El modelo socialista fracasó
GUILLERMO GARCÍA N. | EL UNIVERSAL
domingo 8 de febrero de 2015 12:00 AM
El Gobierno sigue empeñado en mantener un modelo socialista que ha probado reiteradamente su inmenso fracaso en todos los ámbitos y lugares. Cuando se analizan las experiencias de las economías de corte e ideología socialista- marxista en países como la extinta Unión Soviética, Cuba y Nicaragua, vemos un denominador común, su fracaso en ofrecer una economía pujante, generadora de empleos, bienestar y de mejora de la calidad de vida de sus ciudadanos. Países como China comunista, se deslastró hace ya más de 30 años de esa orientación económica centralizada, estatista y de controles económicos de todo tipo que la tenían estancada y en la miseria y se abrió al mundo bajo otro modelo económico.
El ejemplo chino
Hoy la concepción económica de China, se parece cada día más a las economías de concepción capitalista de los países de occidente; y este hecho ha producido, que China se ha convertido en una potencia económica y financiera de "Primer Mundo". Se estima que en unos 25 años, de continuar el ritmo acelerado y sostenido de su crecimiento económico del 10 y 11% interanual de los últimos 20 años, China pueda convertirse en la primera potencia económica a nivel mundial, con la reducción sustancial de la pobreza de sus ciudadanos. Todo esto bajo el modelo económico capitalista.
Uno de los problemas que enfrenta China hoy, es que su crecimiento acelerado está poniendo presión sobre el gobierno chino para aminorar su explosivo crecimiento y no producirse un recalentamiento sobre su economía que presione sobre los precios y su moneda, el Yuan. La Bolsa de Shangai, y Hong Kong se han convertido en una de las Bolsas de Valores de mayor rentabilidad a nivel mundial en los últimos años, y sus rendimientos han registrado impresionantes crecimientos de hasta 92% de retorno en un año. El empuje en los precios de las acciones chinas es el resultado de un factor determinante: "ganancias..., ganancias y más ganancias". El mercado de capitales y de valores de China y de sus países vecinos se ha convertido en centro de atracción de los capitales mundiales.
Cada día China y los países asiáticos abren sus mercados a la inversión foránea, estableciendo reglas claras y seguridad jurídica para esas inversiones. Esto contrasta con el caso venezolano, donde cada día las garantías, marco legal y constitucional para los inversionistas nacionales o extranjeros se deterioran y debilita. El planteamiento socialista que se propone en la actualidad se aleja de las corrientes modernas y de desarrollo de los países que han alcanzado éxito económico, o en vías de alcanzarlo.
Venezuela tiene todos los elementos para ser un país exitoso. Venezuela cuenta con los recursos naturales para hacer de este país, un gran país. Cuantiosos recursos que están aquí para desarrollar y crear riquezas para los venezolanos. No obstante, los recursos naturales por sí solos no son suficientes, se requieren de políticas económicas que fomenten la inversión, el desarrollo y la inclusión. Es irreal pensar, que los inversionistas extranjeros vendrán a realizar sus inversiones bajo la sola premisa de los grandes recursos con que contamos, si a esa inversión no se le da seguridad jurídica necesaria y reglas de juego claras y de continuidad en el tiempo. Estabilidad, confianza y equilibrios macroeconómicos son elementos claves.
Las economías del mundo de hoy están sentadas sobre la base de la libre empresa, el libre mercado, la apertura comercial y la competitividad internacional. Países y regiones se integran para activar y mejorar sus flujos de comercio e inversión, así como para desarrollar sus ventajas comparativas y competitivas, la interdependencia y globalidad son la dinámica misma del proceso. En consecuencia, lo presentado y dicho hasta ahora sobre un eventual modelo socialista –marxista de la economía venezolana, no encaja y es contrario a las tendencias del mundo moderno de hoy; y en nuestro caso, lo que traería es retraso, más pobreza y la perdida de las grandes oportunidades que tiene el país de desarrollarse y mejorar la calidad de vida de la mayoría de los ciudadanos. China se dio cuenta de este gran error y emprendió un cambio hacia la modernidad, la apertura y el desarrollo. Abriendo sus mercados y áreas de negocios (construcción, finanzas, seguros, etc.).
Que en nuestro caso, no tengamos que pasar por la mala experiencia y caos que sufrieron la Unión Soviética y China, para darnos cuenta de lo que se necesita es más capitalismo para todos, incentivar la propiedad privada como valor fundamental, el trabajo productivo, incentivar y dar apoyo financiero y técnico a todos los venezolanos que quieran emprender para hacerlos empresarios prósperos y generadores de empleos. Un país donde la iniciativa privada a emprender, crear, poseer y disponer la tenga el ciudadano y no el Estado. ¡Llegó la hora de cambiar el modelo!
Asesor Financiero
Candidato AMDP Harvard University
finanzasaldia@gmail.com
@asesorfinaciero
GUILLERMO GARCÍA N. | EL UNIVERSAL
domingo 8 de febrero de 2015 12:00 AM
El Gobierno sigue empeñado en mantener un modelo socialista que ha probado reiteradamente su inmenso fracaso en todos los ámbitos y lugares. Cuando se analizan las experiencias de las economías de corte e ideología socialista- marxista en países como la extinta Unión Soviética, Cuba y Nicaragua, vemos un denominador común, su fracaso en ofrecer una economía pujante, generadora de empleos, bienestar y de mejora de la calidad de vida de sus ciudadanos. Países como China comunista, se deslastró hace ya más de 30 años de esa orientación económica centralizada, estatista y de controles económicos de todo tipo que la tenían estancada y en la miseria y se abrió al mundo bajo otro modelo económico.
El ejemplo chino
Hoy la concepción económica de China, se parece cada día más a las economías de concepción capitalista de los países de occidente; y este hecho ha producido, que China se ha convertido en una potencia económica y financiera de "Primer Mundo". Se estima que en unos 25 años, de continuar el ritmo acelerado y sostenido de su crecimiento económico del 10 y 11% interanual de los últimos 20 años, China pueda convertirse en la primera potencia económica a nivel mundial, con la reducción sustancial de la pobreza de sus ciudadanos. Todo esto bajo el modelo económico capitalista.
Uno de los problemas que enfrenta China hoy, es que su crecimiento acelerado está poniendo presión sobre el gobierno chino para aminorar su explosivo crecimiento y no producirse un recalentamiento sobre su economía que presione sobre los precios y su moneda, el Yuan. La Bolsa de Shangai, y Hong Kong se han convertido en una de las Bolsas de Valores de mayor rentabilidad a nivel mundial en los últimos años, y sus rendimientos han registrado impresionantes crecimientos de hasta 92% de retorno en un año. El empuje en los precios de las acciones chinas es el resultado de un factor determinante: "ganancias..., ganancias y más ganancias". El mercado de capitales y de valores de China y de sus países vecinos se ha convertido en centro de atracción de los capitales mundiales.
Cada día China y los países asiáticos abren sus mercados a la inversión foránea, estableciendo reglas claras y seguridad jurídica para esas inversiones. Esto contrasta con el caso venezolano, donde cada día las garantías, marco legal y constitucional para los inversionistas nacionales o extranjeros se deterioran y debilita. El planteamiento socialista que se propone en la actualidad se aleja de las corrientes modernas y de desarrollo de los países que han alcanzado éxito económico, o en vías de alcanzarlo.
Venezuela tiene todos los elementos para ser un país exitoso. Venezuela cuenta con los recursos naturales para hacer de este país, un gran país. Cuantiosos recursos que están aquí para desarrollar y crear riquezas para los venezolanos. No obstante, los recursos naturales por sí solos no son suficientes, se requieren de políticas económicas que fomenten la inversión, el desarrollo y la inclusión. Es irreal pensar, que los inversionistas extranjeros vendrán a realizar sus inversiones bajo la sola premisa de los grandes recursos con que contamos, si a esa inversión no se le da seguridad jurídica necesaria y reglas de juego claras y de continuidad en el tiempo. Estabilidad, confianza y equilibrios macroeconómicos son elementos claves.
Las economías del mundo de hoy están sentadas sobre la base de la libre empresa, el libre mercado, la apertura comercial y la competitividad internacional. Países y regiones se integran para activar y mejorar sus flujos de comercio e inversión, así como para desarrollar sus ventajas comparativas y competitivas, la interdependencia y globalidad son la dinámica misma del proceso. En consecuencia, lo presentado y dicho hasta ahora sobre un eventual modelo socialista –marxista de la economía venezolana, no encaja y es contrario a las tendencias del mundo moderno de hoy; y en nuestro caso, lo que traería es retraso, más pobreza y la perdida de las grandes oportunidades que tiene el país de desarrollarse y mejorar la calidad de vida de la mayoría de los ciudadanos. China se dio cuenta de este gran error y emprendió un cambio hacia la modernidad, la apertura y el desarrollo. Abriendo sus mercados y áreas de negocios (construcción, finanzas, seguros, etc.).
Que en nuestro caso, no tengamos que pasar por la mala experiencia y caos que sufrieron la Unión Soviética y China, para darnos cuenta de lo que se necesita es más capitalismo para todos, incentivar la propiedad privada como valor fundamental, el trabajo productivo, incentivar y dar apoyo financiero y técnico a todos los venezolanos que quieran emprender para hacerlos empresarios prósperos y generadores de empleos. Un país donde la iniciativa privada a emprender, crear, poseer y disponer la tenga el ciudadano y no el Estado. ¡Llegó la hora de cambiar el modelo!
Asesor Financiero
Candidato AMDP Harvard University
finanzasaldia@gmail.com
@asesorfinaciero
El ejemplo chino
Hoy la concepción económica de China, se parece cada día más a las economías de concepción capitalista de los países de occidente; y este hecho ha producido, que China se ha convertido en una potencia económica y financiera de "Primer Mundo". Se estima que en unos 25 años, de continuar el ritmo acelerado y sostenido de su crecimiento económico del 10 y 11% interanual de los últimos 20 años, China pueda convertirse en la primera potencia económica a nivel mundial, con la reducción sustancial de la pobreza de sus ciudadanos. Todo esto bajo el modelo económico capitalista.
Uno de los problemas que enfrenta China hoy, es que su crecimiento acelerado está poniendo presión sobre el gobierno chino para aminorar su explosivo crecimiento y no producirse un recalentamiento sobre su economía que presione sobre los precios y su moneda, el Yuan. La Bolsa de Shangai, y Hong Kong se han convertido en una de las Bolsas de Valores de mayor rentabilidad a nivel mundial en los últimos años, y sus rendimientos han registrado impresionantes crecimientos de hasta 92% de retorno en un año. El empuje en los precios de las acciones chinas es el resultado de un factor determinante: "ganancias..., ganancias y más ganancias". El mercado de capitales y de valores de China y de sus países vecinos se ha convertido en centro de atracción de los capitales mundiales.
Cada día China y los países asiáticos abren sus mercados a la inversión foránea, estableciendo reglas claras y seguridad jurídica para esas inversiones. Esto contrasta con el caso venezolano, donde cada día las garantías, marco legal y constitucional para los inversionistas nacionales o extranjeros se deterioran y debilita. El planteamiento socialista que se propone en la actualidad se aleja de las corrientes modernas y de desarrollo de los países que han alcanzado éxito económico, o en vías de alcanzarlo.
Venezuela tiene todos los elementos para ser un país exitoso. Venezuela cuenta con los recursos naturales para hacer de este país, un gran país. Cuantiosos recursos que están aquí para desarrollar y crear riquezas para los venezolanos. No obstante, los recursos naturales por sí solos no son suficientes, se requieren de políticas económicas que fomenten la inversión, el desarrollo y la inclusión. Es irreal pensar, que los inversionistas extranjeros vendrán a realizar sus inversiones bajo la sola premisa de los grandes recursos con que contamos, si a esa inversión no se le da seguridad jurídica necesaria y reglas de juego claras y de continuidad en el tiempo. Estabilidad, confianza y equilibrios macroeconómicos son elementos claves.
Las economías del mundo de hoy están sentadas sobre la base de la libre empresa, el libre mercado, la apertura comercial y la competitividad internacional. Países y regiones se integran para activar y mejorar sus flujos de comercio e inversión, así como para desarrollar sus ventajas comparativas y competitivas, la interdependencia y globalidad son la dinámica misma del proceso. En consecuencia, lo presentado y dicho hasta ahora sobre un eventual modelo socialista –marxista de la economía venezolana, no encaja y es contrario a las tendencias del mundo moderno de hoy; y en nuestro caso, lo que traería es retraso, más pobreza y la perdida de las grandes oportunidades que tiene el país de desarrollarse y mejorar la calidad de vida de la mayoría de los ciudadanos. China se dio cuenta de este gran error y emprendió un cambio hacia la modernidad, la apertura y el desarrollo. Abriendo sus mercados y áreas de negocios (construcción, finanzas, seguros, etc.).
Que en nuestro caso, no tengamos que pasar por la mala experiencia y caos que sufrieron la Unión Soviética y China, para darnos cuenta de lo que se necesita es más capitalismo para todos, incentivar la propiedad privada como valor fundamental, el trabajo productivo, incentivar y dar apoyo financiero y técnico a todos los venezolanos que quieran emprender para hacerlos empresarios prósperos y generadores de empleos. Un país donde la iniciativa privada a emprender, crear, poseer y disponer la tenga el ciudadano y no el Estado. ¡Llegó la hora de cambiar el modelo!
Asesor Financiero
Candidato AMDP Harvard University
finanzasaldia@gmail.com
@asesorfinaciero
La cruzada de Giordani
FRANCISCO OLIVARES | EL UNIVERSAL
sábado 7 de febrero de 2015 12:00 AM
Cada acción que ordena el presidente Nicolás Maduro genera más problemas de escasez, más inflación, más desconfianza. Pero lo más grave es la incertidumbre y desesperanza en la que ha envuelto a la población que ya no cree que esas acciones, acompañadas de amenazas y gente presa, vayan a resolver y menos aún, aliviar el malestar que agobia la vida de los venezolanos.
Uno de los datos más relevantes que arrojó Jorge Giordani en su repentina reaparición pública es la lucha interna que existe dentro del chavismo. Al fin y al cabo a nadie le podría interesar la guerra de poderes que se desarrolla en esa franquicia política, pero los efectos negativos que tienen para el país sí es un problema que le atañe a todos los venezolanos.
Indica Giordani al referirse a esas guerras intestinas que tales luchas se dan "desde distintos centros de poder". Pero agrega que esa lucha interna ha paralizado al Gobierno en la toma de decisiones políticas y económicas, necesarias para corregir el rumbo.
Sobre esas medidas que no toma el Gobierno indica que las mismas ya llevan tres años de atraso. Asegura que las colas "no son menos que un signo de ineficiencia y exige a Maduro que deje de meterse con quienes producen eficientemente y se dedique a hacer eficiente a Pdvsa, al Seniat, al BCV, a las empresas de Guayana, a las empresas eléctricas, las telecomunicaciones, los servicios públicos y que la gente pueda tener acceso a las medicinas y alimentos.
Al tiempo que Jorge Giordani ofrecía estas declaraciones a un portal de noticias identificado con el chavismo, este exministro, quien fuera hombre de confianza de Hugo Chávez, quedaba excluido de la dirección del PSUV al igual que Héctor Navarro y otros dirigentes que han manifestado desacuerdos con Maduro.
Giordani y su grupo que igualmente tienen responsabilidad con lo que ha ocurrido en el país y en la economía en los últimos 10 años, han sido las primeras bajas del ascenso del "madurismo-militarismo".
Sin decir nombres Giordani cuestiona a esta cúpula que gobierna y la responsabiliza de tener al país al borde del colapso. Identifica allí dos males fundamentales: la corrupción y la ineficiencia, y como es lógico, deja de lado los efectos del modelo y el mal generado por los controles sobre la economía.
Giordani y su grupo anuncian que saldrán a la palestra pública a recorrer el país apoyados en su próximo libro: "Del colapso retístico a la crisis de hegemonía".
Independientemente de la fuerza de opinión que puedan arrastrar, sin duda ello anuncia un enfrentamiento con la alianza militar que Gobierna junto a Maduro.
Esta alianza está tomando el control de empresas del Estado, ministerios clave y sectores económicos. Por el momento se han hecho poderosos y manejan todos los poderes públicos. Pero ese poder tiene pies de barro. No solo habrán de enfrentar a una oposición que tiende a unirse sino que dentro del chavismo puede producirse una alianza entre importantes sectores que están siendo excluidos del reparto y que apuntan a un cambio político en el país.
La semana pasada Gil Yépez, directivo de Datanálisis, arrojó un dato inquietante: "Solo 6% del chavismo apoya las políticas que aplica Maduro".
Twitter: @folivares10
Uno de los datos más relevantes que arrojó Jorge Giordani en su repentina reaparición pública es la lucha interna que existe dentro del chavismo. Al fin y al cabo a nadie le podría interesar la guerra de poderes que se desarrolla en esa franquicia política, pero los efectos negativos que tienen para el país sí es un problema que le atañe a todos los venezolanos.
Indica Giordani al referirse a esas guerras intestinas que tales luchas se dan "desde distintos centros de poder". Pero agrega que esa lucha interna ha paralizado al Gobierno en la toma de decisiones políticas y económicas, necesarias para corregir el rumbo.
Sobre esas medidas que no toma el Gobierno indica que las mismas ya llevan tres años de atraso. Asegura que las colas "no son menos que un signo de ineficiencia y exige a Maduro que deje de meterse con quienes producen eficientemente y se dedique a hacer eficiente a Pdvsa, al Seniat, al BCV, a las empresas de Guayana, a las empresas eléctricas, las telecomunicaciones, los servicios públicos y que la gente pueda tener acceso a las medicinas y alimentos.
Al tiempo que Jorge Giordani ofrecía estas declaraciones a un portal de noticias identificado con el chavismo, este exministro, quien fuera hombre de confianza de Hugo Chávez, quedaba excluido de la dirección del PSUV al igual que Héctor Navarro y otros dirigentes que han manifestado desacuerdos con Maduro.
Giordani y su grupo que igualmente tienen responsabilidad con lo que ha ocurrido en el país y en la economía en los últimos 10 años, han sido las primeras bajas del ascenso del "madurismo-militarismo".
Sin decir nombres Giordani cuestiona a esta cúpula que gobierna y la responsabiliza de tener al país al borde del colapso. Identifica allí dos males fundamentales: la corrupción y la ineficiencia, y como es lógico, deja de lado los efectos del modelo y el mal generado por los controles sobre la economía.
Giordani y su grupo anuncian que saldrán a la palestra pública a recorrer el país apoyados en su próximo libro: "Del colapso retístico a la crisis de hegemonía".
Independientemente de la fuerza de opinión que puedan arrastrar, sin duda ello anuncia un enfrentamiento con la alianza militar que Gobierna junto a Maduro.
Esta alianza está tomando el control de empresas del Estado, ministerios clave y sectores económicos. Por el momento se han hecho poderosos y manejan todos los poderes públicos. Pero ese poder tiene pies de barro. No solo habrán de enfrentar a una oposición que tiende a unirse sino que dentro del chavismo puede producirse una alianza entre importantes sectores que están siendo excluidos del reparto y que apuntan a un cambio político en el país.
La semana pasada Gil Yépez, directivo de Datanálisis, arrojó un dato inquietante: "Solo 6% del chavismo apoya las políticas que aplica Maduro".
Twitter: @folivares10
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