Razón del nombre del blog

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El por qué del título de este blog . Según Gregorio Magno, San Benito se encontraba cada año con su hermana Escolástica. Al caer la noche, volvía a su monasterio. Esta vez, su hermana insistió en que se quedara con ella,y él se negó. Ella oró con lágrimas, y Dios la escuchó. Se desató un aguacero tan violento que nadie pudo salir afuera. A regañadientes, Benito se quedó. Asi la mujer fue más poderosa que el varón, ya que, "Dios es amor" (1Juan 4,16),y pudo más porque amó más” (Lucas 7,47).San Benito y Santa Escolástica cenando en el momento que se da el milagro que narra el Papa Gregorio Magno. Fresco en el Monasterio "Santo Speco" en Subiaco" (Italia)

viernes, 21 de junio de 2013

Una vida larga y útil al servicio de Venezuela y sus recursos naturales. Según una nota publicada por la Fundación La Salle, ayer en la madrugada falleció en la ciudad de Caracasel Hno Jesús Hoyos Fernández, mejor conocido como el Hermano Hoyos, pertenecía a la comunidad de Hermanos de La Salle, profesor de biología, Director de la Sociedad de Ciencias Naturales La Salle, editor de la Revista Natura, miembro fundador de FLASA (Fundación La Sal le de Ciencias Naturales) y asesor botánico del Parque Topotepuy, en El Hatillo.

El Hermano Jesús Hoyos

RICARDO GIL OTAIZA |  EL UNIVERSAL viernes 21 de junio de 2013  

Tengo la inmensa fortuna de moverme en dos mundos: el de las ciencias naturales (la botánica), y el de las letras. Ambos fascinantes y complejos.  En los dos he hecho carrera desde hace más de veinte años y a la hora de definirme por uno o por el otro me veo en tremendas dificultades, porque los he trajinado con pasión y disciplina. Con respecto al primero de ellos, la botánica, cabría decir que en su seno y en sus predios me siento inmensamente feliz. No hay acontecimiento de mayor relevancia en mi quehacer profesional que el poder asistir al Congreso Venezolano de Botánica, evento bianual que congrega a especialistas y a estudiantes de la disciplina en sus múltiples variables, y es una verdadera fiesta. Allí nos reencontramos como una gran familia académica y mostramos nuestras investigaciones para el cotejo y la discusión; pero también y sobre todo fortalecemos los lazos de amistad y de compañerismo, y eso resulta entrañable y satisfactorio en lo profesional y espiritual.

En el XVIII Congreso Venezolano de Botánica realizado hace cuatro años en la Universidad Centro Occidental Lisandro Alvarado (UCLA), de Barquisimeto, tuve la oportunidad de hablar con mi admirado Jesús Hoyos Fernández, mejor conocido como el Hermano Jesús Hoyos, celebérrimo botánico y ambientalista venido a Venezuela desde Cantabria (España). Recuerdo que al finalizar mi conferencia sobre Herbolaria se me acercó y pudimos entablar una breve conversación que terminó con el intercambio de números telefónicos y con el deseo de reencontrarnos en otros ambientes para seguir charlando sobre nuestra gran pasión: las plantas, y poder trabajar algún proyecto en común. Mi alegría fue mucha, porque aunque lo "conocía" de verlo en Mérida cuando visitaba a sus Hermanos de La Salle, ya que formaba parte de esa congregación, jamás había tenido el honor de conversar con él, de empaparme de su sabiduría, de impregnarme si se quiere con ese halo beatífico que tienen aquellos que están cerca de Dios y ponen como intercesora a la naturaleza.

Recientemente, en el XX Congreso Venezolano de Botánica, realizado en las instalaciones de la Universidad Nacional Experimental del Táchira (UNET), entre el 14 y el 17 de mayo, me enteré por la admirada investigadora y amiga Carmen Benítez del lamentable fallecimiento del Hermano Jesús Hoyos, acaecido en la ciudad de Caracas el 18 de noviembre de 2012. No cabía en mi asombro, y no precisamente porque me resistiera a la noción de finitud inherente a la vida, sino porque tenía mucho por dar quien ya había dado tanto al país. Fue el Hermano Hoyos un botánico que no se contentó con hacer sus indagaciones científicas para que fueran a parar a los anaqueles de las bibliotecas y que con el tiempo se transformaran en letra muerta. Nada de eso. Fue un eximio educador y un generoso divulgador de la flora de Venezuela, un amante de la naturaleza, un conservador apasionado, un sembrador de árboles que jamás cedió a la tentación de dar por hecho el respeto a la flora como condición intrínseca de lo humano. Su labor en escuelas y liceos fue incansable, permanente, buscando "sembrar" en los corazones infantiles y juveniles una conciencia de respeto y preservación de la biosfera.

Como científico el Hermano Hoyos fue inobjetable. Su obra es muestra fehaciente de una rigurosidad rayana en la obsesión, aunque sin dejar de lado la belleza implícita de una flora que perpetuó con el auxilio de la fotografía; arte en el cual fue un maestro. Las imágenes presentes en todos sus libros son de una perfección absoluta.  Quienes nos servimos de sus publicaciones no podemos dejar de admirar su empeño por plasmar en fotografías, de extraordinaria resolución y hermosura, aquello que describía con las palabras. Clásico es ya su libro titulado Guía de árboles de Venezuela, cuya primera edición data de 1983. Podría mencionar también: Flora tropical ornamentalPlantas ornamentales de VenezuelaFrutales en VenezuelaLos árboles de CaracasFlora emblemática de Venezuela; Frutales en VenezuelaFlora de la Isla de MargaritaPalmas tropicales y Árboles tropicales ornamentales, entre otros. Eso sin desmeritar sus libros de texto, dirigidos a los estudiantes de bachillerato, en los que hizo gala de sencillez y sabiduría, al enganchar a los futuros investigadores a un área prioritaria para el desarrollo nacional.

Lega el Hermano Hoyos una obra portentosa; quizás insuperable en las ciencias naturales de Venezuela, pero sobre todo deja sembrada una conciencia conservacionista que debemos luchar para que perviva, de manera particular en las nuevas generaciones: aquellas por las que se entregó en su larga carrera como religioso, educador y científico.

@GilOtaiza

Jesús Hoyos Fernández, (CantabriaEspaña30 de enero de 1927 – Caracas,Venezuela18 de noviembre de 2012)1 , fue un biólogo (UCVvenezolano, con especialidad en botánica en Lovaina y París. Ocupó el cargo de Director de la Sociedad de Ciencias Naturales La Salle. Fundador y primer Presidente de la Asociación Venezolana de Palmas (AVEPALMAS), editor de la revista NATURA. Como botánico publicó 15 libros sobre la Flora de Venezuela.
Como profesor tiene en su haber libros de texto de Biología para todos los años deBachillerato. Perteneció a diferentes sociedades científicas y ambientalistas deVenezuela y del extranjero. Ha sido galardonado con diversidad de condecoraciones entre los cuales figura el "Premio Nacional de Conservación 1997"

El último adiós al Hermano Jesús Hoyos

Ayer en la madrugada falleció en la ciudad de Caracas el Hno Jesús Hoyos Fernández, mejor conocido como el Hermano Hoyos, pertenecía a la comunidad de Hermanos de La Salle

Una vida larga y útil al servicio de Venezuela y sus recursos naturales.  Según una nota publicada por la Fundación La Salle, ayer en la madrugada falleció en la ciudad de Caracasel Hno Jesús Hoyos Fernández, mejor conocido como el Hermano Hoyos, pertenecía a la comunidad de Hermanos de La Salle, profesor de biología, Director de la Sociedad de Ciencias Naturales La Salle, editor de la Revista Natura, miembro fundador de FLASA (Fundación La Salle de Ciencias Naturales) y asesor botánico del Parque Topotepuy, en El Hatillo.
Nació en Cantabria, España,  el 30 de enero de 1927, el Hermano Hoyos, biólogo especialista en botánica, egresado de la Universidad Central de Venezuela; llegó a nuestro país, en 1945 y desde entonces, su incasable labor en la docencia, las Ciencias Naturales y la divulgación de la botánica en Venezuela ha tocado varias generaciones de venezolanos. Ha recorrido todos los puntos cardinales de este inmenso país en búsqueda del verdadero tesoro de El Dorado venezolano: sus maravillas naturales, las cuales ha divulgado en numerosas charlas, artículos y libros, entre los cuales destacan: Árboles de Caracas, Flora de la Isla de Margarita, Plantas Ornamentales de Venezuela, cuatro ediciones de Guía de los Árboles de Venezuela, Palmas de Venezuela y Frutales de Venezuela; y es autor de un libro de Ecología  para estudiantes.   Su extraordinaria labor  recibió innumerables reconocimientos:  Orden de Andrés Bello en Primera Clase, Orden Francisco de Miranda, Premio Nacional de Conservación Ambiental, Premio Nacional de Divulgación Científica y Reconocimiento como “Maestro de Botánica” por los asistentes al XV Congreso de Botánica.  
Muchos parques y áreas aledañas a los centros educativos en los que trabajó fueron poblados de árboles autóctonos y acordes con el paisaje. Sus libros de texto de Biología para todos los años de bachillerato, así como las guías para las prácticas, de ediciones Natura, han sido utilizados por generaciones de bachilleres.  
En los últimos tiempos asesoró en áreas como: la utilización de la botánica en el paisaje  arquitectónico en varias escuelas de Arquitectura, igualmente en municipios para volver más ecológica las áreas urbanas.
Deja muy avanzada una obra de divulgación en la que puso mucho entusiasmo y horas de estudio e investigación, se trata de la Flora emblemática de las Américas,   “Mi mensaje está orientado a recordar a todos, particularmente a los venezolanos, que en la nave espacial llamada Tierra, continuará la vida durante muchos siglos más, pero de nosotros dependerá que su calidad sea idónea para que la especie humana pueda desarrollar todas sus facultades. Al contaminar el ambiente estamos degradando la calidad de vida de la humanidad y corremos el riesgo de la propia destrucción del ser humano. Somos habitantes de esta delgada capa de la superficie terrestre y de la atmósfera que forman la llamada biosfera, a la cual debemos cuidar” Hno Hoyos (Entrevista Revista Natura digital 2011). 
Él siempre estará  presente a través del sólido legado que ha dejado en el campo de las ciencias naturales y la educación.  Sus restos están siendo velados en la Iglesia del Colegio La Salle La Colina y el sepelio se realizará mañana en el Cementerio del Este. Paz a su alma.

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