Josefina Chacín Ducharne,
la esclava del Señor, hija de padres venezolanos y primogénita de doce hermanos, nació en la isla de Trinidad, el 22 de marzo de 1920.
De pequeña fue traída a Venezuela por sus padres y criada en una granja, en una remota región sin escuelas ni iglesias. A los diecisiete años se trasladó con su familia a Caracas. Nunca realizó estudios oficiales ni recibió formación religiosa. La naturaleza y la vida familiar fueron sus maestros, y la voz de la conciencia su guía espiritual. A los veintisiete años, al morir su padre, Josefina asumió la responsabilidad de proveer a las necesidades de su madre y hermanos. Debido a su natural habilidad e inteligencia, fundó una fábrica de caramelos, llegando a ser una de las primeras y más exitosas mujeres de empresa de la Venezuela de entonces. A la edad de treinta y cuatro años tuvo una inesperada experiencia que transformó su vida, experiencia que ella misma describe, en diferentes momentos, como sigue:
«El día domingo, fecha 22 del mes de agosto, del año 1954, a eso de las once de la mañana, encontrándome en la casa de mi residencia en la Urbanización “Alta Florida”, en Caracas, el Señor se me manifestó como el Ser que “ES”; fue una explosión de AMOR, LUZ, SABIDURÍA y BONDAD que se realizó en lo más profundo de mi ser dándome a conocer quién es Él y quién soy yo: el TODO y la nada...». «No tengo palabras cómo expresar en qué consistió esa “experiencia”... En ese momento lo único que comprendí fue que ESO era Todo y yo era nada, me vi como si yo hubiese sido una inmensa panela de hielo que en un instante, al contacto con ESO, se convirtió en una gota de agua y que todo lo que me atribuía a mí era obra de ESO, y sin ESO yo era nada...». «Fue lo que cambió totalmente mi vida, no deseando otra cosa desde entonces que cumplir Su Divina Voluntad...». «Esa toma de conciencia del Todo y la nada, que considero es fruto del esfuerzo realizado por toda la Humanidad, es “el Mensaje” dirigido a todos los seres humanos que estén dispuestos a reconocer su “nada” y dar paso al TODO, al Ser, en sí mismos...». «La repercusión que tuvo esa experiencia en mí fue un cambio de valores, un cambio de vida... Ya no sentía atracción por las fiestas ni otras reuniones sociales, hasta que tuve que dejarlo todo para dedicarme solamente a obedecer a esa fuerza que se manifestaba en mi interior como una voz a la cual me era muy difícil desobedecer porque se manifestaba como una voluntad superior a la mía; no porque viera malos aquellos valores que dejaba sino que en relación a lo que había recibido, quedaban superados porque no me satisfacían como antes...». «...y así me fui retirando poco a poco del contacto con el mundo exterior, en que entonces vivía, e identificándome cada vez más con esa Fuerza interna que poco a poco fui reconociendo como Voz que me orientaba en todos los actos de mi vida; era algo muy íntimo y personal que no sentía entonces transmitir a otras almas». Posteriormente se le revela a Josefina una unidad profunda entre su primera experiencia y la realidad viva y la conciencia de Jesucristo: «...tuve una experiencia viva reconociendo en él [Jesús] esa misma realidad de mi primera experiencia; de este modo pude reconocer ESO que ES y que hoy llamo el Ser, en el hombre, en la naturaleza humana, y que ha de manifestarse en todo ser humano». De niña fue bautizada por sus padres en la Iglesia Católica. Pero fue sólo después de su primera experiencia que ella comenzó a practicar la fe católica, y lo hizo con gran fervor y total dedicación: «Cuando vine a la ciudad, la religión no tenía ningún significado para mí, fue después del año 1954 cuando empecé a practicar la religión y lo hice profundamente y en convicción durante veinte años hasta el año 1974, cuando los sacramentos y los ritos religiosos fueron superados por la adoración a Dios en Espíritu y en verdad. Creo que ésta es la meta de toda religión». Siguiendo un impulso interior, que ella sentía como Voluntad de Dios, viajó varias veces a diferentes países de América, Europa y del Medio Oriente, residenciándose por algún tiempo en importantes centros de espiritualidad, como Fátima, Ávila, Asís, San Giovanni Rotondo, etc., y con más frecuencia en Jerusalén y en Belén. Muchos de sus escritos de este tiempo expresan sus internas inspiraciones e intuiciones con relación a la espiritualidad de cada lugar y a las personas con quienes entraba en contacto. En el año 1963, durante un retiro con un pequeño grupo de personas, fue sorprendida por una voz interior que le hizo comprender que ella tenía la misión de transmitir a otros lo que había recibido: «...esa Voz, a quien ahora llamo el Señor, para sorpresa mía y de los asistentes se manifestó ante todos, dándoles a conocer que se trataba de un MENSAJE para toda la humanidad y que yo debía transmitir a las personas que Él mismo pondría en mi vida...». A mediados de los años 70', varias familias, atraídas por su ejemplo de vida, expresaron el deseo de vivir junto a ella en colectividad, a fin de poner en práctica el Ideal de vida del Mensaje. Acordaron comprar un terreno en las afueras de Caracas, que más tarde se llamó “Granja Hogar Los Peregrinos”. Con el tiempo, muchas otras personas y familias se les unieron, no sólo provenientes de Venezuela, sino de otros países: México, Estados Unidos, Italia, Tierra Santa... Al crecer la colectividad, otros lugares en Venezuela y en otros países surgieron con el mismo fin. Los principios básicos de la Colectividad que se formó espontáneamente en torno a Josefina Chacín Ducharne fueron, desde sus comienzos, la exclusión de toda forma de institucionalización, jurídica o religiosa, y el rechazo consciente de cualquier clase de proselitismo. Su ideal de vida puede resumirse así: fidelidad a la propia conciencia y respeto a la libertad y conciencia de los otros, así como el esfuerzo de centrar la propia vida en la Voluntad de Dios, a ejemplo de Jesucristo, renunciando a toda forma de egoísmo. En el seno de la Colectividad, Josefina fue la madre amorosa totalmente dedicada a sus hijos espirituales, pequeños y grandes, satisfaciendo sus necesidades, desde sus inquietudes internas hasta los pequeños detalles de la vida diaria. Ella tenía el don especial de traducir las más elevadas enseñanzas en formas concretas y simples de la vida práctica. Su destacada personalidad y su profunda y sencilla sabiduría tocaron la vida de muchas personas, más allá de la Colectividad, a través de contactos personales y una nutrida correspondencia. Sus últimos veinticinco años de vida estuvieron marcados por crecientes padecimientos físicos que ella aceptaba con paciencia y valentía como parte de su entrega a la Voluntad Divina, viéndolos como un regalo de Dios para ayudarla a encarnar el Mensaje que ella sentía que debía transmitir más con su vida que con sus palabras. No obstante su continuo sufrimiento y su constante atención a las muchas personas que acudían a ella, siguió desplegando una fructífera actividad, escribiendo muchos otros libros con ulteriores comprensiones y elucidaciones acerca del Mensaje. El 4 de enero de 2007, a los 86 años de edad, Josefina fue llamada a su eterno descanso en el Señor, dejando un ejemplo de total correspondencia entre sus palabras y su vida, siempre fiel a su misión de entrega incondicional a la Voluntad Divina. Vivió hasta el final la conciencia de su “nada con relación al Todo” que se dio en ella desde su experiencia primordial.
El texto transcrito fue tomado del libro
Mensajes de Vida
He aquí lo más íntimo de la experiencia mística de la esclava del Señor en una serie de “mensajes” que fueron, para ella, desde los primeros años, un constante alimento espiritual. Son las semillas que geminarían y se concretarían luego en los libros de la serie “Nueva Tierra”.
En su Presentación al libro, ella misma confía lo siguiente: «Hace más de veinte años que vengo esperando este momento del Señor para transmitir a todas las almas de buena voluntad los “Mensajes” recibidos, en los cuales se nos ha anunciado lo que ahora estamos viviendo y se nos da la luz para realizar nuestra elección definitiva».
Mensaje de Jesucristo
"La verdadera caridad"
"Hijos míos, la “caridad” es el “quehacer” del Amor de Dios, por eso dice mi apóstol: «Dios es caridad». Un alma “caritativa” es aquella que deja actuar al Amor. Yo os di la más perfecta caridad cuando en el madero de la cruz pronuncié aquellas palabras: «Todo se ha consumado». Mi vida fue toda caridad, porque el Verbo de Dios estaba “actuando” continuamente. Mi humanidad no fue nunca un impedimento para su manifestación; la caridad de Dios hizo como una nueva creación dando la Vida a una “humanidad” que estaba muerta por el pecado. Si en el mundo no hay “caridad” es porque las almas no dejan actuar a Dios de acuerdo al beneplácito de su Voluntad, a ejemplo de mi Madre, para que por ellas se manifieste el Verbo que soy Yo.
