Nierika: visión, conciencia y símbolo - dos textos: José Luis Iturrioz Leza - Karina Malpica
Nierika:
visión, conciencia y símbolo
José Luis Iturrioz Leza
Las tablas de estambre se desarrollan en la actualidad a partir principalmente del objeto ritual llamado nierika, que sirve de significante a una red compleja de representaciones simbólicas dentro del discurso y de las prácticas religiosas tradicionales. El precedente histórico de estas tablas son por tanto las sencillas tablitas que describía Lumholtz a principios del siglo XX, sobre las cuales se pegan perlitas de chaquira y estambres de colores con cera de abeja. El ritual nierika que se sigue ofrendando hoy en los lugares sagrados sirve como vehículo de comunicación destinado a transmitir mensajes figurados a las divinidades. Según la divinidad a la que vayan dirigidos los mensajes, varían los colores y los motivos.
La palabra nierika significa “ver”, “estar despierto”, “estar vivo”, “estar consciente”. De los antepasados que han adquirido la categoría de divinidades, materializados en picachos o en los ojos de agua, se dice que miran, hacia abajo o al fondo, dependiendo precisamente de su ubicación. Como seres sobrenaturales, no pueden ser directamente vistos, pero el rostro de ellos, es decir, el nierika, constituido por la visión y un conjunto de rasgos identificativos, en suma sus identidades como fuerzas inmateriales que subyacen al mundo de las apariencias, se reflejan en las más diversas formaciones y procesos naturales. Los dioses miran, viven y dan vida a la naturaleza. La tierra es el nierika de Nuestra Madre Yurienaka. El agua es el principio de la vida y el nierika en que se reflejan los rostros de las deidades madres. Un ojo de agua es un nierika que nos permite ver hasta el inframundo. El Sol es elnierika del cosmos, el que ilumina y permite ver todas las cosas. El peyote es un nierika que nos abre la visión interior a los símbolos que permiten la comunicación con los dioses. La tierra sagrada de Wirikuta es un grannierika donde está escrita la historia del antiguo mundo. El coamil es un nierika donde se reproduce, tanto en un sentido semiótico como material, la historia de la creación de los hombres de maíz. En el coamil vuelven a nacer los dioses en forma de maíz y por medio del maíz la naturaleza se convierte en vida humana.
Por extensión se llaman así otros objetos rituales que revelan aspectos del mundo sobrenatural. El tepari (disco de roca que cubre el pozo sagrado donde se depositan ofrendas) es el nierika que abre la visión al tiempo de los antepasados, representa a la tierra que cubre y tapa la visión del inframundo, pero que al mismo tiempo lleva escritas encima, como el tepari, las huellas y señales que nos informan sobre el mismo.
Nierika es el nama o escudo protector en forma de disco hecho de carrizo y otate, dentro del cual se teje una red con hilo de estambre u otro tipo de filamentos. El ?itari o tapete hecho de tela en que se envuelven los artículos del chamán es un nierika donde éste puede leer y seguir los pasos de los antepasados que constituyen el tema de su canto
Nierika es el conocimiento que transciende la percepción superficial de las cosas. Los dibujos redondos que se pintan en los carrillos con colores solares son un nierika que representa la luz del sol y la comunicación visionaria del chamán y de los participantes en las ceremonias. El rostro de los antepasados se refleja en el rostro de los peyoteros, como la historia de los antepasados se refleja y sigue viviendo en las costumbres de los huicholes. Los huicholes actuales son un reflejo de los antepasados. Su vida escenifica los actos de los antepasados fundadores en un drama destinado a dar permanencia a la creación del mundo y la generación de la vida, dando actualidad a la historia y profundidad histórica al presente. Entrelazados como en un juego de espejos, los humanos hacen las veces de los dioses, transcendiendo la condición humana, pero al mismo tiempo sembrando en la naturaleza las semillas que seguirán haciendo posible la materialización de los dioses y su reciclaje en la vida de los humanos.
El arte hace visible lo invisible. Los artistas huicholes plasman su vivencia sobrenatural de la naturaleza en innumerables imágenes que se recombinan en los bordados, en los tejidos y en las tablas de chaquira o estambre como las palabras en composiciones textuales. Las tablas modernas son una extensión artística del símbolo religioso que viene a enriquecer también el campo referencial de la palabra nierika fuera del dominio religioso, pero sin desligarse del mismo, ya que las experiencias religiosas siguen alimentando la sensibilidad artística de los creadores e impregnando de significado sus obras. Si las representaciones simbólicas del nierika tradicional tienen ya una dimensión artística, en las modernas tablas de estambre la dimensión religiosa no desaparece, éstas son mucho más que un objeto decorativo fabricado para obtener recursos a cambio de satisfacer la curiosidad de los extraños. En un tiempo relativamente breve, varias generaciones de artistas han venido perfeccionando las técnicas y diversificando los estilos. José Benítez es una de las figuras más relevantes de la primera generación de grandes artistas.
Obras como ésta son una herramienta de comunicación en el pleno sentido de la palabra, donde los destinatarios ya no son los dioses o los miembros de la propia cultura, sino las personas que desde otras culturas desean comprender algo de las costumbres y las representaciones simbólicas colectivas del pueblo wixarika. Un nierika es un espejo en que se reflejan aspectos de su cultura material y sobre todo religiosa, una ventana que nos permite asomarnos a otra realidad y a los procesos en que los huicholes la construyen, generando así su propia identidad colectiva.
El nierika se ha convertido así en una herramienta de comunicación intercultural. Desde este punto de vista, nos puede recordar los frisos de pinturas en los templos cristianos o los murales de los edificios públicos, que representan escenas de textos sagrados, de la vida de los santos o de los héroes de la Revolución. Pero por medio de un nierika, los huicholes no tratan de convertirnos o de convencernos, sólo nos brindan la oportunidad de asomarnos a su mundo, de ver y comprender aspectos de su cultura que de otra manera nos resultaría difícil descubrir y apreciar.
Arte huichol o wixarika
La palabra wixarika que quiere decir "adivino", se utiliza para designar a los huicholes, uno de los más importantes grupos indígenas de México, que habita en los estados de Nayarit, Zacatecas y Durango.
Tradicionalmente, los mara'kames (sacerdotes, curanderos, chamanes) crean magistrales obras de arte llamadas nierika, que son representaciones cosmogónicas trabajadas con una paciencia admirable y una perfección casi divina.
Pero nierika no sólo es el término que se utiliza para nombrar estas preciosas obras de arte hechas con hilos (estambres) o cuentas (chaquiras), sino un término asociado con un amplio conjunto cultural, social y ritual que contiene tanto las manifestaciones materiales como las significaciones espirituales que rigen la vida de los hicholes.
Nierika es el "donde ver", la visión del mundo secreto de los antepasados y, al mismo tismpo, un espejo que les permite contemplar su rostro verdadero. Es una puerta entre los mundos, son las ofrendas y es el sol.
"Estos cuadros de estambre son el portal mágico que permite a los ancestros ver hacia el mundo de los seres humanos". (Nieves Gobo y Erwing Slim: "Nierika, arte moderno indígena", Escala, no. 190, mayo 2005, Aeroméxico.)
El arte de pintar un nierika consistía en una iniciación, en donde el aprendiz utilizaba el poder chamánico para entar en el mítico secreto de la cración, comunicarse con los dioses y manifestar las esferas cósmicas en obras materiales.
Los nierikate (plural de nierika) son una de las pocas expresiones vivas de arte moderno indígena del mundo, ya que los huicholes son uno de los pocos grupos indígenas de México que ha logrado conservar sus tradiciones, pero que al mismo tiempo busca nuevas formas artísticas para perpetuar su visión del mundo.
Debido a la comercialización, se ha dejado de lado el sentido iniciático de su elaboración y ya no son los mara'kames los únicos que elaboran nierikas, sino las manos de diversos artesanos huicholes que, no obstante, gustan de conservar y recrear los símbolos de los sagrados de la cosmovisión de su pueblo, por lo que continúan siendo un regalo que nos dan los adivinos para que recordemos nuestro origen olvidado.
Estas artesanísa se pueden conseguir en la ciudad de México directamente con los artistas huicholes, quienes ofrecen sus obras en la Ciudadela y en el centro de Coyoacán. Se encuentran además en otros lugares de México como Puerto Vallarta, Guadalajara y la antigua ciudad minera de Real de Catorce, en San Luis Potosí, donde cada año se reúnen miles de huicholes para realizar su peregrinación sagrada en busca del abuelo peyote.
Y actualmente también pueden adquirirse a través de
internet en las siguientes direcciones:
www.realdecatorce.net/huicholes/artesania
www.mexicoart.it/Ita/arteHuichol.htm
mapri.bizland.com/artyval/id6.html
Texto original en: http://www.mind-surf.net/karinamalpica/huichol.htm
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