ENTREVISTA SANTOS LÓPEZ, POETA
"Antes no había apartheid en la poesía".
"Hoy se le da prevalencia (por su ideología) a obras y creadores que no lo merecen " "Juan Liscano me decía: 'alélate del poder, el poder es enemigo de la poesía'", señala el poeta.
Fue el organizador de la Semana de la Poesía (Gustavo Bandres)
DANIEL FERMÍN | EL UNIVERSAL
lunes 17 de junio de 2013
Santos López (El Tigrito, 1955) fue de los primeros que demostró que el público venezolano sí puede acercarse de forma masiva a ver recitales poéticos. Antes de que el Estado le quitara el apoyo, el otrora organizador de la Semana Internacional de la Poesía se dedicó por 12 años a realizar un evento que convocó a decenas de escritores ante cientos o miles de personas. Ese fue el precedente del actual Festival Mundial que organiza la Casa Andrés Bello, sólo que con una diferencia: "Nosotros no metíamos la política, no había apartheid", asegura el también periodista, que lamenta que la división del país haya llegado a las letras.
-El día que anunció la desaparición de la Semana Internacional de la Poesía usted dijo que "la poesía no es revolución sino rebeldía". ¿Hay rebelión en un festival, me refiero al actual, que rinde culto al poder?
-Una de las características del festival es su rasgo político. Yo no comparto esa idea. La poesía es el más libre de los oficios, que involucra la libertad creadora. Cuando tamizas un festival con política será difícil encontrar esa libertad.
-William Osuna justificó la propaganda política del festival al decir que todo Gobierno está en su derecho de promocionar su cultura.
-Es que el Gobierno no es todo el país. Uno debe ser sensato cuando dice esas cosas (...) La política es una herramienta que no siempre nos tendría que poner en la mesura. No es la práctica que hemos visto en los ministros de Cultura que han antecedido a Pedro Calzadilla. Un ministro que organiza un festival y se incluya como poeta es un disparate, sobre todo cuando es mal poeta.
-¿Francisco Sesto?
-Sí.
-Luis Alberto Crespo llegó a decir que Chávez es el poeta más grande del país. Fidel Barbarito también lo llamó así. ¿Tiene el ex presidente los elementos o característica necesarias para ser el homenajeado de un festival mundial de poesía?
-Ese es el peor error que están pagando, el de haberle dado la puerta franca al criterio político en un evento artístico. Es una cuestión que quedará a juicio de la Historia, pero el haberle dado puerta franca a un sentimiento como ese está jalado por los cabellos.
-Hay personas que desestiman el festival por su sesgo político. ¿Se debe desmeritar el talento de poetas participantes en el evento por la ideología que tiene?
-Hay poetas que están al margen de eso, que vienen por otras razones. Algunos porque desconocen la realidad política venezolana; otros, porque les resulta atractivo. No deberían descalificar a todos los poetas. Habrá algunas excepciones.
-¿La poesía que se convierte en militancia no es peligrosa? ¿La escritura que se acerca al poder no pierde el poder de la escritura?
-Eso dicen las enseñanzas de poetas que han estado cerca del fuego del poder: terminan calcinados. Tenemos muchos ejemplos en Venezuela. Recuerdo que Juan Liscano me decía: 'Aléjate del poder, el poder es enemigo de la poesía' (...) El poeta es un creador que ejerce su oficio, no en función de una ideología o una militancia, sino en función de la libertad del hombre. Creo que todo lo que atente contra ello se desnaturaliza y se corrompe. El compromiso del poeta es con la libertad y con el hombre en el sentido de transmitirle un alimento a su alma que lo haga ser un hombre elevado, cercano a la sabiduría de la vida.
-Todos los homenajeados de los festivales anteriores son afines al Gobierno. De hecho, se reunirán el domingo para hacer un recital en el Cuartel de la Montaña.
-Ese es un acto proselitista, eso está ajeno al oficio del poeta. Entre esos homenajeados hay muchos que tienen credenciales importantes, pero hay otros que, en mi criterio, son absolutamente mediocres.
-Parece que se valora a la persona y no a la obra.
-Se valora la filiación política, no la persona. Si fuera la persona, muchos poetas merecerían ser homenajeados, el caso de Rafael Cadenas y tantos otros. La amalgama de la ideología es una cosa peligrosa en el camino de un creador.
-Osuna criticó a Cadenas porque él está en contra de la actual revolución.
-Que tenga una ideología distinta no descalifica su obra. En la Semana Internacional de la Poesía nunca nos detuvimos a registrarle la cartera al poeta, a ver si era adeco, copeyano o comunista. Siempre se le dio cabida a todos valorando estrictamente su aporte artístico, no si era musulmán, judío, cristiano, o era mágico religioso. Interesaba que el poeta hubiese dedicado su esfuerzo, su vida, a la creación o a hacer aportes a un arte como la poesía.
-Hace ocho años que dejó de hacerse la Semana de la Poesía. ¿Hoy en el país no están dadas las condiciones para que se realice un evento sin apoyo estatal?
-Hoy se han copado todas las esferas de las tomas de decisiones de los poderes, se ha ejercido la posesión, y eso ha oprimido cualquier iniciativa que merezca recursos o aportes, así todo se hace cuesta arriba.
-¿Y qué le queda, entonces, a un poeta de la oposición que no quiera formar parte de los eventos del Gobierno? ¿Protestar? ¿Esperar? ¿Organizar recitales solo?
-Lo que está planteado es esperar que pase la tormenta.
-La literatura hoy está polarizada: hay escritores del oficialismo y de la oposición. ¿Cree que la división del país le ha hecho daño al sector o a las letras nacionales?
-Bastante. Porque se ha priorizado lo que tiene que ver con la ideología del Gobierno. Es doloroso ver que hay poetas que han sido marginados, execrados, por ese mismo hecho. Es un error llevar la gestión con un criterio tan mezquino, tan miserable de ver el país a través de la ideología. La ideología es una peste, es como un cáncer producto de la mente (...) Hoy se le da prevalencia a obras y a creadores que, sencillamente, no la han merecido.
-La Casa de la Poesía Pérez Bonalde, que usted dirigía, tenía un concurso internacional, se preocupaba por la traducción de los autores. Hoy los poetas nacionales se conocen poco afuera. ¿Qué falta para lograr la ansiada internacionalización?
-Uno de los programas nuestros era el intercambio con editoriales hispanoamericanas para poder colocar las voces de nuestros poetas mayores en otros escenarios. Fue así como en muchos eventos invitábamos a directores de editoriales importantes del mundo para que vinieran a familiarizarse, de ahí salieron muchos libros en España, México o Argentina, que eran negociados durante el evento y promovidos en otras latitudes. Ese es uno de los programas que haría falta en este momento para difundir la literatura venezolana que todavía sigue siendo desconocida en el mundo. Hay que darle mayor proyección afuera.
-¿Cree que tenemos poetas para reconocimientos internacionales importantes?
-Hay muchos autores que están escondidos que necesitarían un rescate. La poesía venezolana es una de las más brillantes en el mundo. Aquí hay un gran linaje de poetas.
-¿Y qué otra cosa debería resolver el sector?
-El foco debe estar en las escuelas, en los más jóvenes (...) El mandarriazo tan fuerte que le propinó "Farruco" Sesto a la institucionalidad cultural del país, sólo dejó en pie al sólido Sistema de Orquestas y Coros desarrollado por el maestro José Antonio Abreu, quien inventó la gran fórmula social y cultural para que nuestros niños, desde la escuela primaria, aprendan a convivir y a enamorarse del valor de la palabra poética. El Sistema, que exhibe el rostro más luminoso que tiene Venezuela, es la única fórmula que tendríamos que aplicar en todas las artes para volver a tener en las próximas décadas una élite preparada y experimentada, que sustituya a la mediocre, improvisada y desfasada que entronizó Sesto.
dfermin@eluniversal.com
-El día que anunció la desaparición de la Semana Internacional de la Poesía usted dijo que "la poesía no es revolución sino rebeldía". ¿Hay rebelión en un festival, me refiero al actual, que rinde culto al poder?
-Una de las características del festival es su rasgo político. Yo no comparto esa idea. La poesía es el más libre de los oficios, que involucra la libertad creadora. Cuando tamizas un festival con política será difícil encontrar esa libertad.
-William Osuna justificó la propaganda política del festival al decir que todo Gobierno está en su derecho de promocionar su cultura.
-Es que el Gobierno no es todo el país. Uno debe ser sensato cuando dice esas cosas (...) La política es una herramienta que no siempre nos tendría que poner en la mesura. No es la práctica que hemos visto en los ministros de Cultura que han antecedido a Pedro Calzadilla. Un ministro que organiza un festival y se incluya como poeta es un disparate, sobre todo cuando es mal poeta.
-¿Francisco Sesto?
-Sí.
-Luis Alberto Crespo llegó a decir que Chávez es el poeta más grande del país. Fidel Barbarito también lo llamó así. ¿Tiene el ex presidente los elementos o característica necesarias para ser el homenajeado de un festival mundial de poesía?
-Ese es el peor error que están pagando, el de haberle dado la puerta franca al criterio político en un evento artístico. Es una cuestión que quedará a juicio de la Historia, pero el haberle dado puerta franca a un sentimiento como ese está jalado por los cabellos.
-Hay personas que desestiman el festival por su sesgo político. ¿Se debe desmeritar el talento de poetas participantes en el evento por la ideología que tiene?
-Hay poetas que están al margen de eso, que vienen por otras razones. Algunos porque desconocen la realidad política venezolana; otros, porque les resulta atractivo. No deberían descalificar a todos los poetas. Habrá algunas excepciones.
-¿La poesía que se convierte en militancia no es peligrosa? ¿La escritura que se acerca al poder no pierde el poder de la escritura?
-Eso dicen las enseñanzas de poetas que han estado cerca del fuego del poder: terminan calcinados. Tenemos muchos ejemplos en Venezuela. Recuerdo que Juan Liscano me decía: 'Aléjate del poder, el poder es enemigo de la poesía' (...) El poeta es un creador que ejerce su oficio, no en función de una ideología o una militancia, sino en función de la libertad del hombre. Creo que todo lo que atente contra ello se desnaturaliza y se corrompe. El compromiso del poeta es con la libertad y con el hombre en el sentido de transmitirle un alimento a su alma que lo haga ser un hombre elevado, cercano a la sabiduría de la vida.
-Todos los homenajeados de los festivales anteriores son afines al Gobierno. De hecho, se reunirán el domingo para hacer un recital en el Cuartel de la Montaña.
-Ese es un acto proselitista, eso está ajeno al oficio del poeta. Entre esos homenajeados hay muchos que tienen credenciales importantes, pero hay otros que, en mi criterio, son absolutamente mediocres.
-Parece que se valora a la persona y no a la obra.
-Se valora la filiación política, no la persona. Si fuera la persona, muchos poetas merecerían ser homenajeados, el caso de Rafael Cadenas y tantos otros. La amalgama de la ideología es una cosa peligrosa en el camino de un creador.
-Osuna criticó a Cadenas porque él está en contra de la actual revolución.
-Que tenga una ideología distinta no descalifica su obra. En la Semana Internacional de la Poesía nunca nos detuvimos a registrarle la cartera al poeta, a ver si era adeco, copeyano o comunista. Siempre se le dio cabida a todos valorando estrictamente su aporte artístico, no si era musulmán, judío, cristiano, o era mágico religioso. Interesaba que el poeta hubiese dedicado su esfuerzo, su vida, a la creación o a hacer aportes a un arte como la poesía.
-Hace ocho años que dejó de hacerse la Semana de la Poesía. ¿Hoy en el país no están dadas las condiciones para que se realice un evento sin apoyo estatal?
-Hoy se han copado todas las esferas de las tomas de decisiones de los poderes, se ha ejercido la posesión, y eso ha oprimido cualquier iniciativa que merezca recursos o aportes, así todo se hace cuesta arriba.
-¿Y qué le queda, entonces, a un poeta de la oposición que no quiera formar parte de los eventos del Gobierno? ¿Protestar? ¿Esperar? ¿Organizar recitales solo?
-Lo que está planteado es esperar que pase la tormenta.
-La literatura hoy está polarizada: hay escritores del oficialismo y de la oposición. ¿Cree que la división del país le ha hecho daño al sector o a las letras nacionales?
-Bastante. Porque se ha priorizado lo que tiene que ver con la ideología del Gobierno. Es doloroso ver que hay poetas que han sido marginados, execrados, por ese mismo hecho. Es un error llevar la gestión con un criterio tan mezquino, tan miserable de ver el país a través de la ideología. La ideología es una peste, es como un cáncer producto de la mente (...) Hoy se le da prevalencia a obras y a creadores que, sencillamente, no la han merecido.
-La Casa de la Poesía Pérez Bonalde, que usted dirigía, tenía un concurso internacional, se preocupaba por la traducción de los autores. Hoy los poetas nacionales se conocen poco afuera. ¿Qué falta para lograr la ansiada internacionalización?
-Uno de los programas nuestros era el intercambio con editoriales hispanoamericanas para poder colocar las voces de nuestros poetas mayores en otros escenarios. Fue así como en muchos eventos invitábamos a directores de editoriales importantes del mundo para que vinieran a familiarizarse, de ahí salieron muchos libros en España, México o Argentina, que eran negociados durante el evento y promovidos en otras latitudes. Ese es uno de los programas que haría falta en este momento para difundir la literatura venezolana que todavía sigue siendo desconocida en el mundo. Hay que darle mayor proyección afuera.
-¿Cree que tenemos poetas para reconocimientos internacionales importantes?
-Hay muchos autores que están escondidos que necesitarían un rescate. La poesía venezolana es una de las más brillantes en el mundo. Aquí hay un gran linaje de poetas.
-¿Y qué otra cosa debería resolver el sector?
-El foco debe estar en las escuelas, en los más jóvenes (...) El mandarriazo tan fuerte que le propinó "Farruco" Sesto a la institucionalidad cultural del país, sólo dejó en pie al sólido Sistema de Orquestas y Coros desarrollado por el maestro José Antonio Abreu, quien inventó la gran fórmula social y cultural para que nuestros niños, desde la escuela primaria, aprendan a convivir y a enamorarse del valor de la palabra poética. El Sistema, que exhibe el rostro más luminoso que tiene Venezuela, es la única fórmula que tendríamos que aplicar en todas las artes para volver a tener en las próximas décadas una élite preparada y experimentada, que sustituya a la mediocre, improvisada y desfasada que entronizó Sesto.
dfermin@eluniversal.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario