Costa Palamides rompe
el silencio y denuncia
al IAEM
El director y docente envió una carta pública
al ministro de la Cultura, Pedro Calzadilla, en
la que cuestiona la existencia del ente
Costa Palamides hizo pública su molestia por el hecho
de que el Instituto de Artes Escénicas y Musicales
(IAEM) puso trabas que impidieron que su compañía,
Teatro de Repertorio Latinoamericano, Teatrela,
acudiera al Festival Internacional de Teatro de La Habana.
En una carta titulada "¿Qué vamos a hacer con el IAEM?",
increpa al ministro de la Cultura, Pedro Calzadilla, para
contarle las irregularidades que obstaculizan el ideal
funcionamiento de las artes escénicas y musicales en
el país.
A continuación la carta enviada por Palamides a
Calzadilla:
SR. MINISTRO DE CULTURA ¿QUÉ VAMOS A HACER
CON EL IAEM?
(Carta de indignación de Costa Palamides sobre el caso
fallido de la única representación venezolana en el
Festival Internacional de Teatro de La Habana 2011)
Estimado Ministro de Cultura Pedro Calzadilla:
Cumplo con la penosa tarea de preguntarle a vox populi
¿Qué vamos a hacer con el IAEM?
Si usted cree que esas son las siglas del Instituto de las
Artes Escénicas y Musicales, está equivocado. Esas son
las siglas de Ineficacia, Atropello, Erratas y Mediocridad,
todo unido en un solo organismo. Y para muestra, aquí está
un botón de los descamisados de Teatrela que han tenido
que sufrir durante mes y medio el desasosiego, el bochinche
y el desencanto que prolifera en los funcionarios del despacho
de Relaciones Internacionales (recuerda esta en manos de
un chofer incapaz y reposero del Metrobús que ni sabe qué es
el teatro) y en todos los ámbitos de la Dirección
General de ese organismo que si bien fue creado para sustituir
la parte escénico-musical de aquel monstruo de las mil
cabezas llamado Conac(QEPD) desgraciadamente se nos ha
convertido en una hidra nueva de cabezotas y funcionarios
de turno llamada IAEM y nos ha hecho añorar aquel pasado
mal mayor post mortem. Un complejo de burócratas,
gabineteros y oficinistas, que viven a costa de nuestro arte
escénico- musical y son incapaces de atender y proyectar
absolutamente nada que no venga de órdenes y dedos
superiores. Si no, pregúnteles cómo se dedican a sabotear
el Festival de Teatro de Caracas que se da el lujo de ser
Nacional gracias a la iniciativa maravillosa y aún mejor criterio de
Fundarte y su actual director, y, por supuesto, de la Alcaldia de
Caracas y la del Distrito Capital y sus respectivos alcaldes.
¿Por qué el IAEM no fue capaz en estos últimos años de organizar
un Festival Nacional de Teatro? Pregúnteles también cómo llamaron
al Teatro de Repertorio Latinoamericano, Teatrela, por segunda vez
consecutiva con la idea de ir al glorioso país de Cuba con una
invitación del Festival de la Habana y cómo nos han estado
trasegando y moviendo durante mes y medio para dejarnos
varados y con la excusa de que el punto de cuenta firmado por
usted no se hizo a tiempo. Y así, con ese descaro y con ese
irrespeto, nos prometen disculpas que no hemos recibido y una
nueva gira para el año que viene que tenga por seguro que ya
no haremos. Y nos preguntamos, ¿se puede firmar el punto de
cuenta y no llevarnos a ninguna parte o dejarlo para el año siguiente?
¿Será con el cuento de abrir otro punto de cuenta para el año
siguiente y así sucesivamente? El convenio Cuba-Venezuela ¿qué es?
¿Un punto de cuenta o la cuenta de las mil y unas noches?
Porque le digo, Sr. Ministro, que llevamos tres años en este
"proceso cultural" de tres ministros en tres años y mil una noches
y nosotros tratando de ir a Cuba que tan insistemente y amablemente
nos invita. ¿Será porque la obra "Penitntes" de Elio Palencia,
merecedora de cinco premios municipales y del premio Ministerio
de la Cultura 2008 merece ir? ¿Será que debe internacionalizarse y nacionalizarse gracias a "la labor maravillosa" del IAEM que mínimo
debería mover por el país y en el exterior la obra merecedora del
premio de su Ministerio? ¿Será porque he dirigido en los últimos
años tres obras de teatro cubanas de Carpentier, Piñera y Estorino respectivamente? ¿Por qué será que nos invita la cultísima ciudad
de La Habana cada año? Pero qué va, no podremos, desgraciadamente
no podremos, porque cada año tendremos que lidiar con los
nuevos zombies que repueblan el IAEM y que lo único que hacen
es estorbar el arte escénico de este país, considerarnos monigotes
de sus desfiles, mojiganga de las fiestas bicentenarias, comparseros
de su farándula y suplicantes de la firma de sus puntos de cuenta.
