ENTREVISTA ADALBER SALAS HERNÁNDEZ, POETA
"La poesía necesita del otro para sobrevivir"
"Todo lo que nos rodea cambia, pero la lengua permanece. Si lo dejo por escrito, si lo registro, queda"
El escritor venezolano publicó en Colombia el poemario "Heredar la tierra" (Común Presencia Editores) GUSTAVO BANDRES
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DANIEL FERMÍN , ADALBER SALAS HERNÁNDEZ , POETA | EL UNIVERSAL
lunes 3 de junio de 2013
Adalber Salas Hernández (Caracas, 1987) quiso escribir su versión de la Divina Comedia. El poeta venezolano, uno de los dos autores nacionales que participaron en la Feria Internacional del Libro de Bogotá, publicó con el sello colombiano Común Presencia Editores el poemarioHeredar la tierra, una adaptación contemporánea del Paraíso de Dante.
Al escritor le fascina el poema épico del bardo italiano. Tanto que, asegura, lo la leído seis veces en distintos idiomas. "Me seduce y me atrapa ese rasgo abarcativo, esa cualidad totalizante que le permite dar a través de un viaje por el más allá una visión muy certera, muy crítica, del más acá", dijo Salas Hernández, que se propuso intentar lo mismo en el contexto del siglo XXI.
El primer libro del proyecto tiene a la hija del autor como destinataria de varios poemas. El escritor cree que la lengua, o la palabra, es el único reino que podemos legar o heredar. "Todo esto que nos rodea cambia, pero la lengua permanece. Si lo dejo por escrito, si lo registro, lo inscribo, queda. Aunque es una herencia abocada a la pérdida en el sentido de que la lengua nos forma y nos pertenece, pero no exclusivamente como individuo sino también como colectivo", agregó el autor de Suturas, que ha publicado cuatro libros.
Salas Hernández escribe pensando en un interlocutor, que reciba el mensaje de sus palabras. Puede ser, incluso, un anónimo. "Sin interlocutor no habría poesía. Si no tuviéramos a quien dirigirnos sería impensable andar escribiendo, sería un acto de suprema estupidez. La poesía siempre necesita del otro para sobrevivir".
Ese encuentro con el otro que completa el poema termina sin importar la interpretación que le de ese lector a los versos. Quien se acerca a la poesía saca de ella lo que le interesa. "El poema es una criatura errante por definición: no puede dejar de ir de un lector a otro. Ningún poema tiene un sólo lector, como ningún ser humano puede tener un sólo interlocutor", agregó el escritor, que ya trabaja en su versión del Purgatorio para seguir su obra (la última sería el Infierno).
Heredar la tierra tiene un epígrafe de Dante Alighieri ("Lo que no muere ni morirá / no es más que resplandor de aquella idea / que hace nacer"). El autor caraqueño se considera heredero de muchos de los poetas con los que dialoga su trabajo. "He heredado de casi todo ellos algo: una actitud, un tono. A veces uno hereda de ellos sólo un par de palabras, o una manera de construir ciertas imágenes, a veces es un tema. Hay muchas maneras de heredar, la mayoría no sólo no las escogemos sino que no nos damos cuenta hasta mucho después", concluyó Salas Hernández. Su palabra es un reino al que todavía le resta por decir.
dfermin@eluniversal.com
Al escritor le fascina el poema épico del bardo italiano. Tanto que, asegura, lo la leído seis veces en distintos idiomas. "Me seduce y me atrapa ese rasgo abarcativo, esa cualidad totalizante que le permite dar a través de un viaje por el más allá una visión muy certera, muy crítica, del más acá", dijo Salas Hernández, que se propuso intentar lo mismo en el contexto del siglo XXI.
El primer libro del proyecto tiene a la hija del autor como destinataria de varios poemas. El escritor cree que la lengua, o la palabra, es el único reino que podemos legar o heredar. "Todo esto que nos rodea cambia, pero la lengua permanece. Si lo dejo por escrito, si lo registro, lo inscribo, queda. Aunque es una herencia abocada a la pérdida en el sentido de que la lengua nos forma y nos pertenece, pero no exclusivamente como individuo sino también como colectivo", agregó el autor de Suturas, que ha publicado cuatro libros.
Salas Hernández escribe pensando en un interlocutor, que reciba el mensaje de sus palabras. Puede ser, incluso, un anónimo. "Sin interlocutor no habría poesía. Si no tuviéramos a quien dirigirnos sería impensable andar escribiendo, sería un acto de suprema estupidez. La poesía siempre necesita del otro para sobrevivir".
Ese encuentro con el otro que completa el poema termina sin importar la interpretación que le de ese lector a los versos. Quien se acerca a la poesía saca de ella lo que le interesa. "El poema es una criatura errante por definición: no puede dejar de ir de un lector a otro. Ningún poema tiene un sólo lector, como ningún ser humano puede tener un sólo interlocutor", agregó el escritor, que ya trabaja en su versión del Purgatorio para seguir su obra (la última sería el Infierno).
Heredar la tierra tiene un epígrafe de Dante Alighieri ("Lo que no muere ni morirá / no es más que resplandor de aquella idea / que hace nacer"). El autor caraqueño se considera heredero de muchos de los poetas con los que dialoga su trabajo. "He heredado de casi todo ellos algo: una actitud, un tono. A veces uno hereda de ellos sólo un par de palabras, o una manera de construir ciertas imágenes, a veces es un tema. Hay muchas maneras de heredar, la mayoría no sólo no las escogemos sino que no nos damos cuenta hasta mucho después", concluyó Salas Hernández. Su palabra es un reino al que todavía le resta por decir.
dfermin@eluniversal.com
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