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SÁBADO, 29 DE JUNIO DE 2013

Los signos opuestos se atraen

Tomado del blog "Termómetro Zodiacal" de Pedro González Silva

Cada signo tiene otro que le es opuesto o complementario, y que se encuentra frente a él en la rueda zodiacal. Aunque pueda parecer lo contrario, son justamente los opuestos los que se complementan, y esto forma parte de las siete leyes del universo, una de las cuales reza que “los opuestos se atraen”, y esta es precisamente una premisa fundamental de la naturaleza: lo femenino y lo masculino son los polos opuestos y a la vez se complementan y se atraen.

Otras premisas universales confirman esta ley; por ejemplo, la dualidad, en donde una energía se divide en dos polos de una misma naturaleza, formando pares: frío o calor, amor u odio, alegría o tristeza. Otro enunciado que complementa todo lo afirmado es aquel que señala que “los extremos se tocan”, y podemos poner como ejemplo que un frío muy intenso puede quemar tanto como el fuego, o aquella frase popular que señala que “del amor al odio sólo hay un paso”.

Los signos del zodíaco y sus características, no escapan a estas leyes universales, al contrario, son la expresión más fiel de las mismas, de tal modo que cuando hablamos de signos opuestos, estamos hablando de aquellos que se complementan, lo que sin duda es un indicativo importante para las relaciones personales.

La relación ideal es la que se da entre dos personas con signos complementarios, y no sólo nos referimos a la relación de pareja, sino también a la profesional, la amistosa, sociedades o toda aquella en la que haya alguna transacción, económica, afectiva, social o profesional.

Hay que aclarar que cuando nos referimos a personas complementarias de acuerdo al zodíaco, no significa que tengan que ser de un determinado signo solar. Por ejemplo, el complementario de Aries es Libra, pero eso no quiere decir que alguien del signo solar de la balanza tenga que buscar a alguien ariano para lograr la complementación; lo importante es que tenga la energía ariana destacada en su carta astral, ya sea que posea ascendente Aries, o la Luna o muchos planetas en ese signo.

Por lo pronto, vamos a pasar revista a las características de cada signo, señalando cuál es su complementario y las cualidades que debe aprender o que le atraen del mismo.

El aire enciende el fuego…

Nuestro signo complementario es aquel que nos trae un aprendizaje que nivela nuestras energías, y nos hace por tanto seres más completos. Los signos de fuego se complementan con los de aire, pues el aire aviva al fuego, y sin aquel, éste se extingue. Veamos ahora cómo se complementan los signos opuestos que pertenecen a los elementos de fuego y de aire.

ARIES-LIBRA: Aries es un signo de fuego, individualista, impulsivo, irreflexivo, un tanto peleón y egoísta, y por tanto Libra le enseña a compartir, a ceder, a conciliar, a buscar una posición de equilibrio. Por su parte, Libra, signo de aire, es muy indeciso, poco seguro de sí mismo, depende mucho de las decisiones ajenas, por lo que Aries le da impulso para aprender a ser independiente y tomar sus propias decisiones, lo enseña a ser arriesgado y a lograr autoconfianza.

GEMINIS-SAGITARIO: Se complementan en el plano de las ideas. Los geminianos (aire) tienen mucha sed de conocimientos y les gusta aprender muchas cosas, pero se quedan en la superficie, por lo que Sagitario (fuego) les induce a buscar el sentido profundo y filosófico de lo que han aprendido y los enseña a pensar, y no sólo a acumular información. Los sagitarianos son muy idealistas y conciben grandes ideas, pero suelen no pasar de allí, por lo que Géminis les empuja a concretar sus ideales en planes concretos y realizables.

LEO-ACUARIO: Se complementan de esta forma: Leo es un signo de fuego, con capacidad de liderazgo, pero suele ser ególatra, vanidoso y autoritario, por lo que Acuario le enseña a mantener relaciones más igualitarias, a darle un sentido social al liderazgo leonino y a ser menos engolado y más humilde. Por su parte, los acuarianos (aire) suelen ser anárquicos y desorganizados, por lo que Leo les enseña el sentido del orden, el respeto a las jerarquías, y encamina el humanitarismo acuariano hacia la búsqueda del poder para el logro de sus metas.

El agua moldea la tierra

El agua y la tierra se complementan; el vital líquido se integra al polvo terrestre y nace el barro, con el que podemos crear diversas formas, y del cual nace la vida, y el mejor ejemplo de esto lo tenemos en nuestro planeta Tierra.

TAURO-ESCORPIO: Signos de tierra y agua respectivamente, se complementan en los siguientes aspectos: ambos son personalidades de una gran voluntad, pero Tauro la vuelca hacia el logro de metas concretas, materiales, pragmáticas, y aprende de Escorpio a conectarse con sus emociones y espiritualidad, para la búsqueda de propósitos más trascendentes, mientras que Escorpio, signo de mucha profundidad, carácter obsesivo y emotividad, aprende de Tauro a mantener su estabilidad emocional y a dar un sentido práctico y tangible a sus metas.

CANCER-CAPRICORNIO: Son de agua y tierra respectivamente, se nutren entre sí de la siguiente manera: los cancerianos tienen la sensibilidad a flor de piel, pero suelen tener poca voluntad debido a sus vaivenes emocionales, por lo que Capricornio los enseña a ser disciplinados, concentrados, a darle importancia al trabajo. Cáncer, por su parte, hace que los muy ocupados y pocos demostrativos capricornianos saquen a flote su oculta sensibilidad, y les enseña a disfrutar la vida de hogar y compartir con la familia.

VIRGO-PISCIS: Signos de tierra y agua respectivamente, se acoplan a través de las siguientes características: ambos son signos de servicio al prójimo, y en el caso de Virgo, tiende a ser muy detallista, lo que hace que la prestación de su servicio se obstaculice debido al excesivo perfeccionismo, además, su espíritu racional lo hace escéptico. Piscis le enseña a ver más allá  del detalle, le enseña a conectarse con su mundo intuitivo, con la fe. Por su parte, Piscis suele ser muy compasivo pero no actúa, se encierra y se queda sólo en el sentimiento, por lo que Virgo le empuja a darle un sentido de trabajo efectivo y tangible, a su espíritu altruista.