El papa Francisco realizará su viaje apostólico a México del 12 al 18 de febrero del 2016. En un encuentro que el Santo Padre tuvo el pasado viernes en el Vaticano con obispos del país azteca, ha explicado los motivos que le llevan a las cuatro ciudades que visitará: la Virgen de Guadalupe, los indígenas, la violencia y la migración. Mons. Arizmendi, obispo de San Cristobal de las Casas, ciudad que recibirá al Pontífice, le ha indicado a ZENIT lo que el mismo Francisco les ha dicho, así como los retos de la pastoral en su diócesis. Habla también de cómo será la misa papal, con paramentos autóctonos, lecturas y oraciones en español y otros tres idiomas nativos. A continuación compartimos la entrevista.
¿Se esperaban que Francisco viajara a verles a México y más aún en Chiapas?
-- Mons. Arizmendi: Como el Papa no ha ido a Argentina, no me esperaba que viniera a México, y apenas llegó la noticia me pregunté por qué sería. Y pensé que el Santo Padre va a los lugares en donde hay problemas y necesidades. O sea, viene primero por la Virgen de Guadalupe; segundo porque él sabe que hay problemas difíciles.
¿Pero les dijo las motivaciones?
-- Mons. Arizmendi: Ayer que estuvimos con él nos confirmaba las razones por las que va. Él nos dijo: 'No voy a la ciudad de México por la Ciudad de México, porque ya Juan Pablo II fue varias veces y tenemos que ir a otros lugares. Voy a ir por la Virgen de Guadalupe' y seguramente estarán allí los políticos y obispos. Y precisó que hay tres lugares que le importan mucho: El sur por lo que significa el paso de inmigrantes pero sobre todo por los indígenas, Michoacán por la violencia que ha generado el nacotrafico y Ciudad Juarez que es el paso hacia Estados Unidos y los problemas de tantos migrantes. Claramente yendo aprovecha para muchas cosas, pero estas son las razones fundamentales.
¿Pero a su diócesis, la de San Cristóbal, quizás no se lo imaginaba?
-- Mons. Arizmendi: En Aparecida en el 2007, el entonces cardenal Bergoglio escuchó cuando expuse sobre el tema indígena. Un año después siendo presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, me hicieron el favor de invitarme a dar unos temas a los obispos argentinos sobre esta pastoral, que allí la llaman la pastoral aborigen. Él era presidente y se interesó por lo planteado sobre la pastoral indígena. Por tanto, él sabe que en el sur de México esta pastoral es una prioridad, junto a la de los migrantes.
Desde luego no se trata solo de los indígenas, porque la población es pluricultural y él ha insistido mucho, especialmente en la Evangelii Gaudium, en que la Iglesia no puede estar encerrada en una sola cultura. Ese es uno de los retos que tenemos nosotros: que los indígenas sean aceptados en la cultura mayoritaria y que la cultura no indígena les acepte, tanto en la Iglesia como en la sociedad, para ir logrando esta unidad, no en todas las fórmulas culturales pero sí en el evangelio. El Papa quiere ir no solo para dar una voz a los indígenas sino también para integrarles en toda la sociedad.
Hoy la influencia de otras culturas, en particular la estadounidense, es muy fuerte ¿verdad?
-- Mons. Arizmendi: Los indígenas allí, como en todas partes, están viviendo un cambio cultural muy grande, con el peligro de perder su propia riqueza, dejarse invadir por la cultura dominante, no solamente española o norteamericana, sino dominante en todo el mundo. Están en este proceso de cambio, por ejemplo hoy los jóvenes llegan con otra forma de vestir, de hablar, de costumbres, respetan a sus padres pero ya hay un abismo entre las generaciones.
Bueno, pero entre los indígenas también hay culturas muy diferentes...
-- Mons. Arizmendi: Sí, pero lo que vemos en otras culturas de la misma etnia aquí lo vemos mucho más, porque son culturas que contrastan. La cultura indígena engloba mucho, la espiritualidad, la familia, el medio ambiente. Mientras que nuestra cultura corta los ámbitos, la política no tiene que ver con la religión, etc. Y en la cultura indígena todo es un todo. En la cultura dominante tuúusas las cosas, en la indígena las cosas son para disfrutarlas, se las usa pero no para destruirlas.
¿Cuál es entonces la pastoral para ellos?
-- Mons. Arizmendi: Tenemos algunos ritos dentro de la liturgia, muy típicos de las comunidades indígenas, y los jóvenes respetan y ven de lejos, pero no se integran. Nuestro reto es el de una pastoral juvenil indígena apropiada a su forma de ser y de pensar. El Papa en este sentido nos ayuda a ver este tránsito cultural que está habiendo, sobre todo en los pueblos indígenas.
