En una sentencia no se puede
El Derecho chavista no existe. Es simple voluntad de poder, mero camuflaje de las armas y del dinero
GUSTAVO LINARES BENZO | EL UNIVERSAL
sábado 10 de agosto de 2013 12:00 AM
El Derecho es una realidad burguesa. Es parte de la superestructura, del engaño en que los capitalistas tienen al proletariado, junto con la educación y la religión, opio del pueblo. El Derecho, las normas y el aparato que lo dice, los jueces, existen exclusivamente como instrumento de la dominación capitalista, camuflaje de la lucha de clases, por lo tanto destinado a desaparecer cuando esa lucha termine con la sociedad comunista, sin clases. Allí, a cada uno según su necesidad, eliminada como lo habrá sido la causa de todo mal, la propiedad privada.
Estos elementos de catecismo marxista son la base de todo su análisis de lo jurídico. Por lo tanto, un socialista siente desprecio por las leyes, al menos las que se dictan para resolver los conflictos. En el socialismo los conflictos no existen, ¿para qué leyes? El siglo y medio largo desde la obra del joven Marx:Crítica a la Filosofía del Derecho de Hegel, siglo y medio esperando el derrumbe capitalista y presenciando la tragicomedia del socialismo real, ha ido exigiendo de los pensadores marxistas cierto refrescamiento. Entre otros, de la mano de Gramsci, la necesidad de derrumbar el andamiaje del Estado burgués desde adentro, usando el Derecho en contra de sí mismo. El uso alternativo del Derecho, así llamado, consiste en interpretar la ley en clave revolucionaria, ahora como camuflaje de la lucha proletaria y ya no como disfraz de la ideología burguesa.
En Venezuela el gran maestro de estas ideas es José Miguel Delgado Ocando, quien jamás ocultó su pensamiento, lejos de ello hizo escuela en LUZ durante décadas, publicando amplia obra. Resulta que el profesor Delgado fue magistrado de la Sala Constitucional durante sus primeros doce años (de la Sala y de la Constitución). Demás está decir que el legado del padre sigue presente, no sólo por su hijo sino por lo conveniente de estas tesis. Conveniente, porque los jueces sentencian como políticos y aparecen como juristas, deciden lo conveniente para la "tesis política exitosa" (Delgado Ocando), pero se ufanan de imparcialidad. El Derecho desaparece a todos los efectos, como si ya estuviésemos en el Edén comunista, pero cara a los brasileños, por ejemplo, nuestros alcahuetas internacionales, Venezuela es un Estado de Derecho.
El Derecho chavista, pues, no existe, no es. Es simple voluntad de poder, ahora sí, mero camuflaje de la fuerza de las armas y del dinero del Estado, armas y dinero rebajados a guardia pretoriana y patrimonio personal por Hugo Chávez y sus acólitos. Todos estos razonamientos y filosofías, tan elegantes, tan bellamente escritos en el friíto de las oficinas de LUZ o del TSJ, se estrellan con la realidad. Nunca, nunca jamás, el TSJ ha sentenciado en contra del gobierno chavista, ni lo hará. Aparentará corrección, citando jurisprudencia y doctrina (siempre de España, ¿nadie habla italiano o francés en el TSJ?), pero al final, gana Chávez. Así lo confiesa Levis Zerpa, también exmagistrado, hablando de lo que se viene diciendo con una sinceridad envidiable: "Naturalmente, forma parte de la psicología del mundo judicial el no expresar esto así como se está diciendo: esto se dice aquí al hacer del estudio de la cuestión, en un plano académico, pero esto en una sentencia no se puede manifestar de esta manera". Aquí entre nos, todo esto del Derecho es embuste, sentenciamos como quiere el poderoso.
Esto en una sentencia no se puede manifestar de esta manera, hay que meter la coba. Así, la Sala Constitucional nunca defrauda: había que decir que las elecciones las ganó el hijo de Chávez, pero esto en una sentencia no se puede manifestar de esta manera. Aunque cada vez más, hay que reconocer, la sinceridad de Levis Zerpa llega a los fallos. Porque esta vez la demanda de nulidad de las elecciones ni siquiera se oyó, ni siquiera se admitió. No hubo ni parodia de juicio. No se admitió porque no se acompañaron las pruebas (¡), cuando todos creíamos que para eso era el juicio, porque los alegatos eran desordenados (¡¡), porque no se identificaron las actas de votación (¡¡¡). Puestos a hacer política, hubiera sido más inteligente dejar que Capriles y sus abogados escribieran y escribieran, llevaran cajas y cajas de actas y pruebas, y luego, como de costumbre, sacar la misma decisión del 7 de agosto.
Demasiado riesgo, pensándolo bien. Por más Marx y Delgado Ocando, un voto más un voto son dos votos. Pero esto en una sentencia no se puede manifestar de esta manera.
@glinaresbenzo
GUSTAVO LINARES BENZO | EL UNIVERSAL
sábado 10 de agosto de 2013 12:00 AM
El Derecho es una realidad burguesa. Es parte de la superestructura, del engaño en que los capitalistas tienen al proletariado, junto con la educación y la religión, opio del pueblo. El Derecho, las normas y el aparato que lo dice, los jueces, existen exclusivamente como instrumento de la dominación capitalista, camuflaje de la lucha de clases, por lo tanto destinado a desaparecer cuando esa lucha termine con la sociedad comunista, sin clases. Allí, a cada uno según su necesidad, eliminada como lo habrá sido la causa de todo mal, la propiedad privada.
Estos elementos de catecismo marxista son la base de todo su análisis de lo jurídico. Por lo tanto, un socialista siente desprecio por las leyes, al menos las que se dictan para resolver los conflictos. En el socialismo los conflictos no existen, ¿para qué leyes? El siglo y medio largo desde la obra del joven Marx:Crítica a la Filosofía del Derecho de Hegel, siglo y medio esperando el derrumbe capitalista y presenciando la tragicomedia del socialismo real, ha ido exigiendo de los pensadores marxistas cierto refrescamiento. Entre otros, de la mano de Gramsci, la necesidad de derrumbar el andamiaje del Estado burgués desde adentro, usando el Derecho en contra de sí mismo. El uso alternativo del Derecho, así llamado, consiste en interpretar la ley en clave revolucionaria, ahora como camuflaje de la lucha proletaria y ya no como disfraz de la ideología burguesa.
En Venezuela el gran maestro de estas ideas es José Miguel Delgado Ocando, quien jamás ocultó su pensamiento, lejos de ello hizo escuela en LUZ durante décadas, publicando amplia obra. Resulta que el profesor Delgado fue magistrado de la Sala Constitucional durante sus primeros doce años (de la Sala y de la Constitución). Demás está decir que el legado del padre sigue presente, no sólo por su hijo sino por lo conveniente de estas tesis. Conveniente, porque los jueces sentencian como políticos y aparecen como juristas, deciden lo conveniente para la "tesis política exitosa" (Delgado Ocando), pero se ufanan de imparcialidad. El Derecho desaparece a todos los efectos, como si ya estuviésemos en el Edén comunista, pero cara a los brasileños, por ejemplo, nuestros alcahuetas internacionales, Venezuela es un Estado de Derecho.
El Derecho chavista, pues, no existe, no es. Es simple voluntad de poder, ahora sí, mero camuflaje de la fuerza de las armas y del dinero del Estado, armas y dinero rebajados a guardia pretoriana y patrimonio personal por Hugo Chávez y sus acólitos. Todos estos razonamientos y filosofías, tan elegantes, tan bellamente escritos en el friíto de las oficinas de LUZ o del TSJ, se estrellan con la realidad. Nunca, nunca jamás, el TSJ ha sentenciado en contra del gobierno chavista, ni lo hará. Aparentará corrección, citando jurisprudencia y doctrina (siempre de España, ¿nadie habla italiano o francés en el TSJ?), pero al final, gana Chávez. Así lo confiesa Levis Zerpa, también exmagistrado, hablando de lo que se viene diciendo con una sinceridad envidiable: "Naturalmente, forma parte de la psicología del mundo judicial el no expresar esto así como se está diciendo: esto se dice aquí al hacer del estudio de la cuestión, en un plano académico, pero esto en una sentencia no se puede manifestar de esta manera". Aquí entre nos, todo esto del Derecho es embuste, sentenciamos como quiere el poderoso.
Esto en una sentencia no se puede manifestar de esta manera, hay que meter la coba. Así, la Sala Constitucional nunca defrauda: había que decir que las elecciones las ganó el hijo de Chávez, pero esto en una sentencia no se puede manifestar de esta manera. Aunque cada vez más, hay que reconocer, la sinceridad de Levis Zerpa llega a los fallos. Porque esta vez la demanda de nulidad de las elecciones ni siquiera se oyó, ni siquiera se admitió. No hubo ni parodia de juicio. No se admitió porque no se acompañaron las pruebas (¡), cuando todos creíamos que para eso era el juicio, porque los alegatos eran desordenados (¡¡), porque no se identificaron las actas de votación (¡¡¡). Puestos a hacer política, hubiera sido más inteligente dejar que Capriles y sus abogados escribieran y escribieran, llevaran cajas y cajas de actas y pruebas, y luego, como de costumbre, sacar la misma decisión del 7 de agosto.
Demasiado riesgo, pensándolo bien. Por más Marx y Delgado Ocando, un voto más un voto son dos votos. Pero esto en una sentencia no se puede manifestar de esta manera.
@glinaresbenzo
Estos elementos de catecismo marxista son la base de todo su análisis de lo jurídico. Por lo tanto, un socialista siente desprecio por las leyes, al menos las que se dictan para resolver los conflictos. En el socialismo los conflictos no existen, ¿para qué leyes? El siglo y medio largo desde la obra del joven Marx:Crítica a la Filosofía del Derecho de Hegel, siglo y medio esperando el derrumbe capitalista y presenciando la tragicomedia del socialismo real, ha ido exigiendo de los pensadores marxistas cierto refrescamiento. Entre otros, de la mano de Gramsci, la necesidad de derrumbar el andamiaje del Estado burgués desde adentro, usando el Derecho en contra de sí mismo. El uso alternativo del Derecho, así llamado, consiste en interpretar la ley en clave revolucionaria, ahora como camuflaje de la lucha proletaria y ya no como disfraz de la ideología burguesa.
En Venezuela el gran maestro de estas ideas es José Miguel Delgado Ocando, quien jamás ocultó su pensamiento, lejos de ello hizo escuela en LUZ durante décadas, publicando amplia obra. Resulta que el profesor Delgado fue magistrado de la Sala Constitucional durante sus primeros doce años (de la Sala y de la Constitución). Demás está decir que el legado del padre sigue presente, no sólo por su hijo sino por lo conveniente de estas tesis. Conveniente, porque los jueces sentencian como políticos y aparecen como juristas, deciden lo conveniente para la "tesis política exitosa" (Delgado Ocando), pero se ufanan de imparcialidad. El Derecho desaparece a todos los efectos, como si ya estuviésemos en el Edén comunista, pero cara a los brasileños, por ejemplo, nuestros alcahuetas internacionales, Venezuela es un Estado de Derecho.
El Derecho chavista, pues, no existe, no es. Es simple voluntad de poder, ahora sí, mero camuflaje de la fuerza de las armas y del dinero del Estado, armas y dinero rebajados a guardia pretoriana y patrimonio personal por Hugo Chávez y sus acólitos. Todos estos razonamientos y filosofías, tan elegantes, tan bellamente escritos en el friíto de las oficinas de LUZ o del TSJ, se estrellan con la realidad. Nunca, nunca jamás, el TSJ ha sentenciado en contra del gobierno chavista, ni lo hará. Aparentará corrección, citando jurisprudencia y doctrina (siempre de España, ¿nadie habla italiano o francés en el TSJ?), pero al final, gana Chávez. Así lo confiesa Levis Zerpa, también exmagistrado, hablando de lo que se viene diciendo con una sinceridad envidiable: "Naturalmente, forma parte de la psicología del mundo judicial el no expresar esto así como se está diciendo: esto se dice aquí al hacer del estudio de la cuestión, en un plano académico, pero esto en una sentencia no se puede manifestar de esta manera". Aquí entre nos, todo esto del Derecho es embuste, sentenciamos como quiere el poderoso.
Esto en una sentencia no se puede manifestar de esta manera, hay que meter la coba. Así, la Sala Constitucional nunca defrauda: había que decir que las elecciones las ganó el hijo de Chávez, pero esto en una sentencia no se puede manifestar de esta manera. Aunque cada vez más, hay que reconocer, la sinceridad de Levis Zerpa llega a los fallos. Porque esta vez la demanda de nulidad de las elecciones ni siquiera se oyó, ni siquiera se admitió. No hubo ni parodia de juicio. No se admitió porque no se acompañaron las pruebas (¡), cuando todos creíamos que para eso era el juicio, porque los alegatos eran desordenados (¡¡), porque no se identificaron las actas de votación (¡¡¡). Puestos a hacer política, hubiera sido más inteligente dejar que Capriles y sus abogados escribieran y escribieran, llevaran cajas y cajas de actas y pruebas, y luego, como de costumbre, sacar la misma decisión del 7 de agosto.
Demasiado riesgo, pensándolo bien. Por más Marx y Delgado Ocando, un voto más un voto son dos votos. Pero esto en una sentencia no se puede manifestar de esta manera.
@glinaresbenzo
TSJ da la espalda a medio país
ORIAN BRITO PEÑA | EL UNIVERSAL
sábado 10 de agosto de 2013
La decisión del Tribunal Supremo de Justicia sobre las solicitudes de impugnación a las elecciones presidenciales del 14 de abril hechas por Henrique Capriles y la Mesa de la Unidad, se definen como "crónica de una muerte anunciada" no obstante, lo que realmente resulta inadmisible, es que la resignación sea el que gane la batalla a los ciudadanos quienes son irrespetados por las instituciones. En cada petición que se hizo al máximo tribunal del país está el descontento de más de 7 millones de electores que consideran que el proceso electoral fue fraudulento, razones suficientes para que al menos se iniciara una seria investigación.
No conforme con negar a través de una sentencia todos los recursos, el Tribunal Supremo multó con el pago de 100 unidades tributarias a Henrique Capriles por utilizar términos "irrespetuosos" en el recurso de impugnación, por esta razón, se ordenó al Ministerio Público que realice "un análisis detallado de dichos documentos e inicie las averiguaciones que estime necesarias a fin de determinar la responsabilidad penal a que haya lugar". Por supuesto, antes de que el Ministerio Público responda ya el país conoce el veredicto, solo hay que esperar un tweet de la fiscal Luisa Ortega. Nuevamente los venezolanos quedan indefensos frente a los atropellos de las instituciones.
En consecuencia, todo lo relacionado a las impugnaciones serán llevadas a instancias internacionales donde seguro la reacción oficial será que Venezuela es un país soberano y que los poderes "autónomos" ya fijaron posición al respecto. Quienes pensaban que con la salida de Hugo Chávez del esquema político la situación del país mejoraría, se equivocaron. El nuevo reto serán las elecciones municipales del 8 de diciembre, el cual en caso de resultar fraudulento como el proceso del 14 de abril, habrá que acudir a la corte celestial porque cualquier irregularidad es desestimada por quienes tienen la obligación de rendirle cuentas a los venezolanos.
La participación masiva de quienes aspiran recuperar la democracia a través del voto, tiene que sustentarse con garantías que promuevan aún más la participación, por eso la importancia de los testigos para poder al menos denunciar las irregularidades. También los candidatos en el caso particular del 8D, tienen el compromiso de respetar las candidaturas que resultaron favorecidas en el proceso de primarias, sin embargo, las ansias por el poder lleva a algunos a prestarse al juego del Estado que intenta desmotivar aún más al elector y eliminar las posibilidades de triunfo de la oposición, en ese sentido la decisión del TSJ tiene parte en la misión.
Además, tres rectores del Consejo Nacional Electoral tienen el período vencido, pero de eso poco se habla porque la prioridad de la bancada oficialista en la Asamblea Nacional es alcanzar la mayoría en el parlamento que le permita sin mucho problema mantener el secuestro del poder. Mientras tanto, los problemas del país siguen en ascenso: esperar un vuelo en Maiquetía puede resultar peligroso, periodistas en huelga de hambre, la Guardia Nacional mató a otro ciudadano esta vez en el estado Carabobo y la persecución no se detiene. Uno cree que lo ha visto todo, pero no, por más inadmisible que uno crea.
@OrianTw
No conforme con negar a través de una sentencia todos los recursos, el Tribunal Supremo multó con el pago de 100 unidades tributarias a Henrique Capriles por utilizar términos "irrespetuosos" en el recurso de impugnación, por esta razón, se ordenó al Ministerio Público que realice "un análisis detallado de dichos documentos e inicie las averiguaciones que estime necesarias a fin de determinar la responsabilidad penal a que haya lugar". Por supuesto, antes de que el Ministerio Público responda ya el país conoce el veredicto, solo hay que esperar un tweet de la fiscal Luisa Ortega. Nuevamente los venezolanos quedan indefensos frente a los atropellos de las instituciones.
En consecuencia, todo lo relacionado a las impugnaciones serán llevadas a instancias internacionales donde seguro la reacción oficial será que Venezuela es un país soberano y que los poderes "autónomos" ya fijaron posición al respecto. Quienes pensaban que con la salida de Hugo Chávez del esquema político la situación del país mejoraría, se equivocaron. El nuevo reto serán las elecciones municipales del 8 de diciembre, el cual en caso de resultar fraudulento como el proceso del 14 de abril, habrá que acudir a la corte celestial porque cualquier irregularidad es desestimada por quienes tienen la obligación de rendirle cuentas a los venezolanos.
La participación masiva de quienes aspiran recuperar la democracia a través del voto, tiene que sustentarse con garantías que promuevan aún más la participación, por eso la importancia de los testigos para poder al menos denunciar las irregularidades. También los candidatos en el caso particular del 8D, tienen el compromiso de respetar las candidaturas que resultaron favorecidas en el proceso de primarias, sin embargo, las ansias por el poder lleva a algunos a prestarse al juego del Estado que intenta desmotivar aún más al elector y eliminar las posibilidades de triunfo de la oposición, en ese sentido la decisión del TSJ tiene parte en la misión.
Además, tres rectores del Consejo Nacional Electoral tienen el período vencido, pero de eso poco se habla porque la prioridad de la bancada oficialista en la Asamblea Nacional es alcanzar la mayoría en el parlamento que le permita sin mucho problema mantener el secuestro del poder. Mientras tanto, los problemas del país siguen en ascenso: esperar un vuelo en Maiquetía puede resultar peligroso, periodistas en huelga de hambre, la Guardia Nacional mató a otro ciudadano esta vez en el estado Carabobo y la persecución no se detiene. Uno cree que lo ha visto todo, pero no, por más inadmisible que uno crea.
@OrianTw
La noche oscura republicana
RAFAEL MARTÍNEZ NESTARES | EL UNIVERSAL
sábado 10 de agosto de 2013
La noche oscura del alma es un clímax y a la vez un desasosiego del ser, por una "aparente" ausencia de Dios, que pareciera alejarnos de todo y de todos. Además, la carencia de todo en el individuo pareciera convertirse en un abandono total, de "... Aquél que nos amó primero... (1 Jn 4:19)"
Visto de esta forma, parece que estuviésemos remontándonos al pensamiento de Juan de La Cruz y a la espiritualidad Carmelitana, por el contrario, quiero aprovechar ese marco referencial para relacionarlo con el amor de patria y el sentir patriótico, probablemente muy golpeado en Venezuela por estos días.
El amor de patria, el amor por la tierra donde nacimos y se forjaron nuestros libertadores, el "amor por lo nuestro" es, el primer motor que activa nuestro vivir cotidiano. Por ello, tras allanamientos, persecuciones, inhabilitaciones y sentencias tribunalicias en uno u otro sentido, pareciera un juego macabro que nos desconcierta en sumo grado.
Ciertamente que, los actores que provocan uno u otro movimiento, tienen distinta naturaleza. La noche oscura refiere a un estado del alma que, conforme a su "purificación", a su "limpieza" lo acerca de tal forma a "la verdad" que es el mismo Dios; pareciera que aquél se oculta de la presencia humana, pero lo que ocurre es un real desasimiento del ser humano para hundirse en lo que es bello, es bueno y hermoso.
Ahí está la relación. El amor de patria -aunque diferente en esencia al amor de Dios para el creyente- se transforma en una lucha personal y colectiva por el logro de las grandes metas nacionales; la gesta emancipadora fue sin lugar un momento histórico que recoge en gran medida este hecho.
Sin embargo, nuestra historia republicana parece mostrarnos ambigüedades a lo largo del tiempo. En el actual régimen, el cinismo y la propaganda, buscan sustituir este amor de patria por retórica y "slogan" tales como "corazón de patria", invirtiendo cuantiosas sumas de dinero público para "vender sus remilgos". Esa es nuestra "noche oscura republicana", a la que refiero apretadamente en estas líneas, a la cual quiero hacer parangón con la noche oscura de la espiritualidad carmelitana. Hay una fuerza patria; hay un arraigado sentimiento nacionalista, no podemos creer que estamos abandonados ante tanto corrupto e indigente de la política nacional. ¡Claro que no! El Libertador el 15 de agosto de 1802, en su propia noche oscura republicana, juró ante su maestro Simón Rodríguez, en el Monte Sacro: "Juro delante de usted; juro por el Dios de mis padres; juro por ellos; juro por mi honor y juro por la patria, que no daré descanso a mi brazo, ni reposo a mi alma, hasta que haya roto las cadenas que nos oprimen...". De esta enseñanza patria, que se cristalizó 20 años después, surgen para mis lectores estas breves líneas. ¡El bravo pueblo tiene la palabra!
El autor es Economista, Master en Planificación del Desarrollo Económico y Doctor en Ciencias Económicas y Administrativas.
@rafaelmartinezn
Visto de esta forma, parece que estuviésemos remontándonos al pensamiento de Juan de La Cruz y a la espiritualidad Carmelitana, por el contrario, quiero aprovechar ese marco referencial para relacionarlo con el amor de patria y el sentir patriótico, probablemente muy golpeado en Venezuela por estos días.
El amor de patria, el amor por la tierra donde nacimos y se forjaron nuestros libertadores, el "amor por lo nuestro" es, el primer motor que activa nuestro vivir cotidiano. Por ello, tras allanamientos, persecuciones, inhabilitaciones y sentencias tribunalicias en uno u otro sentido, pareciera un juego macabro que nos desconcierta en sumo grado.
Ciertamente que, los actores que provocan uno u otro movimiento, tienen distinta naturaleza. La noche oscura refiere a un estado del alma que, conforme a su "purificación", a su "limpieza" lo acerca de tal forma a "la verdad" que es el mismo Dios; pareciera que aquél se oculta de la presencia humana, pero lo que ocurre es un real desasimiento del ser humano para hundirse en lo que es bello, es bueno y hermoso.
Ahí está la relación. El amor de patria -aunque diferente en esencia al amor de Dios para el creyente- se transforma en una lucha personal y colectiva por el logro de las grandes metas nacionales; la gesta emancipadora fue sin lugar un momento histórico que recoge en gran medida este hecho.
Sin embargo, nuestra historia republicana parece mostrarnos ambigüedades a lo largo del tiempo. En el actual régimen, el cinismo y la propaganda, buscan sustituir este amor de patria por retórica y "slogan" tales como "corazón de patria", invirtiendo cuantiosas sumas de dinero público para "vender sus remilgos". Esa es nuestra "noche oscura republicana", a la que refiero apretadamente en estas líneas, a la cual quiero hacer parangón con la noche oscura de la espiritualidad carmelitana. Hay una fuerza patria; hay un arraigado sentimiento nacionalista, no podemos creer que estamos abandonados ante tanto corrupto e indigente de la política nacional. ¡Claro que no! El Libertador el 15 de agosto de 1802, en su propia noche oscura republicana, juró ante su maestro Simón Rodríguez, en el Monte Sacro: "Juro delante de usted; juro por el Dios de mis padres; juro por ellos; juro por mi honor y juro por la patria, que no daré descanso a mi brazo, ni reposo a mi alma, hasta que haya roto las cadenas que nos oprimen...". De esta enseñanza patria, que se cristalizó 20 años después, surgen para mis lectores estas breves líneas. ¡El bravo pueblo tiene la palabra!
El autor es Economista, Master en Planificación del Desarrollo Económico y Doctor en Ciencias Económicas y Administrativas.
@rafaelmartinezn
Olvido: ley del embudo político
HERMANN PETZOLD RODRÍGUEZ | EL UNIVERSAL
sábado 10 de agosto de 2013
Para nadie es un secreto el magnífico escritor que es John Grisham. Muchas de sus novelas son creaciones surgidas de experiencias pasadas. Otras son frutos de la imaginación que no dejan de asemejarse a lo que estamos viviendo en el mundo, especialmente en Venezuela.
Nuestra realidad parece una novela de Grisham. El trágico pasado-presente de hechos cercanos a nosotros, de violencia, intriga y caos han hecho que cada día nuestra capacidad de asombro esté anestesiada, y seamos víctimas aletargadas al momento de reaccionar. Atentados, bombas, crímenes ocultos, hechos pasados sin confesar, leyes sin aplicar, testigos falsos, acuerdos extrajudiciales, y grabaciones ilegales, nos resultan habituales y rutinarios en las novelas de este autor, pero también en nuestra cotidianidad.
En Venezuela, han muerto muchísimas personas, seres humanos, con familia, producto de lo "bien" que lo ha hecho el Gobierno. Resulta asombroso ver cómo después de tantos asesinatos, todavía vivamos autistas, tratando de llenarnos de cualquier porquería a fin de olvidarnos del pasado. Un hecho relevante que también ha sido olvidado es la muerte de Franklin Brito, hace más de tres años. Igualmente, tácitamente, es la muerte de la defensa que hoy en día tienen los representantes de los partidos frente a los presos políticos. Prefieren defender a un diputado despojado de su inmunidad, a alguien que le arrebataron su libertad, como es el caso de Simonovis, y varias personas más.
Ambos casos -Brito y Simonovis- tienen dos cosas en común: lo rápido que se han ido olvidando y lo conveniente que ha sido para los partidos políticos mantenerse al margen de la situación. Si hicieron el bien o mal es otro asunto. Lo grave es que no predominó la justicia en ninguno de las 2 personas.
Sobre Brito ha sido más triste. Una muerte lenta por defender sus derechos. Una huelga de hambre sin maniobra política, que obtuvo triunfos parciales. Un ciudadano visiblemente consternado frente a lo que ocurría, pero con una nefasta actuación por parte de los organismos del Estado vinculados al caso. Y lo más lamentable, un supuesto apoyo de la dirigencia política opositora que se fue difuminando con el pasar de los días y que hoy nadie hace mención o recuerda el ejemplarizante comportamiento de Brito, digno de admirar al no ceder frente el coqueteo, que muchas veces asomó el Gobierno. En el caso de Simonovis y de los presos políticos, también han luchado con lo que han tenido, pero ciertamente es poco lo que se puede hacer cuando hay una itinerancia del apoyo de la clase política hacia ellos, y los medios no han sido contundentes con la gravedad del asunto.
Necesitamos mayor solidaridad entre nosotros.
www.hermannpetzold.com
@HermannPetzold
Hermann.Petzold@outlook.com
Nuestra realidad parece una novela de Grisham. El trágico pasado-presente de hechos cercanos a nosotros, de violencia, intriga y caos han hecho que cada día nuestra capacidad de asombro esté anestesiada, y seamos víctimas aletargadas al momento de reaccionar. Atentados, bombas, crímenes ocultos, hechos pasados sin confesar, leyes sin aplicar, testigos falsos, acuerdos extrajudiciales, y grabaciones ilegales, nos resultan habituales y rutinarios en las novelas de este autor, pero también en nuestra cotidianidad.
En Venezuela, han muerto muchísimas personas, seres humanos, con familia, producto de lo "bien" que lo ha hecho el Gobierno. Resulta asombroso ver cómo después de tantos asesinatos, todavía vivamos autistas, tratando de llenarnos de cualquier porquería a fin de olvidarnos del pasado. Un hecho relevante que también ha sido olvidado es la muerte de Franklin Brito, hace más de tres años. Igualmente, tácitamente, es la muerte de la defensa que hoy en día tienen los representantes de los partidos frente a los presos políticos. Prefieren defender a un diputado despojado de su inmunidad, a alguien que le arrebataron su libertad, como es el caso de Simonovis, y varias personas más.
Ambos casos -Brito y Simonovis- tienen dos cosas en común: lo rápido que se han ido olvidando y lo conveniente que ha sido para los partidos políticos mantenerse al margen de la situación. Si hicieron el bien o mal es otro asunto. Lo grave es que no predominó la justicia en ninguno de las 2 personas.
Sobre Brito ha sido más triste. Una muerte lenta por defender sus derechos. Una huelga de hambre sin maniobra política, que obtuvo triunfos parciales. Un ciudadano visiblemente consternado frente a lo que ocurría, pero con una nefasta actuación por parte de los organismos del Estado vinculados al caso. Y lo más lamentable, un supuesto apoyo de la dirigencia política opositora que se fue difuminando con el pasar de los días y que hoy nadie hace mención o recuerda el ejemplarizante comportamiento de Brito, digno de admirar al no ceder frente el coqueteo, que muchas veces asomó el Gobierno. En el caso de Simonovis y de los presos políticos, también han luchado con lo que han tenido, pero ciertamente es poco lo que se puede hacer cuando hay una itinerancia del apoyo de la clase política hacia ellos, y los medios no han sido contundentes con la gravedad del asunto.
Necesitamos mayor solidaridad entre nosotros.
www.hermannpetzold.com
@HermannPetzold
Hermann.Petzold@outlook.com
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