Papa pidió impedir que jóvenes sean reclutados en nombre de la religión
Francisco pidió averiguar “por qué un joven lleno de ilusiones se deja reclutar y se aparta de la vida, por qué aprende a matar”
En un encuentro multitudinario con jóvenes de Kenia, celebrado en un estadio de la localidad, el papa Francisco instó a las autoridades a dar garantías de educación y trabajo a los jóvenes para evitar que se dejen “seducir” por los grupos violentos que los reclutan en nombre de la religión.
“Si un joven no puede estudiar ni trabajar, ¿qué puede hacer?: delinquir, caer en las dependencias (drogas), suicidarse o enrolarse, engañado o seducido, en una actividad que le demuestra un fin en la vida”, señaló el pontífice, que pidió averiguar “por qué un joven lleno de ilusiones se deja reclutar y se aparta de la vida, por qué aprende a matar”.
En su alocución un joven le pidió consejos para acabar con la corrupción. Aseguró que diariamente los ciudadanos son obligados a pagar una cantidad extra para conseguir cualquier insumo, incluso en el colegio o en la universidad.
En respuesta, el papa crítico todo tipo de soborno y manifestó que “no es un camino de vida, sino de muerte”. “Cada vez que aceptamos un soborno destruimos nuestro corazón, nuestra personalidad y nuestra patria”, apuntó Francisco y solicitó a los asistentes no ceder ante la corrupción y ayudar a quienes han sido tentados por las ideologías radicales.
La corrupción “es como el azúcar, dulce, nos gusta, es fácil… También en el Vaticano hay casos de corrupción. Por favor, no desarrollen ese gusto por esa azúcar llamada corrupción”.
Su reunión con los jóvenes se realizó después de su visita al barrio marginal de Kangemi, donde compartió unos momentos con ciudadanos excluidos que tienen “un lugar preferencial” en su vida, afirmó.
El papa calificó al barrio de Nairobi y a otros barrios africanos de “heridas” infligidas por una élite rica y poderosa e instó a los gobiernos de África a hacer más para sacar a sus pueblos de la pobreza y de la “espantosa injusticia de la exclusión urbana” que representan esas áreas pobres.
El pontífice se despidió de Kenia con un emotivo gesto final: pidió a todos los asistentes ponerse de pie y agarrarse de las manos para exclamar a una voz: “Todos somos una nación”.
A su llegada al aeropuerto de Entebbe, Uganda, segunda etapa de su gira, y tras mantener un breve encuentro con el presidente Yoweri Museveni, alabó la preocupación que ha manifestado ese país por acoger a refugiados de la guerra, para que “puedan reconstruir sus vidas con seguridad y con el sentido de la dignidad que proporciona ganarse el sustento mediante un trabajo honrado”.
Francisco afirmó que los ojos del mundo están puestos en África como el “continente de la esperanza”, por lo que espera aprovechar su primera gira para reclamar soluciones a sus problemas y resaltar sus logros y virtudes.
En su visita a Uganda, el sumo pontífice asistirá hoy al santuario anglicano de los mártires de Namugongo, donde oficiará una misa en conmemoración al quincuagésimo aniversario de la canonización de los mártires del país, a los que se refirió como “verdaderos héroes nacionales”.
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