Robin Williams no le hizo caso a su padre
El primer Globo de Oro lo ganó por su interpretación de un extraterrestre en Mork y Mindy, serie que se transmitió en los años setenta
Era difícil encontrar ayer a alguna persona que no se refiriera a la muerte de Robin Williams. En las panaderías mientras se tomaban un café, en un taller mecánico o el autobús alguien comentaba lo ocurrido con el actor de 63 años de edad que se ahorcó en su residencia con una correa.
A muchos les costaba creer que una persona que hizo reír a tantos en sus películas sufriera de depresión profunda, incluso algunos apenas se enteraban de sus problemas con el alcohol y las drogas, adicciones que nunca fueron un secreto y de las que hizo alusión en entrevistas y sus presentaciones de stand-up comedy.
“Es la forma en la que Dios te dice que estás ganando demasiado dinero”, llegó a decir sobre la cocaína.
Se recordaba como un niño tímido que hacía reír a su madre, Laura Williams, con las imitaciones de la abuela. Cuando empezó la secundaria ese temor empezó a quedar rezagado gracias al teatro, una vocación que lo llevó a la Academia Juilliard, en Nueva York, donde estudió Artes Dramáticas con Christopher Reeve.
No fueron pocos los enfoques que se hicieron en medios tradicionales y digitales sobre la trayectoria. France Press, incluso, buscó alguna explicación de lo ocurrido. “Los artistas son a menudo gente más sensible, que siente más fuerte las emociones. Eso genera escritores, poetas, músicos y actores de gran calidad, aunque detrás hay a menudo personas ansiosas, deprimidas, angustiadas o bipolares”, declaró a la agencia de noticias Michel Reynaud, jefe del Departamento de Psiquiatría y Adicciones del hospital Paul Brousse de París.
Decenas de roles. En la página especializada IMDB hay 102 registros de Williams como actor en películas, cortometrajes y series de televisión. El primero es de 1977, cuando se estrenó Can I Do It 'Till I Need Glasses?, una comedia con chistes sexuales del que se consiguen extractos en Youtube.
Fue un año después cuando empezó a transmitirse la serie Mork y Mindy, en la que interpretó al extraterrestre que le permitió ganar en 1979 su primer Globo de Oro en la categoría de televisión.
El premio lo volvió a recibir en 1988 –esta vez en el renglón de cine– por la película Buenos días, Vietnam, un papel por el que fue nominado por primera vez al Oscar como Mejor Actor, pero no ganó. Lo mismo ocurrió por La sociedad de los poetas muertos (1989) y El rey pescador (1991).
La estatuilla de la Academia finalmente la obtuvo como Mejor Actor Secundario por En busca del destino (1997). “Especialmente, quiero dar las gracias a mi padre, allá arriba, ese hombre que cuando le dije que quería ser actor, dijo: ‘Maravilloso, solo tienes que tener un trabajo de verdad, como el de soldador”, expresó Williams cuando recibió el premio.
Si bien fueron varios los reconocimientos de importancia, hubo interpretaciones que no gustaron mucho, como las de El hombre bicentenario y Una señal de esperanza, por las que estuvo en liza al Razzie como peor actor.
Hace dos años su fortuna era de aproximadamente 130 millones de dólares, pero en 2013 se declaró en quiebra debido a sus dos divorcios. Sin embargo, los tres hijos que tuvo se han beneficiado de un fideicomiso que Williams abrió en 2009, según el portal TMZ..
Actualmente se puede ver en Caracas Un loco suelto en Nueva York, como parte del Festival de Cine Independiente USA 2014, pero aún faltan por estrenarse filmes que están en postproducción como Merry Friggin' Christmas, Absolutely Anything y la próxima entrega de Una noche en el museo. Estaba previsto que participara en la segunda parte de Papá por siempre.
El Dato
Los lectores de El Nacional, en una encuesta realizada en redes sociales, eligieron a Mrs. Doubtfire como el personaje que más recuerdan de Robin Williams: un padre que se disfraza de ama de llaves para estar cerca de sus hijos en Papá por siempre.
Los lectores de El Nacional, en una encuesta realizada en redes sociales, eligieron a Mrs. Doubtfire como el personaje que más recuerdan de Robin Williams: un padre que se disfraza de ama de llaves para estar cerca de sus hijos en Papá por siempre.
