Hace más de 30 años la astróloga Fantina Iribarren,
mi maestra en Cosmobiología, y amiga muy especial
predijo en un libro lllamado "El sexo y la muerte"
prologado por el Prof. Josè Manuel Briveño Guerrero
lo que está sucediendo hoy, ya que se refería a la
acción de Escorpio y la importancia de la Casa VIII
en el mapa de nuestras vidas, y en el del mundo y Ve-
nezuela en general.
Cuando lei que Tibisay Lucena tiene cáncer de ovarios
para más cuenta, me dio un profundo respeto releer
el libro editado por mi maestra.
No sólo es Hugo Chávez, es Lula Da Silva también entre
la cantidad de personas que vinculadas al Foro de Sao
Paulo que sufren este nal, que significa justamente la
acción escorpiana en nuestras vidas, pues de los cuatro
niveles de escorpianos, el primero, el propio escorpión
se mata a si mismo con su ponzoña, incapaz de convertir
en mensaje que lo leleve espiritualmente al grado del
ave fénix que resucita de sus propias cenizas, cosa que
aparenta Chávez con su palabrerío vacuo, más no logra
presentar físicamente...Cae en el juego de la culebra que
repta con formas curvas, creando miedo en un
corto espacio de acción, por lo que su efecto es muy limitado y
se sabe hacia donde se dirige.
La culebra es astuta pero no se eleva como el águila que
sería el paso siguiente del escorpion en su simbología.
Se está destruyendo a si mismo un paradigma que nunca ha
servido, y se autocorroen sus figuras icónicas con cánceres
en la zona de sentimientos, expresión, sexo y muerte...
Un astrólogo del presente: Pedro González Silva llama a
este tiempo "Operación Escorpión", eso me maravilla
pues se une a lo que de forma prolija, como se hacía
en los 70 predijo Fantina en esos años, reconociendo que
el mismo Prof. Briceño Guerrero le anunció que se adelantaba a
los tiempos, por eso enumeró el libro a los que se lo comprábamos
y creíamos en sus predicciones.
Nada hay nuevo bajo el Sol, sólo el lenguaje cambia...
Ya veremos.
Los médicos de Chávez
JORGE CAJÍAS EL UNIVERSAL
miércoles 23 de noviembre de 2011 12:00 AM
Se ha especulado hasta la saciedad cuál es el verdadero diagnóstico del morbo que aqueja al señor Presidente, lo cual es irrelevante para este escribidor, aplicado a las lides de la medicina. Lo destacable es que está enfermo y su tribulación provoca una reacción de incertidumbre en unos y -lamentablemente- "felicidad" en otros. Se debate además sobre el tiempo de vida que le puede quedar al Primer Mandatario, con fines obviamente calculadores de la suerte propia en el devenir engañoso que se ha vuelto la política venezolana. Esto también carece de importancia. El fondo del asunto es aún más terrible si se considera que un ser humano que está siendo víctima de una sombría enfermedad como es el cáncer, no logra despertar la lógica y esperada compasión de sus congéneres. Es allí donde considero radica la raíz del asunto. Chávez durante más de doce años ha prodigado como estrategia política el odio de unos hacia otros. Eso es energía negativa que viaja en el espacio y retorna a sus autores convertido en enfermedades, si hacemos propia una visión metafísica de las dolencias. Pero en el campo médico se conoce que la depresión crónica y sostenida es responsable de la disminución de poblaciones de linfocitos que habitualmente destruyen a las células cancerosas que se producen en el cuerpo humano, permitiendo la aparición del cáncer. Habría que decir algo similar en relación al "odio crónico", el cual pudiera provocar "desaliños" fisiológicos que conduzcan a lo mismo que la depresión crónica. Establecidas las anteriores premisas, hay que determinar que el cáncer de Chávez no es el de cualquier persona sino de alguien que ha puesto a rezar a la mitad del país por su curación mientras que la otra mitad ve de reojo su recuperación. Y de esta verdad contundente se han aprovechado los que dicen haber sido sus médicos y los que lo son actualmente. Entre ellos se abrió una polémica desgarradora con tintes "dialécticos" acerca del sustrato y pronóstico del cáncer presidencial, lo cual puso en evidencia por un lado, la búsqueda de "notoriedad" a como de lugar del primer pronosticador médico, y por otra parte, la genuflexión cremasteriana de los segundos galenos, que se desbordaron en elogios hacia el portador de semejante neoplasia, que no es otro que su propio benefactor. Estos médicos, conocidos varios por este sanador, han roto postulados Deontológicos al revelar el secreto médico de semejante paciente -pilar fundamental de la relación médico paciente- acerca del verdadero tipo de cáncer que aqueja al Presidente, o han especulado en forma no científica sobre el verdadero pronóstico y tiempo de vida que le queda a Chávez. Unos y otros, violentando el sentido común de la ciencia médica, han dicho sus razones y pareceres, buscando en última instancia algún tipo de ganancia secundaria. Yo como ciudadano y como médico solo sé que el presidente de la República Bolivariana de Venezuela está seriamente enfermo. Y sé que Venezuela debe prepararse para un futuro incierto. Eso es lo único que sé. Médico y Abogado UCV @jcajias
El hombre que escupe odio
ALEXANDER CAMBERO EL UNIVERSAL
miércoles 23 de noviembre de 2011 12:00 AM
El nuevo liderazgo terminó de nublarle el entendimiento. La muestra de profunda certificación democrática que surgió de la resultante del primer debate de los precandidatos de la libertad, hizo que las pastillas tranquilizantes fueran un acompañante necesario por los predios de Miraflores. La hermosa gesta que se transformó en esperanza para la gran mayoría de los venezolanos, condensa regocijo en los hornos ardientes del pueblo. Ellos trazan una ruta distinta al festín malandro de trece años de obscenidad y complicidad miserable. El país ha descubierto un abanico de nuevo actores con actitudes muy superiores al mandatario actual. Su gran preparación profesional y política se contrapone al cenagoso mecanismo empírico que acompaña a funcionarios mediocres, personajes sombríos surgidos del último eslabón de los repitientes consuetudinarios y que ahora quieren mostrarse como seres con hojas de servicios impecables. La realidad descubre un Hugo Chávez agotado en sus posibilidades, ha perdido la fortaleza de su conexión con las masas espontáneas. Las secuelas del tiempo y la cruel enfermedad se notan en una humanidad envejecida. Sus respuestas son lerdas ya que no puede mostrarse como vocero del futuro, él está confinado a representar al pasado oprobioso. Y lo decimos porque Venezuela vivió épocas esplendorosas con administraciones que legaron grandes cosas que aún subsisten pese a la marcada ineficacia del régimen. Es injusto dejar de reconocer que valerosos hombres fraguaron una patria grande, nuestra geografía se llenó de obras transcendentes; nos sacaron de la ruralidad hasta conectarnos con la modernidad, infortunadamente se cometieron errores que hicieron germinar el desastre que padecemos. El gobierno de Hugo Chávez con el sol calentándole hasta los intestinos, ni siquiera tuvo testosterona para atreverse a sabotear al debate de los demócratas, encadenó con la tradicional sarta de mentiras y se fue enfriando hasta quedarse mudo, mientras las manecillas del reloj nos acercaban al encuentro de nuestros mejores talentos. El deseo de la inmensa mayoría de los ciudadanos de escuchar al próximo Presidente obligó al gobierno nacional a tener que bajar la persiana. El Presidente acongojado buscaba desviar la atención, pero las ranuras del molino del cambio terminaron liquidando su aviesa intención, los ciudadanos hartos de su fábrica de fábulas lo obligaron a callar. Seguramente que sus más cercanos colaboradores recibieron su recital de insultos ante el éxito del nombrado debate. Quizás sintió un frío penetrándole por todos los hinchados flancos, cuando Diego Arria prometió llevarlo al tribunal de La Haya. Allá espera un banquillo de fino acabado francés por su huésped venezolano. El hombre sigue escupiendo odio. Sus intervenciones tienen la mezcolanza del engaño con la animadversión, contra todo aquel sector que no se deja engañar por la jauría revolucionaria. Después de trece años nuevos actores le hablaron al país, lo hicieron con un lenguaje respetuoso y cónsono con la majestad a la aspiran, tan distinto al discurso escatológico de Hugo Chávez. Cualquiera de ellos tiene mayor formación, inteligencia y modernidad que el régimen inmoral. Se asoma el 2012 con sus fulgores de esperanza. Venezuela ya dejó de seguir al hombre que escupe odio, este seguirá revolcándose en su propio dolor del alma. El tiempo se le agota y caen las hojas del calendario para mostrar que todo tiene su final. Nace una nueva nación en donde todos tendrán oportunidades, incluyendo a miles de aquellos que acompañaron al caudillo hasta lo último. alexandercambero@hotmail.com @alecambero
Razón del nombre del blog
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