Blog "El Pobre(cito)hablador miércoles, 21 de enero de 2015
De vez en cuando, entre películas de superhéroes, secuelas, precuelas,... o
secuelas de películas de superhéroes, toda la maquinaria de la industria del
cine norteamericano se pone al servicio del cine de autor y se deja caer con
alguna película de esas que los críticos llaman "independiente"
aunque sea producida con el mismo dinero y medios de los grandes estudios que
producen los grandes taquillazos y éxitos del cine más palomitero. Películas
con las que la crítica se vuelca unánimemente a favor y, a veces, aunque no
todas, también el público.
Birdman es una de esas películas. Bastante
inclasificable, original (eso no puede negársele), surrealista por momentos,
bien rodada y muy bien interpretada. Es probablemente la película "más
americana" de Alejandro González Iñárritu, salvo quizás 21 gramos, pero se nota que no es una película al uso. Este
tipo parece que siempre tiene ideas interesantes que aportas, aunque el
resultado no siempre sea del todo bueno (como pasaba con Biutiful, su película más floja para mi gusto).
¿Y de que va esto? Bueno, pues es la historia de como un actor de cine, Riggan
Thomson, que fue una estrella supertaquillera hace 20 años interpretando a un
superhéroe (Birdman, el hombre pájaro) en el cine, con sus correspondientes
secuelas, pero que ahora, una vez pasada la gloria, la verdad es que está
bastante venido a menos.
Supongo que el chiste es intencionado y el paralelismo es buscado adrede y con toda la intención: Riggan Thomson en la ficción fue Birdam 20 años atrás y ahora ya nadie se acuerda demasiado de él en el mundo del cine. Michael Keaton en la realidad fue Batman 20 años atrás, y la verdad es que en el cine reciente tampoco es que haya hecho nada memorable (hasta ahora, claro).
Pero Riggan Thomson quiere pasar a la historia como un buen actor y ser
recordado por su talento, y no por su disfraz de hombre pájaro. Así que se
embarca en adaptar, dirigir e interpretar una obra de teatro de Raymond Carver
(De lo que hablamos cuando hablamos del amor) y estrenarla en Broadway.
Y además de poner todo su empeño, se compromete hasta el punto de poner también
su dinero.
La película cuenta los días previos al estreno (y la propia noche del estreno),
con los ensayos, los pre-estrenos con público, las discusiones con su agente,
con los demás actores, etc. Pero la verdad es que aunque la trama en sí no sea
compleja, la historia si que lo es, pues tiene muchas lecturas, muchas capas.
Por un lado el propio Riggan tiene que luchar contra su "conciencia",
encarnada en Birdman, el hombre pájaro que le sigue a todas partes (al menos
como una voz en su cabeza al principio) y que trata de convencerle de que aquel
no es su sitio, de que en el fondo no es más que un farsante, y de que todo el
mundo se va a dar cuenta de que lo es. Que lo que de verdad debería hacer es
volver a donde pertenece, enfundarse otra vez el disfraz de pájaro, y rodar
Birdman 4.
Por otro tiene que luchar contra sus propias inseguridades. Aunque está
convencido de que eso es lo correcto, de que sabe como hacerlo y de que además
sabe como hacerlo bien,... a veces tiene sus dudas.
buena por ejemploAdemás tiene que lidiar con su agente y mejor amigo por los problemas (legales,
económicos, de organización,...) que supone montar la obra y con los problemas
de su vida privada: con su exmujer de la que lleva años separado, con su actual
pareja que es una de las actrices de la obra,... y con Sam, su hija, ex-yonky,
ahora rehabilitada y que trabaja como una especie de ayudante o secretaria
personal. La verdad es que aunque el protagonismo absoluto es para Keaton, Emma
Stone está muy bien -y muy bien caracterizada- como exdrogadicta en permanente
rehabilitación metida en el mundillo del teatro al que no pertenece y ayudando
a un padre al que casi no vio durante su infancia.
Pero junto con todo eso, la película trata temas como la volatilidad de
la fama (Riggan no tiene ni facebook ni twitter, ni nada de eso, ni le
interesa, por mucho que su hija le diga que ser trending topic es lo que
importa, y por mucho que acabe descubriéndolo a lo largo de la película): muy
la escena de la marcha en calzoncillos en pleno Times Square con los turistas
grabándolo para subirlo a Youtube.
