Razón del nombre del blog

Razón del nombre del blog
El por qué del título de este blog . Según Gregorio Magno, San Benito se encontraba cada año con su hermana Escolástica. Al caer la noche, volvía a su monasterio. Esta vez, su hermana insistió en que se quedara con ella,y él se negó. Ella oró con lágrimas, y Dios la escuchó. Se desató un aguacero tan violento que nadie pudo salir afuera. A regañadientes, Benito se quedó. Asi la mujer fue más poderosa que el varón, ya que, "Dios es amor" (1Juan 4,16),y pudo más porque amó más” (Lucas 7,47).San Benito y Santa Escolástica cenando en el momento que se da el milagro que narra el Papa Gregorio Magno. Fresco en el Monasterio "Santo Speco" en Subiaco" (Italia)

miércoles, 19 de junio de 2013

Cuando Capriles llama a reventar las urnas el próximo 8 de diciembre, no sólo persigue la consolidación de la única estrategia opositora demostradamente exitosa y ascendente en los últimos 14 años, esa que ya nos condujo a la victoria popular de abril, sino que está confirmando poseer el valor democrático y humano de la coherencia de conductas y principios. Esa que distingue a los verdaderos líderes de quienes no pueden serlo.

Táctica de piel de oveja

Por qué los dos Estados más poderosos del mundo... no son duros en este momento de crisis

MARÍA TERESA ROMERO |  EL UNIVERSAL
miércoles 19 de junio de 2013  
Cierto, la ofensiva táctica cubano-chavista de siempre, la de ponerse la piel de oveja, que el espurio gobierno de Nicolás Maduro ha emprendido en el exterior con el propósito de contrarrestar el exitoso esfuerzo de la oposición democrática de demostrar internacionalmente su ilegitimidad y su talante cada vez más radical y represivo, le ha vuelto a dar resultados. Al menos frente a los gobiernos, porque en los parlamentos y en las sociedades civiles del mundo, es evidente que aún la oposición le lleva la delantera. 

Los efectos más relevantes de la contraofensiva gubernamental, e insisto meramente táctica porque la fingida moderación, como siempre, pronto se transformará en agresión, han sido los encuentros con el secretario de Estado de EEUU, John Kerry, y con la cabeza de la Iglesia católica y jefe de Estado del Vaticano, el Papa Francisco. Aun cuando de ellos el madurismo no haya salido liso y haya tenido que dar concesiones, lo cubren con un manto, aunque sea delgadísimo, de legitimidad. 

Muchos venezolanos se preguntan -con toda razón- por qué los dos Estados más poderosos del mundo, los gobiernos que más conocen la situación venezolana y el tipo de régimen que nos desgobierna, además de ser los que más han sido agredidos por el chavismo, no son duros en este momento de crisis institucional y por el contrario le dan pie a Maduro para sostenerse. 

A estas alturas de la historia patria, ya deberíamos saber que todos los gobiernos democráticos, -y el Vaticano y EEUU no son la excepción- están limitados por las formalidades diplomáticas y por sus intereses especialmente económicos; aún más en el mundo actual en que los socialistas autocráticos y los pragmáticos de cualquier signo influyen como nunca antes. Pero, pese a todo, debemos tener certeza de la firmeza del compromiso de la Santa Sede y del gobierno de Obama con los demócratas venezolanos y no olvidar que ellos son los de mayor capacidad diplomática para presionar y encauzar la situación nacional a favor de la paz social y la mayoría popular.

Matero1955@hotmail.com

Capriles...¿incoherente?

ANGEL OROPEZA |  EL UNIVERSAL
miércoles 19 de junio de 2013  
Un estudio sobre el perfil del líder político ideal para los venezolanos, realizado en  la Escuela de Psicología de la UCAB  hace un par de años, reveló que dos de las características más preciadas por nuestra población en un líder son la coherencia y la responsabilidad.  Coherencia,  que se asocia con integridad y consistencia tanto en conductas como en principios, y responsabilidad,  que se relaciona por igual con asumir la consecuencia de sus actos y con la adopción de soluciones para enfrentar los problemas.

Los venezolanos estiman en alto grado la coherencia en un líder. No es coherente, por ejemplo, ser fiel seguidor de la secta de Sathya Sai Baba e  ir a pedirle bendiciones al Papa, por razones de urgencia en conseguir legitimidad, la cual –por cierto– sólo da el pueblo. O anunciar el día de las elecciones que se está de acuerdo con una auditoria integral del  proceso, y luego correr a desmentirse porque el resultado de esa auditoría hubiera arrojado otro desenlace electoral.