Hijitos, dejadme a mí hacer la caridad. ¿Cómo podéis dejarme hacer la caridad?... Contemplad a mi Madre: «Hágase en mí según tu palabra ... ». Y la “Palabra” de Dios se hizo “carne”, tomando un cuerpo para manifestarse a los hombres. La Palabra de Dios creó todas las cosas y les dio vida, y esa misma Palabra no ha dejado de «actuar”. ésa es la “caridad”, el Amor, que, como la' “Palabra”, quiere manifestarse a los hombres.
Si la caridad de Dios se manifestó enviando Dios al mundo a su Hijo Unigénito para que todos tengan Vida por El, el Padre y el Hijo desean enviar ahora su misma “Caridad” para que todos los hombres Vivan con El: para que todos sean “uno” en el Amor del Padre y del Hijo. ¿Por qué en el mundo no hay caridad? Porque el mundo rechazó y sigue rechazando la Verdad, y donde no está la Verdad, que es la Palabra del Padre, no puede haber caridad que es la “manifestación” del Amor del Padre.
Dios es caridad. Entregaos a Dios para que en vosotros y por vosotros se “manifieste” el Amor. Entonces tendréis “caridad”. Hijitos, en esto conoceréis si sois de Dios, en que os améis los unos a los otros, porque la caridad procede de Dios y todo el que ama es nacido de Dios y conoce a Dios, porque el Amor de Dios habita en él y le da a conocer todas las cosas. El Amor de Dios es fortaleza, es paciencia, benignidad, humildad, pureza, justicia y verdad en la perfecta libertad. No permanece el Amor de Dios en el alma que no esté identificada con la Voluntad del Padre, porque no pudiendo “actuar” en ella a causa del impedimento que pone su libertad se impide la caridad”, que es el Corazón del Amor que impulsa o transmite la Vida a toda criatura. Mi madre fue la criatura, que, identificándose totalmente con la Voluntad de mi Padre, recibió el “Corazón” de esta “nueva vida” que obtuve para vosotros en el madero de la cruz: «Mujer, he ahí tu hijo... Hijo, he ahí tu Madre...». La Voluntad de mi Padre era el único amor de mi Madre, por eso en ella estaba continuamente la “Caridad” fortaleciéndole en su dolor. Fue al pie de la cruz del Calvario donde mi Madre dio a vosotros su más inflamada caridad, porque ella, identificándose conmigo en la Voluntad de mi Padre, me estaba dejando hacer la caridad: la Redención del género humano. ¿Comprendéis ahora, hijos míos, qué es “caridad”? Es dejarse crucificar en la Voluntad de mi Padre y vuestro Padre Eterno, dejándome a mí, la “Palabra”, hacer la caridad, “manifestación” del Amor de Dios.
Judas se escandalizó cuando María, ungiendo mi cuerpo para la sepultura, manifestaba su amor, porque en él no estaba el Amor de Dios, no tenía caridad; porque ya era “movido” por Satanás, que, con apariencia de bondad, le impulsaba a robar para socorrer a los pobres. “Robar” lo que pertenece a Dios para darlo a los “hijos de Dios” no es hacer caridad. Esa es la obra de Satanás para mantener a las almas buenas lejos de Dios; pensando que sirven a Dios prestan servicio a Satanás. ¿En qué conoceréis que amáis a vuestros hermanos? En la medida en que me dejáis en ellos hacer la caridad: «Amaos los unos a los otros, como yo os he amado», “como yo os he amado” en la Voluntad de mi Padre, así debéis amaros unos a otros, porque el Amor que está en mi Padre y en mí estará también en vosotros realizando la Unidad: como mi Padre y yo somos una misma cosa, seréis vosotros también en nosotros. Hijitos, no impidáis mi “crucificante caridad”, porque ella es redención y vida para cada uno de vosotros. Cuando presento a vosotros la cruz de un dolor, bien sea por una enfermedad, la pérdida de un ser querido, la carencia de bienes materiales, y aunmuchas veces la aparente carencia de bienes espirituales, la incomprensión de vuestros hermanos y aun la incomprensión de una parte de vosotros mismos, es porque quiero hacer en vosotros y por medio de vosotros la caridad, redimiéndoos del mal. Abrazad con amor ese dolor, esa crucecita que es parte de mi Cruz redentora. Acudid en esos momentos a mi Madre y decidle que os enseñe a dejarme hacer la caridad por vuestros hermanos como ella me dejó hacerla por vosotros. Entonces podréis decir, hijos muy amados, que estáis haciendo “caridad”, y estaréis al mismo tiempo entrando en la Redención para completar lo que falta en vosotros. Solamente así seréis redimidos de vuestras faltas, porque recibiendo “mi caridad” recibiréis el Espíritu de Luz y quedaréis libres del espíritu de tinieblas que impide a vuestras almas permanecer en la luz de la Verdad y el Amor, que es Paz y Bien.
Como Judas se escandalizó por el amor de Magdalena a la Verdad, que le había liberado del error y del pecado, así el “mundo”, los hombres que participan del mismo espíritu que animaba entonces a Judas, se escandalizan de las almas agradecidas, que, rompiendo, como el vaso de alabastro, las ataduras con el mundo, “derraman” todo el perfume de su vida en servicio exclusivo de su Señor, pensando que es un derroche de esa vida que se debería emplear en servicio de los hombres. No tiene ese “mundo” ojos para ver la perfecta caridad, que está precisamente en ese exclusivo servicio a Dios para salvación de los hombres. Pero la caridad de Dios hacia los hombres se manifestó en que los amó primero, enviando a su Hijo como Víctima expiatorio de sus pecados. Así debe manifestarse el amor de las almas a Dios, amando a aquellos que desconocen el Amor de Dios y ofreciéndose por ellos a Dios, como víctima por sus pecados, para que por ellas se manifieste el Hijo de Dios y las envuelva en su Caridad Redentora. Sí, hijitos, dejadme hacer la caridad! para que todas las almas de “buena voluntad” reciban, mientras queda tiempo, el fuego de mi Amor, ardiente caridad, y todas puedan ser iluminadas en la verdad antes de que invadan las tinieblas del odio con el error.
Mi Madre os ayudará en esa obra “corredentora” que ella realiza en vosotros y con vosotros, para salvación de todos sus hijos, mi Iglesia militante que amenaza ruina, porque en sus filas está dominando el espíritu del contrario'. Pero ahora mismo pondré al frente a mi siervo Francisco, que con Miguel Arcángel, bajo la dirección de mi Madre, luchará al lado de Pedro para defender un resto” que debe “permanecer” hasta mi venida, cumpliéndose así el Evangelio que hasta ahora vosotros no habéis cumplido. «Repara mi Iglesia, que amenaza ruina», dije a Francisco, “Juan” de Asís, que debía ser el precursor de mi segunda venida. Pero, como al Precursor de mi primera venida, no le dieron crédito y no siguieron el mensaje -que les traía. La sangre de Juan Bautista unida a mi Sangre fue el “bautismo” que recibió Francisco en el monte Alvernia, dejando así entre vosotros mi “Cruz”, precursora de mi Reino, con la cual “ella” realizará la obra de mi Madre por su Corazón Inmaculado. Hijos, este “misterio” que ahora vosotros no podéis comprender lo comprenderéis a medida que penetréis en el Corazón de mi Madre. Os dejo en su Corazón, no os apartéis de él, es la “Nave segura” que os conducirá a mi Reino.
Corralito (Edo.Miranda), Venezuela, 6 de octubre de 1965
¿Quién fue J. R. Guillent Pérez (1923-1989)? fue profesor, escritor y filósofo venezolano que realizó estudios en la Universidad Central de Venezuela y en la Universidad de
de 1948...
En este libro el estudiante de filosofía en París, J. R. Guillent Pérez, relata los motivos básicos que llevaron a un grupo de artistas venezolanos a la creación del grupo Los Disidentes, en esa misma ciudad (1950). Principios en los que él mismo participó, pues, en su opinión, ello explicaría su postura ante la polémica sostenida por el grupo con Marta Traba. Guillent Pérez afirma que el objetivo de Los Disidentes era el de denunciar tanto la dependencia como el vasallaje cultural de los pueblos latinoamericanos a la cultura occidental, a la cual pertenecían, situación que, quiérase o no, los colocaba a la zaga de ésta. Por tanto, el grupo nació para luchar —en papel protagónico y dentro de los términos de la cultura occidental — y dar una respuesta latinoamericana a la crisis de posguerra de Occidente, surgida particularmente en el meollo del arte. Por misma esa razón, Los Disidentes se “contemporaneizaron”, deslastrándose de toda tradición regionalista, asumiendo los nuevos lenguajes plásticos.
Comentarios críticos
J. R. Guillent Pérez justifica en este artículo, desde su lectura filosófica, las causas que lo llevaron a polemizar con la crítico colombiano de origen argentino Marta Traba (1930-83). Una polémica que se inicia a raíz del artículo “El arte latinoamericano: un falso apocalipsis” (“Papel Literario”, El Nacional, Caracas, 2 de mayo de 1965). El punto central fue la crítica de Traba dirigida hacia los artistas latinoamericanos que habían hecho suyos los postulados de las vanguardias internacionales. La polémica se desarrolla hasta aproximadamente el mes de septiembre de ese mismo año y participan como los principales exponentes, además de Traba y J. R. Guillent Pérez, entre otros, los pintores venezolanos Alejandro Otero, Roberto Guevara y Alirio Rodríguez. Como justificación, Guillent Pérez esgrime la historia de la creación, quince años antes, del grupo Los Disidentes, al cual perteneció. Este grupo fue creado por artistas y escritores venezolanos que vivieron y operaron artísticamente en París entre 1945 y 1952. Desde allí se propusieron luchar a favor de la renovación del arte tradicional y académico mediante la asimilación de los valores de la abstracción europea. Entre los pintores venezolanos figuraban: Alejandro Otero, Pascual Navarro, Mateo Manaure, Luis Guevara Moreno, Carlos González Bogen, Narciso Debourg, Perán Erminy, Rubén Núñez, Dora Hersen, Aimée Battistini, además de Guillent Pérez, entonces joven estudiante de filosofía. Publicaron una revista con el nombre del grupo, Los Disidentes, que alcanzó a cinco números y fue su principal órgano de divulgación. Guillent Pérez, pues, encuentra el origen de sus argumentos a favor de los artistas adscritos a lenguajes plásticos de la vanguardia europea en un desarrollo que se origina en los postulados de Los Disidentes y su lucha por dar respuesta a la crisis de la cultura occidental, asumiendo un papel participativo y crítico de primer orden.
HOY TODA SU OBRA Y MENSAJE ESTÁ SILENCIAD
Investigador
Josefina Manrique
Equipo
Fundación Mercantil, Caracas, Venezuela
Localización
Biblioteca Isaac J. Pardo. CELARG, Centro de estudios latinoamericanos Rómulo Gallergos, Av. Luis Roche, con 3ra, Transv., Altamira, Caracas, 58-212-2852721, www.celarg.org.ve
3 comentarios:
Hola, de cierta manera yo estuve en contacto directo con seguidores de la Esclava del Señor, ya que publiqué algunas de las obras en México, incluso los dos que se ven en el blog fueron publicados por mí. Mi relación estaba más directa con la señora Yolanda Olavarrieta, pero había otros más en la Ciudad de México.
Por aquellos años yo era bastante incrédulo (prácticamente ateo), aunque tenía algunas experiencias de corte metafísico (me insistían diversos grupos que me uniera a ellos) a lo que no daba gran importancia. Olavarrieta conversaba bastante conmigo, incluso puedo decir que establecí amistad con ella y con varios del grupo. Alguna ocasión, con base a esas experiencias que había vivido ella me dijo "te está buscando el ángel" (se refería al Príncipe del mundo) cosa que no me sorprendió sino que lo entendí dentro de esas mismas experiencias (me refiero a que me buscaban espiritistas, también miembros de la Gran Fraternidad, una espiritualista me dio un "bastón de mando" y cosas así eran las que le platicaba a Olavarrieta y ella me dijo eso), pero también me dijo otra cosa que sí me sorprendió: "en ti va a nacer Crsito", eso sí que me sorprendió. "En mí va a nacer". Me quedé como Nicodemo. Después de esto mi vida tuvo un cambio radical. Empezó lo que puedo llamar como "quebrantamiento", guardando todo lo se deba guardar, digamos que viví una experiencia similar a la de Job.
El asunto es que de ateo pasé de súbito a muy religioso, después este quebrantamiento fue enseñándome cosas profundas sobre la paciencia / esperanza, egoísmo/anonadamiento, orgullo/humildad.
Inicié orando solo a Dios, pero el problema era ¿a qué dios? ¿al de los aztecas, al de los musulmanes, al de los griegos o romanos, al de los indúes? ¿A qué dios? Lo resolví bien, creo, oré al Dios que es Dios, para que aquél que era Dios tomara mi oración. Oré para dejar en sus manos mi vida, es decir renunciaba incipientemente al dominio de mi vida para que fuera Él, el que es Dios, el que la dominara. AL cabo de un tiempo mi oración tuvo un fruto de revelación empece a orar al Dios que es Dios Padre y al Dios que es Dios Hijo, tiempo más tarde añadí a la Tercera Persona de la Trinidad, pero esto en un proceso de iluminación espiritual que es difícil de explicar.
La experiencia de quebrantamiento aumentó y quedé sin posesiones, ni trabajo, ni esposa y ni hijos. Este periodo de quebrantamiento duró diez años y tuvo una constante: la búsqueda de la Voluntad de Dios. Por quebrantamiento me refiero a un proceso en que se va quebrantando (quebrando) al individuo, es decir se va liquidando la vanidad de la persona, el egoísmo, la impaciencia, la jactancia, pero siempre en ola constante de buscar la voluntad de Dios. Este asunto no es que uno pro propicie como tal, sino que en la cotidianidad de la vida va ocurriendo y uno se va percatando que ocurre. El ir rotando de entender cuál es la Voluntad de Dios te va a enfrentar a diversas situaciones en las que finalmente de forma voluntaria vas a preferir hacer la Voluntad de Dios, cosa que no es tan sencilla. Un ejemplo: una persona me estafó una muy fuerte cantidad de dinero, mi reacción inmediata es querer resolver ese asunto por mí mismo (lo quiero golpear, mandar a matar, torturarlo, quiero hacerle un mal lo más grande que pueda), sin embargo viene a mi un sentir que me impide hacer lo que quiero (en esto entra una gran confusión al alma, es una pelea fuerte entre el bien y el mal que en mí mora), al final, pero al final, llegará el momento en que "al que te hizo mal lo perdonas y no sólo lo perdonas sino que lo amas" ahí está llegar a vivir en la Voluntad de Dios. pero no sólo te pasa con una persona y con un aspecto, te pasa con muchas personas y con todos tus aspectos, es decir es un proceso largo.
(Sigue porque no me dejo mandarlo unido).
Después de diez años, llegaron a mi vida unos "evangélicos singulares", es decir unos creyentes cristianos no católicos que sin embargo podían estudiar teólogos católicos y no compartían las usanzas comunes de las comunidades evangélicas. Mi primera conversación con ellos tuvo este giro: tocaron y abrí la puerta. Me dijo "Venimos a platicar contigo", les dije "Ah, ya sé quién te mandó" (él pensó que yo me refería a que un vecino les había pedido que me visitaran y lo que yo decir esa aquello de "El que recibe a uno de estos pequeños en mi Nombre, me recibe a mí). Me dijo" Venimos a hablarte de la Palabra de Dios", yo le dije"Nos sentamos aquí, tu me dices y yo te digo —y poniendo una Biblia en la mesa concluí— y vemos para dónde se mueve la Palabra de DIos (haciendo el ademán de mover el libro hacia él o hacia mí) a los que añadí "Ya estoy listo para hacer la Voluntad de Dios porque alcancé el perdón" (esto último es una experiencia maravillosa porque es la vinificación de la oración del "Padre Nuestro": perdónanos como nosotros perdonamos. Es otra vida, es el nacimiento de Cristo en ti. Bueno, después de varias conversaciones que ya eran verdaderas reuniones de 12 o 15 personas termine uniéndome a ellos y me convertí en predicar durante trece años, después me alejé (hubo lo que creo una modificación importante a los principios, pero no reclamé nada porque nada tengo que reclamar ni señalar). Ahora he vuelto a mi profesión de editor y estoy por sacar algunos de los libros de Josefina.
Saludos. Bartomeu Costa-Amic Leonardo (costaamic@gmail.com)
Me encantó encargado encontrarme con estas lecturas de la Srta. Josefina Chacin ya que la recuerdo cuando era muy niña mi madre me llevaba a escuharla en unas reuniones que se realizaban en Carrizal Estado Miranda y a ella se le metía el espíritu de Jesús y nos daba mensajes... Siendo tan niña no recordaba bien ese mensaje y acá lo encontré... Todavía la tecuerdo y al Padre Eduardo. Qie Dios Bendiga a éstas personas santas.
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