Venezuela será pisada como uvas en el lagar y luego renacerá
20DICiembre
Profecia “Una voz de alerta”, recibida por Ana Victoria Sanz en Apure la tercera semana del mes de Marzo de 2010
Dios es el mismo de ayer, de hoy de siempre, así como en los tiempos antiguos advirtió a su pueblo y a otros pueblos de sus juicios a causa de sus pecados y rebeliones para que se arrepintieran y se volvieran a él, hoy también manifiesta su amor y misericordia levantando profetas que adviertan a su Iglesia y a todos los pueblos acerca de sus juicios y también de su Justicia y su Bien… “Porque no hará nada Jehová el Señor, sin que revele su secreto a sus siervos los profetas”. Amós 3:7
Dios es el mismo de ayer, de hoy de siempre, así como en los tiempos antiguos advirtió a su pueblo y a otros pueblos de sus juicios a causa de sus pecados y rebeliones para que se arrepintieran y se volvieran a él, hoy también manifiesta su amor y misericordia levantando profetas que adviertan a su Iglesia y a todos los pueblos acerca de sus juicios y también de su Justicia y su Bien… “Porque no hará nada Jehová el Señor, sin que revele su secreto a sus siervos los profetas”. Amós 3:7
Así ha dicho Dios, el mismo Dios de los Ejércitos de ayer, de hoy y de siempre: “Oye bien y pon atento todo tu ser, a estas palabras que te hablo hoy, vuélvete a mí, vuélvete a mí, arrepiéntete y conviértete de tus malas acciones, de tus malas obras y de tus malos caminos ¿por qué moriréis?
¡Oye bien, OH, venezolano y venezolana! ¡Oye bien, OH, extranjero y extranjera que habitas en esta nación! ¿Por qué te empeñas a cerrar tus oídos? He aquí que el cielo se pone rojo mientras los incautos para confusión suya se sorprenden con la señal, en tanto salgo de mi lugar y desciendo sobre Venezuela, porque hollaré a esta nación como quien pisa un lagar de uvas con sus pies. La pisaré con mi ira y la fuerza de mi furor hará que se salpiquen en gran manera de rojo mis vestidos; con la fuerza de mi pie golpearé la tierra y esta abrirá su boca tan desmesuradamente que no habrá tiempo de pensar en nada y no descansará hasta saciarse del rojo púrpura; con el mover violento de mis pies levantaré la gran marea roja que cubrirá las grandes ciudades costeras, y con mis saltos romperé las nubes y los rojos ríos bajarán de las montañas para cubrir los pueblos y con mi soplido agitado haré que la corriente enrarecida quite bruscamente el calor y cubra del frío rojo la tierra de débiles y fuertes; haré saltar de los montes las fieras que con su terror cubrirán de rojo las fronteras, llenaré los cielos de aves de rapiña de todo tipo y tanto será su ferocidad que volverán rojos los campos y como quien derrama un gran lagar desde lo alto, se empapará y salpicará el liquido rojo por todos lados, por el mar, por los campos, por las montañas, por los ríos, por los caños, por los pueblos, por las ciudades, por las quebradas, por las autopistas, por las avenidas, por las calles, por las veredas, por las cloacas, por las plazas y por los edificios y casas.
Todo esto por la rebeldía y maldades de esta nación y por los pecados y desobediencia de mi Pueblo, que se empeña en no escuchar mi voz. No habrá quien escuche, no habrá donde acudir, no habrá a quién tocarle a la puerta, no habrá quién salve, cada quién correrá solo por su vida y no habrá terminado el aire de entrar completamente a sus pulmones cuando de nuevo mis pies se descarguen una y otra vez sobre esta nación, no se bastarán los que se conmuevan con tantas desolaciones seguidas hasta que cese de pisar.”
“Venezolano, venezolana, extranjero y extranjera que habitas en esta tierra, así te dice el Señor, que hizo los cielos y la Tierra “¡Arrepiéntete y conviértete, vuélvete a Mí en tanto que hay tiempo, para que tenga misericordia de ti, no importa cuán pequeño o grande sea tu pecado, mi amor y misericordia aún se extienden hoy para ti, para limpiarte y perdonarte, vuélvete a Mí, hoy, porque desciendo con mi ira sobre este país, con mi juicio”.
¡Ay de ti, que juntas hermosas casas, terrenos y empresas ávidamente con iniquidad y maldad en tu mano como si fueras a habitar tú solo la tierra! Pues tus muchas casas serán asoladas y quedarán sin que nadie de tu descendencia las habite. ¡Ay, de ti que amasas fortuna con los bienes de esta nación, que te sacias de los mejores vinos y te embriagas en tus banquetes fastuosos con las rameras, mientras alardeas con tus iguales la obra que han hecho tus manos y planeas con tu consejo tus nuevos manejos para engrandecer tu ego! ¿De qué te sirve lo que has logrado si la destrucción y muerte repentina tocará a tu puerta y lo que tienes no será más?
¡Ay, de ti que has entregado a los hijos de esta tierra a la muerte para mantenerte en el poder y para perpetuar tu grandeza! Dime ¿quién pone reyes y quita reyes? ¿No Soy Yo, Jehová de los Ejércitos? ¿Qué poder, fuera del Mío, puede engrandecerte, o humillarte, o quitarte o sostenerte en el tiempo? ¿No bajo Yo los ojos de los altivos y la soberbia de los grandes la pisoteo con mi pie? Tus hechos abominables llegaron al cielo y se volverán contra ti y tu descendencia, tus enemigos se volverán contra ti con la furia de muchos huracanes, también la naturaleza empeorará tus males, entonces, como liebre asustada acorralada por los perros, sin lugar donde esconderte y sin salida alguna, temblarás de terror, pero en mi misericordia por los muchos justos que claman por ti, dejaré que seas tú quien tomes la decisión de tu muerte. ¡Ay, de ti que violentas los derechos y la justicia del que reposa confiado en tu cuidado, que aprovechas tu poder para apoderarte de su heredad! ¿No Soy Yo, un Dios justo que extiendo mi mano para hacer valer el derecho y hacer resplandecer la justicia del justo? No habrá lugar donde te puedas esconder y tu dolor será en extremo grande.
¡Ay, de ti que te escondes tras la solapa y con tu cuello blanco maquinas en consejo, la forma de mover la voluntad de los jóvenes y de un pueblo para que se revelen contra la autoridad, colocándolos como carne de cañón para provocar el colapso que mueva la balanza hacia tus intereses! ¿No soy yo quién veo y peso en mi balanza los corazones? Pesaré tu corazón y lo encontraré falto y entonces tus blancos cuellos se volverán rojos y tus ojos no volverán a ver la luz.
¡Ay, de ti que vendes la nación al extranjero por unas cuantas monedas de plata! ¿No he hecho esta nación más rica que todas las demás de este continente, para que tú y tu familia con mi sabiduría trabajes y goces del fruto de su bien? Tu traición te perseguirá y alcanzará, tus entrañas se abrirán, otro ocupará tu lugar y la heredad que adquiriste con esa venta se bañará de sangre.
¡Ay, de ti que te empeñas en tener otros dioses, que desechas mi plan de salvación y te inclinas deliberadamente a la idolatría! ¿No habré Yo levantado tantos siervos míos de otras naciones y de esta misma nación para que enseñen a este pueblo que yo soy el único Dios? ¿No habré Yo roto la ligadura que mantenía legítimamente amarrada a esta nación a una fe idólatra? ¿Por qué te empeñas en no creer en Mí como único y verdadero Dios, celoso, que no comparto mi gloria con otros dioses que imitan mi poder? Yo Soy el único Dios que hizo los cielos y la tierra, el mar y todo lo que en él hay, que te formó y te da el aliento de vida, que lo entregó todo por ti, que despojé a satanás de todo el poder de esclavitud, enfermedad, pobreza y muerte que tenía sobre ti, que pagué por precio de sangre por tu vida, que se inclina para escucharte y te extiende su mano para salvarte; pero tu encegueces tu entendimiento y te haces dioses y te tallas y moldeas imágenes pretendiendo que mi grandeza cabe en tu creación; Por tanto se ensancha el interior del sepulcro y no habrá quién oiga tu clamor, clamarás a tus dioses y no te oirán, suplicarás su ayuda y nunca llegará, pero ten en cuenta mi interés de que conozca que Yo Soy Dios y no aquellos a los que te postras hoy, que aún en mi misericordia por ti, en el día de la aflicción y de la destrucción repentina, si te acordares de estas Palabras y clamares a Mí y sólo a Mí, entonces yo oiré tu clamor y te mostraré que yo soy Dios.
¡Ay de ti que matas al inocente y despojas de él su bien, que arrebatas el pan del justo y dejas sin comida el hogar, que retienes con terror al que tiene para despojarlo de su riqueza, que coaccionas y asaltas al que bien trabaja, que no te importa enlutar a las familias con tu maldad, que dices a lo bueno malo y a lo malo bueno, que truncas la inocencia del infante y que siembras en la juventud tu ilusoria semilla de muerte, que devoras con tu maldad al joven y te enriqueces con su desgracia, que justificas al perverso de camino y al justo cercenas su derecho, que eres sabio en tu opinión y justificas tus malas acciones, que a la noche le dices día y al día le dices noche para cubrir tus maldades y decir -No sabía lo que estaba haciendo-! ¿Acaso, cerraré mis ojos a tu violencia y maldad? ¿No haré yo justicia al justo? ¿No escucharé yo el llanto de la madre, de la viuda y del huérfano? ¿Pasaré por inocente al culpable? En tu oscuridad vendrá la destrucción repentina y no habrá para ti amanecer, como el ave rapaz asalta a su presa el mal te asaltará a ti, en tu embriaguez beberás el cáliz amargo de tu tortura, no habrá quien te tienda la mano, tus miembros serán esparcidos y la muerte agónica te premiará, la fetidez de tu cuerpo se tapará con cal y sin nombre serás puesto junto a miles que nadie reclamará jamás….
