La Venezuela que arruinaron…
El Nacional 21 DE FEBRERO 2015 - 00:01
Antes del contumaz fraude revolucionario, Venezuela tenía un potencial para estar entre las economías más vigorosas del planeta Tierra. 16 años de depredación bastaron para colocarnos en el renglón de aquellas en las que su desbalance las ubica como las menos favorecidas. Paradójicamente, en el período de mayor ingreso de nuestra historia nos fuimos a la ruina. Según investigaciones dignas de todo crédito, la nación percibió 981.000 millones de dólares desde el año 1999. Pdvsa obtuvo en los últimos 14 años ganancias por el orden de los 700.000 millones de dólares. Cifra verdaderamente estratosférica; con pocos precedentes en el concierto de las naciones. Se calcula que con semejante utilidad se podría haber reconstruido la Europa pos-Segunda Guerra Mundial unas 15 veces. Es el presupuesto de toda Centroamérica en 32 años. Es superior a las reservas de 2 décadas del continente africano.
Con estos recursos bien utilizados en Venezuela podríamos haber construido toda una amplísima red de unos 5.000 hospitales equipados con tecnología de punta. 14.000 liceos dotados de óptimas herramientas y diseños educativos. 15.000 escuelas biodegradables como existen en Inglaterra. Con suma facilidad unas 480 autopistas; 800 carreteras bien asfaltadas. 12 millones de soluciones habitacionales con amplio confort y seguridad antisísmica con los mejores estándares recomendados por las aseguradoras internacionales. Una nación autosustentable en el marco de la producción nacional, tanto en el ámbito industrial como en el campo de la producción agro alimentaria. En definitiva, una patria con todas las herramientas necesarias para lograr posicionarse como un modelo digno del primer mundo.
¿Qué sucedió en Venezuela para pasar del esplendor a la miseria? Una ilusión se hizo gobierno. El fraude cautivante electrizó a las mayorías descontentas, haciéndose coparticipe de un proyecto mesiánico. Con la sed de venganza en la espada arrasaron con toda expresión democrática para instaurar el terror. Una especie de nueva élite que quiso transformarnos en un pueblo sin pensamiento; súbdito de un tirano disfrazado de libertador. Aquel militarucho con ínfulas de inmortalidad nos arrastró por el tobogán del infortunio: desquiciante desolación moral y económica.
Ahora somos el país más corrupto del hemisferio, con la tercera más elevada inflación del planeta. Colas kilométricas para comprar productos que en 85% provienen del exterior. Con ellos nuestro sistema de salud se colocó como el peor del continente. Ni siquiera Haití padece la carencia de medicamentos que soportamos estoicamente. Sufriendo de enfermedades que solamente castigan a los pueblos africanos desde hace décadas. La libertad de todo signo severamente sometida por un sistema judicial absolutamente podrido.
Si hablamos de inseguridad encabezamos todas las estadísticas reconocidas. En 3 años fueron asesinados en Venezuela 86.000 personas. Cifra superior a los conflictos conocidos. Sin olvidar que le debemos a China la bicoca de 70.000 millones de dólares. Es decir, le vendieron nuestro futuro al imperio asiático. ¿Quiénes son los verdaderos traidores de la patria? El país con mayor perspectiva de crecimiento económico reducido a vivir en la orfandad. Por culpa de un régimen putrefacto que debe ser desterrado. En 16 años hicieron que pasáramos de la cúspide al subsuelo. Una verdadera maldición producto del gobierno de la indecencia y la ignorancia supina…
El Nacional 21 DE FEBRERO 2015 - 00:01
Antes del contumaz fraude revolucionario, Venezuela tenía un potencial para estar entre las economías más vigorosas del planeta Tierra. 16 años de depredación bastaron para colocarnos en el renglón de aquellas en las que su desbalance las ubica como las menos favorecidas. Paradójicamente, en el período de mayor ingreso de nuestra historia nos fuimos a la ruina. Según investigaciones dignas de todo crédito, la nación percibió 981.000 millones de dólares desde el año 1999. Pdvsa obtuvo en los últimos 14 años ganancias por el orden de los 700.000 millones de dólares. Cifra verdaderamente estratosférica; con pocos precedentes en el concierto de las naciones. Se calcula que con semejante utilidad se podría haber reconstruido la Europa pos-Segunda Guerra Mundial unas 15 veces. Es el presupuesto de toda Centroamérica en 32 años. Es superior a las reservas de 2 décadas del continente africano.
