Enlaces historiográficos
El Nacional 15 DE JULIO 2014 - 00:01
Mucho se ha discutido en esta columna y en otros espacios críticos sobre la situación particular de las artes visuales en Venezuela; en especial desde que un tipo de gerencia estatal se focalizó en la desestructuración a fondo de las instituciones, fragmentando líneas de investigación, rompiendo la prolongación de colecciones y obstruyendo la posibilidad de lectura sobre el acontecer del arte en nuestros contextos. Algunas palabras clave sobresalen en medio del presente confuso que han generado estas políticas culturales: ausencia, caos, exilio, soledad, discontinuidad, carencia.
En medio de los abismos sorpresivos de este cotidiano inestable, una muestra ha venido a consolidar nuevas posibilidades de unión; fragmentos de una estructura descosida que a pesar de los embates sigue viva, crece y se despereza para superar con pujanza los marasmos del olvido. La exposición lleva por título Gráfica Mercantil. Indagación y seguimiento y fue inaugurada el 15 de junio en el Espacio Mercantil de la ciudad de Caracas. En su totalidad, reúne la labor de 31 artistas venezolanos que bajo la guía de la curadora Tahía Rivero han desplegado desde el año 2008 una dinámica inmersión en los territorios de esta técnica de las artes visuales tan relevante para nuestro país.
El proyecto se inició cuando Rivero visualizó la necesidad de compartir un proyecto de alianza con el TAGA, principal institución en torno a las artes gráficas que tenemos desde 1976, fundado por artistas como Luisa Palacios, Gerd Leufert, Alejandro Otero, Alirio Palacios y Álvaro Sotillo, entre otros, y que continúa sus labores gracias a la conducción de Norma Morales y el apoyo de Agustín Villasana. Junto con ellos, la curadora de la Colección Mercantil diseñó una acción mediante la cual les propuso a varios artistas contemporáneos el aprendizaje y la experimentación de la gráfica en toda su amplitud, siendo una habilidad muy poco utilizada por estas generaciones. Año tras año, la iniciativa se volvió un proceso exitoso que transformó la mirada de los creadores involucrados, no solo ante las posibilidades infinitas de esta técnica de las artes visuales, sino también y con mayor ahínco sobre las líneas de sus propios procesos artísticos.
La exposición reúne los trabajos de este recorrido. En sala, a pesar de la uniformidad de los formatos, cada pieza se convierte en un infinito particular sobre la obra, las intenciones y las propuestas de cada artista. El proyecto fue desarrollado sin imponer temáticas de ningún tipo, brindando a cada creador la oportunidad de desplazarse por esta disciplina con libertad absoluta. El resultado es la conjunción de pequeñas ventanas que exploran con profundidad en las distintas formas y aproximaciones que están vibrando en nuestro arte más reciente. Gráfica Mercantil. Indagación y seguimiento es una muestra en la que se destaca una mirada curatorial acertada y pertinente, que indaga en las vertientes de nuestro entorno para visualizar un orden posible. La madurez de un ejercicio constante y la fe en la experimentación de nuevos ámbitos han sido los puntos de enlace que le han otorgado a este grupo de artistas venezolanos, en apariencia inconexos, separados en su mayoría por la producción en otros países y la imposibilidad de encontrarse en las salas de nuestros museos, el enlace adecuado para saberse parte valiosa de una totalidad, de un conjunto que comparte resonancias y cercanías en la invisible historiografía venezolana.
En medio de los abismos sorpresivos de este cotidiano inestable, una muestra ha venido a consolidar nuevas posibilidades de unión; fragmentos de una estructura descosida que a pesar de los embates sigue viva, crece y se despereza para superar con pujanza los marasmos del olvido. La exposición lleva por título Gráfica Mercantil. Indagación y seguimiento y fue inaugurada el 15 de junio en el Espacio Mercantil de la ciudad de Caracas. En su totalidad, reúne la labor de 31 artistas venezolanos que bajo la guía de la curadora Tahía Rivero han desplegado desde el año 2008 una dinámica inmersión en los territorios de esta técnica de las artes visuales tan relevante para nuestro país.
El proyecto se inició cuando Rivero visualizó la necesidad de compartir un proyecto de alianza con el TAGA, principal institución en torno a las artes gráficas que tenemos desde 1976, fundado por artistas como Luisa Palacios, Gerd Leufert, Alejandro Otero, Alirio Palacios y Álvaro Sotillo, entre otros, y que continúa sus labores gracias a la conducción de Norma Morales y el apoyo de Agustín Villasana. Junto con ellos, la curadora de la Colección Mercantil diseñó una acción mediante la cual les propuso a varios artistas contemporáneos el aprendizaje y la experimentación de la gráfica en toda su amplitud, siendo una habilidad muy poco utilizada por estas generaciones. Año tras año, la iniciativa se volvió un proceso exitoso que transformó la mirada de los creadores involucrados, no solo ante las posibilidades infinitas de esta técnica de las artes visuales, sino también y con mayor ahínco sobre las líneas de sus propios procesos artísticos.
La exposición reúne los trabajos de este recorrido. En sala, a pesar de la uniformidad de los formatos, cada pieza se convierte en un infinito particular sobre la obra, las intenciones y las propuestas de cada artista. El proyecto fue desarrollado sin imponer temáticas de ningún tipo, brindando a cada creador la oportunidad de desplazarse por esta disciplina con libertad absoluta. El resultado es la conjunción de pequeñas ventanas que exploran con profundidad en las distintas formas y aproximaciones que están vibrando en nuestro arte más reciente. Gráfica Mercantil. Indagación y seguimiento es una muestra en la que se destaca una mirada curatorial acertada y pertinente, que indaga en las vertientes de nuestro entorno para visualizar un orden posible. La madurez de un ejercicio constante y la fe en la experimentación de nuevos ámbitos han sido los puntos de enlace que le han otorgado a este grupo de artistas venezolanos, en apariencia inconexos, separados en su mayoría por la producción en otros países y la imposibilidad de encontrarse en las salas de nuestros museos, el enlace adecuado para saberse parte valiosa de una totalidad, de un conjunto que comparte resonancias y cercanías en la invisible historiografía venezolana.
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