Indignados por un premio
Todo con estos profes era una gran farsa, empezando por sus arengas
CLODOVALDO HERNÁNDEZ | EL UNIVERSAL
viernes 14 de junio de 2013
Recuerdo que los profesores de la Escuela de Comunicación Social de la UCV nos decían que nuestra misión de vida debía ser luchar por el Nuevo Orden Mundial de la Comunicación y la Información. En sus clases -que eran clases y arengas a la vez- nos dejaban bien claro que sin eso (sin el tal Nomic), en este mundo de flujos informativos cada vez más rápidos y abundantes, todo era una gran farsa.
¡Ah, qué tiempos aquellos! Sentenciaban que la libertad de expresión limitada al derecho de los dueños del capital a tener medios de comunicación no era sino una forma más de libertad de empresa. Pensar que la libertad de los propietarios era libertad de los ciudadanos era un deplorable acto de alienación ideológica. A uno de esos profesores le gustaba citar una expresión (creo recordar que era de Antonio Pasquali, pero ha pasado mucho tiempo): "la libertad de prensa capitalista es la libertad que tiene el lobo de entrar libremente al corral de las libres gallinas".
Para no hacer de esto un torneo de nostalgias, agreguemos solo un detalle más: también nos decían los profes que era necesario dotar al pueblo del poder de comunicar para que dejara de ser un sujeto pasivo, un mero receptor de mensajes, y se capacitara para mutar en emisor.
Bueno, pues resulta que muchas de esas utopías fueron asumidas como políticas de Estado en la Venezuela posterior a 1999. Por ejemplo, en materia del cada vez más necesario Nomic, hay en el planeta entero pocos hechos concretos más esperanzadores que la creación de Telesur y la Radio del Sur. Y en lo que se refiere a darle a la gente poder comunicacional, basta con oír una radio comunitaria, leer un periodiquito parroquial o escuchar a cualquier vecino disertando sobre líneas editoriales y matrices de opinión para entender que la comunicación alternativa ya no es una quimera.
Ajá, ¿y quién logró todo eso?, ¿fueron acaso los profesores de aquellos años 80? No, porque -salvo excepciones de esas que nos hacen mantener la fe en la humanidad- ahora son defensores de los libres lobos y apologistas de un mundo de comunicaciones presuntamente libres. Lo logró el militar Hugo Chávez, quien no estudió Comunicación Social, no escuchó aquellas arengas académicas ni se trasnochó tratando de sacarle el jugo a las brillantes reflexiones de Marcelino Bisbal, pero que, a la hora de las definiciones, apostó por el nuevo orden y se atrevió a empoderar comunicacionalmente al pueblo.
Para cerrar el cuento (que no es cuento) he aquí que los catedráticos se han declarado indignados porque le otorgaron el Premio Nacional de Periodismo al fallecido comandante. Volvemos al principio: todo con estos profes era una gran farsa, empezando por sus arengas.
clodoher@yahoo.com
CLODOVALDO HERNÁNDEZ | EL UNIVERSAL
viernes 14 de junio de 2013
Recuerdo que los profesores de la Escuela de Comunicación Social de la UCV nos decían que nuestra misión de vida debía ser luchar por el Nuevo Orden Mundial de la Comunicación y la Información. En sus clases -que eran clases y arengas a la vez- nos dejaban bien claro que sin eso (sin el tal Nomic), en este mundo de flujos informativos cada vez más rápidos y abundantes, todo era una gran farsa.
¡Ah, qué tiempos aquellos! Sentenciaban que la libertad de expresión limitada al derecho de los dueños del capital a tener medios de comunicación no era sino una forma más de libertad de empresa. Pensar que la libertad de los propietarios era libertad de los ciudadanos era un deplorable acto de alienación ideológica. A uno de esos profesores le gustaba citar una expresión (creo recordar que era de Antonio Pasquali, pero ha pasado mucho tiempo): "la libertad de prensa capitalista es la libertad que tiene el lobo de entrar libremente al corral de las libres gallinas".
Para no hacer de esto un torneo de nostalgias, agreguemos solo un detalle más: también nos decían los profes que era necesario dotar al pueblo del poder de comunicar para que dejara de ser un sujeto pasivo, un mero receptor de mensajes, y se capacitara para mutar en emisor.