¡Ay de ti que practicas lo oculto, lo pagano y lo profano, que haces ritos, haces pactos abominables con mi adversario, que engañas con tu maldad al crédulo y en tu depravación haces sacrificios de sangre que atan a ti a esta nación! ¿No conozco Yo tu maldad? ¿No conozco cómo destruyes al inocente y vuelves leña al incauto? ¿No conozco cómo embrujas esta nación y compras el alma de los decisores y los mueves con tus velos mágicos para que te entreguen la sangre y el alma de esta nación? ¿No conozco Yo tus abominaciones y maquinaciones contra Mi Pueblo? ¿No conozco Yo que te haces pasar por pueblo Mío para colocarles velos mágicos a mis apóstoles, pastores, profetas, evangelistas y maestros, que te vistes de oveja para desparramar a mis fieles tras tus encantos? Tu maldad te alcanzará y como el que muere en la angustia quemado por las llamas, tus gritos de agonía se harán oír y nadie los escuchará, porque como el fuego devora la paja, serás devorado en tu maldad, tu cadáver en podredumbre y gusano será arrojado y recogido como excremento y las aves de carroña lo comerán; no habrá quién llore, no habrá quien se conduela de ti, no habrá para ti tumba, ni lápidas que recuerden tu nombre; porque Dios no sólo te cortará de raíz, sino que también consumirá tus lugares altos y destruirá totalmente todo tus altares, como sitio desolado quedarán tus caminerías de procesiones y la tierra abrirá su boca para tragar los tronos de tus dioses y con la fuerza de Mi Mano los echaré, de una vez, totalmente, de esta nación.”
Así habla Dios a Venezuela: “¡Ay Venezuela! Cómo lloras tu despojo, cómo se han movido tus montañas y valles, cómo la gran montaña se sacudió y cómo se bajan los cerros y cómo el mar abre su gran boca para tragarse con brutalidad tu Perla y tus ciudades. Tu luto es en gran manera llorado por muchas naciones, tus pequeños son llevados lejos del seno de la que lo amamantaba; tus ciudades han sido desoladas; la destrucción repentina destruyó tus fuentes de energía; tus fuentes de alimentos y graneros ya no están más; Y buscarás con desesperación tus fuentes de aguas, pero las encontrarás destruidas, contaminadas o secas y llorarás junto a ellas como mujer que pierde a sus hijos.
¡Ay Venezuela! Tus jóvenes y tu fuerza de trabajo se volverán carne fresca para los depredadores que saltan del cielo y para las fieras salvajes hambrientas que emergen de los montes y el mar. El fuerte y valiente que desafiaba gigantes será abatido. No habrá quien salve, pues alcé pendón en la nación del norte y los vientos los pongo a su favor, levanto también pabellones en otros países con sed de tu sangre; la madre y la hija independiente se enfrentarán de nuevo en una historia que data de más de 500 años, y la tierra del León querrá sacar provecho; se enfrentará el gigante con el pequeño y yo no estaré con él; confiará el pequeño en sus hermanos y sufrirá su traición como la traición del que resguarda su pellejo; también sus aliados de lejos verán su infortunio, pero su ayuda se confundirá con el estruendo del poder del huracán del norte; no obstante, yo me ensañaré contra ellos y Mi juicio les haré conocer, por cuanto se burlaron de tu desgracia y su placer de verte caída se dejó saber en los cielos; en aquel momento me arrepentiré de pisarte y me volveré contra el gigante y lo haré caer.
Entonces, Venezuela, detendré mi ira sobre ti y se apaciguarán los vientos, dejaré de pisar el lagar y te traeré paz y consuelo; me acordaré de tu remanente lo levantaré y le lavaré su sangre y le entregaré la herencia de esta nación; sanaré las heridas de tu tierra, haré que tu llanto se vuelva regocijo como la mujer después que ha dado a luz y tiene a su hijo en sus brazos; retiraré a todos tus predadores y te devolveré completamente tu tierra, caminarás en ella como quién camina sobre plumas finas, haré que los cielos la rieguen y el mar y los ríos produzcan sus peces en abundancia, los campos reverdecerán y la tierra dará su fruto y sus sabanas se llenarán de ganados, abriré nuevas fuentes de energía e industrias y tus riquezas sobreabundarán, yo seré tu Dios y derramaré sobre ti el fuego de mi Espíritu y avivaré tu tierra y levantaré bandera de Victoria y extenderé mi avivamiento y salvación a todas las naciones y vendrán a ver tu esplendor y conocerán que Yo soy el Dios tuyo.”
Pueblo cristiano despierta!!!! para que ores y dobles rodillas….
ACERCA DE LAS PROFECÌAS Y LA IGLESIA
La venida de Jesucristo está más cerca que nunca y el cumplimiento de las Sagradas Escrituras referente a los últimos tiempos es cada vez más evidente, pues ya es normal ver o escuchar en los medios de comunicación noticias de guerras y rumores de guerra (Mateo 24:6y7), escasez de alimentos y terremotos (Mateo 24:7), epidemias, terror, señales en los cielos, persecución a la iglesia (Lucas 21:11-12), aumento de la maldad, delincuencia (Mateo 24:12), en fin.
