¿Cómo llega un joven occidental a convertirse en yihadista?
El caso de James Foley, reportero estadounidense secuestrado en Siria y asesinado por un combatiente supuestamente británico de la organización islamista Estado Islámico (EI, previamente conocido como ISIS), no sólo dejó perplejo al gobierno de Barack Obama.
El Nacional 23 DE AGOSTO 2014 - 08:44 AM
También al gobierno británico encabezado por David Cameron, que tiene a sus servicios secretos tratando de determinar la identidad del asesino, su relación y contactos con Reino Unido.
El tema puso en la agenda mediática una realidad en la que las policías europeas llevan trabajando años, pero que hasta ahora no había tenido la exposición pública y trascendencia diplomática que adquirió tras la decapitación de Foley: miles de los combatientes de la yihad –guerra santa- en Medio Oriente son ciudadanos europeos.
Dada la dificultad de rastrear, no hay cifras oficiales. Sin embargo, a diciembre de 2013 habían entre 3.300 y 11.000 yihadistas extranjeros peleando en Siria, según datos del Centro Internacional de Estudios de la Radicalización (ICSR, según sus siglas en inglés) vinculado a King´s College London.
Se estima que entre un 30% y un 40% de los actuales combatientes extranjeros que pelean hoy por establecer un califato islámico en Siria e Irak proceden de países occidentales, como Francia, Bélgica, Reino Unido, Alemania y los países nórdicos.
Pero, ¿cómo llega un joven occidental a pelear la "guerra santa"?.
BBC Mundo le preguntó a los expertos.
Perfil de un yihadista
Según una investigación realizada por la Policía de Nueva York y señalada por varios expertos como una de las más completas para entender el fenómeno de la radicalización de jóvenes occidentales, los aspirantes a convertirse en militantes islamistas, comparten varias características: son hombres musulmanes entre 18 y 35 años. La mayoría se había convertido –o comenzado a practicar el Islam- recientemente y no habían partido como fanáticos.
El estudio investigó a quienes estuvieron involucrados en cinco de las principales operaciones yihadistas en Occidente: los ataques a Madrid (2004), Londres (2005), el grupo Hofstad en Holanda y los ataques frustrados de Australia (2005) y Toronto (2006).
Si bien la investigación se centró en al Qaeda, varios de los militantes de este grupo, así como de su vertiente siria, Al Nusra, han abandonado sus filas para apoyar la causa de Estado Islámico.
Y los expertos coinciden en que estas características son extrapolables a los yihadistas occidentales actuales.
Una de las características mencionadas en el estudio que más llaman la atención tanto de policías como de investigadores es que generalmente los jóvenes yihadistas de Occidente pertenecen a la segunda o tercera generación residente en el país occidental de origen. Es decir, sus padres o abuelos son inmigrantes.
Segunda generación "no integrada"
"Hay un patrón común en la segunda generación de hijos de inmigrantes. Comparten la misma experiencia, incluso si nacieron dentro de la comunidad musulmana", le explica a BBC Mundo Stefano Bonino, de la Universidad de Durham, experto en la propagación del Islam en Reino Unido.
Estos jóvenes pueden venir de familias con contextos musulmanes más moderados o haberse convertido.
"Los padres de los que se radicalizaron generalmente no eran muy religiosos", explica Milena Uhlmann, investigadora de la Universidad Humboldt de Berlín, experta en conversión y radicalización.
Según Uhlmann, existe una característica que se repite en varias de las familias de los yihadistas que provienen de padres o abuelos inmigrantes: trataron de integrarse, de suavizar su contexto para no tener problemas en la sociedad donde se insertaron.
Sin embargo, especialmente después de los ataques a las Torres Gemelas, las sociedades occidentales no terminaron de aceptar como propias a las comunidades musulmanas.
"Sus hijos sienten que hay algo que está mal, que sus padres fallaron en el esfuerzo. Porque no están completamente integrados y se sienten estigmatizados por ser musulmanes", explica la investigadora alemana.
"Viven entre dos culturas: la del país de origen de su familia, dentro de casa, y la del país donde viven, puertas afuera", complementa Bonino.
"Estos jóvenes están decepcionados de Occidente. Utilizan el Islam como un medio para posicionarse contra su estatus de 'occidentales'. No obtuvieron lo que querían, no se sintieron en casa ni tuvieron un sentido de pertenencia", le dice Uhlmann a BBC Mundo.
"Irse a pelear la yihad a Siria es una forma de retribución. Ya no necesitan su contexto anterior", explica la experta.
El proceso de reclutamiento
La desadaptación y la desilusión con su entorno occidental son sólo el punto de partida.
En general, los yihadistas extranjeros tuvieron un acercamiento a la religión a través de amigos musulmanes durante su adolescencia.
Un estudio sobre la principal célula yihadista alemana, la Célula Sauerland, señala que la conversión o reorientación al Islam más radical de sus fundadores –quienes planearon un ataque fallido en Alemania- ocurrió en la adolescencia, la mayoría durante un periodo de rebeldía por problemas familiares y apoyado por amigos cercanos practicantes.
"Existe una especie de epidemia social. Si te metes a un grupo que apoya ese tipo de ideas y quieres ser parte de él, tienes que apoyar sus creencias. Si ellos apoyan la yihad, tú tendrás que adoptar ese discurso", asegura Bonino.
En el camino hacia una vertiente más radical del Islam, muchos de los futuros yihadistas viven una experiencia decisiva: conocen a un líder carismático, que los introduce y, en muchos casos, los convence.
Aparecen estos líderes con carisma, que se acercan a jóvenes muchas veces cuando están más vulnerables y que parecen ser los únicos que los "aceptan incondicionalmente" en una sociedad bastante poco acogedora, ante los ojos de los jóvenes en vías de radicalización, según explica Linda Alzaghari, directora de Minotenk, un centro de investigación noruego experto en minorías políticas.
Linda se convirtió al Islam y es practicante de esta religión. Tanto ella como los otros expertos aclaran que la gran mayoría de los musulmanes no son ni radicales ni violentos y que hay muchos, como la propia Linda, que viven sus creencias de una forma completamente compatible con el mundo occidental.
Sin embargo, el reclutamiento de jóvenes occidentales para la yihad es una realidad creciente dentro de los países europeos. Grupos como Al Qaeda, EI o Al Nusra cuentan con reclutadores en varias de estas naciones. Y se estima que de los europeos peleando en Siria e Irak, Bélgica es el que más combatientes tiene en proporción a su población, mientras Francia el con mayor número de ciudadanos.
Los reclutadores generalmente se acercan a comunidades de jóvenes musulmanes distribuyendo copias gratuitas del Corán. En estos acercamientos, aprovechan de mostrarles su interpretación específica del Islam
"La idea de un líder carismático es siempre una explicación", señala Bonino, quien además dice no sorprenderse de que los potenciales yihadistas tengan trastornos de personalidad tendientes a la violencia, pero que no se manifiestan a no ser que sean gatillados por su entorno.
Redes sociales: la yihad del siglo XXI
Una de las herramientas más poderosas de la propaganda radical son las redes sociales.
"Las redes sociales tienen un gran papel porque ponen a personas en vías de radicalizarse en una posición susceptible a un contexto radical o ideológico. Mientras más se expongan a esta narrativa, más probable es que se permeen", asegura Uhlmann.
Son las redes sociales las que han permitido que quienes buscan difundir la información de la yihad se junten con quienes están interesados en averiguar sobre el tema.
Linda Alzaghari ha estudiado con detención el fenómeno del discurso ideológico y la propaganda a través de redes sociales en el proceso de reclutamiento de jóvenes yihadistas.
"Hay una retórica de deshumanización del enemigo, son perros e infieles, no tienen ningún valor como seres humanos, por lo que deben ser asesinados lo antes posible", le explica a BBC Mundo.
Desde Oslo, Linda le muestra a BBC Mundo varias imágenes de la propaganda de ISIS, hoy denominado Estado Islámico.
"Es interesante la utilización de varias referencias de la cultura popular occidental en su propaganda. Con referencia a películas de Hollywood o incluso, humor", explica la experta.
Esta modernización de la guerra santa, volviéndola accequible para todos quienes quieran unirse, no es al azar.
"Las redes sociales han vuelto a los radicales menos jerárquicos, más efímeros", concluye Bonini.
También al gobierno británico encabezado por David Cameron, que tiene a sus servicios secretos tratando de determinar la identidad del asesino, su relación y contactos con Reino Unido.
El tema puso en la agenda mediática una realidad en la que las policías europeas llevan trabajando años, pero que hasta ahora no había tenido la exposición pública y trascendencia diplomática que adquirió tras la decapitación de Foley: miles de los combatientes de la yihad –guerra santa- en Medio Oriente son ciudadanos europeos.
Dada la dificultad de rastrear, no hay cifras oficiales. Sin embargo, a diciembre de 2013 habían entre 3.300 y 11.000 yihadistas extranjeros peleando en Siria, según datos del Centro Internacional de Estudios de la Radicalización (ICSR, según sus siglas en inglés) vinculado a King´s College London.
Se estima que entre un 30% y un 40% de los actuales combatientes extranjeros que pelean hoy por establecer un califato islámico en Siria e Irak proceden de países occidentales, como Francia, Bélgica, Reino Unido, Alemania y los países nórdicos.
Pero, ¿cómo llega un joven occidental a pelear la "guerra santa"?.
BBC Mundo le preguntó a los expertos.
Perfil de un yihadista
Según una investigación realizada por la Policía de Nueva York y señalada por varios expertos como una de las más completas para entender el fenómeno de la radicalización de jóvenes occidentales, los aspirantes a convertirse en militantes islamistas, comparten varias características: son hombres musulmanes entre 18 y 35 años. La mayoría se había convertido –o comenzado a practicar el Islam- recientemente y no habían partido como fanáticos.
El estudio investigó a quienes estuvieron involucrados en cinco de las principales operaciones yihadistas en Occidente: los ataques a Madrid (2004), Londres (2005), el grupo Hofstad en Holanda y los ataques frustrados de Australia (2005) y Toronto (2006).
Si bien la investigación se centró en al Qaeda, varios de los militantes de este grupo, así como de su vertiente siria, Al Nusra, han abandonado sus filas para apoyar la causa de Estado Islámico.
Y los expertos coinciden en que estas características son extrapolables a los yihadistas occidentales actuales.
Una de las características mencionadas en el estudio que más llaman la atención tanto de policías como de investigadores es que generalmente los jóvenes yihadistas de Occidente pertenecen a la segunda o tercera generación residente en el país occidental de origen. Es decir, sus padres o abuelos son inmigrantes.
