El paseíllo de Roy
El Nacional 25 DE MARZO 2014 -
Los manifestantes lo esperaron para gritarle su indignación. Era de esperarse de un evento tan trajinado y tan capaz de llamar la atención de la gente. Pero lo que no estaba en el programa corrió por cuenta del personaje contra quien se protestaba. El pomposo individuo no perdió la ocasión para lo que consideró como una cúspide de lucimiento que debía aprovechar.
Se dirigió con lentitud a los manifestantes, como una figura del toreo cuando hace el paseíllo antes de enfrentarse a la bestia, con el paso artificioso de los monarcas cuando se dejan ver en la corte ante los súbditos, con los ademanes del poderoso a quien no pueden tocar los dardos del populacho, con al artificio de quien se enfrenta a un enemigo que apenas lo puede señalar con sus palabras sin provocarle un rasguño.
Miró al grupo con desdén, con altivez, con petulancia, para coronar la conducta con estilo papal: levantó las manos para bendecir a los acólitos como hace las blancas santidades desde su balcón inaccesible. Luego hizo la señal de la victoria con los brazos en alto, realizó una ligera inclinación y se marchó con la vanagloria del matador que acaba de realizar la faena de su vida y debe salir en hombros por la puerta grande; como Fernando VII cuando creía que las guerras de las colonias eran una nimiedad; como el papa antes de enterarse del cisma de su Iglesia.
Pero no se enfrentaba a un toro de afilados cuernos que lo podía coger a fondo, ni a los fieles que esperaban el mensaje del santo solio. Tampoco era, aunque lo sintiera en su corazón, un monarca en espera de buenas nuevas. Su adversario era un conjunto de venezolanos, con banderas pero sin piedras, que apenas podían levantar la voz ante la mirada de la policía de Washington.
Una muralla policial pagada por el imperio protegía la majestad de lord Chaderton de los reproches de la gente sencilla, de los ciudadanos comunes que tenían ganas de gritar sus verdades. No podía correr la sangre, ningún riesgo lo acechaba. La guarimba era solo una reminiscencia lejana, los estudiantes aguerridos estaban en San Cristóbal y los perdigones no dañarían la fulgurante puesta en escena. Espléndidas condiciones para que pasara Roy a los anales de la historia dando saltos en una patita.
El episodio no importa por la conjunción de bajeza y prepotencia que puede encerrarse en la conducta de un “monifato”, sino porque descubre cómo, a través de sus figurones, la revolución desprecia al pueblo y es capaz de cualquier tipo de conductas que chocan con los hábitos más elementales del republicanismo. El embajador hizo esta vez el paseíllo a solas, sin la Topo Gigio Rodríguez que suele acompañarle.
Jared Leto inquietó a Walter Martínez
Las palabras del ganador del Oscar siguen generando reacciones dentro y fuera de las redes sociales
Las palabras que dijo Jared Leto el domingo siguen teniendo eco. No se refirió a Venezuela a través de Twitter ni en la entrega de unos premios independientes. El artista envió su mensaje en presencia de la crema y nata de Hollywood, frente a 43 millones de televidentes en Estados Unidos y 1 millardo de espectadores en el mundo entero.
El actor, que recibió el Oscar por su interpretación en Dallas Buyers Club, puso a rodar una bola de nieve, a pesar de que la gala fue transmitida en Venezuela a través del canal por suscripción TNT y no por la señal abierta de Venevisión, como había sido históricamente. En general, Twitter reportó más de 14.700.000 mensajes durante la ceremonia, algunos de ellos asociados a réplicas del discurso y reacciones a su contenido.
¿Sabrá Leto que la ministra de Comunicación de Venezuela le respondió con burlas y acusaciones? Delcy Rodríguez, desde su cuenta @DrodriguezMinci, había publicado el sábado el siguiente mensaje: “Extremistas de derecha hacen lobby en Hollywood en búsqueda de pronunciamientos contra Venezuela en la entrega de los premios Oscar”. Una vez que el artista habló con la estatuilla en la mano, la funcionaria suscribió ideas de sus seguidores. Lo llamaron “Jared Coleto”, lo acusaron de recibir dólares a cambio del mensaje e insinuaron que no sabe dónde está ubicada Venezuela.
Otra personalidad lo comentó y no precisamente a través de las redes sociales. Fue Walter Martínez en su programa Dossier, transmitido por Telesur. “Si vas a venir para acá, después de este gesto, por lo menos tendrás que cortarte el cabello y comportarte como un hombrecito”, le dijo el analista a una pantalla donde acababa de proyectar el gran momento de Leto en el Teatro Dolby de Los Ángeles. Debido a esas palabras fue atacado por usuarios de Twitter y tildado de homofóbico.
El desencanto. Mucho se ha hablado sobre Leto, pero ningún periodista o político asociado al oficialismo se ha referido a Kevin Spacey. El actor, recordado por su papel en la película Belleza americana, escribió en su cuenta de Twitter: “Venezuela, no se rindan. Todos tienen el derecho de expresarse #SOSVenezuela #PrayForVenezuela”.
Spacey fue una de las estrellas de Hollywood que, al igual que Sean Penn y Danny Glover, visitaron Venezuela para reunirse con Hugo Chávez. El actual protagonista de la serie House of Cards estuvo en Miraflores el 24 de septiembre de 2007, época en la que el presidente era mediador en un proceso de diálogo entre las FARC y el gobierno de Colombia.
Categórica CH. Carolina Herrera, diseñadora de algunos de los vestidos que se lucieron en la ceremonia de los Oscar, es un personaje que ofrece pocas entrevistas, siempre cautelosa de emitir juicios sobre política. Pero esta vez decidió arremeter enérgicamente contra Nicolás Maduro.
La venezolana, reconocida en la élite mundial de la moda, asistió a una fiesta posterior a la gala del cine y aprovechó las cámaras de Univisión para expresarse. “Quiero decir una cosa que el mundo debería saber: que Venezuela está en manos de un dictador comunista y que no hay democracia”. Punto final.
Maduro erró al conjugar el verbo "entrometer"
Amenazando con dar "una respuesta contundente a un gobierno lacayo que está conspirando contra Venezuela", el presidente aseguró que su gobierno ha hecho "esfuerzos por vías diplomáticas" para que Washington "no se entromezca en los asuntos internos del país"
En un acto con motivo del primer aniversario del fallecimiento de Hugo Chávez, el presidente Nicolás Maduro cometió un nuevo desliz gramatical cuando, en una ardorosa advertencia al gobierno de Estados Unidos, se equivocó al conjugar el verbo "entrometer" y, a juzgar por su pronunciación, conjugó "entromecer".
Amenazando con dar "una respuesta contundente a un gobierno lacayo que está conspirando contra Venezuela", Maduro aseguró que su gobierno ha hecho "esfuerzos por vías diplomáticas" para que Washington "no se entromezca en los asuntos internos del país".
El mandatario dudó antes de soltar el dislate, que vino tras una pausa de dos segundos.
Al inicio de su discurso había dicho: "Después que no se quejen y se la den de víctimas. Que no se quejen cuando reaccionemos como tenemos que reaccionar para defender la patria venezolana. No aceptamos intervencionismo de nadie, porque nuestra política internacional es de paz, de cooperación, de respeto, de unión y abiertamente antiimperialista. No creemos que ningún imperio debe controlar nuestra América Latina ni nuestro Caribe".
Al final de su alocución, se mostró enérgico al afirmar que los venezolanos "somos un pueblo arrecho", por lo que pidió "que nadie se confunda con nosotros".
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