Venezuela mostró su rostro en la Bienal de Venecia
El pabellón nacional abrió sus puertas en el certamen
El arte urbano venezolano ya se exhibe en el evento internacional, que inaugura mañana al público AFP
DANIEL FERMÍN , EL UNIVERSAL | EL UNIVERSAL
viernes 31 de mayo de 2013
Venezuela ya mostró su propuesta en la Bienal de Venecia. El arte urbano que llevó el comité nacional al certamen italiano se integra a una tendencia de creadores de múltiples países que también se expresan a través de la subversión: grafitis, murales, ensamblajes e instalaciones que se convierten en una forma de protesta.
El pabellón venezolano fue uno de los que captó la atención de los medios que asisten a la etapa de presentaciones previa a la inauguración al público, que se realizará mañana. Colectivos como CMS (Cómanse mis sobras) y Schock, que juegan con íconos de la historia nacional, exhiben sus obras en el espacio diseñado por el arquitecto italiano Carlo Scarpa.
Un Simón Bolívar en blanco y negro con lentes oscuros ("Pendiente que Bolívar sigue vigente", reza la leyenda) o un mural de Hugo Chávez de colores, "todo ello ambientado en una Caracas urbana, pobre, de barriada, convertida en un museo imaginario", reseñó la agencia de noticias AFP, integran la propuesta local.
Ya representantes del comité seleccionador -liderado por Juan Calzadilla y Edgar González- explicaron que Arte urbano. Una estética de la subversión tendrá una de las salas del pabellón para que los creadores realicen sus obras in situ. También se exhibirá una selección de videos documentales e imágenes fotográficas sobre el arte callejero de la nación.
Así, la propuesta de Venezuela se suma a la de otros países que apostaron por la protesta. De Latinoamérica hay varios. El chileno Alfredo Jaar, por ejemplo, juzgó el formato actual de las representaciones nacionales de la Bienal de Venecia: hizo una maqueta de los pabellones que se sumerge en el agua cada tres minutos. "Quise reproducir un escenario futuro con los pabellones que desaparecen. Tras sumergirse, aparecen de nuevo como un fantasma de la historia. Mi obra, que lleva el título Venecia, Venecia, es una invitación poética a replantear el modelo", le dijo el creador a la prensa.
Hay otras obras que también impactaron a los asistentes. El chino Ai Weiwei narró su detención de 81 días en 2011 en una cárcel a través de seis cajas instaladas en un iglesia barroca de Venecia, una denuncia para pedir la liberación de detenidos políticos en China. O la artista española Lara Almarcegui, que deconstruyó el pabellón de su país dentro del mismo pabellón al llenarlo con seis toneladas de escombros.
Así, el certamen exhibirá más de 4.500 obras realizadas por 158 artistas invitados, además de las propuestas de 88 países (Paraguay, Angola, Kosovo y el Vaticano están por primera vez), hasta el 24 de noviembre. Un evento de corte casi museístico que ahora apuesta o se inclina por la subversión.
dfermin@eluniversal.com
El pabellón venezolano fue uno de los que captó la atención de los medios que asisten a la etapa de presentaciones previa a la inauguración al público, que se realizará mañana. Colectivos como CMS (Cómanse mis sobras) y Schock, que juegan con íconos de la historia nacional, exhiben sus obras en el espacio diseñado por el arquitecto italiano Carlo Scarpa.
Un Simón Bolívar en blanco y negro con lentes oscuros ("Pendiente que Bolívar sigue vigente", reza la leyenda) o un mural de Hugo Chávez de colores, "todo ello ambientado en una Caracas urbana, pobre, de barriada, convertida en un museo imaginario", reseñó la agencia de noticias AFP, integran la propuesta local.
Ya representantes del comité seleccionador -liderado por Juan Calzadilla y Edgar González- explicaron que Arte urbano. Una estética de la subversión tendrá una de las salas del pabellón para que los creadores realicen sus obras in situ. También se exhibirá una selección de videos documentales e imágenes fotográficas sobre el arte callejero de la nación.
Así, la propuesta de Venezuela se suma a la de otros países que apostaron por la protesta. De Latinoamérica hay varios. El chileno Alfredo Jaar, por ejemplo, juzgó el formato actual de las representaciones nacionales de la Bienal de Venecia: hizo una maqueta de los pabellones que se sumerge en el agua cada tres minutos. "Quise reproducir un escenario futuro con los pabellones que desaparecen. Tras sumergirse, aparecen de nuevo como un fantasma de la historia. Mi obra, que lleva el título Venecia, Venecia, es una invitación poética a replantear el modelo", le dijo el creador a la prensa.
Hay otras obras que también impactaron a los asistentes. El chino Ai Weiwei narró su detención de 81 días en 2011 en una cárcel a través de seis cajas instaladas en un iglesia barroca de Venecia, una denuncia para pedir la liberación de detenidos políticos en China. O la artista española Lara Almarcegui, que deconstruyó el pabellón de su país dentro del mismo pabellón al llenarlo con seis toneladas de escombros.
Así, el certamen exhibirá más de 4.500 obras realizadas por 158 artistas invitados, además de las propuestas de 88 países (Paraguay, Angola, Kosovo y el Vaticano están por primera vez), hasta el 24 de noviembre. Un evento de corte casi museístico que ahora apuesta o se inclina por la subversión.
dfermin@eluniversal.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario