nacional es Gonzalo Gómez Freire, cofundador de Aporrea.
Marea Socialista celebrará hoy una asamblea en Parque Central, en la que participarán delegados de 18 estados del país, que tiene como fin definir las propuestas que elevarán al III Congreso del PSUV. Gómez Freire señala que buscan "presionar y halar al Gobierno hacia la izquierda, y que no se nos corra demasiado hacia donde no tiene que ir".
- ¿De dónde nace Marea Socialista y quiénes la conforman?
- Este sábado tenemos una conferencia nacional abierta, previa al Congreso del PSUV. Marea Socialista ingresa como corriente en 2007, después de atender en 2006 el llamado del presidente Hugo Chávez a la constitución del PSUV. Nosotros éramos una corriente político-sindical que habíamos sido parte de la construcción de la Fuerza Bolivariana de Trabajadores y de la Unión Nacional de Trabajadores. Yo fui delegado al Congreso Fundacional del PSUV, delegado al Congreso Extraordinario y parte del equipo político regional de Caracas.
Somos una corriente integrada por trabajadores, jóvenes, estudiantes y gente de los sectores populares, y estamos en varios estados del país. Tenemos algún peso en la zona de Guayana, en las empresas de la Corporación Venezolana de Guayana, especialmente en Sidor, y estamos con compañeros en la Federación de Trabajadores de la Industria Automotriz. Tenemos una composición que expresa la diversidad del chavismo y mantenemos posiciones críticas, pero siempre con propuestas y con la convicción de que la crítica y el debate es un instrumento indispensable de la unidad.
Donde hay diversidad, la única manera de que haya unidad es con el debate. Con eso se aprovecha la riqueza de esa diversidad, la creatividad. Donde algo es monolítico, se pierde toda esa riqueza y eso es endeble. Para defender la revolución y al Gobierno del presidente Nicolás Maduro frente a los embates de la derecha y la presión imperialista, es necesario que haya crítica, discusión y debate. Eso ayuda a que el Gobierno sienta una presión por la izquierda que equilibre y balancee, porque en estos momentos la presión de los sectores capitalistas es enorme y quieren forzar al Gobierno a que aplique su programa, no el nuestro. Nosotros votamos por el Plan de la Patria, por el Golpe de Timón, por el legado de Chávez, no por los 12 puntos de Lorenzo Mendoza, que llevó a la mesa de empresarios, ni tampoco por el programa de la MUD.
- ¿Las presiones capitalistas que denuncia son externas al PSUV o militan en él?
- Vivimos en un país capitalista, todavía no se ha hecho la transformación socialista. Tenemos un Estado burgués, la lucha de clases está presente en todos los espacios. La burguesía impacta sobre el PSUV y tenemos un problema de burocratización de un sector. Gente que son funcionarios o tienen cargos públicos de libre elección o son ministros, que se puede pensar han experimentado un proceso de burocratización y se ha ido formando una casta de funcionarios que se benefician de las transacciones del Estado. Donde hay un empresario corrupto, hay funcionarios corruptos. Se da una complicidad entre burocracia y capital. Los funcionarios corruptos acumulan recursos y esos recursos pueden disfrutarlos, pero también los invierten tratando de ser propietarios de medios de producción. Eso los va convirtiendo en burguesía. Ese proceso ha avanzado mucho y se refleja en las políticas que se han adoptado. Allí la discusión entre pragmáticos y los que formarían parte de esa supuesta izquierda trasnochada.
- El presidente Maduro criticó a la "izquierda trasnochada", dando a entender que se opone a los cambios que exige el país.
- Esos argumentos los ha utilizado el Bank of America, Merrill Lynch, que dice que hay un sector que se opone a que se apliquen medidas de ajuste rápidas y aceleradas en el sentido neoliberal. Habría, entonces, un sector "gradualista", que lo aplica pero a cuentagotas, porque tiene temor al costo político, como si no hubiera otras alternativas. Nosotros decimos que no debemos ceder a la presión de la burguesía, que no se puede hablar de fracaso del modelo porque el modelo fue desviado en el camino. Tenemos el criterio de que tenemos que ir a empresas de propiedad social bajo control de las comunidades y de los trabajadores, que la economía no sea predominantemente privada. Eso no se ha aplicado en el país, eso es lo que los sectores capitalistas y burocráticos han tratado de impedir.
- En el PSUV se habla de corrientes y las mismas se atribuyen a funcionarios que, al final, no las reivindican. ¿Cómo se manejan las corrientes dentro del PSUV?
- Los principios del PSUV hablan de democracia interna, de democracia participativa y protagónica en la sociedad, y de igualdad. Nosotros somos leales a esos principios. Los estatutos del PSUV, los reglamentos y la práctica de la dirección debe ajustarse a esos principios. Por lo tanto, es muy importante el debate ideológico libre dentro del partido. No tenemos conocimiento de corrientes políticas e ideológicas claramente identificadas, porque para nosotros no es una corriente algo que gira alrededor de una persona que tiene una posición de poder. Nosotros hasta ahora, desde el punto de vista formal, no hemos recibido ninguna sanción ni ha habido ninguna negativa a que nosotros despleguemos nuestras actividades. Lo que hay es crítica contra los críticos, decir que la crítica le hace daño al proceso, que los críticos son sospechosos de ser de la CIA. Hasta allí llegan las cosas. No vemos que haya, más allá de nuestra actividad, posibilidades reales y efectivas dentro del PSUV para dar las discusiones a fondo y que puedan ser tomadas en cuenta las propuestas, y que nosotros sintamos que estamos participando en la conducción del partido. Uno siente que el partido es algo ajeno a su base.
- ¿Creen que Maduro se ha alejado del Plan de la Patria?
- No quisiera con esta declaración juzgar al Presidente. Nosotros apoyamos el Gobierno de Maduro porque lo consideramos una conquista del proceso y parte de su continuidad. Pero venimos viendo, desde la enfermedad del Comandante y sobre todo después de su fallecimiento, que se ha agudizado la presión de la burguesía y del imperialismo para tratar de torcerle el brazo al Gobierno. La burguesía busca recuperar el disfrute de mayores proporciones de la renta petrolera y recuperar el control político. Este pueblo quiere cambios, pero dentro del proceso revolucionario. Las políticas que se están aplicando son fruto de la presión de los sectores empresariales y de la derecha. El Plan de la Patria, el Golpe de Timón, a nuestro entender, no va por la ruta de los aumentos de precios, o que los precios que se fijan no se cumplan porque los sectores capitalistas manejan los precios que les parecen. No nos parece que la defensa de la soberanía económica y de la renta petrolera sea cónsona con la flexibilización de la entrega de dólares. Aquí sabemos que se ha denunciando unos desfalco, se habla de 20 mil millones de dólares, eso es el equivalente de lo que nos hizo perder el sabotaje petrolero en 2003.
Aquí hay un chantaje, una combinación de dos tácticas que terminan siendo una sola: el garrote y la zanahoria. El garrote es guarimba, asesinato, paramilitarismo, guerra económica. La zanahoria es la mesa de negociación y el costo de la paz con los empresarios y los sectores de la derecha es material y político. Material porque se aplican las decisiones que ellos quieren, que no son las nuestras. El Gobierno aplica las medidas que la derecha quiere y, además, le hace pagar el costo político porque luego le reclama por haberlas aplicado. La inflación bajó como nunca ocurría en diciembre y enero pasados, después del llamado "Dakazo" del 6 de noviembre. Esas medidas favorecieron el consumo de la población y le permitieron un triunfo político al Gobierno. Después vino la devaluación, los relajamientos con los precios, las entregas de masas ingentes de dólares, y ahora la inflación anda por 5,7% mensual. Qué raro que justamente la inflación bajó cuando se aplicaron medidas de otro tipo.
- Si la presión capitalista surte efecto, ¿es por falta de fortaleza y claridad ideológica en la dirigencia?
- Creemos que hay algo de eso, que por una parte hay unas vacilaciones, una debilidad de no confiar a fondo en nuestro programa, y sentir que tienen que ceder porque la cosa está muy difícil. Se están olvidando del pueblo, que es el verdadero sustento y que se puede molestar si no se aplican las medidas que considera necesarias.
Si el pueblo siente que aquí están influyendo más los empresarios que la clase trabajadora, entonces, ese pueblo, que es la base de esa revolución que todavía existe, se manifestará. Nosotros creemos que ya se comenzó a manifestarse, incluso, en estas discusiones que se están dando en el seno de la militancia del PSUV. Por una parte están los que vacilan, que son sensibles a las presiones, por otra parte están los que se han burocratizado y tienen negocios, y está la burguesía como tal aplicando su plan. Ellos apuestan más a la asimilación del Gobierno que a derribar el Gobierno. El costo político se lo van a hacer pagar en las elecciones de la Asamblea Nacional, en un referendo revocatorio. Nosotros vamos a defender un Gobierno que responde a nuestra naturaleza. Estamos en una hora de definiciones.
Resolvamos ser severos con la corrupción y con el burocratismo, no amenazas y avisos.
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