Jesús y la oración
(Lc. 11. 2-4) (Mateo 6,7-15)
(Lc. 11. 2-4) (Mateo 6,7-15)
6:5 Y cuando ores, no seas como los hipócritas; porque ellos aman el orar en pie en las sinagogas y en las esquinas de las calles, para ser vistos de los hombres; de cierto os digo que ya tienen su recompensa.
6:6 Mas tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público.
6:7 Y orando, no uséis vanas repeticiones, como los gentiles, que piensan que por su palabrería serán oídos.
6:8 No os hagáis, pues, semejantes a ellos; porque vuestro Padre sabe de qué cosas tenéis necesidad, antes que vosotros le pidáis.
6:9 Vosotros, pues, oraréis así: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre.
6:10 Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra.
6:11 El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy.
6:12 Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores.
6:13 Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal; porque tuyo es el reino, y el poder, y la gloria, por todos los siglos. Amén.
6:14 Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a vosotros vuestro Padre celestial;
6:15 mas si no perdonáis a los hombres sus ofensas, tampoco vuestro Padre os perdonará vuestras ofensas.
6:6 Mas tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público.
6:7 Y orando, no uséis vanas repeticiones, como los gentiles, que piensan que por su palabrería serán oídos.
6:8 No os hagáis, pues, semejantes a ellos; porque vuestro Padre sabe de qué cosas tenéis necesidad, antes que vosotros le pidáis.
6:9 Vosotros, pues, oraréis así: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre.
6:10 Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra.
6:11 El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy.
6:12 Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores.
6:13 Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal; porque tuyo es el reino, y el poder, y la gloria, por todos los siglos. Amén.
6:14 Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a vosotros vuestro Padre celestial;
6:15 mas si no perdonáis a los hombres sus ofensas, tampoco vuestro Padre os perdonará vuestras ofensas.
Jesús aqui no da una catequesis vital para entender la esencia del
cristianismo y el paso de conciencia que representa el Nuevo Testamento
Ante una oración hipócrita como la que siempre la humanidad, la masa, ha pensado que es la correcta, Jesús propone un nuevo paradigma, un modelo
que es la oración del Padrenuestro que se compone de una invocación y 7 peticiones.
Las primeras 3 peticiones hablan de la relación con Dios a través de 3 palabras clavez:
-Nombre
-Reino
-Voluntad.
Las 4 siguientes hablan de la relación con los hermanos a través de 4 palabras claves:
-Pan
-Perdón
-Victoria
-Libertad.
La invocación "Padre nuestro que estás en los cielos" indica la conciencia
que tiene Jesús (modelo para la nueva humanidad) de su relación especial
y familiar con Dios. El añadir "nuestro" denota el carácter comunitario de la
oración y la nueva manera de establecer la comunicación personal y comunitaria con Dios. Se santifica el nombre de Dios y se pide por la venida de su Reino, un Reino de justicia en armonía con toda la creación.
Las últimas peticiones invitan a transformar la comunidad y la sociedad,
para que primen la igualdad y la reconciliación...Por éso en estos tiempos
de cambio de conciencia mundial, se agotó la figura del líder mesiánico a quien se adora, además la justicia, la piedad y la igualdad no deben verse
para obtener autopromoción o la alabanza personal, menos aún manipular dichas palabras más la prostituida AMOR, AMOR, AMOR pensando en la "foto" del héroe, sino en el hermano necesitado de verdad, no manipulado para aumentar el poder personal...
La experiencia de Dios no puede tener su fuerza en la fachada exterior o el
adoctrinamiento en una ideología específica, sino sobre todo en la fortaleza
interior, personal que después se insertará en el alma grupal de una humanidad que se sabe hecha "a imagen y semejanza de Dios", quien ve en
lo profundo la bondad del corazón, como debería ser el fin primordial de nuestra búsqueda personal: hurgar en nuestras propias debilidades y fortalezas, sin críticas, juicios, culpas o chivos expiatorios de terceras personas "que me hicieron algo", ese es un trabajo interior complejo y duro pues rompe paradigmas que han conformado la verdad por siglos e impedido que accedamos a nuestra transmutación y asensión personal pues hemos visto al ESPIRITU como RELIGION y una cosa no es sinónimo de la otra...
Lo espiritual no es un rito o un dogma es una verdad en nuestra integración como seres humanos que trascienden la raza y se convierte en un nuevo hombre o mujer, con nuevos paradigmas que se materializan en acciones externas más impregnadas del amor de Dios...
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