Algunas personas han preguntado –unas de buena fe, y otras con inocultables segundas intenciones políticas– si no constituye una incoherencia por parte del líder de la oposición venezolana haber impugnado las elecciones presidenciales del pasado 14 de abril, y estar llamando ahora a una participación masiva para las elecciones de alcaldes y concejales del próximo 8 de diciembre. Pues resulta que justamente es la coherencia de principios y de conducta lo que explica esa posición. Veamos por qué.

La postura de la oposición democrática, y esto debe quedar siempre muy claro para el resto de la población, está basada y guiada por principios. Y de ellos hay dos que son centrales: uno, que no tenemos propuestas ni acciones fuera de las coordenadas democráticas. Y, dos, que nuestro norte es la paz y el compromiso con el pueblo, especialmente con los maltratados y perjudicados por el gobierno.  De hecho, fue la insistencia en la vía electoral –en el voto como herramienta de cambio social– lo que nos trajo hasta aquí y nos condujo a la victoria popular del 14 de abril. Este es el camino. Y de aquí nos llevará a donde el pueblo quiere ir. Por todos los medios, y a pesar de algunos interesados que obviamente esto les perjudica,  hay que preservar la validez del camino electoral. Debemos tener mucho cuidado en no destruir el arma del voto, ni que la gente compre la tesis que la vía electoral no conduce a nada. Toda la inmensa fuerza popular que hemos construido –y el gobierno de Maduro no puede decir lo mismo– ha sido hecha sobre organización y votos. Con razón algunos quieren que no sigamos.

El de diciembre es otro capítulo de la misma lucha. Nosotros hoy somos mayoría en el país. Tenemos que demostrarlo de manera inequívoca y contundente en las próximas elecciones. Además, ni el CNE ni las trampas soportan un diluvio de votos. De hecho, los abusos y las trampas se descubren porque votamos. Y eso es justamente lo que el gobierno quisiera evitar.

La oposición democrática venezolana no reconoce a Maduro como presidente. Reconoce sí la legitimidad de la Constitución, y por eso está haciendo uso de los recursos y acciones que prevé la propia Carta Magna para denunciar la ilegitimidad de aquél. Y, sobre todo, reconoce a la fuerza del voto como expresión de la soberanía popular.  No hay aquí incoherencia alguna. Por el contrario, sería una muestra de absurda contradicción enarbolar la bandera del voto como fuente de la legitimidad del triunfo de Capriles en abril, y pedir que se renuncie a ella en diciembre.

Permítanme sólo dos ideas adicionales: la primera, el pueblo sabe que la situación de engaño electoral es consecuencia del control de los poderes del Estado por parte del oficialismo. Pues bien, desmontar ese perverso mecanismo es la próxima batalla, y para abordarla hay que triunfar contundentemente en diciembre.  Pero, además, es necesario dejar claro para todos el vínculo entre la ilegitimidad del gobierno y la conflictividad social que hoy nos ahoga. Un gobierno ilegítimo, ineficiente y corrupto es estructuralmente incapaz de reconocer, abordar y resolver la problemática social.   Por eso, la lucha social pasa necesariamente por el combate a la ilegitimidad del Ejecutivo, y este combate necesita inevitablemente de la fuerza del camino electoral.

Cuando Capriles llama a reventar las urnas el próximo  8 de diciembre, no sólo persigue la consolidación de la única estrategia opositora demostradamente exitosa y ascendente en los últimos 14 años, esa que ya nos condujo a la victoria popular de abril, sino que está confirmando poseer el valor democrático y humano de la coherencia de conductas y principios. Esa que distingue a los verdaderos líderes de quienes no pueden serlo.

@angeloropeza182

Cicerón y la patria

JUAN MIGUEL MATHEUS |  EL UNIVERSAL
miércoles 19 de junio de 2013 
En su obra La República, Cicerón expresa una idea que conviene recordar en la Venezuela de hoy: Así como son más los beneficios recibidos de la patria, y es esta más antigua que un progenitor particular, así también se debe más gratitud a ella que a un padre . Tales palabras, escritas por quien acaso ha encarnado mejor el ideal republicano en todos los tiempos, expresan con claridad una de las grandes verdades de la existencia política del hombre. Me refiero a la primacía de la piedad patriótica.

Ya en la antigüedad clásica se concibió la piedad como una forma especialísima de retribución de bienes excelsos, que es mucho más noble que la virtud de la justicia. A través de la justicia se devuelve lo que humanamente es posible devolver: (i) una contraprestación contractual, (ii) la prisión ocasionada por la perpetración de un delito o (iii) la obediencia debida a un gobernante legítimo. Con la piedad, en cambio, intentamos honrar sujetos eminentes a quienes, por la misma naturaleza de las cosas, nunca podremos retribuirles enteramente los bienes que de ellos hemos recibido: (i) Dios, (ii) la patria y (iii) los padres. En el pensamiento ciceroniano la patria es, entonces, la fuente de bondad que, después de Dios, y sobre realidades privadas, suscita mayores beneficios en la vida humana, tanto individual como colectiva.

En este sentido, resulta oportuno reflexionar sobre la piedad patriótica porque en los tiempos que corren, en los que parece que el mal prevalece sobre el bien y que la barbarie derrota a la civilidad, podría ponerse en duda –y de hecho se pone en duda en los corazones de de los venezolanos, especialmente de nuestros queridísimos jóvenes– que la patria es, según nos enseñó Juan Pablo II, "un bien común de todos los ciudadanos y, como tal, también un gran deber". Y es, precisamente, frente a esta vacilación que sale al paso la piedad patriótica para recordarnos con los clásicos, con Platón y Aristóteles, que el mal, en cuanto género de vida, hace cobrar mayor sentido a otro género de vida que es mucho más real, mucho más radical: el bien.

En el horizonte vital que se nos presenta a los venezolanos aparece, pues, laprimacía de la piedad patriótica como una maravillosa aventura: la aventura de la generosidad. Lo que nos pide la patria es vincular nuestro bien al de ella. ¿Y cuál es la medida de dicho vínculo? La entrega, el darle a la patria lo mejor de nuestras vidas, que no es, no puede ser, un sentimiento superficial ni romántico.

Sin embargo, no es posible acometer la tarea de donar lo mejor al bien de la patria, de donarnos nosotros mismos con el objeto de dar primacía a la piedad patriótica, si no cultivamos una esperanza responsable. ¿Y qué significa vivir una esperanza responsable? Significa entender –como lo hizo Cicerón– que es Dios quien gobierna al mundo, pero que a nosotros los hombres, a los venezolanos, nos corresponde esforzarnos en la medida necesaria para que Venezuela no sea un valle de lágrimas. De ambas cosas, de la confianza en la Providencia y del sacrificio tanto personal como de pueblo, derivan la alegría y el optimismo que deben presidir la acción histórica, y también la acción política. Alegría y optimismo que son, vale la pena insistir, lo que hoy quiere de nosotros Venezuela.

Secretario Nacional de Doctrina de Primero Justicia

Presidente de la Fundación Caracas Mía

@JuanMMatheus

@Caracas_Mia

Cruda realidad

ARMANDO GONZÁLEZ ANGARITA |  EL UNIVERSAL
miércoles 19 de junio de 2013  
Hoy,  a más de catorce años de haberse iniciado esta caribeña tragicomedia   impera, además de un espasmódico y dudoso crecimiento, un cuestionado y fraccionado gobierno que todavía regala caramelos financieros aquí  y allende buscando  "reconocimiento" y apoyo político, principalmente  en aquellas administraciones ideológicamente afines que, por cierto, plagan  momentáneamente a la América Latina. Pero en el fondo, y a pesar de tenues rectificaciones, encaramos uno de los peores escenarios que en el campo económico haya experimentado esta tierra, efecto directo del errado y, por ende, fracasado modelo impuesto al país durante los años chavistas.

No obstante, para tal encrucijada el régimen aún dispone de decisiva ventaja construida paulatinamente gracias a una férrea voluntad de sobrevivencia;   un reparto  consciente, inmoral, interesado y parcializado, de la piñata financiera nacional proveniente del petróleo, la cual  ha "amparado" provisional y tímidamente a grupos marginados pero, a expensas de otros; un discurso embriagador, divisionista, antiestadounidense, populista y penetrante, y el respaldo desfachatado e inconstitucional de parte de las altas esferas de la Fuerza Armada "Bolivariana", como la llaman ahora. Refuerzan ese agobiante escenario la toma de toda, absolutamente toda la institucionalidad estadal; una estrategia comunicacional masiva y predominante,  repleta de falsedades, utopías, abusos y manipulaciones,  pero  eficaz, muy eficaz,  montada sólo para  adoctrinar, dominar y autoperpetuarse, y la construcción del sistema electoral más "seguro" del mundo, como fuera descrito alguna vez por el mismísimo Fidel Castro.

Coexiste finalmente en esa fotografía un odioso  "acomodo" de  un sector del espectro opositor, efecto del  miedo y de intereses materiales, mediatos y  mezquinos, ya conocidos en  nuestra venezolanidad, que indican un nuevo desprecio por la ética y la libertad.  ¡Desventurados aquellos que se pliegan a tan aberrante y desvirtuada realidad!, porque contribuyen a prolongarla.                             
                                                                                           
arnisan@yahoo.com

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