Con estos recursos bien utilizados en Venezuela podríamos haber construido toda una amplísima red de unos 5.000 hospitales equipados con tecnología de punta. 14.000 liceos dotados de óptimas herramientas y diseños educativos. 15.000 escuelas biodegradables como existen en Inglaterra. Con suma facilidad unas 480 autopistas; 800 carreteras bien asfaltadas. 12 millones de soluciones habitacionales con amplio confort y seguridad antisísmica con los mejores estándares recomendados por las aseguradoras internacionales. Una nación autosustentable en el marco de la producción nacional, tanto en el ámbito industrial como en el campo de la producción agro alimentaria. En definitiva, una patria con todas las herramientas necesarias para lograr posicionarse como un modelo digno del primer mundo.
¿Qué sucedió en Venezuela para pasar del esplendor a la miseria? Una ilusión se hizo gobierno. El fraude cautivante electrizó a las mayorías descontentas, haciéndose coparticipe de un proyecto mesiánico. Con la sed de venganza en la espada arrasaron con toda expresión democrática para instaurar el terror. Una especie de nueva élite que quiso transformarnos en un pueblo sin pensamiento; súbdito de un tirano disfrazado de libertador. Aquel militarucho con ínfulas de inmortalidad nos arrastró por el tobogán del infortunio: desquiciante desolación moral y económica.
Ahora somos el país más corrupto del hemisferio, con la tercera más elevada inflación del planeta. Colas kilométricas para comprar productos que en 85% provienen del exterior. Con ellos nuestro sistema de salud se colocó como el peor del continente. Ni siquiera Haití padece la carencia de medicamentos que soportamos estoicamente. Sufriendo de enfermedades que solamente castigan a los pueblos africanos desde hace décadas. La libertad de todo signo severamente sometida por un sistema judicial absolutamente podrido.
Si hablamos de inseguridad encabezamos todas las estadísticas reconocidas. En 3 años fueron asesinados en Venezuela 86.000 personas. Cifra superior a los conflictos conocidos. Sin olvidar que le debemos a China la bicoca de 70.000 millones de dólares. Es decir, le vendieron nuestro futuro al imperio asiático. ¿Quiénes son los verdaderos traidores de la patria? El país con mayor perspectiva de crecimiento económico reducido a vivir en la orfandad. Por culpa de un régimen putrefacto que debe ser desterrado. En 16 años hicieron que pasáramos de la cúspide al subsuelo. Una verdadera maldición producto del gobierno de la indecencia y la ignorancia supina…
El tirano y su servidumbre
El Nacional 21 DE FEBRERO 2015 - 00:01
“Si un tirano es un solo hombre y los subyugados son muchos, ¿por qué consienten ellos su propia esclavitud?”.
Étienne de La Boétie
Étienne de La Boétie (1530-1563), escribió elDiscurso sobre la servidumbre voluntaria (Discours de la Servitude volontaire) a la edad de 18 años, un escrito panfletario contra el rey Henri II. El tratado, de gran erudición, fue escrito alrededor de 1549, año que coincide con la represión y masacres de campesinos en Guyenne, al suroeste de Francia, que se habían sublevado contra el impuesto a la sal ordenado por el rey.
Desde su aparición, el libro fue adoptado por diferentes movimientos contestatarios no solo en Francia sino en toda Europa. Los líderes de la Revolución Francesa lo hicieron circular bajo el título Las cadenas de la esclavitud. Durante la ocupación nazi en Francia el libro fue prohibido, pero a pesar de ello se imprimieron miles de ejemplares que se repartieron clandestinamente.
¿Por qué este pequeño ensayo, escrito por un joven indignado del siglo XVI, hace temblar a los tiranos? La respuesta está en lo que el autor afirma: “Si un tirano es un solo hombre y sus súbditos son muchos, ¿por qué consienten ellos su propia esclavitud? El que gobierna tiránicamente sobre ustedes posee solamente dos ojos, solamente dos manos, solamente un cuerpo; en verdad no posee nada más que el poder que ustedes le confieren para destruirlos. ¿Dónde ha adquirido él ojos suficientes como para espiarlos, si ustedes no se los proveen por sí mismos? ¿Cómo puede tener él tantos brazos con los cuales golpearlos, si no los toma prestados de ustedes? Los pies que pisotean vuestras ciudades, ¿de dónde los obtiene si no son los vuestros?”.
Sobre la tiranía y los vicios políticos que esta genera, La Boétie afirmó sin ambages: “Los tiranos se crecen sobre la servidumbre voluntaria de sus súbditos. No hay rey sin súbditos, no hay tirano y no hay dictador sin masas resignadas”. Para él, existe una matemática de la dominación a la que llama “cadena de obediencia social”, mediante la cual el tirano no necesita enfrentarse directamente a la masa que desea dominar. Mediante un modelo piramidal, utiliza a unos para dominar y tratar despóticamente a los que están debajo de estos, quienes a su vez dominan a sus subordinados y así se va multiplicando su poder.
