Chavismo, mercado y delito
El nacional 24 DE AGOSTO 2014 - 00:01
El heredero de Chávez, nuevo presidente del partido oficialista, aseguró: “Vamos a (…) radicalizar la revolución”. Algunas medidas, según Ecoanalítica, serán la unificación de los tipos de cambio -el Estado monopoliza la compraventa de moneda existiendo tres precios para el dólar-, la legalización del mercado paralelo de divisas, la flexibilización de los controles de precios, el incremento de la producción petrolera entre Pdvsa y socios, el aumento de las tasas y la reducción del financiamiento del BCV a las empresas públicas.
No se ve la retórica de endurecer el socialismo. Pero la medida destacada es el aumento de la gasolina luego de una consulta pública por temor a un “Caracazo” como el de 1989, con cientos de muertos, tras el paquetazo de Carlos Andrés Pérez y el aumento de las tarifas del transporte.
El Estado debe lidiar con las mafias que contrabandean combustible hacia Colombia. La gasolina subsidiada por el Gobierno, resulta un gran negocio contrabandearla hacia otros mercados. Esto muestra cómo el delito, al igual que todo en el mercado natural, responde a la oferta y demanda: mientras el “crimen” suponga grandes ganancias en contraste con la marginalidad de muchos, seguirá existiendo y la muerte o cárcel de un delincuente solo provocará su reemplazo por otro.
La marginalidad, la pobreza y desocupación no pueden ser naturales en un mundo donde hay tanto para hacer, sino que es provocada por coaccionadas desviaciones de la naturaleza como las leyes de salario mínimo que dejan desocupados, dentro del mercado “formal”, a los que ganarían menos.
La violencia de arriba -la represión, las imposiciones coactivas del Estado- engendra la violencia de abajo. Entonces, para detener al delito debe desarmarse la violencia de arriba. Pero hay quienes no entienden la naturaleza del mercado y, por tanto, creen que “la violencia puede detenerse con violencia”, con más represión.
Navarro: Mi sanción, incorrecta y grave, fue una orden de Cabello
“La crítica hay que atenderla, no desecharla, no matar al mensajero”, reclamó el dirigente del partido socialista en el portal de Aporrea
El ex ministro Héctor Navarro se sorprendió al enterarse de que su nombre aparecía en el Acta de las Conclusiones del III Congreso del PSUV, pues se le impidió participar en vista de que está suspendido como militante y dirigente de la dirección nacional partidista, luego de que se solidarizó con el ex ministro de Planificación, Jorge Giordani.
“Me cuido de lo que firmo. Sin que signifique nada en contra del colectivo, no participe en el congreso y sería malo, por una decisión a dedo, que aparezca firmando si no estoy de acuerdo. A lo mejor es un error y se trata de la lista de la dirección nacional”, afirmó Navarro en una entrevista con el director de Aporrea y militante de Marea Socialista, Gonzalo Gómez.
Navarro rechaza estar en “el congelador del PSUV” e identifica al responsable de la resolución disciplinaria: “Mi sanción fue una orden de (Diosdado) Cabello. Fue una decisión incorrecta, grave. Se me excluye de participar en el partido sin juicio, sin derecho a la defensa, y sin que se reuniera la dirección nacional. Aún soy militante del PSUV y no haré nada para perjudicar al partido y a la revolución; no voy a afectar la revolución”.
A estas alturas desconoce sí está expulsado y dijo que no entiende por qué fue sancionado y no Giordani. “Me atrevo a especular: Querían sentar un precedente en la dirección nacional, un mensaje a los demás”.
No maten al mensajero
El trato de la cúpula del partido a Giordani fue cuestionado por Navarro debido a la “relación fraterna” que tenía con Hugo Chávez, quien lo consideraba su profesor, su tutor en la Universidad Simón Bolívar y guía en el área económica.
El trato de la cúpula del partido a Giordani fue cuestionado por Navarro debido a la “relación fraterna” que tenía con Hugo Chávez, quien lo consideraba su profesor, su tutor en la Universidad Simón Bolívar y guía en el área económica.
“La crítica hay que atenderla, no desecharla, no se debe matar al mensajero. Giordani denunció corrupción y deficiencia en el Estado y lo lógico era asumirlas para la corrección; por ejemplo, la entrega de las divisas que se convirtió en un desfalco de 20 millardos de dólares, pero fue calificado de traidor. ¡Eso me produjo indignación! Él es mi hermano en la UCV donde, antes del 4-F, junto con J.J. Montilla y Adina Bastidas, trabajamos en un documento contra el paquete neoliberal de CAP II, que nutrió la Agenda Alternativa Bolivariana”.
A diferencia de la situación actual, indicó que Chávez reconocía los errores, atendía los reclamos si se argumentaba y que le incomodaban los “todistas”, aquellos que oyen al líder decir, a modo de chanza, que le gustaría ver el “Ávila rojo” y, al mediodía, alguien cumplía la orden.
Navarro contó que tuvo discrepancias con Giordani y Chávez, pero que hablaron para aclararlas: “¡Eso es lo revolucionario! En una oportunidad renuncie al Ministerio de Educación y el presidente estaba molesto conmigo. Sin embargo, al mediodía me llamó y reconoció que él estaba equivocado y que necesitaba que le plantearan la discusión”.
“Riquezas de funcionarios”
Héctor Navarro confesó que recibe apoyo de ministros, embajadores, jueces, artistas y de periodistas, y también de gente de la calle. “Lamentan la situación; hay un sentimiento de que las cosas no son bien hechas. Hay una rebelión contra ese método; no contra Chavez ni contra la revolución ni contra Maduro”.
Héctor Navarro confesó que recibe apoyo de ministros, embajadores, jueces, artistas y de periodistas, y también de gente de la calle. “Lamentan la situación; hay un sentimiento de que las cosas no son bien hechas. Hay una rebelión contra ese método; no contra Chavez ni contra la revolución ni contra Maduro”.
A su juicio, lo peor es negar la corrupción. “Hay problemas graves de corrupción, por las expresiones de riqueza de personajes y funcionarios, que si no se pone preparo se extiende. La revolución estaría en peligro si no atiende la corrupción”.
Sobre Marea Socialista y las corrientes al PSUV dijo: “Eso es natural, tratar de impedirlas es un error. El ser humano no se cala eso. Cuando se frena, por coacción, por represión el desarrollo de pensamiento ocurre el desastre”.
Demagogia degradada
El Nacional 24 DE AGOSTO 2014 - 00:01
Nicolás Maduro insiste en radicalizar su política de halago (interesado) a las masas hasta llegar a diseñar una especie de dictadura de la plebe en la que todas las actividades estarán diseñadas, dirigidas y controladas por comunas y otras entelequias, cuando, su carnal ideológico Elías Jaua, canciller y presidente de la Corporación de Desarrrollo de Miranda, ha lanzado a los cuatro vientos la noticia de que “en Venezuela la pobreza disminuyó de un viaje de 30% a 5% y la meta del gobierno es llegar a pobreza cero para el año 2019”.
Si pretendemos estar a la par con suizos y finlandeses en materia de desarrollo social, ¿por qué no pensar un poco en la clase media que, dicho sea de paso, se nutriría de la pobreza rescatada, aunque estas, en muchos casos que conocemos, pasaron de los jeeps de las rutas troncales a veloces camionetas último modelo convertidas en ranchos.
En el fondo lo que hay…y ya estamos acostumbrados, es una larga tradición en demagogia que promete liderazgos, campeonatos, hazañas a los venezolanos por el hecho de serlo (¿raza superior o complejo de inferioridad?).
De Rómulo Betancourt cuentan que, durante su última campaña electoral (1958), mientras estaba de gira por Aragua, se enteró que el día anterior habían visitado ese estado dirigentes comunistas que apoyaban la candidatura de Wolfgang Larrazábal, y no pudo reprimir su sectarismo: “¡Yo no he venido para hablar de las contradicciones del imperialismo sino para anunciarles que les voy a construir un tronco de acueducto que acabará con la sequía que están padeciendo!”. En este caso cumplió.
No fue tan ocurrente ni tan directo el socialcristiano Luis Herrera Campíns en su amelcochado sermón del 2 de julio de 1983, pronunciado en el caserío El Cambural, parroquia de Carayaca del estado Vargas, donde se dirigió a los “privilegiados” carayaquenses que pueden vivir fuera del cemento (no tenían vías de acceso, ni luz ni agua, que prometió llevar, sin llegarlo a cumplir) “y no exasperados de tantos automóviles, de tanta gasolina, de tanta contaminación, de tanto no ver la exuberante naturaleza tropical como los habitantes de los grandes apartamentos, a punto de salir corriendo a beber un poco de aire fresco y puro como el que tienen ustedes”. Luego se metería en el auto presidencial y ordenaría: “¡Arranca Berroterán!”.
Si algo faltaba en materia de demagogia era “El sacudón”, donde “quien va a establecer el nuevo sistema de precios y todo el sistema de comercialización de los combustibles internos es el pueblo de Venezuela”.
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