Segunda generación "no integrada"
"Hay un patrón común en la segunda generación de hijos de inmigrantes. Comparten la misma experiencia, incluso si nacieron dentro de la comunidad musulmana", le explica a BBC Mundo Stefano Bonino, de la Universidad de Durham, experto en la propagación del Islam en Reino Unido.
Estos jóvenes pueden venir de familias con contextos musulmanes más moderados o haberse convertido.
"Los padres de los que se radicalizaron generalmente no eran muy religiosos", explica Milena Uhlmann, investigadora de la Universidad Humboldt de Berlín, experta en conversión y radicalización.
Según Uhlmann, existe una característica que se repite en varias de las familias de los yihadistas que provienen de padres o abuelos inmigrantes: trataron de integrarse, de suavizar su contexto para no tener problemas en la sociedad donde se insertaron.
Sin embargo, especialmente después de los ataques a las Torres Gemelas, las sociedades occidentales no terminaron de aceptar como propias a las comunidades musulmanas.
"Sus hijos sienten que hay algo que está mal, que sus padres fallaron en el esfuerzo. Porque no están completamente integrados y se sienten estigmatizados por ser musulmanes", explica la investigadora alemana.
"Viven entre dos culturas: la del país de origen de su familia, dentro de casa, y la del país donde viven, puertas afuera", complementa Bonino.
"Estos jóvenes están decepcionados de Occidente. Utilizan el Islam como un medio para posicionarse contra su estatus de 'occidentales'. No obtuvieron lo que querían, no se sintieron en casa ni tuvieron un sentido de pertenencia", le dice Uhlmann a BBC Mundo.
"Irse a pelear la yihad a Siria es una forma de retribución. Ya no necesitan su contexto anterior", explica la experta.
El proceso de reclutamiento
La desadaptación y la desilusión con su entorno occidental son sólo el punto de partida.
En general, los yihadistas extranjeros tuvieron un acercamiento a la religión a través de amigos musulmanes durante su adolescencia.
Un estudio sobre la principal célula yihadista alemana, la Célula Sauerland, señala que la conversión o reorientación al Islam más radical de sus fundadores –quienes planearon un ataque fallido en Alemania- ocurrió en la adolescencia, la mayoría durante un periodo de rebeldía por problemas familiares y apoyado por amigos cercanos practicantes.
"Existe una especie de epidemia social. Si te metes a un grupo que apoya ese tipo de ideas y quieres ser parte de él, tienes que apoyar sus creencias. Si ellos apoyan la yihad, tú tendrás que adoptar ese discurso", asegura Bonino.
En el camino hacia una vertiente más radical del Islam, muchos de los futuros yihadistas viven una experiencia decisiva: conocen a un líder carismático, que los introduce y, en muchos casos, los convence.
Aparecen estos líderes con carisma, que se acercan a jóvenes muchas veces cuando están más vulnerables y que parecen ser los únicos que los "aceptan incondicionalmente" en una sociedad bastante poco acogedora, ante los ojos de los jóvenes en vías de radicalización, según explica Linda Alzaghari, directora de Minotenk, un centro de investigación noruego experto en minorías políticas.
Linda se convirtió al Islam y es practicante de esta religión. Tanto ella como los otros expertos aclaran que la gran mayoría de los musulmanes no son ni radicales ni violentos y que hay muchos, como la propia Linda, que viven sus creencias de una forma completamente compatible con el mundo occidental.
Sin embargo, el reclutamiento de jóvenes occidentales para la yihad es una realidad creciente dentro de los países europeos. Grupos como Al Qaeda, EI o Al Nusra cuentan con reclutadores en varias de estas naciones. Y se estima que de los europeos peleando en Siria e Irak, Bélgica es el que más combatientes tiene en proporción a su población, mientras Francia el con mayor número de ciudadanos.
Los reclutadores generalmente se acercan a comunidades de jóvenes musulmanes distribuyendo copias gratuitas del Corán. En estos acercamientos, aprovechan de mostrarles su interpretación específica del Islam
"La idea de un líder carismático es siempre una explicación", señala Bonino, quien además dice no sorprenderse de que los potenciales yihadistas tengan trastornos de personalidad tendientes a la violencia, pero que no se manifiestan a no ser que sean gatillados por su entorno.
Redes sociales: la yihad del siglo XXI
Una de las herramientas más poderosas de la propaganda radical son las redes sociales.
"Las redes sociales tienen un gran papel porque ponen a personas en vías de radicalizarse en una posición susceptible a un contexto radical o ideológico. Mientras más se expongan a esta narrativa, más probable es que se permeen", asegura Uhlmann.
Son las redes sociales las que han permitido que quienes buscan difundir la información de la yihad se junten con quienes están interesados en averiguar sobre el tema.
Linda Alzaghari ha estudiado con detención el fenómeno del discurso ideológico y la propaganda a través de redes sociales en el proceso de reclutamiento de jóvenes yihadistas.
"Hay una retórica de deshumanización del enemigo, son perros e infieles, no tienen ningún valor como seres humanos, por lo que deben ser asesinados lo antes posible", le explica a BBC Mundo.
Desde Oslo, Linda le muestra a BBC Mundo varias imágenes de la propaganda de ISIS, hoy denominado Estado Islámico.
"Es interesante la utilización de varias referencias de la cultura popular occidental en su propaganda. Con referencia a películas de Hollywood o incluso, humor", explica la experta.
Esta modernización de la guerra santa, volviéndola accequible para todos quienes quieran unirse, no es al azar.
"Las redes sociales han vuelto a los radicales menos jerárquicos, más efímeros", concluye Bonini.
El tema puso en la agenda mediática una realidad en la que las policías europeas llevan trabajando años, pero que hasta ahora no había tenido la exposición pública y trascendencia diplomática que adquirió tras la decapitación de Foley: miles de los combatientes de la yihad –guerra santa- en Medio Oriente son ciudadanos europeos.
Dada la dificultad de rastrear, no hay cifras oficiales. Sin embargo, a diciembre de 2013 habían entre 3.300 y 11.000 yihadistas extranjeros peleando en Siria, según datos del Centro Internacional de Estudios de la Radicalización (ICSR, según sus siglas en inglés) vinculado a King´s College London.
Se estima que entre un 30% y un 40% de los actuales combatientes extranjeros que pelean hoy por establecer un califato islámico en Siria e Irak proceden de países occidentales, como Francia, Bélgica, Reino Unido, Alemania y los países nórdicos.
Pero, ¿cómo llega un joven occidental a pelear la "guerra santa"?.
BBC Mundo le preguntó a los expertos.
Perfil de un yihadista
Según una investigación realizada por la Policía de Nueva York y señalada por varios expertos como una de las más completas para entender el fenómeno de la radicalización de jóvenes occidentales, los aspirantes a convertirse en militantes islamistas, comparten varias características: son hombres musulmanes entre 18 y 35 años. La mayoría se había convertido –o comenzado a practicar el Islam- recientemente y no habían partido como fanáticos.
El estudio investigó a quienes estuvieron involucrados en cinco de las principales operaciones yihadistas en Occidente: los ataques a Madrid (2004), Londres (2005), el grupo Hofstad en Holanda y los ataques frustrados de Australia (2005) y Toronto (2006).
Si bien la investigación se centró en al Qaeda, varios de los militantes de este grupo, así como de su vertiente siria, Al Nusra, han abandonado sus filas para apoyar la causa de Estado Islámico.
Y los expertos coinciden en que estas características son extrapolables a los yihadistas occidentales actuales.
Una de las características mencionadas en el estudio que más llaman la atención tanto de policías como de investigadores es que generalmente los jóvenes yihadistas de Occidente pertenecen a la segunda o tercera generación residente en el país occidental de origen. Es decir, sus padres o abuelos son inmigrantes.
Segunda generación "no integrada"
"Hay un patrón común en la segunda generación de hijos de inmigrantes. Comparten la misma experiencia, incluso si nacieron dentro de la comunidad musulmana", le explica a BBC Mundo Stefano Bonino, de la Universidad de Durham, experto en la propagación del Islam en Reino Unido.
Estos jóvenes pueden venir de familias con contextos musulmanes más moderados o haberse convertido.
"Los padres de los que se radicalizaron generalmente no eran muy religiosos", explica Milena Uhlmann, investigadora de la Universidad Humboldt de Berlín, experta en conversión y radicalización.
Según Uhlmann, existe una característica que se repite en varias de las familias de los yihadistas que provienen de padres o abuelos inmigrantes: trataron de integrarse, de suavizar su contexto para no tener problemas en la sociedad donde se insertaron.
Sin embargo, especialmente después de los ataques a las Torres Gemelas, las sociedades occidentales no terminaron de aceptar como propias a las comunidades musulmanas.
"Sus hijos sienten que hay algo que está mal, que sus padres fallaron en el esfuerzo. Porque no están completamente integrados y se sienten estigmatizados por ser musulmanes", explica la investigadora alemana.
"Viven entre dos culturas: la del país de origen de su familia, dentro de casa, y la del país donde viven, puertas afuera", complementa Bonino.
"Estos jóvenes están decepcionados de Occidente. Utilizan el Islam como un medio para posicionarse contra su estatus de 'occidentales'. No obtuvieron lo que querían, no se sintieron en casa ni tuvieron un sentido de pertenencia", le dice Uhlmann a BBC Mundo.
"Irse a pelear la yihad a Siria es una forma de retribución. Ya no necesitan su contexto anterior", explica la experta.
El proceso de reclutamiento
La desadaptación y la desilusión con su entorno occidental son sólo el punto de partida.
En general, los yihadistas extranjeros tuvieron un acercamiento a la religión a través de amigos musulmanes durante su adolescencia.
Un estudio sobre la principal célula yihadista alemana, la Célula Sauerland, señala que la conversión o reorientación al Islam más radical de sus fundadores –quienes planearon un ataque fallido en Alemania- ocurrió en la adolescencia, la mayoría durante un periodo de rebeldía por problemas familiares y apoyado por amigos cercanos practicantes.
"Existe una especie de epidemia social. Si te metes a un grupo que apoya ese tipo de ideas y quieres ser parte de él, tienes que apoyar sus creencias. Si ellos apoyan la yihad, tú tendrás que adoptar ese discurso", asegura Bonino.
En el camino hacia una vertiente más radical del Islam, muchos de los futuros yihadistas viven una experiencia decisiva: conocen a un líder carismático, que los introduce y, en muchos casos, los convence.
Aparecen estos líderes con carisma, que se acercan a jóvenes muchas veces cuando están más vulnerables y que parecen ser los únicos que los "aceptan incondicionalmente" en una sociedad bastante poco acogedora, ante los ojos de los jóvenes en vías de radicalización, según explica Linda Alzaghari, directora de Minotenk, un centro de investigación noruego experto en minorías políticas.
Linda se convirtió al Islam y es practicante de esta religión. Tanto ella como los otros expertos aclaran que la gran mayoría de los musulmanes no son ni radicales ni violentos y que hay muchos, como la propia Linda, que viven sus creencias de una forma completamente compatible con el mundo occidental.
Sin embargo, el reclutamiento de jóvenes occidentales para la yihad es una realidad creciente dentro de los países europeos. Grupos como Al Qaeda, EI o Al Nusra cuentan con reclutadores en varias de estas naciones. Y se estima que de los europeos peleando en Siria e Irak, Bélgica es el que más combatientes tiene en proporción a su población, mientras Francia el con mayor número de ciudadanos.
Los reclutadores generalmente se acercan a comunidades de jóvenes musulmanes distribuyendo copias gratuitas del Corán. En estos acercamientos, aprovechan de mostrarles su interpretación específica del Islam
"La idea de un líder carismático es siempre una explicación", señala Bonino, quien además dice no sorprenderse de que los potenciales yihadistas tengan trastornos de personalidad tendientes a la violencia, pero que no se manifiestan a no ser que sean gatillados por su entorno.
Redes sociales: la yihad del siglo XXI
Una de las herramientas más poderosas de la propaganda radical son las redes sociales.
"Las redes sociales tienen un gran papel porque ponen a personas en vías de radicalizarse en una posición susceptible a un contexto radical o ideológico. Mientras más se expongan a esta narrativa, más probable es que se permeen", asegura Uhlmann.
Son las redes sociales las que han permitido que quienes buscan difundir la información de la yihad se junten con quienes están interesados en averiguar sobre el tema.
Linda Alzaghari ha estudiado con detención el fenómeno del discurso ideológico y la propaganda a través de redes sociales en el proceso de reclutamiento de jóvenes yihadistas.
"Hay una retórica de deshumanización del enemigo, son perros e infieles, no tienen ningún valor como seres humanos, por lo que deben ser asesinados lo antes posible", le explica a BBC Mundo.
Desde Oslo, Linda le muestra a BBC Mundo varias imágenes de la propaganda de ISIS, hoy denominado Estado Islámico.
"Es interesante la utilización de varias referencias de la cultura popular occidental en su propaganda. Con referencia a películas de Hollywood o incluso, humor", explica la experta.
Esta modernización de la guerra santa, volviéndola accequible para todos quienes quieran unirse, no es al azar.
"Las redes sociales han vuelto a los radicales menos jerárquicos, más efímeros", concluye Bonini.
El periodista decapitado en Irak 'era profundamente católico'
Lo declaró en una entrevista al noticiero italiano Tgcom24 el cardenal arzobispo de Lion, Philippe Barbarin
Por H. Sergio Mora
ROMA, 23 de agosto de 2014 (Zenit.org) - El periodista estadounidense James Foley, decapitado por un miliciano del Estado Islámico de Irak y del Levante “era profundamente católico, recitaba el Rosario todos los días y quería dejar el periodismo al concluir su reportaje para dedicarse al diálogo interreligioso.
Lo declaró en una entrevista al noticiero italiano Tgcom24 el cardenal arzobispo de Lion, Philippe Barbarin, que estuvo en Irak hace pocas semanas atrás con una delegación de obispos franceses para encontrar a los cristianos desplazados.
Las palabras del purpurado concuerdan con una carta que Foley escribió en el 2011 para una revista de la universidad católica Marquette de Milwaukee, donde había estudiado antes de ser periodista. Le escribió a los estudiantes tras un arresto que sufrió en Trípoli ese mismo año.
El la carta Foley indica su preocupación y la de sus compañeros por temor que sus madres “pudieran entrar en pánico”. El periodista cuenta que inició a rezar el rosario porque “era como mi madre y mi abuela habrían rezado”. Añade que se sentía sostenido “al confesar su debilidad y su esperanza y al conversar con Dios, más bien que estar solo y en silencio”.
Después de algunos días uno de los carceleros, probablemente una personalidad influyente, le dio la posibilidad de realizar una llamada telefónica a su casa. Así lo cuenta el periodista: “dije una oración y compuse el número”. Hablando brevemente con la madre, Foley la tranquilizó sobre su salud. La señora le dijo que “sus amigos estaban rezando por él”.
El periodista francés Francois Didier, que en Irak estaba secuestado junto a Foley, contó a la emisora Europa 1 que su amigo fue víctima de frecuentes ejecuciones falsas, incluida su crucifixión en la pared.
En una entrevista citada por 'The Daily Mail', Francois, describió a Foley como "uno de los pilares del grupo", quien "nunca se rendía por muy difíciles que fueran las condiciones". Y añadió: "Era un tío extraordinario, un compañero muy bueno, muy sólido", afirmó.
Otro rehén francés, Nicolas Henin, que estuvo siete meses en cautiverio junto a Foley narró a la BBC, que los secuestradores lo trataban particularmente mal,"le solían golpear más que a los otros. Se convirtió en la cabeza de turco de los vigilantes, pero permanecía imperturbable". Dichos rehenesfueron liberados en abril pasado.
De otro lado los servicios británicos lograron identificar a 'John', el yihadistas de la ejecución, un residente del barrio Tower Hamlets, en el este de Londres, que había abrazado el Islam y que se había ido a Siria junto a un grupo de extremistas.
Yazidíes entre la conversión y la muerte
Por H. Sergio Mora
ROMA, 23 de agosto de 2014 (Zenit.org) - El periodista estadounidense James Foley, decapitado por un miliciano del Estado Islámico de Irak y del Levante “era profundamente católico, recitaba el Rosario todos los días y quería dejar el periodismo al concluir su reportaje para dedicarse al diálogo interreligioso.
Lo declaró en una entrevista al noticiero italiano Tgcom24 el cardenal arzobispo de Lion, Philippe Barbarin, que estuvo en Irak hace pocas semanas atrás con una delegación de obispos franceses para encontrar a los cristianos desplazados.
Las palabras del purpurado concuerdan con una carta que Foley escribió en el 2011 para una revista de la universidad católica Marquette de Milwaukee, donde había estudiado antes de ser periodista. Le escribió a los estudiantes tras un arresto que sufrió en Trípoli ese mismo año.
El la carta Foley indica su preocupación y la de sus compañeros por temor que sus madres “pudieran entrar en pánico”. El periodista cuenta que inició a rezar el rosario porque “era como mi madre y mi abuela habrían rezado”. Añade que se sentía sostenido “al confesar su debilidad y su esperanza y al conversar con Dios, más bien que estar solo y en silencio”.
Después de algunos días uno de los carceleros, probablemente una personalidad influyente, le dio la posibilidad de realizar una llamada telefónica a su casa. Así lo cuenta el periodista: “dije una oración y compuse el número”. Hablando brevemente con la madre, Foley la tranquilizó sobre su salud. La señora le dijo que “sus amigos estaban rezando por él”.
El periodista francés Francois Didier, que en Irak estaba secuestado junto a Foley, contó a la emisora Europa 1 que su amigo fue víctima de frecuentes ejecuciones falsas, incluida su crucifixión en la pared.
En una entrevista citada por 'The Daily Mail', Francois, describió a Foley como "uno de los pilares del grupo", quien "nunca se rendía por muy difíciles que fueran las condiciones". Y añadió: "Era un tío extraordinario, un compañero muy bueno, muy sólido", afirmó.
Otro rehén francés, Nicolas Henin, que estuvo siete meses en cautiverio junto a Foley narró a la BBC, que los secuestradores lo trataban particularmente mal,"le solían golpear más que a los otros. Se convirtió en la cabeza de turco de los vigilantes, pero permanecía imperturbable". Dichos rehenesfueron liberados en abril pasado.
De otro lado los servicios británicos lograron identificar a 'John', el yihadistas de la ejecución, un residente del barrio Tower Hamlets, en el este de Londres, que había abrazado el Islam y que se había ido a Siria junto a un grupo de extremistas.
Yazidíes entre la conversión y la muerteLo declaró en una entrevista al noticiero italiano Tgcom24 el cardenal arzobispo de Lion, Philippe Barbarin, que estuvo en Irak hace pocas semanas atrás con una delegación de obispos franceses para encontrar a los cristianos desplazados.
Las palabras del purpurado concuerdan con una carta que Foley escribió en el 2011 para una revista de la universidad católica Marquette de Milwaukee, donde había estudiado antes de ser periodista. Le escribió a los estudiantes tras un arresto que sufrió en Trípoli ese mismo año.
El la carta Foley indica su preocupación y la de sus compañeros por temor que sus madres “pudieran entrar en pánico”. El periodista cuenta que inició a rezar el rosario porque “era como mi madre y mi abuela habrían rezado”. Añade que se sentía sostenido “al confesar su debilidad y su esperanza y al conversar con Dios, más bien que estar solo y en silencio”.
Después de algunos días uno de los carceleros, probablemente una personalidad influyente, le dio la posibilidad de realizar una llamada telefónica a su casa. Así lo cuenta el periodista: “dije una oración y compuse el número”. Hablando brevemente con la madre, Foley la tranquilizó sobre su salud. La señora le dijo que “sus amigos estaban rezando por él”.
El periodista francés Francois Didier, que en Irak estaba secuestado junto a Foley, contó a la emisora Europa 1 que su amigo fue víctima de frecuentes ejecuciones falsas, incluida su crucifixión en la pared.
En una entrevista citada por 'The Daily Mail', Francois, describió a Foley como "uno de los pilares del grupo", quien "nunca se rendía por muy difíciles que fueran las condiciones". Y añadió: "Era un tío extraordinario, un compañero muy bueno, muy sólido", afirmó.
Otro rehén francés, Nicolas Henin, que estuvo siete meses en cautiverio junto a Foley narró a la BBC, que los secuestradores lo trataban particularmente mal,"le solían golpear más que a los otros. Se convirtió en la cabeza de turco de los vigilantes, pero permanecía imperturbable". Dichos rehenesfueron liberados en abril pasado.
De otro lado los servicios británicos lograron identificar a 'John', el yihadistas de la ejecución, un residente del barrio Tower Hamlets, en el este de Londres, que había abrazado el Islam y que se había ido a Siria junto a un grupo de extremistas.
El grupo practica la taqiyya, que disimula sus creencias religiosas, para evitar exponerse a la muerte
El Nacional 23 DE AGOSTO 2014 - 12:01 AM
“Una secta de infieles auténticos que practica ritos raros como la adoración del maldecido Satanás”, así describen los terroristas del Estado Islámico a los kurdos yazidíes que convierten a la fuerza y huyen despavoridos ante el avance de los yihadistas al norte de Irak.
El yazidismo es una religión anterior al surgimiento del Islam. Desciende del zoroastrismo y está llena de elementos sincréticos. Se calcula que está integrado por 800.000 creyentes dispersos por las regiones del kurdistán turco, iraquí, sirio e iraní, y han tomado notoriedad luego de que el Estado Islámico avanzó y asesinó a todos los que rechazan la conversión a lo que consideran la fe verdadera.
Son numerosos los ataques que comete el Estado Islámico con su interpretación del Islam. Las denuncias indican que decapitan y ponen las cabezas de sus víctimas en estacas, violan mujeres y niñas y secuestran.
Ivan Mrat, refugiado yazidí que huyó del Monte Sinyar, declaró a la BBC que su pueblo fue rodeado por los milicianos. “Muchos logramos huir. Pero 80 hombres fueron colocados en fila y los obligaron a gritar shahada –testificar en nombre de Alá– para anunciar su conversión, pero como se negaron los asesinaron”.
Muchos otros yazidíes, sin embargo, son convertidos al Islam o al menos así lo parece. Son practicantes de la taqiyya, un recurso utilizado para disimular sus creencias religiosas y evitar exponerse a ellos o sus familiares a peligro de muerte o persecución como es hoy su caso ante los milicianos del Estado Islámico.
Desplazados. La oficina del alto comisionado de Naciones Unidas para los refugiados indicó que la violencia contra los yazidíes ha provocado que más de 700.000 personas fueran desplazadas de sus hogares, reportó Efe.
El organismo lanzó una operación para ayudar a las minorías religiosas perseguidas por el Estado Islámico. Les llevan artículos de primera necesidad como agua, alimentos, tiendas de campaña y mantas.
Muchos desplazados, según la agencia de noticias, están en campamentos improvisados a cielo abierto por lo que soportan las altas temperaturas del desierto con apenas lo mínimo para subsistir.
Mientras sucede la tragedia de los desplazados la violencia persiste. Ayer un suicida mató a 46 personas e hirió a otras 50 en una mezquita sunita de la localidad de Iman Wais en la provincia de Diyala a 120 kilómetros de Bagdad, informó AP. Luego del acto violento entraron hombres armados y dispararon contra los feligreses.
Ofensiva. Estados Unidos sigue con sus bombardeos selectivos contra el Estado Islámico en las inmediaciones de la presa de Mosul, en el norte de Irak. Fuentes del Departamento de Defensa informaron que destruyeron dos vehículos armados y un emplazamiento de ametralladora de yihadistas que disparaban contra las fuerzas iraquíes.
Desde el 8 de agosto, el Mando Central de Estados Unidos ha realizado 93 ataques aéreos en todo Irak. De estos, 60 han sido en apoyo de las fuerzas iraquíes cerca de la presa de Mosul.
El gran ayatolá Alí al Sistani exhortó a los líderes nacionales a zanjar sus diferencias y formar un nuevo gobierno integrado por candidatos interesados en el futuro de la nación y sus ciudadanos, independientemente de su etnia y religión.
El primer ministro designado, el chiíta Haidar al Abadi, tiene hasta el 10 de septiembre para presentar una lista de miembros del gabinete para su aprobación y formar gobierno.
Descartan a Al Assad
El canciller del Reino Unido, Philip Hammond, afirmó que su gobierno descartó cualquier alianza con Bashar al Assad para combatir a la organización yihadista Estado Islámico. El jefe de la diplomacia británica, que ha respaldado a la oposición al régimen en el conflicto sirio, dijo que no sería práctico ni útil apoyarse ahora en Al Assad para enfrentar a los extremistas.
Hammond hacia referencia a las declaraciones del ex jefe del Estado Mayor del Ejército británico, Richard Dannat, quien sugirió que es necesario tender puentes con el presidente sirio para tratar de frenar el avance del Estado Islámico en la región.
El canciller aseguró que la colaboración con Siria no está en los planes del Reino Unido. “No. En algunas ocasiones nos vamos a encontrar con que estamos luchando contra la misma gente que Al Assad, pero eso no nos hace sus aliados”, afirmó. Hace un año, Hammond, entonces ministro de Defensa, se mostró decepcionado por la negativa del Parlamento de permitir una intervención militar contra el régimen sirio.
“Una secta de infieles auténticos que practica ritos raros como la adoración del maldecido Satanás”, así describen los terroristas del Estado Islámico a los kurdos yazidíes que convierten a la fuerza y huyen despavoridos ante el avance de los yihadistas al norte de Irak.
El yazidismo es una religión anterior al surgimiento del Islam. Desciende del zoroastrismo y está llena de elementos sincréticos. Se calcula que está integrado por 800.000 creyentes dispersos por las regiones del kurdistán turco, iraquí, sirio e iraní, y han tomado notoriedad luego de que el Estado Islámico avanzó y asesinó a todos los que rechazan la conversión a lo que consideran la fe verdadera.
Son numerosos los ataques que comete el Estado Islámico con su interpretación del Islam. Las denuncias indican que decapitan y ponen las cabezas de sus víctimas en estacas, violan mujeres y niñas y secuestran.
Ivan Mrat, refugiado yazidí que huyó del Monte Sinyar, declaró a la BBC que su pueblo fue rodeado por los milicianos. “Muchos logramos huir. Pero 80 hombres fueron colocados en fila y los obligaron a gritar shahada –testificar en nombre de Alá– para anunciar su conversión, pero como se negaron los asesinaron”.
Muchos otros yazidíes, sin embargo, son convertidos al Islam o al menos así lo parece. Son practicantes de la taqiyya, un recurso utilizado para disimular sus creencias religiosas y evitar exponerse a ellos o sus familiares a peligro de muerte o persecución como es hoy su caso ante los milicianos del Estado Islámico.
Desplazados. La oficina del alto comisionado de Naciones Unidas para los refugiados indicó que la violencia contra los yazidíes ha provocado que más de 700.000 personas fueran desplazadas de sus hogares, reportó Efe.
El organismo lanzó una operación para ayudar a las minorías religiosas perseguidas por el Estado Islámico. Les llevan artículos de primera necesidad como agua, alimentos, tiendas de campaña y mantas.
Muchos desplazados, según la agencia de noticias, están en campamentos improvisados a cielo abierto por lo que soportan las altas temperaturas del desierto con apenas lo mínimo para subsistir.
Mientras sucede la tragedia de los desplazados la violencia persiste. Ayer un suicida mató a 46 personas e hirió a otras 50 en una mezquita sunita de la localidad de Iman Wais en la provincia de Diyala a 120 kilómetros de Bagdad, informó AP. Luego del acto violento entraron hombres armados y dispararon contra los feligreses.
Ofensiva. Estados Unidos sigue con sus bombardeos selectivos contra el Estado Islámico en las inmediaciones de la presa de Mosul, en el norte de Irak. Fuentes del Departamento de Defensa informaron que destruyeron dos vehículos armados y un emplazamiento de ametralladora de yihadistas que disparaban contra las fuerzas iraquíes.
Desde el 8 de agosto, el Mando Central de Estados Unidos ha realizado 93 ataques aéreos en todo Irak. De estos, 60 han sido en apoyo de las fuerzas iraquíes cerca de la presa de Mosul.
El gran ayatolá Alí al Sistani exhortó a los líderes nacionales a zanjar sus diferencias y formar un nuevo gobierno integrado por candidatos interesados en el futuro de la nación y sus ciudadanos, independientemente de su etnia y religión.
El primer ministro designado, el chiíta Haidar al Abadi, tiene hasta el 10 de septiembre para presentar una lista de miembros del gabinete para su aprobación y formar gobierno.
Descartan a Al Assad
El canciller del Reino Unido, Philip Hammond, afirmó que su gobierno descartó cualquier alianza con Bashar al Assad para combatir a la organización yihadista Estado Islámico. El jefe de la diplomacia británica, que ha respaldado a la oposición al régimen en el conflicto sirio, dijo que no sería práctico ni útil apoyarse ahora en Al Assad para enfrentar a los extremistas.
El canciller del Reino Unido, Philip Hammond, afirmó que su gobierno descartó cualquier alianza con Bashar al Assad para combatir a la organización yihadista Estado Islámico. El jefe de la diplomacia británica, que ha respaldado a la oposición al régimen en el conflicto sirio, dijo que no sería práctico ni útil apoyarse ahora en Al Assad para enfrentar a los extremistas.
Hammond hacia referencia a las declaraciones del ex jefe del Estado Mayor del Ejército británico, Richard Dannat, quien sugirió que es necesario tender puentes con el presidente sirio para tratar de frenar el avance del Estado Islámico en la región.
El canciller aseguró que la colaboración con Siria no está en los planes del Reino Unido. “No. En algunas ocasiones nos vamos a encontrar con que estamos luchando contra la misma gente que Al Assad, pero eso no nos hace sus aliados”, afirmó. Hace un año, Hammond, entonces ministro de Defensa, se mostró decepcionado por la negativa del Parlamento de permitir una intervención militar contra el régimen sirio.
EE UU inició investigación penal por asesinato de Foley
El primer ministro designado de Irak, Haidar al Abadi, dijo que formará gobierno dentro del plazo estipulado por la Constitución. La ofensiva en el norte del país se profundiza
El secretario de Justicia de Estados Unidos, Eric Holder, anunció que su departamento inició una investigación penal sobre el asesinato del periodista estadounidense James Foley, decapitado por el grupo yihadista Estado Islámico.
El presidente Barack Obama prometió hacer lo necesario para que se haga justicia por la muerte de Foley, de 40 años de edad, secuestrado en Siria en noviembre de 2012.
El fiscal general señaló: “Tendrán que rendir cuentas de una manera u otra. Fue desgarrador ver a sus padres, que mostraron una compostura que, desde mi perspectiva, es casi incomprensible. Y mi corazón está con ellos”.
El director del FBI, James Comey, afirmó que los extremistas del Estado Islámico que ejecutaron a Foley son salvajes y deben ser juzgados.
Fuentes de seguridad confirmaron que la familia del reportero recibió un correo electrónico en inglés, presuntamente enviado por sus captores, una semana antes del asesinato en el que decía que lo iban a matar en represalia por los ataques aéreos de Estados Unidos contra el Estado Islámico.
Sobre la decapitación el grupo chiíta libanés Hezbolá atribuyó lo ocurrido al dinero y armas que reciben y la protección que se les brinda, así como el silencio sobre lo que ocurre en Siria. “Condenamos ese brutal asesinato cometido por bandas criminales y terroristas del Estado Islámico que nos afectan a todos sin excepción”, señaló.
El primer ministro designado de Irak, Haidar al Abadi, declaró que formará el nuevo gobierno dentro del plazo de 30 días estipulado por la Constitución, y que logrará superar las discrepancias políticas en este tiempo.
Las Fuerzas Armadas de Estados Unidos realizaron seis nuevos bombardeos contra los yihadistas en Mosul, en el norte de Irak.
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