19 noviembre 2011
Traslados a refugios indignan a afectados por el Lago
La contingencia los ha afectado psicológicamente.(Foto César Pérez)
Marianela Ágreda Armas
Las horas se hacen interminables. No hay diferencias entre el día y la noche para los habitantes de la calle 10 de Residencias El Lago, otro de los sectores ubicados al sur de Maracay donde las aguas del reservorio natural acabaron con diez calles del urbanismo.
Allí permanecen aún unas 15 familias propietarias y afectadas que según su experiencia relatada, no duermen. Las enfermedades respiratorias y de piel afectan a niños y adultos, el estrés los mantiene bajo constante zozobra y la depresión los hace caer porque aseguran que hace seis años fueron censados y no obtuvieron respuesta. Hoy deben hacer frente a la realidad de abandonar intempestivamente los inmuebles e ir a refugios porque no fueron atendidos a tiempo.
Joel Gota es comerciante. "Tengo dos infartos y una trombosis. Soy propietario y vivo acá hace 15 años. Levanté mi casa con esfuerzo, endeudado con prestamistas. Ir a un refugio me desestabiliza. Me tiene deprimido esta situación, me levanto, veo el lago frente a mi casa y no me provoca salir, porque esto es más fuerte que deberle a los prestamistas", relató desde la sala de su hogar.
Comentó que en tres años legalizó seis carpetas contentivas de propuestas de adquisición de viviendas en el mercado secundario y no obtuvo respuesta. Ahora la salida es ir a un refugio. "Estoy perdiendo mis sueños", dijo en medio de la resignación.
Traslados a refugios indignan a afectados por el Lago
La contingencia los ha afectado psicológicamente.(Foto César Pérez)
Marianela Ágreda Armas
Las horas se hacen interminables. No hay diferencias entre el día y la noche para los habitantes de la calle 10 de Residencias El Lago, otro de los sectores ubicados al sur de Maracay donde las aguas del reservorio natural acabaron con diez calles del urbanismo.
Allí permanecen aún unas 15 familias propietarias y afectadas que según su experiencia relatada, no duermen. Las enfermedades respiratorias y de piel afectan a niños y adultos, el estrés los mantiene bajo constante zozobra y la depresión los hace caer porque aseguran que hace seis años fueron censados y no obtuvieron respuesta. Hoy deben hacer frente a la realidad de abandonar intempestivamente los inmuebles e ir a refugios porque no fueron atendidos a tiempo.
Joel Gota es comerciante. "Tengo dos infartos y una trombosis. Soy propietario y vivo acá hace 15 años. Levanté mi casa con esfuerzo, endeudado con prestamistas. Ir a un refugio me desestabiliza. Me tiene deprimido esta situación, me levanto, veo el lago frente a mi casa y no me provoca salir, porque esto es más fuerte que deberle a los prestamistas", relató desde la sala de su hogar.
Comentó que en tres años legalizó seis carpetas contentivas de propuestas de adquisición de viviendas en el mercado secundario y no obtuvo respuesta. Ahora la salida es ir a un refugio. "Estoy perdiendo mis sueños", dijo en medio de la resignación.
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