O también la banalidad de los críticos profesionales, también muy bien retratados en el personaje de la todopoderosa crítica teatral del New York Times, amargada, pedante y agria (según uno de los protagonistas tiene cara de haber chupado un culo) y que piensas que Riggan no es más que un indigno farsante que está ocupando un teatro que podrían usar gente con verdadero talento, sólo para satisfacer su ego; y que además está dispuesta a desenmascararlo y a destrozarlo con su crítica. Y eso antes de haber visto la obra.
Con todo esto podría parecer que la película es un drama (y lo es), pero
también tiene sus puntos de comedia, bastante ácida, eso sí: hay un diálogo
denial entre Riggan y su agente cuando están buscando sustituto para uno de los
actores de la obra y todos aquellos que sugiere Riggan (actores reales) están
comprometidos (en la realidad) rodando remakes, precuelas o secuelas de
películas de películas de superhéroes, como fue él en su momento. "¡Dios
mío! ¿También le han puesto una capa?" llega
a decir cuando le dicen que uno de los que propone va a interpretar a un
superhéroe.
El que si que es capaz de robarle protagonismo a Keaton es Edward Norton. Este
tipo es bueno, pero aquí está que se sale, interpretando Mike Shiner, a otra
estrella de cine, cínica, histriónica e imprevisible. Vamos, esto vendría a ser
aquello que los críticos pedantes llaman "duelo interpretativo",
pero en la película incluso tiene un significado más literal en sus
enfrentamientos con Riggan.
Y el resto de secundarios tampoco están nada mal (Zach Galifianakis como su
agente y mejor amigo, Naomi Watts, como una de las actrices de la obra,...)
aunque no tengan papeles tan lucidos como los de Norton o Stone.
También creo que merece una mención aparte la banda sonora, no porque me guste
particularmente sino por lo atípica que es (como el resto de la película, la
verdad). Salvo algunos momentos de música clásica toda la banda sonora de la
película son fragmentos de solo de batería de jazz, incluyendo apariciones
(alguna bastante surrealista) del propio baterista...
He leído comparaciones con obras maestras del cine como Elcrepúsculo de los Dioses o Eva al Desnudo, pero lo cierto es que son más circunstanciales
que otra cosa (por la voz en off, por las estrellas de cine venidas a menos,
por el mundo del teatro), pero ni el tema de la película ni la forma tiene nada
que ver con ellas, absolutamente nada.
Porque desde luego donde si parece que pretende destacar la película es en el
apartado técnico: toda ella está rodada con steadycam, siguiendo continuamente
a los personajes, lo que le da mucha agilidad, pero también puede llegar a
molestar hasta que te acostumbras. Todo se desarrolla en el interior del
teatro, por los recovecos del edificio, o en sus inmediaciones, y todo en un
falso plano secuencia de dos horas de duración, que es lo que dura la película.
Falso porque realmente no es un plano secuencia de verdad, hay saltos
temporales (de hecho la película no se desarrolla en tiempo real sino a lo
largo de varios días). Eso del plano secuencia no es nuevo (se me vienen a la
mente varios precedentes, empezando por La soga de Hitchcock), pero siempre es espectacular si se
hace bien y desde luego aquí aporta originalidad. Pero la virtud de la película
creo que no está en el alarde técnico, sino en que no pretende disfrazar algo
vacío detrás sólo de ese alarde.
Para mi gusto es mejor la primera parte que la última. Creo a Iñárritu se le va
un poco la mano en la última parte, cuando más surrealista se vuelve (bueno, no
se si llamarlo surrealismo, realismo mágico o qué). Además coincide que es
cuando el resto de los personajes va perdiendo importancia y el protagonismo
absoluto recae en Birdman y en Riggan. Curiosamente algún giro de la trama
consiguió sorprenderme, porque aunque me esperaba que pasase algo así en el
final de la obra de teatro que se representa, no es exactamente lo que yo me
esperaba lo que acaba pasando.
Y en el culmen de la ida de olla de Iñárritu, el final. No creo que deje
indiferente y puede decepcionar a muchos. Es tan abierto que es casi un final
distinto para cada espectador, según como quiera interpretarlo.
En definitiva, una película rara y extraña, que no me atrevería a recomendar a
casi nadie, porque pienso que según te pille el día puede que veas como una
genialidad o como un tinglado pretencioso y sobrevalorado que ha montado este
director. Seguro que se lleva bastantes premios, y algunos merecidos desde
luego: el actor principal, el actor de reparto, el guión, incluso la dirección
seguramente estarán entre los favoritos para los Oscars. No es una película de
10, pero si creo que es una buena película.
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