Un francés contó la historia del último guardián del hotel Humboldt
El artista Thomas Sipp llevó a la Bienal de Sao Paulo un filme rodado en el edificio modernista
La primera vez que el artista francés Thomas Sipp visitó el hotel Humboldt, lo hizo de la mano de Luis Enrique Pérez-Oramas. Fue a finales de los años noventa y el investigador aún no soñaba con que le tocaría ser curador de la Bienal de Sao Paulo. Sipp tampoco imaginaba que participaría en la muestra internacional de arte realizada el año pasado con una película rodada precisamente en las instalaciones de uno de los íconos de la utopía modernista venezolana.
Hotel Humboldt se titula la pieza de videoarte fechada en 1999, en la que Sipp no sólo revela los misterios de un hotel cinco estrellas construido en 1956 en la cima de una montaña, sino que también narra la historia de su último guardián: un vigilante llamado Paco. La cinta es exhibida junto con otras creaciones del artista en el Centro Cultural Chacao como parte del proyecto Nuevos vínculos, que trajo a Caracas una selección de trabajos que fueron expuestos en la Bienal de Sao Paulo.
En un correo electrónico, Sipp se permite regresar tres lustros en el tiempo. “En esa época Pérez-Oramas había vuelto a Venezuela después de años de estudios en París e investigaba edificios emblemáticos de la modernidad en Caracas: el hotel Humboldt era una de estas ‘estrellas’ modernistas. Cuando visité Venezuela por primera vez, en 1997, él me enseñó la construcción y quedé impresionado por la arquitectura de la torre y su singular ubicación. En ese tiempo el teleférico no funcionaba y el edificio de lujo estaba muy aislado”. Sin embargo, la mente de Sipp no disparó los primeros fotogramas de la cinta sino hasta un año después. Pérez-Oramas estaba de paso en París y le contó que en el hotel vivía desde hace años un viejo vigilante. “Su nombre era Paco, y empecé a interesarme por él como cineasta”.
Paco terminó siendo el protagonista de la cinta, definida por Lorena González, cocuradora del proyecto, como un documental intimista. Sipp asegura que el empeño con que este personaje velaba por mantener el hotel Humboldt se vinculaba con los temas de resistencia que le habían interesado en sus otros filmes: “Lloviera o brillara el sol afuera, Paco nunca paraba de limpiar, de reparar… Podía parecer loco, porque de verdad lo que hacía en la tarde lo encontraba estropeado en la mañana. Pero justamente fue esa beauté du geste, esa belleza de una acción desinteresada, lo que me hizo querer hacer la película”.
Sipp vino al país y buscó a Paco. Le explicó que su proyecto no era contar la historia del edificio sino su presente. A finales de la década de los noventa se encontraba a esperas de una privatización por la que pocos apostaban. Le sorprendió la petición, pero le dio un voto de confianza al cineasta. Meses después, el proyecto cristalizó con el apoyo de la productora Archipel 33 y la cadena de televisión France 3. El rodaje coincidió con el anuncio de la privatización del hotel. “Lo que fue un verdadero desafío era filmar al mismo tiempo al obrero y la inmensidad del hotel. Si la cámara estaba demasiado próxima a Paco, se perdía el lugar. Si el hotel estaba demasiado presente, se perdía el personaje”.
El artista se propuso hallar la distancia ideal para ambos. “La opción que elegí fue ‘mineralizar’ al vigilante y ‘humanizar’ el hotel. A veces tenía la impresión de que sin Paco el edificio iba a desmoronarse. El obrero era como el corazón del lugar; su soplo parecía mantener vivo al edificio”.
Nuevos vínculos (II)
Selección de obras 30° Bienal de Sao Paulo
La Caja, Centro Cultural Chacao, avenida Tamanaco de El Rosal
Horario: martes a sábado, de 12:00 m a 8:00 pm; y domingos, de 11:00 am a 7:00 pm
Entrada libre
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