La academia de ballet de Keyla Ermecheo ya no enseñará más
La directora atribuye el cierre a la inestabilidad del país.
La bailarina y docente de 72 años agradeció a sus colaboradores (Venancio Alcázares/Archivo)
EL UNIVERSAL
martes 10 de febrero de 2015 08:45 AM
Las luces se apagaron y las zapatillas se enviaron a los cajones. Después de 46 años de estrictas clases y de plausibles espectáculos, la escuela de ballet de Keyla Ermecheo cerró sus puertas por tiempo indefinido. La decisión fue informada por la directora a través de un comunicado en el que aseguró que el motivo principal de la clausura fue "la falta de control en la cotidianidad debido a la inestabilidad progresiva del país".
Ermecheo, de 72 años, insistió en que su búsqueda de la excelencia en la formación del alumnado se estaba afectando por elementos ajenos a su voluntad, como el ausentismo de profesores y alumnos por la necesidad de buscar otras fuentes de sustento económico en medio de la crisis.
La bailarina y docente agradeció a todos los que apoyaron a la escuela durante sus 46 años de actividades y declaró: "Mi pasión y entrega continuarán, pero en otra forma más puntual y que pueda controlar y realizar bajo mi absoluta responsabilidad".
Ermecheo, de 72 años, insistió en que su búsqueda de la excelencia en la formación del alumnado se estaba afectando por elementos ajenos a su voluntad, como el ausentismo de profesores y alumnos por la necesidad de buscar otras fuentes de sustento económico en medio de la crisis.
La bailarina y docente agradeció a todos los que apoyaron a la escuela durante sus 46 años de actividades y declaró: "Mi pasión y entrega continuarán, pero en otra forma más puntual y que pueda controlar y realizar bajo mi absoluta responsabilidad".
El primero de los Zapatazos, pueblicado el 21 de enero de 1965 en El Nacional
El legado de "Morocho"
Hace 50 años el expúgil ganó el primer título mundial para el país
El exboxeador Carlos "Morocho" Hernández es una de las figuras de mayor relevancia en la historia del deporte venezolano AVN
SAMIR J. JIMÉNEZ P. | EL UNIVERSAL
domingo 8 de febrero de 2015 12:00 AM
Aún cuando han pasado cinco décadas desde que Carlos "Morocho" Hernández copó los principales titulares de los diarios y televisión del país, tras conquistar el primer título mundial de boxeo para Venezuela, hoy en día su legado sigue vigente.
El 18 de enero de 1965 los espacios del Nuevo Circo en Caracas fueron el escenario donde el expúgil, quien cuenta con 75 años de edad, hizo historia al derrotar con su imponente pegada al estadounidense Eddie Perkins en 15 asaltos, para así adueñarse del título Welter Junior de la AMB con el que plasmó su nombre en las páginas doradas del boxeo criollo.
Ya retirado de toda actividad física y deportiva, el "Morocho" aún recuerda algunos de sus mejores momentos de hace algunos años atrás, pese a padecer de Alzheimer y algunos otros "achaques" que a juicio de su hija, Zaida, son producto de los fuertes golpes que recibió cuando boxeaba.
"Yo estoy muy orgullosa de ser hija de una gloria deportiva como lo es mi papá. Pese a su condición actual, él recuerda muchas de las cosas que le permitieron brillar en el mundo del boxeo mucho tiempo atrás", precisó.
El experimentado boxeador que inició su carrera con tan solo 15 años, defendió su título en tres ocasiones y luego lo cedió ante el italiano Leopoldo Lopopolo. Ha sido uno de los púgiles criollos que más ha inspirado respeto en otras latitudes, gracias a su fuerte pegada.
"Realmente no creo que nazca otro boxeador de la talla de mi papá. No por ser modesto, pero él tenía todo lo necesario para ser un gran campeón. Tiene la estatura adecuada (1,78), su pegada era una de las más temidas y, para completar, era muy guapo", recordó entre risas su hijo Williams, el único que quiso seguir sus pasos pero a quien su papá se lo prohibió por lo violento del deporte.
Williams, entre las anécdotas que recuerda de su padre, destaca el hecho que nadie quería guantear con él, ya que la velocidad de su zurda y derechazos dejaban en el piso a más de uno. "A veces tenía que pagarle a atletas de mayor peso que él para poder guantear", precisó.
Aún cuando el boxeo es un deporte de contacto en el que se reciben y dan fuertes golpes, los nueve descendientes de "Morocho" reconocen que su papá nunca fue un hombre violento fuera del cuadrilátero.
"Uno de sus mayores consejos siempre fue: 'la mejor pelea es la que se evita'. Él, cada vez que tenía oportunidad, nos recalcaba la 'cero violencia', dado que siempre ha sido un hombre sencillo, humilde, bonachón y pacífico. Él solo se transformaba en una máquina dentro del ring" , confesó Richard, otro de sus hijos.
"Morocho", quien en 2011 recibió el título de "Mejor boxeador venezolano de todos los tiempos", se retiró en 1971 y aunque sus familiares no fueron testigos oculares de sus hazañas, aseguran ser sus más fieles fanáticos. Incluso, han visto sus combates a través de Youtube y mediante fotografías.
"Mi papá ha sido homenajeado en Venezuela y en el mundo. Nunca olvidaremos un evento en Cancún, donde reunieron a la crema y nata del boxeo. Estaban Mohamad Alí, 'Macho' Camacho, Mike Tyson, 'Mano de piedra' Durán, entre otros. Recuerdo que venía entrando al salón el gran Alexis Arguello, que también era un boxeador tan popular como mi papá, y cuando lo vio le hizo una reverencia como muestra de respeto. Fue un momento inolvidable", destacó Williams.
Aunque los descendientes del expúgil reconocen el esfuerzo que ha hecho el estado por mejorar el deporte en el país, reiteran que aún falta mucho por hacer para que el boxeo vuelva a brillar como antes.
El 18 de enero de 1965 los espacios del Nuevo Circo en Caracas fueron el escenario donde el expúgil, quien cuenta con 75 años de edad, hizo historia al derrotar con su imponente pegada al estadounidense Eddie Perkins en 15 asaltos, para así adueñarse del título Welter Junior de la AMB con el que plasmó su nombre en las páginas doradas del boxeo criollo.
Ya retirado de toda actividad física y deportiva, el "Morocho" aún recuerda algunos de sus mejores momentos de hace algunos años atrás, pese a padecer de Alzheimer y algunos otros "achaques" que a juicio de su hija, Zaida, son producto de los fuertes golpes que recibió cuando boxeaba.
"Yo estoy muy orgullosa de ser hija de una gloria deportiva como lo es mi papá. Pese a su condición actual, él recuerda muchas de las cosas que le permitieron brillar en el mundo del boxeo mucho tiempo atrás", precisó.
El experimentado boxeador que inició su carrera con tan solo 15 años, defendió su título en tres ocasiones y luego lo cedió ante el italiano Leopoldo Lopopolo. Ha sido uno de los púgiles criollos que más ha inspirado respeto en otras latitudes, gracias a su fuerte pegada.
"Realmente no creo que nazca otro boxeador de la talla de mi papá. No por ser modesto, pero él tenía todo lo necesario para ser un gran campeón. Tiene la estatura adecuada (1,78), su pegada era una de las más temidas y, para completar, era muy guapo", recordó entre risas su hijo Williams, el único que quiso seguir sus pasos pero a quien su papá se lo prohibió por lo violento del deporte.
Williams, entre las anécdotas que recuerda de su padre, destaca el hecho que nadie quería guantear con él, ya que la velocidad de su zurda y derechazos dejaban en el piso a más de uno. "A veces tenía que pagarle a atletas de mayor peso que él para poder guantear", precisó.
Aún cuando el boxeo es un deporte de contacto en el que se reciben y dan fuertes golpes, los nueve descendientes de "Morocho" reconocen que su papá nunca fue un hombre violento fuera del cuadrilátero.
"Uno de sus mayores consejos siempre fue: 'la mejor pelea es la que se evita'. Él, cada vez que tenía oportunidad, nos recalcaba la 'cero violencia', dado que siempre ha sido un hombre sencillo, humilde, bonachón y pacífico. Él solo se transformaba en una máquina dentro del ring" , confesó Richard, otro de sus hijos.
"Morocho", quien en 2011 recibió el título de "Mejor boxeador venezolano de todos los tiempos", se retiró en 1971 y aunque sus familiares no fueron testigos oculares de sus hazañas, aseguran ser sus más fieles fanáticos. Incluso, han visto sus combates a través de Youtube y mediante fotografías.
"Mi papá ha sido homenajeado en Venezuela y en el mundo. Nunca olvidaremos un evento en Cancún, donde reunieron a la crema y nata del boxeo. Estaban Mohamad Alí, 'Macho' Camacho, Mike Tyson, 'Mano de piedra' Durán, entre otros. Recuerdo que venía entrando al salón el gran Alexis Arguello, que también era un boxeador tan popular como mi papá, y cuando lo vio le hizo una reverencia como muestra de respeto. Fue un momento inolvidable", destacó Williams.
Aunque los descendientes del expúgil reconocen el esfuerzo que ha hecho el estado por mejorar el deporte en el país, reiteran que aún falta mucho por hacer para que el boxeo vuelva a brillar como antes.
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