Desde que comenzó a circular, el Discurso sobre la servidumbre voluntaria ha sido fuente de inspiración para aquellos que luchan por la libertad y se baten contra la opresión, la explotación, el abuso de fuerza, la corrupción y toda mitificación del poder. En 1558 Montaigne, contemporáneo de La Boétie, autor de los conocidos Ensayos que han influido desde entonces en la filosofía y el pensamiento de occidente, interesado en saber quién era el autor del Discurso, viaja a Bordeaux donde La Boétie ya era magistrado a los 24 años de edad; dicho encuentro significó el inicio de una intensa amistad y una nutrida correspondencia política.
La Boétie anticipa la filosofía política de los pensadores de la Ilustración, quienes sostenían que la razón humana podía combatir la ignorancia, la superstición y la tiranía, aunque en el siglo XXI aún suframos ese déficit.
En sus páginas, La Boétie no cesa de afirmar que “es la obediencia la que hace poderoso al tirano”. De allí que el autor nos plantea descifrar un enigma político: “No es el poder el que crea la obediencia, sino que es la obediencia la que crea el poder”, preguntándose con indignación: “¿Cómo las personas, pueden ser dominadas o, aún más, servir con fervor a quien las desprecia y oprime? Es un hecho enigmático la capacidad de soportar, aceptar e incluso amar su servidumbre, hasta tal punto en que algunos la perciben como si fuera su salvación. ¿Por qué una enorme masa de decenas de miles se somete a la voluntad de un hombrecito mediocre?”.
Severine Auffret, en su ensayo sobre La Boetie, titulado Cometa(Comète, Éditions Fayard, París, 1997), sostiene que “los conceptos de ‘dominación’ y ‘servidumbre’ del autor sitúan al tirano no solo en una categoría política sino ‘mental’ y hasta ‘metafísica’, ya que esta relación de dominación y servidumbre, para darse en la sociedad, primero se instaura en lo más íntimo de la conciencia del individuo”. La respuesta a este desacierto la da el mismo La Boétie: “La libertad, más allá de ser un ideal a conquistar, es una actitud”.
El alcalde secuestrado y el costo de las mentiras
El Nacional 21 DE FEBRERO 2015 - 00:01
Como ya lo estamos viendo, la historia se precipita. La historia es cosa de la gente, aun cuando con harta frecuencia la gente se porta como animales.
Apuntamos a que la crisis general haría pico en este año. Pero no en la Cuaresma que parece ser un período fecundo en acontecimientos. Como es natural, le seguimos los movimientos al gobierno, su anuncio de magnicidios y golpes de Estado, la macrodevaluación, los viajes a la relamida La Habana. Una suerte de mirada con afanes de faro, girando en la búsqueda, no muy lógica, de medidas que remienden la cosa.
Esperaba muchas cosas en niveles similares, pero el secuestro del alcalde, las amenazas a otras personalidades y el apresamiento de unos cuantos militares de muy bajo poder… realmente desentonan, si es que no fueran trágicos por lo que ello podría iniciar. Un curso de violencia creciente que podría llevar al país a muy dolorosos hechos.
En el mundo y sobre todo en América, tanto los golpes de Estado como otras formas similares represión y violación de los derechos humanos se salen del contexto. Por ejemplo, para los países del Mercosur y sus documentos fundamentales las violaciones de las constituciones, a las maneras democráticas bien explícitas en ellos, y a pesar de ciertas sonrisas ideológicas, les resultaría muy difícil aceptar eso de negar la oposición, apresar violentamente a los alcaldes o violar la inmunidad parlamentaria. Toda gente en esos –y muchos gobiernos– sabe que estar en el poder nunca es eterno, ni siquiera para los iluminados, y que tarde o temprano tendrían que rendir cuentas.
He insistido en la necesidad de ir al diálogo y, desde él, a un gobierno de coalición, de los más capaces sin que hubiera un cambio o renuncia presidencial. Esta sería una acción de alta política, de inteligencia, no muy sutil por cierto, pero que acopiaría fuerzas y recursos para reconstruir este deteriorado país.
Desafortunadamente, si es que este suave término fuera adecuado, las acciones de los últimos días no nos muestran inteligencia ni sutileza. Se le ha entrado a una colmena sin consideraciones para su capacidad de respuesta y se le ha alborotado. A todos los graves problemas que implican lo que llamamos crisis general, se agregan estas muestras de ilegal torpeza y pobre estilo, si es que acaso lo que está por detrás de todo ello es el recurso, nunca afortunado, del autogolpe.
No obstante, en la historia nunca es tarde para rectificar. Digo de la historia en paz, ya que bien sabemos que en la guerra la historia tiene otro lenguaje.
Señor gobierno, no nos empuje por ese barranco de represión y violencia.
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