Razón del nombre del blog

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El por qué del título de este blog . Según Gregorio Magno, San Benito se encontraba cada año con su hermana Escolástica. Al caer la noche, volvía a su monasterio. Esta vez, su hermana insistió en que se quedara con ella,y él se negó. Ella oró con lágrimas, y Dios la escuchó. Se desató un aguacero tan violento que nadie pudo salir afuera. A regañadientes, Benito se quedó. Asi la mujer fue más poderosa que el varón, ya que, "Dios es amor" (1Juan 4,16),y pudo más porque amó más” (Lucas 7,47).San Benito y Santa Escolástica cenando en el momento que se da el milagro que narra el Papa Gregorio Magno. Fresco en el Monasterio "Santo Speco" en Subiaco" (Italia)

sábado, 22 de marzo de 2014

Alerta venezolanos, la relación con Panamá viene desde los tiempos independentistas con el mismo Simón Bolívar a la cabeza...No se dejen engañar con la historia que el chavismo está releyendo...Ojo pues, aprendan a leer el lenguaje de la historia que es una de las causas que nos ha llevado a este estado: la ignorancia de lo hecho por nuestros antepasados...

¿Por qué Panamá tiene tanto interés en Venezuela?

Monumento en la ciudad de Panamá en honor al Libertador Simón Bolívar por el Centenario del Congreso Anfictiónico.
Hay que recordar un poco de historia, pues la causa del interés de Panamá sobre Venezuela y su drama viene desde la relación del mismo Simón Bolívar con ese país. No vayan a caer en falsedades como los venezolanos lo han hecho desde 1992, sobre todo cuando Hugo Chávez declaró antes del Revocatorio de su mandato que iba  a aplicar la estrategia de la Batalla de "Santa Inés" de Zamora, ideada y estratégicamente elaborada por 2 militares franceses de la Revolución Francesa, que visitaban el país, Mosca, pues otra vez se nos coloca como venezolanos ante la presencia de un hecho histórico, que según la física cuántica vuelve para completar su ciclo.
El Congreso de Panamá, designado a menudo como Congreso Anfictiónico de Panamá en recuerdo de la Liga Anfictiónica de Grecia antigua, fue una asamblea que tuvo lugar en la ciudad de Panamá, convocada por el libertador venezolano Simón Bolívar, con el objeto de buscar la unión o confederación de los estados de América, sobre la base de los anteriores virreinatos hispanoamericanos, en un proyecto de unificación continental, como lo había ideado el precursor de la independencia hispanoamericana el general venezolanoFrancisco de Miranda. El congreso se llevó a cabo en 1826 en el antiguo convento de San Francisco -hoy Palacio Bolívar- de la ciudad de Panamá.
El salón donde fue celebrada dicha convención recibe el nombre de Salón Bolívar y reposan allí una espada del Libertador, juntos con los originales “Protocolos del Istmo”, primeros acuerdos firmados por los ministros plenipotenciarios que asistieron a esta reunión en 1826.1
Asistieron al congreso: la Gran ColombiaMéxicoPerú y las Provincias Unidas de Centro AméricaBolivia y Estados Unidos no llegaron a tiempo. Argentina y Chile no mostraron interés. Paraguay no fue invitado. El Imperio del Brasil tampoco mostró interés. Gran Bretaña envió un observador y los Países Bajos otro a título personal.2

Antecedentes

Ya la idea de crear una gran nación cuya extensión abarcara lo que es Hispanoamérica se había originado con el prócer venezolano Francisco de Miranda, quien propuso el nombre de Colombia para esa eventual nación. Simón Bolívar, también, en la Carta de Jamaicade 1815 expresó:
"Es una idea grandiosa pretender formar de todo el Mundo Nuevo en una sola nación con un solo vinculo que ligue sus partes entre sí y con el todo. Ya que tiene su origen, una lengua, unas costumbres y una religión, debería, por consiguiente, tener un solo gobierno que confederase los diferentes estados que hayan de formarse; [...] ¡Qué bello sería que el Istmo de Panamá fuese para nosotros lo que el de Corinto para los griegos! Ojalá que algún día tengamos la fortuna de instalar allí un augusto congreso de los representantes de las repúblicas, reinos e imperios a tratar y discutir sobre los altos intereses de la paz y de la guerra, con las naciones de las otras tres partes del mundo. Esta especie de corporación podrá tener lugar en alguna época dichosa de nuestra regeneración..."
Simón Bolívar, Carta de Jamaica, Kingston, 6 de septiembre de 18153
El congreso fue convocado por Simón Bolívar, desde Lima, el 7 de diciembre de 1824 y el patriota peruano José Faustino Sánchez Carrión, nombrado por Bolívar ministro de Gobierno y Relaciones Exteriores del Perú, y quien compartía plenamente con Bolívar el ideario de la unidad hispanoamericana, cursó a los gobiernos americanos la invitación.
Cuando, después de cien siglos, la posteridad busque el origen de nuestro derecho público, y recuerden los pactos que consolidaron su destino, registrarán con respeto los protocolos del Istmo. En él, encontrarán el plan de las primeras alianzas, que trazará la marcha de nuestras relaciones con el universo. ¿Qué será entonces el Istmo de Corinto comparado con el de Panamá?
Simón Bolívar, Convocatoria del Congreso de Panamá, Lima, 7 de diciembre de 18244
La visión hispanoamericanista del argentino Bernardo de Monteagudo, plasmada en la que se considera su obra más destacada, el "Ensayo sobre la necesidad de una federación general entre los estados hispano-americanos y plan de su organización",5 influenció también en el venezolano.6
En sentido coincidente, el mexicano José María Tornel7 ha dicho:
Se ha atribuido al Libertador de Colombia, Simón Bolívar, la gloria de haber concebido el importante designio de reunir un congreso de las Naciones Americanas, a semejanza de todas las Confederaciones, tan célebres en la historia de los antiguos griegos. Más la imparcialidad exige que se refiera que el primero en recomendar el proyecto verdaderamente grandioso, fue el Coronel Monteagudo, de temple muy fuerte de alma y compañero de Campañas del General San Martín, en sus memorables de Chile y el Perú.8
Incluso, algunos historiadores como el chileno Benjamín Vicuña Mackenna han sostenido que el asesinato de Monteagudo afectó seriamente la evolución del proyecto.8

Países convocados

Tras la convocatoria hecha por Bolívar se enviaron comunicaciones a los gobiernos del resto de la Sudamérica independiente, así como a México y América Central. La influencia política de Bolívar sobre la Gran Colombia, Perú y Bolivia hizo que la asistencia de dichos estados estuviera poco menos que asegurada. La asociación mental del Istmo de Panamá con el Istmo de Corinto causó que Bolívar eligiera a la ciudad de Panamá como sede del Congreso.

Desarrollo y acuerdos

El Congreso logró instalarse en la ciudad de Panamá el 22 de junio de 1826 y dejó de sesionar el 15 de julio de ese año. Asistieron dos representantes por cada país concurrente: la Gran Colombia (que abarcaba los actuales estados de ColombiaVenezuelaEcuador yPanamá), Perú, México, y las Provincias Unidas del Centro de América (que comprendía las actuales repúblicas de GuatemalaEl SalvadorHondurasNicaragua y Costa Rica). El propio Bolívar se abstuvo de intervenir en sesiones del Congreso al considerar incompatible su presencia allí mientras desempeñaba la presidencia de Perú.
Los temas de discusión en la agenda del Congreso eran los siguientes:
1. Renovación de los tratados de unión, liga y confederación;
2. Publicación de un manifiesto en que se denuncia la actitud de España y el daño que ha causado al Nuevo Mundo;
3. Decisión sobre el apoyo a la independencia de las islas de Cuba, Puerto Rico, Canarias y Filipinas;
4. Celebración de tratados de comercio y de navegación entre los Estados confederados;
5. Efectivización de la Doctrina Monroe de los Estados Unidos en contra de las tentativas españolas de reconquista;
6. Organización de un cuerpo de normas de derecho internacional;
7. Abolición de la esclavitud en todos los Estados confederados;
8. Contribución de cada país para el mantenimiento de los contingentes militares comunes;
9. Adopción de medidas de presión para obligar a España al reconocimiento de las nuevas repúblicas y
10. Fijación de las fronteras nacionales con base en el principio de uti possidetis, tomando como base el año 1810.
El pleito entre Perú y la Gran Colombia por la provincia de Guayaquil, así como el litigio entre México y Centroamérica por la región deSoconusco (actual Chiapas) impidió discutir la aplicación del uti possidetis como criterio para la delimitación territorial, tomando como base el año 1810. Ante el fracaso de las conversaciones sobre este tema y para evitar el agravamiento de las pugnas ya existentes, estas cuestiones no se resolvieron en el debate, encargando la definición de fronteras a los acuerdos bilaterales entre cada país.
La negativa de los Estados participantes a reducir sus aranceles impidió todo intento de fijar acuerdos preferenciales de comercio, al ser evidente los desequilibrios en la balanza comercial de cada asistente. Estos países eran dependientes de los aranceles como fuente de ingresos para sus gobiernos, por lo cual se negaron a toda concesión al respecto. La exigencia del observador británico Dawkins para contar con acuerdos comerciales de manera separada con cada estado impidió las posiciones comunes entre los países hispanoamericanos por lo que el Congreso decidió mantener el statuo quo sobre los aranceles y el comercio.
El intento de estimular la independencia de Cuba y Puerto Rico también recibió la opinión contraria del observador británico, quien advirtió además los riesgos de lanzarse a una guerra contra España en la región del Mar Caribe donde otras potencias -como la propia Gran Bretaña y Francia poseían colonias.
La presión británica desaconsejó también invocar el apoyo de Estados Unidos para instaurar por la fuerza la Doctrina Monroe, en tanto los estadounidenses eran, junto a España, los principales actores comerciales en Cuba y Puerto Rico.
Finalmente discreparon México y la Gran Colombia sobre cuál de estos países debería liderar el esfuerzo anticolonial en las islas del Mar Caribe, donde ambos Estados disponían de importantes puertos. Esta pugna se agravó con la oposición del delegado británico a toda operación bélica contra las colonias españolas, y causó que el Congreso finalmente evitara tomar alguna decisión sobre el Caribe, mientras Gran Bretaña apenas ofrecía su mediación para lograr el reconocimiento diplomático del gobierno español de los estados surgidos luego de las guerras de independencia hispanoamericanas.
Los embajadores tan sólo acordaron con relativa facilidad la creación de una liga de repúblicas americanas con jefes militares comunes, la formación de un pacto mutuo de defensa, y el establecimiento de una asamblea parlamentaria supranacional, aunque sin acordar detalles específicos sobre el funcionamiento de ésta ni sobre la organización de las tropas comunes de defensa y menos aún sobre su financiamiento. Con muchas limitaciones se elaboró al fin el “Tratado magnífico titulado de la Unión, de la Liga, y de la Confederación perpetua” que emergió del Congreso y que, aprobado por todos los concurrentes, fue ratificado solamente por la Gran Colombia en el mismo 1888.

Cierre del Congreso de Panamá y traslado a Tacubaya

Al terminar las sesiones en la ciudad de Panamá, el 15 de julio, los delegados mexicanos sugirieron reiniciar el Congreso en Tacubaya, localidad a las afueras de Ciudad de México, opción apoyada de inmediato por los delegados peruanos y centroamericanos, y que los representantes de la Gran Colombia aceptaron para evitar las acusaciones de que el Congreso quedaría "bajo la influencia omnímoda de Bolívar".
Se pactó que un miembro de cada delegación volvería a su país de origen y el otro partiría a Tacubaya pero el clima político se había tornado muy contrario a Simón Bolívar en Perú lo que provocó que los dos delegados peruanos (Manuel Lorenzo de Vidaurre y Manuel Pérez de Tudela) retornaran a su país antes del proyectado traslado a Tacubaya. De esta manera Perú se desligó del Congreso para todo efecto práctico y el gobierno peruano jamás ratificó el Tratado surgido del mismo.
Ciudad de Mexico vista desde Tacubaya en1836.
En agosto de 1826 los delegados de México, la Gran Colombia y Centroamérica (José Domínguez, Pedro Gual, y Antonio Larrazábal, respectivamente) se reunieron finalmente en Tacubaya para reiniciar las deliberaciones, y allí los alcanzó el observador estadounidense John Sergeant que sobrevivió al viaje hacia Panamá. Al conocerse que Perú y Centroamérica no ratificaron el “Tratado magnífico titulado de la Unión, de la Liga, y de la Confederación perpetua”, el gobierno mexicano perdió todo entusiasmo e interés por proseguir las deliberaciones del Congreso Anfictiónico.
Mientras tanto el delegado de Estados Unidos, John Sergeant, manifestaba a los demás representantes que sus instrucciones se limitaban a negociar acuerdos de comercio con las repúblicas hispanoamericanas. Sergeant informó también que los Estados Unidos rechazaban integrarse en una confederación continental y que también negaban su apoyo a toda acción de guerra contra España en la región caribeña. Estados Unidos había comenzado su movimiento ascencional y todas estas explicaciones fueron secundadas por el embajador estadounidense en Ciudad de México, lo cual terminó por frustrar la agenda del Congreso.
Las propias convulsiones internas de la política mexicana impidieron su reanudación y el 9 de octubre de 1828 los delegados originales de la Gran Colombia, México y Centroamérica declararon la conclusión definitiva del Congreso Anfictiónico.

Consecuencias[editar]

La creciente hostilidad de los políticos de Perú hacia Bolívar causó que tras el alejamiento del Libertador de la presidencia peruana los nuevos gobernantes de dicho país declinaran ratificar el “Tratado magnífico titulado de la Unión, de la Liga, y de la Confederación perpetua”. Cuando en Bolivia cesó el gobierno del mariscal Sucre, también se desvaneció todo interés por el proyecto unificador de Bolívar.
Las tensiones internas en las Provincias Unidas de Centroamérica hicieron imposible en éstas una posición unánime a favor de los acuerdos de Panamá, además que los litigios territoriales de Centroamérica con México no habían quedado resueltos en el Congreso Anfictiónico, dejando insatisfechos a ambos estados sobre un tema que precisaban solucionar antes de integrarse a un proyecto de unión continental.
El propio “Tratado magnífico titulado de la Unión, de la Liga, y de la Confederación perpetua” omitía cuestiones que el proyecto de Simón Bolívar consideraba fundamentales, como la integración comercial y el cese de los pleitos territoriales, mientras que la alianza militar defensiva no ponía fin a la efectiva separación de fuerzas entre los países hispanoamericanos. La discordia entre las delegaciones había impedido llegar a acuerdos decisivos en muchos temas proyectados, como aranceles y normas comunes dederecho internacional, restando fuerza a las decisiones del Congreso.
El hecho que al terminar el año 1826 apenas uno de los cuatro estados participantes ratificara los ya limitados acuerdos de Panamá, causó que el propio Simón Bolívar considerase al Congreso Anfictiónico como una experiencia fallida, conclusión a la que arribó el Libertador poco después que concluyeran las sesiones, señalando: "El Congreso de Panamá sólo será una sombra".
Cuatro años después del Congreso, en 1830, la Gran Colombia se disolvió en tres países, y en 1834 las Provincias Unidas de Centroamérica se desmembraron en cinco estados.
Gran Bretaña, que había enviado un representante en calidad de observador, aprovechó la situación para iniciar acuerdos comerciales con los países asistentes por separado; irónicamente el gobierno británico fue el más beneficiado al obtener importantes tratados mercantiles con algunos de ellos.
La idea de la unión de los países latinoamericanos se mantuvo en suspenso pero latente. Años más tarde se creó la Unión Panamericana y luego la Organización de Estados Americanos (OEA). También, actualmente hay un Parlamento Latinoamericano. El presidente venezolano Hugo Chávez Frías promovió la creación de una confederación o liga entre las naciones de América del que dio origen a la conformación de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur).






OEA| Foto:siluetax.wordpress.com
OEA| Foto:siluetax.wordpress.com
Cuando Panamá pidió en febrero una reunión extraordinaria y urgente de los cancilleres de la OEA, hacía poco más de un año que había despedido al que era su embajador en el órgano, Guillermo Cochez, precisamente por criticar la "democracia enferma" de Venezuela

La Organización de Estados Americanos (OEA) vuelve a escuchar este viernes la versión del gobierno venezolano sobre una crisis que ya cuenta 31 muertos. Eso sí, esta vez, el foro americano contará con el relato de la oposición venezolana, gracias o por la culpa de, Panamá.
Justamente, una solicitud panameña hecha a principios de marzo de tratar la crisis política venezolana, que hasta ahora ha dejado 31 muertos y cientos de detenidos, incluídos varios líderes opositores, llevó al presidente Nicolás Maduro a romper relaciones con el gobierno de Ricardo Martinelli.
Lejos quedaron los apretones de mano y las sonrisas entre Maduro y Martinelli de julio pasado en Caracas, cuando el panameño fue a hacer gestiones para el pago de la deuda que Caracas mantiene con empresarios de la Zona del Canal.
Ahora, al ofrecer su silla y la palabra a la diputada opositora Maria Corina Machado en la OEA, Panamá se coloca como el país más activo de la región respecto a la crisis en Venezuela, lejos de la discreción que se percibe en Brasil o Colombia y más allá de las habituales muestras de solidaridad inquebrantable de aliados como Bolivia o Nicaragua.
Por eso muchos se preguntan por qué un país que usualmente mantiene un bajo perfil diplomático es tan activo cuando se trata de cosas de Venezuela.
"La democracia"
Cuando Panamá pidió en febrero una reunión extraordinaria y urgente de los cancilleres de la OEA, hacía poco más de un año que había despedido al que era su embajador en el órgano, Guillermo Cochez, precisamente por criticar la "democracia enferma" de Venezuela.
De esa manera, la cancillería se distanciaba de lo que parecía ser una posición personal de Cochez, un duro crítico del fallecido presidente Hugo Chávez.
Pero el embajador panameño ante la OEA, Arturo Vallarino, justificó la actitud de su país en la actual coyuntura como una de defensa de la libertad y los derechos humanos.
"Panamá sufrió una dictadura y por eso insistimos", dijo Vallarino. "Lo que sucede en Venezuela nos recuerda muchísimo a la lucha que tuvimos que librar en defensa de los derechos humanos, la libertad de expresión, de la libertad de reunión".
Ese espíritu lo cuestiona Miguel Antonio Bernal, analista y profesor de Derecho Constitucional de la Universidad de Panamá, quien le recordó a BBC Mundo la represión de indígenas en Bocas del Toro en 2010 o de Colón en 2012.
"Al gobierno de Martinelli no le ha preocupado los derechos humanos de los panameños, ¿cómo le va a preocupar los derechos de los venezolanos?", le dijo Bernal a BBC Mundo.
¿El dinero?
Ahora, sin relaciones diplomáticas, Venezuela dio por rota incluso la negociación por el pago de la deuda que empresarios de su país tienen con los de la Zona de Libre Comercio de Colón, en Panamá.
Según el cálculo panameño, empresarios venezolanos adudan US$1.000 millones a los exportadores del puerto de Colón.
El canciller venezolano, Elías Jaua, ha denunciado que buena parte de esa deuda es ilegítima, supuestamente viciada por hechos de corrupción, lo que reduciría sensiblemente la cantidad.
Los venezolanos, aseguran, no han pagado porque no han conseguido divisas de su gobierno. En el país rige un estricto control de cambios: empresarios y ciudadanos sólo acceden a dólares después de un engorroso trámite con el gobierno.
Sin embargo, desde 2013, con devaluaciones incluidas, el gobierno ha ralentizado el suministro de dólares a la economía, algo que afectó tanto a empresarios importadores como a otros sectores, como por ejemplo las líneas aéreas internacionales.
Para tratar el asunto, Martinelli viajó a Caracas para pedir a Maduro que agilice el cambio de divisas que requieren los empresarios de su país para cancelar su deuda.
Así pues, se puede ver el activismo del Ejecutivo de Martinelli respecto a Venezuela como algo íntimamente relacionado con esa deuda. Aunque también lo contrario, como es el caso de Rolando Gordón, decano de la Facultad de Economía de la Universidad de Panamá.
Para Gordón, en tanto socio comercial, más allá de la zona libre, "Venezuela no tiene gran importancia, no hay mucha relación". "Usan el Canal muy poco, están en el décimo segundo lugar o por allá, así que no impacta tanto", le dijo el economista a BBC Mundo.
"Donde sí es relevante es en la zona libre, pero eso es mercancía de Europa y EE.UU. que se 'reexporta' y no paga impuestos ni entra a territorio nacional. Ahí Venezuela era el segundo usuario, entonces sí importaba", agregó.
Cortina de humo
El analista ve las gestiones de Martinelli a favor de los empresarios de su país, más que por el impacto económico, porque "lo quiso aprovechar políticamente". "Estamos en un proceso electoral, las elecciones son el 4 de mayo, su partido cree que consigue ventaja atacando a Venezuela", opinó.
Coincide el profesor Bernal, que considera la actitud de su gobierno "fundamentalmente una cortina de humo", quien recuerda que esa situación en relación a Venezuela tiene lugar al mismo tiempo que se retoma en Italia un juicio por supuestos sobornos a funcionarios panameños que ha salpicado al propio Martinelli.
"Muchos interpretamos en Panamá, la actitud hacia Venezuela, como una manera de desviar la atención de graves problemas que se confrontan a escasos 50 días de las elecciones", agregó Bernal.
Cierto o no, sí es verdad que Venezuela ha formado parte de la agenda electoral panameña, sobre todo desde que el miércoles pasado el presidente Martinelli pidiera a Maduro "no meter sus manos" en las elecciones.
En un comunicado, Martinelli escribió que Maduro "debería estar resolviendo los problemas de desabastecimiento de su país y no metiendo sus manos en Panamá".
Así respondía a que Maduro hubiera dicho que "espera que el próximo gobierno de Panamá sea torrijista".
¿Washington?El otro factor que podría explicar la actitud de Panamá hacia Venezuela es su claro alineamiento con la política exterior estadounidense.
"El gobierno definitivamente se han identificado mucho o casi totalmente con la corriente estadounidense de asediar a Venezuela", le dijo a BBC Mundo Julio Yao, profesor de Relaciones Internacionales de la Universidad de Panamá.
"Nos aísla de países con los que tenemos la obligación de mantener relaciones lo más cordiales sin dejar de hacer los señalamientos pertinentes dentro de los parámetros correspondientes", opinó Bernal.
"Pero no debemos actuar solos, no nos acompañó ni Colombia", dijo en alusión al voto en la OEA del 7 de marzo, cuando Panamá quedó con Estados Unidos y Canadá como los únicos países que rechazaron expresar su apoyo al gobierno de Venezuela.
Según el abogado e internacionalista Julio Berríos, la actitud panameña responde a la "petición de los estadounidenses, que no querían encender el 'combo' en América".
"Si Washington presentaba la solicitud de la OEA se iba a levantar el continente", agregó. "Se han puesto a pelear con Maduro. EE UU quiere tumbar a Maduro a como dé lugar".

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