Bueno, pues resulta que muchas de esas utopías fueron asumidas como políticas de Estado en la Venezuela posterior a 1999. Por ejemplo, en materia del cada vez más necesario Nomic, hay en el planeta entero pocos hechos concretos más esperanzadores que la creación de Telesur y la Radio del Sur. Y en lo que se refiere a darle a la gente poder comunicacional, basta con oír una radio comunitaria, leer un periodiquito parroquial o escuchar a cualquier vecino disertando sobre líneas editoriales y matrices de opinión para entender que la comunicación alternativa ya no es una quimera.
Ajá, ¿y quién logró todo eso?, ¿fueron acaso los profesores de aquellos años 80? No, porque -salvo excepciones de esas que nos hacen mantener la fe en la humanidad- ahora son defensores de los libres lobos y apologistas de un mundo de comunicaciones presuntamente libres. Lo logró el militar Hugo Chávez, quien no estudió Comunicación Social, no escuchó aquellas arengas académicas ni se trasnochó tratando de sacarle el jugo a las brillantes reflexiones de Marcelino Bisbal, pero que, a la hora de las definiciones, apostó por el nuevo orden y se atrevió a empoderar comunicacionalmente al pueblo.
Para cerrar el cuento (que no es cuento) he aquí que los catedráticos se han declarado indignados porque le otorgaron el Premio Nacional de Periodismo al fallecido comandante. Volvemos al principio: todo con estos profes era una gran farsa, empezando por sus arengas.
clodoher@yahoo.com
¡Ah, qué tiempos aquellos! Sentenciaban que la libertad de expresión limitada al derecho de los dueños del capital a tener medios de comunicación no era sino una forma más de libertad de empresa. Pensar que la libertad de los propietarios era libertad de los ciudadanos era un deplorable acto de alienación ideológica. A uno de esos profesores le gustaba citar una expresión (creo recordar que era de Antonio Pasquali, pero ha pasado mucho tiempo): "la libertad de prensa capitalista es la libertad que tiene el lobo de entrar libremente al corral de las libres gallinas".
Para no hacer de esto un torneo de nostalgias, agreguemos solo un detalle más: también nos decían los profes que era necesario dotar al pueblo del poder de comunicar para que dejara de ser un sujeto pasivo, un mero receptor de mensajes, y se capacitara para mutar en emisor.
Bueno, pues resulta que muchas de esas utopías fueron asumidas como políticas de Estado en la Venezuela posterior a 1999. Por ejemplo, en materia del cada vez más necesario Nomic, hay en el planeta entero pocos hechos concretos más esperanzadores que la creación de Telesur y la Radio del Sur. Y en lo que se refiere a darle a la gente poder comunicacional, basta con oír una radio comunitaria, leer un periodiquito parroquial o escuchar a cualquier vecino disertando sobre líneas editoriales y matrices de opinión para entender que la comunicación alternativa ya no es una quimera.
Ajá, ¿y quién logró todo eso?, ¿fueron acaso los profesores de aquellos años 80? No, porque -salvo excepciones de esas que nos hacen mantener la fe en la humanidad- ahora son defensores de los libres lobos y apologistas de un mundo de comunicaciones presuntamente libres. Lo logró el militar Hugo Chávez, quien no estudió Comunicación Social, no escuchó aquellas arengas académicas ni se trasnochó tratando de sacarle el jugo a las brillantes reflexiones de Marcelino Bisbal, pero que, a la hora de las definiciones, apostó por el nuevo orden y se atrevió a empoderar comunicacionalmente al pueblo.
Para cerrar el cuento (que no es cuento) he aquí que los catedráticos se han declarado indignados porque le otorgaron el Premio Nacional de Periodismo al fallecido comandante. Volvemos al principio: todo con estos profes era una gran farsa, empezando por sus arengas.
clodoher@yahoo.com
Carta abierta a Clodovaldo Hernández
MARIO A. BEROES RÍOS | EL UNIVERSAL
lunes 17 de junio de 2013
Hola Clodovaldo, espero que estés bien.
Acabo de leer tu artículo, y creo que estás algo equivocado, aunque comparto contigo mucho de lo que escribes. Pero el hecho de que un "grupo de compañeros" haya decidido otorgar el Premio Nacional de Periodismo al fallecido expresidente, que no era periodista, no lo acepto. Que tenga méritos o no, es algo que no voy a discutir; lo que creo es que se están violando normas establecidas en el mismo premio, y la principal es que Chávez no era periodista, así que no puede optar al premio. Tan simple como eso.
Que ese "grupo de amigos", porque nadie los escogió o los eligió para esa labor y no fueron designados por el CNP, que con todos sus defectos, es el ente que debe designar al jurado calificador de dicho premio, decidiera "premiar" la labor comunicacional del difunto ex presidente, es algo discutible. Entonces por qué no se le otorgó una mención especial; un reconocimiento a sus aportes que tú señalas en el artículo. Chávez no era periodista colegiado, te repito, y es ahí donde se comete el error y donde ustedes quedan como unos jala... Ese "grupo de amigos", se pasó por el forro, las normas del premio, por lo que el mismo no puede ser legal, ni debe ser entregado.
Te traigo a colación un caso similar con César Miguel Rondón, hace unos pocos años atrás. César, excelente comunicador social, no terminó sus estudios en la ECS de la UCAB, por lo que no podía ser postulado; de hecho se retiró su nombre y él mismo dijo que no podía aceptarlo por no ser Licenciado en Comunicación Social; cuestión que sí somos tu y yo, entre otros muchos.
Creo que las normas están para cumplirlas, y había aristas que podían permitir la entrega de un reconocimiento a la labor que tú defiendes del expresidente. Es un error, y bien grande, otorgar un premio a quien no debe recibirlo. Yo no conozco todavía el primer periodista que sea premiado en la Fuerza Armada Venezolana como militar; por qué, porque las nomas, las leyes, los reglamentos de dicha institución no lo permiten; así de simple, Clodovaldo.
He ahí la diferencia con lo que escribes. Esto no es cuestión de nuestros profesores de la Escuela de Comunicación Social de la UCV; ahí te equivocastes. Para cuando nosotros estudiábamos las perspectivas comunicacionales eran radicalmente distintas a las de hoy, así que no te escondas ni te justifiques. El premio al expresidente está mal, y tu lo sabes.
Saludos a la negra y a los chamos
marioberoes@hotmail.com
Acabo de leer tu artículo, y creo que estás algo equivocado, aunque comparto contigo mucho de lo que escribes. Pero el hecho de que un "grupo de compañeros" haya decidido otorgar el Premio Nacional de Periodismo al fallecido expresidente, que no era periodista, no lo acepto. Que tenga méritos o no, es algo que no voy a discutir; lo que creo es que se están violando normas establecidas en el mismo premio, y la principal es que Chávez no era periodista, así que no puede optar al premio. Tan simple como eso.
Que ese "grupo de amigos", porque nadie los escogió o los eligió para esa labor y no fueron designados por el CNP, que con todos sus defectos, es el ente que debe designar al jurado calificador de dicho premio, decidiera "premiar" la labor comunicacional del difunto ex presidente, es algo discutible. Entonces por qué no se le otorgó una mención especial; un reconocimiento a sus aportes que tú señalas en el artículo. Chávez no era periodista colegiado, te repito, y es ahí donde se comete el error y donde ustedes quedan como unos jala... Ese "grupo de amigos", se pasó por el forro, las normas del premio, por lo que el mismo no puede ser legal, ni debe ser entregado.
Te traigo a colación un caso similar con César Miguel Rondón, hace unos pocos años atrás. César, excelente comunicador social, no terminó sus estudios en la ECS de la UCAB, por lo que no podía ser postulado; de hecho se retiró su nombre y él mismo dijo que no podía aceptarlo por no ser Licenciado en Comunicación Social; cuestión que sí somos tu y yo, entre otros muchos.
Creo que las normas están para cumplirlas, y había aristas que podían permitir la entrega de un reconocimiento a la labor que tú defiendes del expresidente. Es un error, y bien grande, otorgar un premio a quien no debe recibirlo. Yo no conozco todavía el primer periodista que sea premiado en la Fuerza Armada Venezolana como militar; por qué, porque las nomas, las leyes, los reglamentos de dicha institución no lo permiten; así de simple, Clodovaldo.
He ahí la diferencia con lo que escribes. Esto no es cuestión de nuestros profesores de la Escuela de Comunicación Social de la UCV; ahí te equivocastes. Para cuando nosotros estudiábamos las perspectivas comunicacionales eran radicalmente distintas a las de hoy, así que no te escondas ni te justifiques. El premio al expresidente está mal, y tu lo sabes.
Saludos a la negra y a los chamos
marioberoes@hotmail.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario