“Si los medios callan, habla la calle”
Leopoldo López se entregó a la Guardia Nacional a las 12:20 pm, en medio de una concentración que se negaba a dejarlo partir
“El que se cansa pierde” fue el primer mensaje que dio Leopoldo López a la multitud en la plaza Brión de Chacaíto. Lo llevaba impreso en su franela y pidió que lo leyeran cuando se encaramó en el pedestal donde la está la estatua de José Martí.
López apareció frente al centro comercial Lido a las 12:03 pm y se sumó a la concentración que se extendía por la avenida Francisco de Miranda hasta la plaza Francia y desbordaba las calles aledañas. Todo ello a pesar de que la Guardia Nacional Bolivariana y la Policía Nacional Bolivariana habían apostado funcionaros apertrechados con equipos antimotines en las esquinas cercanas a la plaza Brión y de que la estación Chacaíto del Metro fue cerrada.
Se desplazó entre dos cadenas humanas que le gritaban: “¡Leopoldo somos todos!”, “¡Si meten preso a uno nos meten presos a todos!”. Al final del recorrido recibió una lluvia de crisantemos blancos.
López se arropó con la Bandera Nacional y tomó un megáfono (los organizadores explicaron que el gobierno les confiscó 15 equipos de sonido) para cantar el Himno Nacional. “Me presento ante una justicia injusta y corrupta, pero si mi encarcelamiento sirve para despertar al pueblo valdrá la pena. Si los medios callan, habla la calle”, dijo.
El líder de Voluntad Popular insistió en que la salida que propone tiene que ser pacífica y constitucional: “Pero en la calle”. Reafirmó que nunca se irá de Venezuela, pero que la clandestinidad no es una opción para él, porque no es un delincuente. “Les ruego que cuando me entregue se mantengan en paz. No quiero más violencia”. Agradeció el apoyo de los que lo acompañaron y el de su esposa, Lilian Tintori, que también se encaramó en la estatua de Martí para besarlo y abrazarlo. Ella le colgó una cruz de madera al cuello.
“Les pido que no perdamos la fe”, expresó López antes de emprender un trayecto más peligroso. Acompañado de María Corina Machado y Antonio Ledezma, así como de los más aguerridos de sus seguidores, caminó hacia Sabana Grande. Fue una masa compacta y bulliciosa que derribó uno, dos, tres y cuatro piquetes de la PNB y la GNB.
A las 12:20 pm López llegó al centro comercial Chacaíto. Con un crisantemo en la mano, entró en un vehículo blindado de la GNB. A través de altavoces, aseguró estar bien, en compañía de su abogado, Juan Carlos Gutiérrez. Pidió no impedir que se lo llevaran.
La gente obligó a que el vehículo llevara una marcha lenta. Decenas se aferraron a la tanqueta. En la avenida Casanova, el general Antonio Benavides Torres anunció que López sería trasladado a una camioneta Jeep Grand Cherokee negra, propiedad de su familia. Dentro viajaron también su padre, Leopoldo López Gil, y su esposa. A los lados iban funcionarios de la GNB y militantes de Voluntad Popular.
La gente permanecía alrededor de la camioneta. Benavides Torres le pidió a López que llamara a la calma. Él lo hizo, pero sus seguidores seguían empeñados en acompañarlo hasta el final.
Un centenar de motorizados se sumó al rumbo incierto del vehículo, que cerca del liceo Gustavo Herrera perdió a la multitud. A las 2:44 pm López, junto a su padre y Tintori, llegó a la base aérea La Carlota.
Manifestantes llenaron los alrededores de la instalación militar y la autopista Francisco Fajardo, desde Altamira hasta El Rosal, y las autoridades debieron trasladar al detenido en helicóptero hasta el Palacio de Justicia.
“Lo logramos –dijo una mujer–. Nos apoderamos de las calles de Caracas sin un solo herido. ¡Leopoldo somos todos, carajo!”.
La juez 16 de control de Caracas, Dalenys Tovar Guillén, aplazó hasta hoy la audiencia en la que decidirá si mantiene la detención preventiva de López y ordenó su traslado al Centro de Procesados Militares de Ramo Verde, en Los Teques.
Se le imputan los delitos de homicidio intencional calificado ejecutado por motivos infútiles innobles, homicidio intencional calificado ejecutado por motivos infútiles innobles en grado de frustración, terrorismo, lesiones graves, incendio de edificio público, daños a la propiedad pública, delitos de instigación pública, instigación a delinquir y delitos de asociación.
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