Artistas lamentaron su fallecimiento
María Conchita Alonso trabajó con Robin Williams en la película Un ruso en Nueva York (1984), sobre las vivencias de un músico de Moscú en la ciudad estadounidense. “No me sorprende la noticia. Era una persona demasiado buena para este mundo. Tenía una sensibilidad impresionante. Era un genio de la comedia. Usaba las locuras para esconder su timidez”, dijo la actriz en el programa Al rojo vivo.
María Conchita Alonso trabajó con Robin Williams en la película Un ruso en Nueva York (1984), sobre las vivencias de un músico de Moscú en la ciudad estadounidense. “No me sorprende la noticia. Era una persona demasiado buena para este mundo. Tenía una sensibilidad impresionante. Era un genio de la comedia. Usaba las locuras para esconder su timidez”, dijo la actriz en el programa Al rojo vivo.
El presidente Barack Obama también se refirió a la muerte del actor de películas como Jack y Patch Adams. “Llegó a nuestras vidas como un extraterrestre, pero terminó tocando cada elemento del espíritu humano”, escribió el gobernante en un comunicado.
En 15 horas la muerte del intérprete generó 7 millones de mensajes por Twitter, red social por la que expresaron su pesar personas como Steven Spielberg, Billy Cristal, Kelly Osbourne, Katy Perry, Alfonso Cuarón, Danny DeVito, Ben Stiller y Andre Agassi.
Cómo Robin Williams hablaba de sus problemas con el alcohol y las drogas
A diferencia de otras estrellas y famosos que a menudo optan por no hablar de temas personales en público, el actor estadounidense siempre estuvo dispuesto a conversar acerca de sus constantes derrotas y recaídas en sus adicciones
El fallecido actor estadounidense Robin Williams conocía sus demonios y sabía cómo debía enfrentar sus batallas. Y los conocía tan a fondo que utilizó ese material para su comedia.
A diferencia de otras estrellas y famosos que a menudo optan por no hablar de sus problemas personales en público, Robin Williams, quien murió el lunes al parecer en un suicidio, siempre se mostró más que dispuesto y abierto a hablar de ellos.
En particular, de sus constantes derrotas y recaídas frente a sus adicciones.
En 2010, en el programa de la BBC Friday Night with Jonathan Ross (“Viernes por la moche con Jonathan Ross”), pocos minutos después de saludar a su anfitrión Williams inicia la conversación con la frase: “En mis días de excesos alcohólicos...”.
“¿Extrañas esos días?”, le pregunta Ross, “porque pocos han sido tan alocados como lo fuiste tú”.
Williams responde: “No los extraño en absoluto. Fue una locura. En mi reciente recaída en el alcoholismo, me levanté una mañana y junto a mí en la cama había un guante de niño y pensé ‘oh no, esto no está nada bien”, dice el actor provocando una carcajada del público.
“Pues resulta que una mesera con manos pequeñas me había dado un mitón... Pero lo que no me hubiera gustado es haber recibido una llamada de Michael Jackson preguntando: ‘¿Estuve allí en tu casa?”.
Williams tuvo varias recaídas con sus adicciones al alcohol y las drogas en las décadas de 1970 y 1980.
En 2006, después de 20 años de haber dejado la bebida y recaer, Williams se internó en el centro Hazelden en Springbrook, Oregon, para un tratamiento contra el alcoholismo.
“Fui a rehabilitarme a la zona vinícola para mantener abiertas mis opciones”, bromeó.
“Mis terribles lagunas”
Sobre su alcoholismo le dijo a Jonathan Ross: “Hay cosas que te aterrorizan cuando bebes. Como eso de las llamadas lagunas mentales. Yo tuve unas terribles”.
“Es como si tu cerebro se fuera de vacaciones. Como si tu cerebro te dijera: ‘Mira, estás a punto de tener sexo con una cabra... yo ya me voy, ¿entiendes? No sé cómo saldrá esto, pero ¡buena suerte! Me voy de vacaciones”.
“Te dejo el pene encendido y pase lo que pase es tu problema”.
Para describir cómo lo más terrorífico de abusar del alcohol y las drogas es el momento en que empieza “la caída” después de la euforia, dice: “Vas hacia arriba, arriba, arriba... pero cuando te desplomas, hasta el diablo te dice: ‘Oye, esto no te va a gustar nada. Yo soy el diablo pero esto realmente es malo”.
Williams también admitió en público su adicción a la cocaína, a la que llamaba “el polvo de marcha peruano” o “la caspa del diablo”. También bromeaba que esta droga era “la forma como Dios te comunica que estás ganando demasiado dinero”.
En su entrevista con Jonathan Ross se refirió, asimismo, a esta adicción: “Que la uses una y otra vez... ¡qué locura! Porque ¡qué droga tan maravillosa! Una droga que te vuelve paranoico e impotente, ¡qué diversión tan extraordinaria!”.
Ante las cámaras, Williams se burlaba de sus vicios y adicciones con su estilo frenético e hiperactivo. Sin embargo, el comediante tenía muchas otras facetas que no muchas veces dejaba ver al público.
“Abrumadora tristeza”
Williams también enfrentó durante su vida una lucha contra la depresión severa, tal como declaró su publicista.
Y a principios de este año se informó que el actor se había vuelto a internar en una clínica de rehabilitación.
En una entrevista en 2010 con el diario británico The Guardian, la periodista Decca Aitkenhead encontró a un Robin Williams muy distinto del que solíamos ver en el cine y televisión.
“Su comportamiento es de un zen intenso y casi afligido, y cuando no está imitando voces habla en un barítono bajo y trémulo, como si estuviera al borde del llanto. Es algo que funcionaría muy bien si estuviera ofreciendo una elegía en un funeral”, escribe Aitkenhead.
“Parece gentil y amable, incluso tierno, pero la impresión abrumadora es de tristeza”.
La entrevistadora agrega: “Es vago, tangencial y a veces más o menos incomprensible. Hasta que la conversación se vuelca hacia asuntos más personales y entonces se vuelve lúcido y abierto. Lo que Williams realmente desea es hablar sobre sus recaídas en el alcoholismo y sus rehabilitaciones”.
En 2009, el comediante fue sometido a una cirugía cardíaca en la Clínica Cleveland, en Ohio, para remplazar la válvula aórtica.
El evento, según dijo entonces, le sirvió para reconsiderar su vida.
“Aprecias las pequeñas cosas de la vida”, dijo en una entrevista a The New York Times. “Como las caminatas en la playa con un desfibrilador”.
Robin Williams padecía Parkinson, revela esposa
La esposa del fallecido actor, Susan Schneider, confirmó que Robin Williams padecía Parkinson, enfermedad "de la que todavía no estaba preparado para hablar públicamente".
AFP
México
Robin Williams sufría del mal de Parkinson, anunció este jueves su esposa Susan Schneider, tres días después de la muerte del actor estadounidense de 63 años por causas que apuntan a un suicidio.
Williams "fue valiente mientras luchaba contra la depresión, la ansiedad y los primeros estadios de la enfermedad de Parkinson, de la que todavía no estaba preparado para hablar públicamente", explicó Schneider en un comunicado.
El artista, ganador de un Óscar a Mejor actor de reparto en 1998, fue encontrado muerto el lunes en su casa de Tiburón, cerca de San Francisco (California, oeste de Estados Unidos) con un cinturón alrededor del cuello y cortes en su muñeca izquierda.
En los últimos tiempos buscó ayuda para superar una profunda depresión, batalla que se une a su lucha a lo largo de su carrera contra la adicción a las drogas y el alcohol.
"Nuestro deseo es que tras la trágica muerte de Robin, otras personas puedan encontrar la fuerza para buscar la ayuda y el apoyo que necesitan para luchar sus batallas y sentirse menos asustadas", dijo la viuda, quien señaló que el actor no había recaído en el alcohol.
"Robin dedicó mucho tiempo de su vida a ayudar a los demás (...) Quería hacernos reír y que nos sintiéramos menos asustados", insistió Schneider.
Las autoridades siguen adelante con la investigación del caso y esperan los resultados de las pruebas toxicológicas en un máximo de seis semanas para determinar las causas de la muerte.
Williams se alzó con una estatuilla dorada por su actuación en la cinta "Good Will Hunting", pero antes había alcanzado el reconocimiento mundial con películas como "La sociedad de los poetas muertos", "Mrs. Doubtfire" o "Patch Adams", y con la serie de televisión "Mork & Mindy" a finales de la década de 1970.
Dejó huérfanos a tres hijos, nacidos de dos matrimonios anteriores.
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