"El americano ilustrado" muestra un país a la deriva
La obra de Cabrujas estrena esta noche en el Teatro Trasnocho de Las Mercedes
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El experimentado Luis Abreu da vida al afrancesado Guzmán Blanco
ÁNGEL RICARDO GÓMEZ | EL UNIVERSAL
sábado 5 de julio de 2014 12:00 AM
Antonio Guzmán Blanco está en escena como la representación del poder. Acaba de destituir a un ministro de Asuntos Exteriores por su informalidad con los altos dignatarios del mundo, a quienes saluda con palmaditas en la espalda. Para ello, el presidente ha pensado en su jefe de protocolo, quien poco sabe del asunto, pero, al fin y al cabo, ¿han importado alguna vez las credenciales en Venezuela?
El americano ilustrado de José Ignacio Cabrujas es otro de esos textos que genera risas amargas, donde el llanto se ahoga en el pecho; un espejo que refleja lo que ha sido el venezolano por muchos años: un ciudadano frustrado, irrealizado, empeñado en mostrarse como un disfraz, como un disimulo, y no como lo que realmente es.
El Grupo Actoral 80 estrena esta noche una versión de esta obra, bajo la dirección de Héctor Manrique, quien ha presentado otros textos del autor comoEl día que me quieras, Acto cultural y Profundo.
"Cabrujas decía que esta no es una obra escrita con certeza ni quiere ser un consejo; habla de una desesperación. Acá él le da rienda suelta a ciertos vuelos poéticos que son demoledores. Aquí ya está metido en el manejo del poder, en la forma tan irresponsable en la que se maneja el país. Si eso lo veía José Ignacio en el año 86 ¿Tú te imaginas lo que hubiese podido escribir ahora?", dice el director.
En una escena que raya en la locura, el embajador del Reino Unido viene a cobrar una sustanciosa deuda que tiene Venezuela con aquel país. Un pintoresco intérprete trinitario se encarga de traducir lo que le da la gana, al tiempo que llega la hermana monja y el resto de la familia del nuevo ministro, la primera, totalmente ebria. El embajador por supuesto, no entiende nada de lo que ocurre pues es invitado, sin acuerdo alguno, a ver un show de fuegos artificiales (pan y circo pues). El singular encuentro culmina con la entrega del Esequibo.
Arístides (encarnado por Daniel Rodríguez) ha pasado de jefe de protocolo a ministro y Anselmo (interpretado por Juvel Vielma), de cura a obispo, pero son infelices. "Porque en definitiva las realizaciones no son individuales. Yo puedo tener el éxito, el dinero que quiera, pero si tú alrededor tienes este caos, ¿cómo te sientes realizado?".
"El teatro debe intentar hacer mejor a las personas, y creo que una forma de hacerte mejor es ponerte un espejo con tus propias limitaciones. Aparte de que la gente venga, se divierta, que le pueda llamar la atención la estética, la idea es que el público termine de entender que tu relación con el poder es enormemente compleja mientras tú no comprendas qué es el poder", agrega Manrique.
El director considera que El americano ilustrado es una obra esencialmente sobre la frustración, "y de las vocaciones equívocas: un obispo que lo menos que tiene es vocación de obispo, que se desnuda ante todos, esa especie de Pío Miranda (protagonista de El día que me quieras), que termina diciendo, 'Mentí'. Es un poco la misma estructura, el hombre que se ha mentido a sí mismo todo el tiempo. Y el otro igual, no tiene hijos, a su abuelo le decían 'Gallo triste', y es probable que él sea igual. Ambos son como Pío".
Acompañan a Vielma y Rodríguez, otros actores como Luis Abreu, Martha Estrada, Angélica Arteaga, Vicente Peña, Juan Vicente Pérez, Wadih Hadaya, Marxlenin Cipriani y Omar Pérez.
El americano ilustrado tendrá funciones en Trasnocho de Las Mercedes, los viernes a las 9:00 pm, y sábados y domingos a las 8:00 pm.
El americano ilustrado de José Ignacio Cabrujas es otro de esos textos que genera risas amargas, donde el llanto se ahoga en el pecho; un espejo que refleja lo que ha sido el venezolano por muchos años: un ciudadano frustrado, irrealizado, empeñado en mostrarse como un disfraz, como un disimulo, y no como lo que realmente es.
El Grupo Actoral 80 estrena esta noche una versión de esta obra, bajo la dirección de Héctor Manrique, quien ha presentado otros textos del autor comoEl día que me quieras, Acto cultural y Profundo.
"Cabrujas decía que esta no es una obra escrita con certeza ni quiere ser un consejo; habla de una desesperación. Acá él le da rienda suelta a ciertos vuelos poéticos que son demoledores. Aquí ya está metido en el manejo del poder, en la forma tan irresponsable en la que se maneja el país. Si eso lo veía José Ignacio en el año 86 ¿Tú te imaginas lo que hubiese podido escribir ahora?", dice el director.
En una escena que raya en la locura, el embajador del Reino Unido viene a cobrar una sustanciosa deuda que tiene Venezuela con aquel país. Un pintoresco intérprete trinitario se encarga de traducir lo que le da la gana, al tiempo que llega la hermana monja y el resto de la familia del nuevo ministro, la primera, totalmente ebria. El embajador por supuesto, no entiende nada de lo que ocurre pues es invitado, sin acuerdo alguno, a ver un show de fuegos artificiales (pan y circo pues). El singular encuentro culmina con la entrega del Esequibo.
Arístides (encarnado por Daniel Rodríguez) ha pasado de jefe de protocolo a ministro y Anselmo (interpretado por Juvel Vielma), de cura a obispo, pero son infelices. "Porque en definitiva las realizaciones no son individuales. Yo puedo tener el éxito, el dinero que quiera, pero si tú alrededor tienes este caos, ¿cómo te sientes realizado?".
"El teatro debe intentar hacer mejor a las personas, y creo que una forma de hacerte mejor es ponerte un espejo con tus propias limitaciones. Aparte de que la gente venga, se divierta, que le pueda llamar la atención la estética, la idea es que el público termine de entender que tu relación con el poder es enormemente compleja mientras tú no comprendas qué es el poder", agrega Manrique.
El director considera que El americano ilustrado es una obra esencialmente sobre la frustración, "y de las vocaciones equívocas: un obispo que lo menos que tiene es vocación de obispo, que se desnuda ante todos, esa especie de Pío Miranda (protagonista de El día que me quieras), que termina diciendo, 'Mentí'. Es un poco la misma estructura, el hombre que se ha mentido a sí mismo todo el tiempo. Y el otro igual, no tiene hijos, a su abuelo le decían 'Gallo triste', y es probable que él sea igual. Ambos son como Pío".
Acompañan a Vielma y Rodríguez, otros actores como Luis Abreu, Martha Estrada, Angélica Arteaga, Vicente Peña, Juan Vicente Pérez, Wadih Hadaya, Marxlenin Cipriani y Omar Pérez.
El americano ilustrado tendrá funciones en Trasnocho de Las Mercedes, los viernes a las 9:00 pm, y sábados y domingos a las 8:00 pm.
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