Por cierto, me dijeron, como excusa claro está, que usted no firmó
el punto de cuenta porque estaba de viaje y nosotros no nos fuimos
de viaje por lo mismo. La paradoja del comediante. Alguien les debe
decir, a los del IAEM pues, que el teatro no nació para eso. Y eso es
lo que estoy tratando yo, con esta indignación muy griega, que en
vez de quemar bancos y ministerios o manifestar contra la injusticia del capitalismo financiero y multinacional en las plazas de la ciudad,
saco mi propio punto de cuenta y le pido su atención.
En una anterior carta dejada en su despacho el pasado viernes
28 y en repetidas llamadas a su celular de urgencias que no se
han respondido, le cuento con puntos y cuentas la odisea de
"esta otra historia" que usted debe conocer por su sensible oficio.
Allí están los nombres y las señales, pero sobre todo está el trajín
de los últimos días mientras nueve personas que habíamos pedido
permisos para dejar nuestros trabajos en universidades, escuelas,
canales, ministerios y teatros, que estábamos ensayando para
representar a Venezuela muy dignamente, que estábamos llevando
la carga, los pasaportes, los recaudos, los cambios de fecha para
adaptar nuestros compromisos a las fechas del festival, nos fuimos
encontrando con el silencio descarado, la ineficiencia mortuoria, los memorándum extraviados y la falta de firma del maravilloso y
nunca olvidado punto de cuenta. ¿Qué tal? ¿Vamos a echarle
el muerto al Ministro? Efectivamente no, porque nos consta que
usted estaba firmando el punto el lunes 23. Y del lunes 23 al jueves
27 la tierra se tragó a Damelys Rodriguez y a Jenny Villamizar, a las
que nunca les vimos la cara y que conste que les pedí cita para
una simple explicación desde ese lunes 23 sobre el famoso punto
de cuenta o sobre nuestra gira.
Un día antes de nuestra ida para estar en el comienzo del Festival,
esta última, muy amable por cierto, me atiende la llamada insistente
y prolija para prometerme emitir disculpas para Teatrela y el Festival
de La Habana y hasta ¿Qué tal? ¡Un nuevo viaje a posteriori y etcétera,
porque, qué maravilla, el punto de cuenta estaba aprobado pero no
les daba tiempo para hacer las gestiones pertinentes! ¡No les daba
tiempo para llegar a hacer nuestras funciones programadas, anunciadas
y en grilla para el martes 1 y el miércoles 2 de noviembre! ¡A cinco
días de nuestras funciones programadas y era imposible montarnos
en un avión con ida y vuelta y cuadrar viáticos y hotel! ¿Qué habían
hecho mes y medio antes? ¡Ah, se me olvidaba! ¡Esperar el bien
ponderado y nunca fallado punto de cuenta! Dígame señor ministro,
¿si ésto no es Ineficacia, Atropello, Erratas y Mediocridad, entonces
qué es?
Así son las cosas y le ruego le pregunte a mis compañeros del
teatro sobre funciones no pagadas, giras prometidas y no
cumplidas, y continuas faltas de respeto a nuestra profesión y
a nuestra dignidad. Pues no, señor Ministro, cubanísimo yo,
venezolanísimo yo, y profundamente revolucionario no pienso
callarme y no pienso guardar el silencio cómplice que huele a
facilismo y mendicidad. Y ojo, señor ministro, la maravillosa idea
del Sistema Nacional de Culturas Populares debe desprenderse
de la burocracia y el papeleo tipo IAEM porque me temo otra vez
que el apoyo no irá a los cultores ni a los creadores como es lo
pensado. Y léase, en nuestro caso, TEATRO, más allá de actores,
directores y productores que conforman la mayoría de los grupos
y las personalidades que se pueden nominar, hay escenógrafos,
vestuaristas, dramaturgos, fotógrafos, iluminadores, diseñadores,
maquilladores, realizadores y técnicos que ya me han dicho que
no están en las listas de apoyo que se preparan para el IAEM.
¿Y quién debería velar por ellos? ¿El IAEM? ¿No, verdad? Gracias.
Al Sistema Nacional de Culturas Populares hay que salvarlo del
IAEM para que no caiga en manos de proveedores, tarimeros,
comisionados, agencias de viajes, delivery, burocracia, jefes
de despacho, mantenimiento, baños, teléfonos, asistentes,
porteros e hidratación. Los cuentos son muchos, señor Ministro y
los puntos de cuenta también. Pero este desgraciadamente, es
el mío. Y no es un cuento ni un punto de cuenta feliz.
Queda en usted convertirlo en una buena "historia".
P.D. Y disculpe señor Ministro que esto se haga vox populi
los días en que nosotros deberíamos estar haciendo nuestra
primera y segunda aparición en el Festival Internacional de
Teatro de La Habana 2011, porque sencillamente usted lo sabe:
el telón se debe alzar y esta es nuestra forma de alzarnos y
exigir respeto y consideración. Hasta la próxima. Se despide,
Costa Palamides
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