Sin embargo, aún queda por cumplirse algunas cuantas profecías descrita en los libros de Daniel, Mateo, 1 Tesalonicenses y Apocalipsis; pero, mientras éstas esperan por suceder, el evangelio de Jesucristo debe extenderse hasta lo último de la tierra, por lo tanto la Iglesia de Dios anhela en los diferentes países del mundo un gran avivamiento. Los cristianos venezolanos no escapan de este deseo que todos los creyentes tienen de ser objetos de ese avivar sin precedentes del fuego del Espíritu, sin embargo, Dios me ha mostrado que previo a esto, en el caso de Venezuela, habrá tiempos terribles y de ayes para la nación en general y para su pueblo; Es por eso que estoy completamente convencida que esas profecías del gran avivamiento de la Iglesia venezolana no se cumplirán sin que antes pasen una serie de eventos y circunstancias que quebrantarán y unirán como nunca al pueblo de Dios.
Hoy, tal como Dios me ha hablado en diversas ocasiones, estamos al umbral de muchos acontecimientos tremendos (terremotos, maremotos, invasiones, guerra, deslaves, inundaciones, cambios climáticos, persecución a la iglesia, destrucción y muchas muertes) que afectarán la historia de Venezuela, aunque algunos profetas, evangelistas y pastores persisten en predicar que no habrá Juicio de Dios para este país; y por su parte la iglesia parece no darle importancia al asunto y más bien se nota concentrada en oír profecías que predicen sólo cosas buenas y agradables, profecías de años de bendiciones, de grandes avivamientos, de crecimiento, de empoderamiento, de prosperidad y de riqueza. Pero contrariamente a lo que estos ministros afirman Dios me ha mostrado una y otra vez que si no hay un pueblo humillado, arrepentido, quebrantado y convertido de sus malos caminos estas cosas irremisiblemente acontecerán en esta nación y dolorosamente muchos perecerán.
Este tiempo terrible que se avecina para Venezuela es porque la iglesia se empeña en cerrar su oído a la voz de alerta y al llamado de arrepentimiento y unidad de parte de Dios; en su lugar se muestra dueña de su verdad y con cada vez más grandes y acentuadas brechas de separación denominacionales a causa de sus claras divergencias religiosas y doctrinales que la han fragmentado y emparcelado en pequeñas congregaciones disgregadas unas de otras, evidenciando con esto en ella una clara desagregación como cuerpo de Cristo. También, se hace notorio que una gran parte de esta iglesia venezolana permanece ensimismada, en adulterio con el dios “política”, o enneciada con cualquier otro tipo de dios (crecimiento, prosperidad, riqueza, empoderamiento, en fin) que explican su evidente apatía a la palabra profética de alarma, su liviandad, infidelidad y desunión; y sus anhelos irresponsables de querer alcanzar la prosperidad y la bendición de Dios sin obedecerle.
No dudo de las profecías que hablan del gran avivamiento de Dios para la iglesia venezolana y sé que llegará el tiempo de eso ocurrirá, así como también ese anhelado crecimiento y esa prosperidad extraordinaria para el pueblo de Dios y para Venezuela en sí ; pero no será sin que antes la iglesia sea confrontada con su iniquidad, pecado y rebelión; así mismo sin que antes se arrepienta y se convierta de sus malos caminos para que se levante restaurada, totalmente renovada y unida en el Amor de Jesús con un mismo sentir para alzarse como una gran antorcha de Luz que alumbrará a Venezuela haciendo huir a los que se han apoderado de este país, a esas potestades imperantes que solamente actúan en la oscuridad que han llenado hasta ahora de terror, corrupción y violencia a esta tierra, pero que no podrán prevalecer ante esa Luz Admirable de Cristo reflejada intensamente por una Iglesia ataviada como Novia que espera a su Amado limpia, sin mancha, sin arrugas y sin contaminación, porque sabe que su venida está cerca.
Muy clara de lo que la Biblia habla al respecto de los falsos profetas y del juicio de Dios para aquellos que toman su nombre en vano (Deutoronomio 13:1-5, Jeremías 23:9-40 y Ezequiel 13:1-23), me atrevo a publicar este blogs profético en el cual encontrarás diversas profecías de juicio de Dios que me han sido reveladas a mí, Ana Victoria Sanz, desde el año 2003 hasta ahora; profecías de Juicio para Venezuela, Profecías de Tiempos de Ayes y de Dolor para esta Nación, para la Iglesia en General Venezolana y para la Iglesia del Estado Apure (estado llanero al sureste de Venezuela, precursor del evangelio en tierra firme en esta nación y dónde hay el mayor porcentaje de iglesias y de Cristianos Evangélicos de este país), pero también Profecías de la Justicia y el Bien de ese Dios de amor que nos llamó de las tinieblas a su Luz Admirable.
Te ruego, pues, que las leas detenidamente pidiendo antes la dirección Dios y la revelación de su Espíritu, el cual sin duda te guiará a toda Verdad; en tal sentido si encuentras falsedad en ellas solo deséchalas y júzgame como quieras, que por lo demás, Dios se encargará de mí si es que he hablado en ellas falsedad, aunque quisiera sinceramente estar equivocada y tener alguna vez que decir que esto que está escrito en este blog es falso y no sucederá nunca; no obstante, estoy segura que es Dios quien me ha hablado y sé que si te dejas guiar por Él, lo más seguro es que encuentres en estas profecías la revelación del Altísimo y Poderosos Dios que hizo lo cielos y la tierra, por eso te encarezco, entonces, con mi corazón que si el Espíritu Santo te hace sentir que estas profecías son Suyas te pongas alerta y sigas sus instrucciones de arrepentimiento y conversión para que seas salvo tú y ayudes a salvar a los tuyos.
¡Oye bien, OH, venezolano y venezolana! ¡Oye bien, OH, extranjero y extranjera que habitas en esta nación! ¿Por qué te empeñas a cerrar tus oídos? He aquí que el cielo se pone rojo mientras los incautos para confusión suya se sorprenden con la señal, en tanto salgo de mi lugar y desciendo sobre Venezuela, porque hollaré a esta nación como quien pisa un lagar de uvas con sus pies. La pisaré con mi ira y la fuerza de mi furor hará que se salpiquen en gran manera de rojo mis vestidos; con la fuerza de mi pie golpearé la tierra y esta abrirá su boca tan desmesuradamente que no habrá tiempo de pensar en nada y no descansará hasta saciarse del rojo púrpura; con el mover violento de mis pies levantaré la gran marea roja que cubrirá las grandes ciudades costeras, y con mis saltos romperé las nubes y los rojos ríos bajarán de las montañas para cubrir los pueblos y con mi soplido agitado haré que la corriente enrarecida quite bruscamente el calor y cubra del frío rojo la tierra de débiles y fuertes; haré saltar de los montes las fieras que con su terror cubrirán de rojo las fronteras, llenaré los cielos de aves de rapiña de todo tipo y tanto será su ferocidad que volverán rojos los campos y como quien derrama un gran lagar desde lo alto, se empapará y salpicará el liquido rojo por todos lados, por el mar, por los campos, por las montañas, por los ríos, por los caños, por los pueblos, por las ciudades, por las quebradas, por las autopistas, por las avenidas, por las calles, por las veredas, por las cloacas, por las plazas y por los edificios y casas.
Todo esto por la rebeldía y maldades de esta nación y por los pecados y desobediencia de mi Pueblo, que se empeña en no escuchar mi voz. No habrá quien escuche, no habrá donde acudir, no habrá a quién tocarle a la puerta, no habrá quién salve, cada quién correrá solo por su vida y no habrá terminado el aire de entrar completamente a sus pulmones cuando de nuevo mis pies se descarguen una y otra vez sobre esta nación, no se bastarán los que se conmuevan con tantas desolaciones seguidas hasta que cese de pisar.”
“Venezolano, venezolana, extranjero y extranjera que habitas en esta tierra, así te dice el Señor, que hizo los cielos y la Tierra “¡Arrepiéntete y conviértete, vuélvete a Mí en tanto que hay tiempo, para que tenga misericordia de ti, no importa cuán pequeño o grande sea tu pecado, mi amor y misericordia aún se extienden hoy para ti, para limpiarte y perdonarte, vuélvete a Mí, hoy, porque desciendo con mi ira sobre este país, con mi juicio”.
¡Ay de ti, que juntas hermosas casas, terrenos y empresas ávidamente con iniquidad y maldad en tu mano como si fueras a habitar tú solo la tierra! Pues tus muchas casas serán asoladas y quedarán sin que nadie de tu descendencia las habite. ¡Ay, de ti que amasas fortuna con los bienes de esta nación, que te sacias de los mejores vinos y te embriagas en tus banquetes fastuosos con las rameras, mientras alardeas con tus iguales la obra que han hecho tus manos y planeas con tu consejo tus nuevos manejos para engrandecer tu ego! ¿De qué te sirve lo que has logrado si la destrucción y muerte repentina tocará a tu puerta y lo que tienes no será más?
¡Ay, de ti que has entregado a los hijos de esta tierra a la muerte para mantenerte en el poder y para perpetuar tu grandeza! Dime ¿quién pone reyes y quita reyes? ¿No Soy Yo, Jehová de los Ejércitos? ¿Qué poder, fuera del Mío, puede engrandecerte, o humillarte, o quitarte o sostenerte en el tiempo? ¿No bajo Yo los ojos de los altivos y la soberbia de los grandes la pisoteo con mi pie? Tus hechos abominables llegaron al cielo y se volverán contra ti y tu descendencia, tus enemigos se volverán contra ti con la furia de muchos huracanes, también la naturaleza empeorará tus males, entonces, como liebre asustada acorralada por los perros, sin lugar donde esconderte y sin salida alguna, temblarás de terror, pero en mi misericordia por los muchos justos que claman por ti, dejaré que seas tú quien tomes la decisión de tu muerte. ¡Ay, de ti que violentas los derechos y la justicia del que reposa confiado en tu cuidado, que aprovechas tu poder para apoderarte de su heredad! ¿No Soy Yo, un Dios justo que extiendo mi mano para hacer valer el derecho y hacer resplandecer la justicia del justo? No habrá lugar donde te puedas esconder y tu dolor será en extremo grande.
¡Ay, de ti que te escondes tras la solapa y con tu cuello blanco maquinas en consejo, la forma de mover la voluntad de los jóvenes y de un pueblo para que se revelen contra la autoridad, colocándolos como carne de cañón para provocar el colapso que mueva la balanza hacia tus intereses! ¿No soy yo quién veo y peso en mi balanza los corazones? Pesaré tu corazón y lo encontraré falto y entonces tus blancos cuellos se volverán rojos y tus ojos no volverán a ver la luz.
¡Ay, de ti que vendes la nación al extranjero por unas cuantas monedas de plata! ¿No he hecho esta nación más rica que todas las demás de este continente, para que tú y tu familia con mi sabiduría trabajes y goces del fruto de su bien? Tu traición te perseguirá y alcanzará, tus entrañas se abrirán, otro ocupará tu lugar y la heredad que adquiriste con esa venta se bañará de sangre.
¡Ay, de ti que te empeñas en tener otros dioses, que desechas mi plan de salvación y te inclinas deliberadamente a la idolatría! ¿No habré Yo levantado tantos siervos míos de otras naciones y de esta misma nación para que enseñen a este pueblo que yo soy el único Dios? ¿No habré Yo roto la ligadura que mantenía legítimamente amarrada a esta nación a una fe idólatra? ¿Por qué te empeñas en no creer en Mí como único y verdadero Dios, celoso, que no comparto mi gloria con otros dioses que imitan mi poder? Yo Soy el único Dios que hizo los cielos y la tierra, el mar y todo lo que en él hay, que te formó y te da el aliento de vida, que lo entregó todo por ti, que despojé a satanás de todo el poder de esclavitud, enfermedad, pobreza y muerte que tenía sobre ti, que pagué por precio de sangre por tu vida, que se inclina para escucharte y te extiende su mano para salvarte; pero tu encegueces tu entendimiento y te haces dioses y te tallas y moldeas imágenes pretendiendo que mi grandeza cabe en tu creación; Por tanto se ensancha el interior del sepulcro y no habrá quién oiga tu clamor, clamarás a tus dioses y no te oirán, suplicarás su ayuda y nunca llegará, pero ten en cuenta mi interés de que conozca que Yo Soy Dios y no aquellos a los que te postras hoy, que aún en mi misericordia por ti, en el día de la aflicción y de la destrucción repentina, si te acordares de estas Palabras y clamares a Mí y sólo a Mí, entonces yo oiré tu clamor y te mostraré que yo soy Dios.
¡Ay de ti que matas al inocente y despojas de él su bien, que arrebatas el pan del justo y dejas sin comida el hogar, que retienes con terror al que tiene para despojarlo de su riqueza, que coaccionas y asaltas al que bien trabaja, que no te importa enlutar a las familias con tu maldad, que dices a lo bueno malo y a lo malo bueno, que truncas la inocencia del infante y que siembras en la juventud tu ilusoria semilla de muerte, que devoras con tu maldad al joven y te enriqueces con su desgracia, que justificas al perverso de camino y al justo cercenas su derecho, que eres sabio en tu opinión y justificas tus malas acciones, que a la noche le dices día y al día le dices noche para cubrir tus maldades y decir -No sabía lo que estaba haciendo-! ¿Acaso, cerraré mis ojos a tu violencia y maldad? ¿No haré yo justicia al justo? ¿No escucharé yo el llanto de la madre, de la viuda y del huérfano? ¿Pasaré por inocente al culpable? En tu oscuridad vendrá la destrucción repentina y no habrá para ti amanecer, como el ave rapaz asalta a su presa el mal te asaltará a ti, en tu embriaguez beberás el cáliz amargo de tu tortura, no habrá quien te tienda la mano, tus miembros serán esparcidos y la muerte agónica te premiará, la fetidez de tu cuerpo se tapará con cal y sin nombre serás puesto junto a miles que nadie reclamará jamás….
¡Ay de ti que practicas lo oculto, lo pagano y lo profano, que haces ritos, haces pactos abominables con mi adversario, que engañas con tu maldad al crédulo y en tu depravación haces sacrificios de sangre que atan a ti a esta nación! ¿No conozco Yo tu maldad? ¿No conozco cómo destruyes al inocente y vuelves leña al incauto? ¿No conozco cómo embrujas esta nación y compras el alma de los decisores y los mueves con tus velos mágicos para que te entreguen la sangre y el alma de esta nación? ¿No conozco Yo tus abominaciones y maquinaciones contra Mi Pueblo? ¿No conozco Yo que te haces pasar por pueblo Mío para colocarles velos mágicos a mis apóstoles, pastores, profetas, evangelistas y maestros, que te vistes de oveja para desparramar a mis fieles tras tus encantos? Tu maldad te alcanzará y como el que muere en la angustia quemado por las llamas, tus gritos de agonía se harán oír y nadie los escuchará, porque como el fuego devora la paja, serás devorado en tu maldad, tu cadáver en podredumbre y gusano será arrojado y recogido como excremento y las aves de carroña lo comerán; no habrá quién llore, no habrá quien se conduela de ti, no habrá para ti tumba, ni lápidas que recuerden tu nombre; porque Dios no sólo te cortará de raíz, sino que también consumirá tus lugares altos y destruirá totalmente todo tus altares, como sitio desolado quedarán tus caminerías de procesiones y la tierra abrirá su boca para tragar los tronos de tus dioses y con la fuerza de Mi Mano los echaré, de una vez, totalmente, de esta nación.”
Así habla Dios a Venezuela: “¡Ay Venezuela! Cómo lloras tu despojo, cómo se han movido tus montañas y valles, cómo la gran montaña se sacudió y cómo se bajan los cerros y cómo el mar abre su gran boca para tragarse con brutalidad tu Perla y tus ciudades. Tu luto es en gran manera llorado por muchas naciones, tus pequeños son llevados lejos del seno de la que lo amamantaba; tus ciudades han sido desoladas; la destrucción repentina destruyó tus fuentes de energía; tus fuentes de alimentos y graneros ya no están más; Y buscarás con desesperación tus fuentes de aguas, pero las encontrarás destruidas, contaminadas o secas y llorarás junto a ellas como mujer que pierde a sus hijos.
¡Ay Venezuela! Tus jóvenes y tu fuerza de trabajo se volverán carne fresca para los depredadores que saltan del cielo y para las fieras salvajes hambrientas que emergen de los montes y el mar. El fuerte y valiente que desafiaba gigantes será abatido. No habrá quien salve, pues alcé pendón en la nación del norte y los vientos los pongo a su favor, levanto también pabellones en otros países con sed de tu sangre; la madre y la hija independiente se enfrentarán de nuevo en una historia que data de más de 500 años, y la tierra del León querrá sacar provecho; se enfrentará el gigante con el pequeño y yo no estaré con él; confiará el pequeño en sus hermanos y sufrirá su traición como la traición del que resguarda su pellejo; también sus aliados de lejos verán su infortunio, pero su ayuda se confundirá con el estruendo del poder del huracán del norte; no obstante, yo me ensañaré contra ellos y Mi juicio les haré conocer, por cuanto se burlaron de tu desgracia y su placer de verte caída se dejó saber en los cielos; en aquel momento me arrepentiré de pisarte y me volveré contra el gigante y lo haré caer.
Entonces, Venezuela, detendré mi ira sobre ti y se apaciguarán los vientos, dejaré de pisar el lagar y te traeré paz y consuelo; me acordaré de tu remanente lo levantaré y le lavaré su sangre y le entregaré la herencia de esta nación; sanaré las heridas de tu tierra, haré que tu llanto se vuelva regocijo como la mujer después que ha dado a luz y tiene a su hijo en sus brazos; retiraré a todos tus predadores y te devolveré completamente tu tierra, caminarás en ella como quién camina sobre plumas finas, haré que los cielos la rieguen y el mar y los ríos produzcan sus peces en abundancia, los campos reverdecerán y la tierra dará su fruto y sus sabanas se llenarán de ganados, abriré nuevas fuentes de energía e industrias y tus riquezas sobreabundarán, yo seré tu Dios y derramaré sobre ti el fuego de mi Espíritu y avivaré tu tierra y levantaré bandera de Victoria y extenderé mi avivamiento y salvación a todas las naciones y vendrán a ver tu esplendor y conocerán que Yo soy el Dios tuyo.”
Pueblo cristiano despierta!!!! para que ores y dobles rodillas….
ACERCA DE LAS PROFECÌAS Y LA IGLESIA
La venida de Jesucristo está más cerca que nunca y el cumplimiento de las Sagradas Escrituras referente a los últimos tiempos es cada vez más evidente, pues ya es normal ver o escuchar en los medios de comunicación noticias de guerras y rumores de guerra (Mateo 24:6y7), escasez de alimentos y terremotos (Mateo 24:7), epidemias, terror, señales en los cielos, persecución a la iglesia (Lucas 21:11-12), aumento de la maldad, delincuencia (Mateo 24:12), en fin.
Sin embargo, aún queda por cumplirse algunas cuantas profecías descrita en los libros de Daniel, Mateo, 1 Tesalonicenses y Apocalipsis; pero, mientras éstas esperan por suceder, el evangelio de Jesucristo debe extenderse hasta lo último de la tierra, por lo tanto la Iglesia de Dios anhela en los diferentes países del mundo un gran avivamiento. Los cristianos venezolanos no escapan de este deseo que todos los creyentes tienen de ser objetos de ese avivar sin precedentes del fuego del Espíritu, sin embargo, Dios me ha mostrado que previo a esto, en el caso de Venezuela, habrá tiempos terribles y de ayes para la nación en general y para su pueblo; Es por eso que estoy completamente convencida que esas profecías del gran avivamiento de la Iglesia venezolana no se cumplirán sin que antes pasen una serie de eventos y circunstancias que quebrantarán y unirán como nunca al pueblo de Dios.
Hoy, tal como Dios me ha hablado en diversas ocasiones, estamos al umbral de muchos acontecimientos tremendos (terremotos, maremotos, invasiones, guerra, deslaves, inundaciones, cambios climáticos, persecución a la iglesia, destrucción y muchas muertes) que afectarán la historia de Venezuela, aunque algunos profetas, evangelistas y pastores persisten en predicar que no habrá Juicio de Dios para este país; y por su parte la iglesia parece no darle importancia al asunto y más bien se nota concentrada en oír profecías que predicen sólo cosas buenas y agradables, profecías de años de bendiciones, de grandes avivamientos, de crecimiento, de empoderamiento, de prosperidad y de riqueza. Pero contrariamente a lo que estos ministros afirman Dios me ha mostrado una y otra vez que si no hay un pueblo humillado, arrepentido, quebrantado y convertido de sus malos caminos estas cosas irremisiblemente acontecerán en esta nación y dolorosamente muchos perecerán.
Este tiempo terrible que se avecina para Venezuela es porque la iglesia se empeña en cerrar su oído a la voz de alerta y al llamado de arrepentimiento y unidad de parte de Dios; en su lugar se muestra dueña de su verdad y con cada vez más grandes y acentuadas brechas de separación denominacionales a causa de sus claras divergencias religiosas y doctrinales que la han fragmentado y emparcelado en pequeñas congregaciones disgregadas unas de otras, evidenciando con esto en ella una clara desagregación como cuerpo de Cristo. También, se hace notorio que una gran parte de esta iglesia venezolana permanece ensimismada, en adulterio con el dios “política”, o enneciada con cualquier otro tipo de dios (crecimiento, prosperidad, riqueza, empoderamiento, en fin) que explican su evidente apatía a la palabra profética de alarma, su liviandad, infidelidad y desunión; y sus anhelos irresponsables de querer alcanzar la prosperidad y la bendición de Dios sin obedecerle.
No dudo de las profecías que hablan del gran avivamiento de Dios para la iglesia venezolana y sé que llegará el tiempo de eso ocurrirá, así como también ese anhelado crecimiento y esa prosperidad extraordinaria para el pueblo de Dios y para Venezuela en sí ; pero no será sin que antes la iglesia sea confrontada con su iniquidad, pecado y rebelión; así mismo sin que antes se arrepienta y se convierta de sus malos caminos para que se levante restaurada, totalmente renovada y unida en el Amor de Jesús con un mismo sentir para alzarse como una gran antorcha de Luz que alumbrará a Venezuela haciendo huir a los que se han apoderado de este país, a esas potestades imperantes que solamente actúan en la oscuridad que han llenado hasta ahora de terror, corrupción y violencia a esta tierra, pero que no podrán prevalecer ante esa Luz Admirable de Cristo reflejada intensamente por una Iglesia ataviada como Novia que espera a su Amado limpia, sin mancha, sin arrugas y sin contaminación, porque sabe que su venida está cerca.
Muy clara de lo que la Biblia habla al respecto de los falsos profetas y del juicio de Dios para aquellos que toman su nombre en vano (Deutoronomio 13:1-5, Jeremías 23:9-40 y Ezequiel 13:1-23), me atrevo a publicar este blogs profético en el cual encontrarás diversas profecías de juicio de Dios que me han sido reveladas a mí, Ana Victoria Sanz, desde el año 2003 hasta ahora; profecías de Juicio para Venezuela, Profecías de Tiempos de Ayes y de Dolor para esta Nación, para la Iglesia en General Venezolana y para la Iglesia del Estado Apure (estado llanero al sureste de Venezuela, precursor del evangelio en tierra firme en esta nación y dónde hay el mayor porcentaje de iglesias y de Cristianos Evangélicos de este país), pero también Profecías de la Justicia y el Bien de ese Dios de amor que nos llamó de las tinieblas a su Luz Admirable.
Te ruego, pues, que las leas detenidamente pidiendo antes la dirección Dios y la revelación de su Espíritu, el cual sin duda te guiará a toda Verdad; en tal sentido si encuentras falsedad en ellas solo deséchalas y júzgame como quieras, que por lo demás, Dios se encargará de mí si es que he hablado en ellas falsedad, aunque quisiera sinceramente estar equivocada y tener alguna vez que decir que esto que está escrito en este blog es falso y no sucederá nunca; no obstante, estoy segura que es Dios quien me ha hablado y sé que si te dejas guiar por Él, lo más seguro es que encuentres en estas profecías la revelación del Altísimo y Poderosos Dios que hizo lo cielos y la tierra, por eso te encarezco, entonces, con mi corazón que si el Espíritu Santo te hace sentir que estas profecías son Suyas te pongas alerta y sigas sus instrucciones de arrepentimiento y conversión para que seas salvo tú y ayudes a salvar a los tuyos.
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