Revolución analfabeta
FRANCISCO GÁMEZ ARCAYA | EL UNIVERSAL
miércoles 26 de junio de 2013 12:00 AM
La riqueza de los países nada tiene que ver con sus recursos naturales. El Gobierno tiene años exponiendo pretenciosos cálculos sobre las reservas petroleras de Venezuela. Hablan de ello como si tal cosa fuese un logro alcanzado por el talento o el trabajo. Como si tal cosa, se tradujera automáticamente en prosperidad y superación. Sin embargo, el factor generador de riqueza más estable es aquel que se basa en la formación intelectual y en valores de los ciudadanos de un país. Japón, por ejemplo, es un país de escasos recursos naturales, pero con uno de los productos internos brutos más elevados del mundo. La Universidad de Tokio (Todai), por poner un caso, tiene unos treinta mil estudiantes. De sus filas han salido ocho premios Nobel. Su presupuesto anual es de $2.500 millones de dólares. Por otra parte, la Universidad Central de Venezuela cuenta con cuarenta y siete mil estudiantes. Sin embargo, el presupuesto anual de la UCV, calculado en términos reales, no alcanza al 2% del presupuesto de la Universidad de Tokio. La diferencia es que Japón invierte en su recurso humano, en la formación de sus ciudadanos, en los líderes e intelectuales del futuro. Para ellos, el sueldo de un profesor o de un investigador, es inversión directa en el porvenir. Por eso, los políticos japoneses no están pendientes de los índices de popularidad a la hora de gastar en educación. Es un cheque posdatado que se cobra en un futuro lejano, pero que garantiza estabilidad, progreso y superación para las generaciones subsiguientes.
Desde que esta farsa se instaló en el poder, la universidad venezolana ha sido una de sus tantas víctimas. La revolución es adicta a los petrodólares imperialistas, y no comulga con el valor de la formación y del pensamiento libre. Muchos seguidores del "proceso" podrían argumentar que el drama presupuestario de las universidades se viene padeciendo desde tiempos remotos. Y es cierto. Pero se suponía que una revolución como la que anunciaban hace quince años, cambiaría la realidad para mejor. El resultado, en cambio, es todo lo contrario. Las universidades están al borde del colapso. Y eso es así, porque para quienes tienen el poder, gobernar es gozar y no servir. Por eso, Nicolás y los suyos jamás apoyarán una educación para el progreso. Prefieren que el talento emigre, que la formación merme y que la inteligencia repose para siempre.
@GamezArcaya
Desde que esta farsa se instaló en el poder, la universidad venezolana ha sido una de sus tantas víctimas. La revolución es adicta a los petrodólares imperialistas, y no comulga con el valor de la formación y del pensamiento libre. Muchos seguidores del "proceso" podrían argumentar que el drama presupuestario de las universidades se viene padeciendo desde tiempos remotos. Y es cierto. Pero se suponía que una revolución como la que anunciaban hace quince años, cambiaría la realidad para mejor. El resultado, en cambio, es todo lo contrario. Las universidades están al borde del colapso. Y eso es así, porque para quienes tienen el poder, gobernar es gozar y no servir. Por eso, Nicolás y los suyos jamás apoyarán una educación para el progreso. Prefieren que el talento emigre, que la formación merme y que la inteligencia repose para siempre.
@GamezArcaya
Barbarie y sombras
Suspendan el paro y modifiquen los métodos de presión incorporando a la ciudadanía
JUAN ANTONIO MULLER | EL UNIVERSAL
miércoles 26 de junio de 2013
El comportamiento del Estado frente a la crisis universitaria muestra sin tapujo la barbarie de quienes hoy manejan las riendas del poder y su intento de acallar las voces de las casas de estudio autónomas y libres.
El jefe de Estado, en su desparpajo al que nos tiene acostumbrado irrespeta a la rectora de la Universidad Central de Venezuela cuando la califica de un buen prospecto a diputado de la Asamblea Nacional y la acusa sin pruebas de utilizar a los estudiantes con fines políticos.
El ministro de la Educación Superior ignora el llamado de la Federación de Profesores Universitarios destinado a dar solución a la crisis por las que atraviesan las universidades cuyo presupuesto y homologación de salarios lleva largos años sin ajuste, mientras que osa acusar a las autoridades de haber dilapidado los recursos asignados.
El ministro de Interior y Justicia acusa a los estudiantes del atentado perpetrado la semana pasada contra el rectorado y otras propiedades del recinto sabiendo que los terroristas encapuchados forman parte de bandas armadas por el gobierno para amedrentar a la ciudadanía que utiliza la protesta pacífica como mecanismo de presión dentro del marco legal.
En la Fiscalía de la República reposan las pruebas de decenas de ataques sufridos por la UCV, de manos de delincuentes pagados sin que hasta el momento haya presentado informe alguno señalando a los culpables de tales fechorías. Este relato de irrespetos nos muestra la intolerancia de los poderes del Estado.
Consideramos que el paro ha cumplido su objetivo pues dejó claro de que lado están la luz y las sombras. Nuestra recomendación a rectores, profesores y estudiantes es que suspendan el paro y modifiquen los métodos de presión incorporando a la ciudadanía en pleno.
Juaamilq249@cantv.net
El jefe de Estado, en su desparpajo al que nos tiene acostumbrado irrespeta a la rectora de la Universidad Central de Venezuela cuando la califica de un buen prospecto a diputado de la Asamblea Nacional y la acusa sin pruebas de utilizar a los estudiantes con fines políticos.
El ministro de la Educación Superior ignora el llamado de la Federación de Profesores Universitarios destinado a dar solución a la crisis por las que atraviesan las universidades cuyo presupuesto y homologación de salarios lleva largos años sin ajuste, mientras que osa acusar a las autoridades de haber dilapidado los recursos asignados.
El ministro de Interior y Justicia acusa a los estudiantes del atentado perpetrado la semana pasada contra el rectorado y otras propiedades del recinto sabiendo que los terroristas encapuchados forman parte de bandas armadas por el gobierno para amedrentar a la ciudadanía que utiliza la protesta pacífica como mecanismo de presión dentro del marco legal.
En la Fiscalía de la República reposan las pruebas de decenas de ataques sufridos por la UCV, de manos de delincuentes pagados sin que hasta el momento haya presentado informe alguno señalando a los culpables de tales fechorías. Este relato de irrespetos nos muestra la intolerancia de los poderes del Estado.
Consideramos que el paro ha cumplido su objetivo pues dejó claro de que lado están la luz y las sombras. Nuestra recomendación a rectores, profesores y estudiantes es que suspendan el paro y modifiquen los métodos de presión incorporando a la ciudadanía en pleno.
Juaamilq249@cantv.net
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