Discurso de Antonio Ledezma tras dar un paso al frente por la Unidad de cara a las elecciones de 2012
Nota: Cedo mi espacio a la publicación del discurso de Antonio Ledezma con ocasión de su retiro del proceso de primarias, por considerarlo una pieza testimonial de extraordinaria importancia.
"Estimadas amigas, queridos amigos presentes en esta sala. Mujeres y hombres de toda Venezuela. La semana pasada recibí un mensaje muy emotivo de mi hija Antonieta y me atreví a escribirle estas reflexiones que hoy comparto públicamente con todos los que tienen a bien escucharme.
'Querida hija: la voluntad guerrera de un hombre no se inspira en una simple ambición. Las aspiraciones son legítimas en una persona que se ha entregado con devoción a la defensa de una causa, pero la verdadera y grande razón para luchar la motiva un hondo compromiso con nuestra Patria. Nuestros pasos deben estar guiados siempre por principios. No es tiempo de dejarnos conducir por una ambición, por más legítima que esta sea, porque, querida hija, la responsabilidad es superior a una ambición. La ambición a veces ciega y tal como escribió Saramago 'la ceguera es un virus que ataca a la sociedad, es una epidemia de la que todos podemos ser víctimas, convirtiéndonos en ciegos que podemos ver, pero no mirar'. Ten presente, querida hija, que no siempre se logra hacer lo que uno quiere y tenemos que estar listos para hacer lo que nuestro país requiere que seamos. Analiza lo hermoso de creer en Dios, porque permite vislumbrar y asentir que no elegimos nuestro destino, que somos elegidos.
Ustedes crecieron sabiendo que su padre es un ser humano consagrado a la actividad política, sin treguas, sin esguinces, a toda hora. Saben que he asumido este oficio con muchísima pasión. Recuerda ahora, querida hija, que en muchas ocasiones en vez de leerles un cuento de hadas antes de dormirse les hablaba de mis luchas estudiantiles, de mi formación en Acción Democrática. Llevan años escuchándome el relato de esa historia, de lo mucho que significa para mí Acción Democrática, que esa organización está en la memoria de mis afectos, que más que un partido es un sentimiento, que me sirvió de plataforma para impulsar muchos proyectos personales que se concretaron y me dieron la satisfacción de servirle a mi país.
Hija, no debemos cultivar ningún rencor porque el rencor, porque el encono, quebranta la salud del alma al extremo de que el resentido termina aborreciendo la vida misma. No es hora de endilgarle a nada ni a nadie lo que para nosotros como familia puede parecernos infausto e injusto, lo que debe despuntar en nuestro espíritu y las reflexiones que deben presidir nuestra conciencia son la gallardía y la fe en Dios; admitir con humildad que nada ocurre sin una razón que la justifique'.Hoy recuerdo a Carlyle cuando dijo que las cosas que suceden por grandes que parezcan no son lo importante, lo que importa y perdura es la actitud que asumimos frente a ellas y mi actitud, amigas y amigos de toda Venezuela es de serenidad, de reconocimiento al esfuerzo de todos los otros aspirantes a la candidatura de la unidad, que como yo, dan lo mejor de sí mismos para conquistar los objetivos que nos son comunes.
Mi formación, mi experiencia, el entusiasmo, la fortaleza y coraje con que siempre cumplo mi compromiso con Venezuela me ayudan a reafirmar que no se puede perder la visión de la realidad.
Ayer en Antímano, un trabajador informal al que saludé me inquirió preocupado por saber cuál sería el camino que tomaría en estas horas. Pues bien, mi querida Venezuela, el camino que tomo es el camino del corazón, el camino de la unidad sin retorno. No reconozco enemigos en Acción Democrática, no reconozco enemigos en ninguna fuerza política, no reconozco enemigos ni en la religión, ni el lo social, ni en lo empresarial, ni en el sector gremial de un país que nos pide conmovedoramente a gritos unidad, fraternidad y hermandad. Los únicos enemigos que reconozco son la arbitrariedad de este gobierno, la pobreza, la delincuencia, el desempleo, el miedo que pretende paralizarnos es nuestro enemigo, las miserias humanas son nuestro enemigo. Por eso mi absoluto llamado, mi conmovedor llamado desde lo más hondo de mi corazón a todos para que sigamos construyendo la unidad, a que no nos apartemos de la senda del diálogo para procurar entendimientos en pro de la paz adentro para lograr la paz de todos en Venezuela. Necesitamos de una dirigencia capaz de comprender los temores de los venezolanos de oposición y las frustraciones de los venezolanos colidados al oficialismo.
La lucha por la unidad no es una excusa, es un compromiso ineludible. En razón de ese objetivo superior, quiero profesar con el ejemplo apartándome de una competencia que en buena lid he dado hasta hoy. Desde aquí extiendo mis brazos de hombre agradecido a todos los que me han alentado con un pundonor que jamás podré olvidar y juro que honraré ese respaldo conservando mi conducta de ciudadano consagrado a servirle a la unidad. Con el mismo tesón con que he contribuido en cada marcha, en cada vigilia, en cada plaza, en cada esquina de los pueblos de Venezuela a defender nuestra democracia. Gracias a mis fraternales compañeros de Alianza Bravo Pueblo, gracias a los dirigentes y militantes de todos los partidos políticos que me entregaron su confianza, gracias a los miles de independientes que me respetan y valoran nuestro trabajo. Quiero personificar mi gratitud a todo el equipo que generosamente me ha venido dando luces en la figura de un hombre ejemplar, un hombre cargado de muchos años y de muchas esperanzas, de sueños de futuro, un hombre bondadoso, inteligente, honesto, un hombre sencillamente maravilloso como lo es Pompeyo Márquez.
Seguiré luchando porque esta es mi vida, esta es la senda que he tomado desde que era un adolescente. No se retira quien lucha en pos de un destino colectivo, más que en busca de una simple avidez personal. Desde hoy me pongo a la orden de todos los aspirantes a la candidatura presidencial de la unidad, como un factor dedicado a labrar un proceso transparente, cívico, con contenido y emoción del cual nos podamos sentir orgullosos todos los venezolanos. Me pongo a la orden de ese gran venezolano que ha sabido construir la base de la unidad como es el profesor Ramón Guillermo Aveledo. Pido a los miles de compatriotas que me han acompañado, a todas ustedes, a todos ustedes, a la gente que me escucha, que me mira, les pido una cuota más de abnegación comprendiendo las motivaciones que me llevan a tomar esta decisión. No es fácil para los que me apoyan, mucho menos para mí, que sin falsas modestias se presenta como un hijo preparado de esta tierra, descrita por el maestro Gallegos como toda horizonte, como la esperanza y toda caminos como la voluntad. Cumplí con presentar mis credenciales a consideración de nuestros ciudadanos porque me siento capaz de garantizar un gobierno que retome la estabilidad política y la gobernabilidad de la nación, pero como lo dije al comienzo de estas reflexiones no es la ambición lo que conduce mis pasos. Esta mañana un buen amigo me recordó uno de los gestos que más me han enaltecido, se lo debo al escritor Manuel Caballero cuando publicó en el diario El Universal un artículo en el que me definía como un hombre de moral doble. Narraba Caballero la huelga de hambre que inicié el 3 de julio del año 2009, pero también la decisión de levantarla cuando se lograron los objetivos que circunstancialmente nos habíamos trazado. Hay que tener razones válidas para proponer un nombre a la Presidencia de la República, pero más coraje para suspender esa aspiración como lo hago hoy sabiendo del cariño y el afecto con que cuento en miles de hogares de nuestra Patria. Me quedo con la pena de no sumar a mi favor los respaldos que, no con ingenuidad, nos planteamos y con gran esfuerzo hemos procurado, pero hoy tarareo la tonada de mi amigo Simón Díaz cuando canta 'no llores más nube de agua, silencia tanta amargura, que toda leche da queso y no hay pena que no se cure'.
Y así finalizo la carta a mi hija 'Querida hija: mi gran victoria es tener a mi madre viva con 91 años bien llevados, mi gran victoria es tenerlas a todas, a Daniela, a Oriet, a Isabel, a Vanessa, a Mitzyta, a Antonieta y a mi hijo Víctor. Mi gran victoria es contar con la inagotable solidaridad de tu madre Mitzy que con su afecto y pródigo amor me reconforta en cada circunstancia en mi vida. Dios los bendiga. Gracias por amarnos tanto, pero recuerda que la victoria por la que debemos seguir luchando y trabajando es por la que más cuenta, la que nos compromete hoy más que nunca, la gran victoria del próximo 7 de octubre de 2012'.Me despido, para luego someterme a las preguntas de los periodistas, me despido con estas maravillosas exclamaciones de Gregorio Marañón que me han venido acompañando en los últimos meses en mi recorrido por Venezuela: 'Arriba corazón. La vida es corta y hay que aprender a erguirse ante el destino. Sólo avanzar importa, arrojando el dolor por el camino. Espera siempre corazón, espera que ninguna inquietud es infinita y hay una misteriosa primavera donde el dolor humano se marchita. Otras horas felices matarán estas horas doloridas. Las que hoy son heridas se tornarán mañana en cicatrices. Con tu espuela de plata no des paz al corcel de la ilusión. Si la pena no muere, se le mata. Arriba corazón'.
Gracias por estar aquí".
E-mail: sanchezgarciacaracas@gmail.com
Twitter: @sangarccs
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