¿Y para el viaje qué están organizando?
-- Mons. Arizmendi: Le propuse al Papa que pudieran comer con él algunos indígenas, aceptó de inmediato y de muy buen grado. Van a comer ocho indígenas y los dos obispos del lugar. Un sacerdote, una religiosa, una seminarista, una joven, una pareja de catequistas y un diácono permanente con su esposa, todos indígenas.
También propusimos ya todos los detalles. La mitra que le están haciendo va a ser con motivos indígenas, también el báculo, el que tenemos allá nosotros. En la misa la primera lectura será en idioma ch'ol; el salmo en tzosil; el Evangelio en tseltal; la oración de los fieles, una oración comunitaria tradicional en la que cada uno le habla a Dios de lo que lleva en su corazón, una forma muy común, cada uno en su idioma. Y para el momento después de la comunión nos aceptaron una danza ritual de acción de gracias y alabanza.
Vamos a cantar el Padre Nuestro en tzosil, queríamos cantarlo en tres idiomas: español, tzosil y tseltal, pero dijeron que no, que solo en un idioma, y elegimos el tzosil. Lo mismo para la lectura del Evangelio. Vendrán indígenas de varias partes de México.
-- Mons. Arizmendi: Como el Papa no ha ido a Argentina, no me esperaba que viniera a México, y apenas llegó la noticia me pregunté por qué sería. Y pensé que el Santo Padre va a los lugares en donde hay problemas y necesidades. O sea, viene primero por la Virgen de Guadalupe; segundo porque él sabe que hay problemas difíciles.
-- Mons. Arizmendi: Ayer que estuvimos con él nos confirmaba las razones por las que va. Él nos dijo: 'No voy a la ciudad de México por la Ciudad de México, porque ya Juan Pablo II fue varias veces y tenemos que ir a otros lugares. Voy a ir por la Virgen de Guadalupe' y seguramente estarán allí los políticos y obispos. Y precisó que hay tres lugares que le importan mucho: El sur por lo que significa el paso de inmigrantes pero sobre todo por los indígenas, Michoacán por la violencia que ha generado el nacotrafico y Ciudad Juarez que es el paso hacia Estados Unidos y los problemas de tantos migrantes. Claramente yendo aprovecha para muchas cosas, pero estas son las razones fundamentales.
-- Mons. Arizmendi: En Aparecida en el 2007, el entonces cardenal Bergoglio escuchó cuando expuse sobre el tema indígena. Un año después siendo presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, me hicieron el favor de invitarme a dar unos temas a los obispos argentinos sobre esta pastoral, que allí la llaman la pastoral aborigen. Él era presidente y se interesó por lo planteado sobre la pastoral indígena. Por tanto, él sabe que en el sur de México esta pastoral es una prioridad, junto a la de los migrantes.
-- Mons. Arizmendi: Los indígenas allí, como en todas partes, están viviendo un cambio cultural muy grande, con el peligro de perder su propia riqueza, dejarse invadir por la cultura dominante, no solamente española o norteamericana, sino dominante en todo el mundo. Están en este proceso de cambio, por ejemplo hoy los jóvenes llegan con otra forma de vestir, de hablar, de costumbres, respetan a sus padres pero ya hay un abismo entre las generaciones.
-- Mons. Arizmendi: Sí, pero lo que vemos en otras culturas de la misma etnia aquí lo vemos mucho más, porque son culturas que contrastan. La cultura indígena engloba mucho, la espiritualidad, la familia, el medio ambiente. Mientras que nuestra cultura corta los ámbitos, la política no tiene que ver con la religión, etc. Y en la cultura indígena todo es un todo. En la cultura dominante tuúusas las cosas, en la indígena las cosas son para disfrutarlas, se las usa pero no para destruirlas.
-- Mons. Arizmendi: Tenemos algunos ritos dentro de la liturgia, muy típicos de las comunidades indígenas, y los jóvenes respetan y ven de lejos, pero no se integran. Nuestro reto es el de una pastoral juvenil indígena apropiada a su forma de ser y de pensar. El Papa en este sentido nos ayuda a ver este tránsito cultural que está habiendo, sobre todo en los pueblos indígenas.
-- Mons. Arizmendi: Le propuse al Papa que pudieran comer con él algunos indígenas, aceptó de inmediato y de muy buen grado. Van a comer ocho indígenas y los dos obispos del lugar. Un sacerdote, una religiosa, una seminarista, una joven, una pareja de catequistas y un diácono permanente con su esposa, todos indígenas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario