¿SOS ignorante?
La educación es lo más subversivo que hay, ya que le permite al pobre y al rico competir en igualdad
CARLOS DORADO | EL UNIVERSAL
sábado 8 de marzo de 2014 12:00 AM
Una pregunta que un padre debe hacerse es: ¿predico con el ejemplo la ética y la moral a mis hijos? ¡La base de la educación de un ser humano comienza en el hogar!, sabiendo que es mucho más difícil enseñar valores y actitudes que conocimientos. Lo primero es educar, lo segundo es instruir.
¿Educan nuestras familias y nuestras escuelas para la disciplina, la búsqueda de la excelencia, el cumplimiento de las normas, y el logro de metas individuales éticas y lícitas a través de la educación? Es una pregunta que me asalta; y siempre me quedo horrorizado con la respuesta. Soy un firme creyente de que la educación es el camino más corto, por no decir el único, para sacar a un país de la pobreza y la marginalidad. Donde se debe premiar a los que realizan un buen trabajo, y castigar a los que lo realizan mal; y así mejorar paulatinamente la calidad de vida de la sociedad. Educar, no es otra cosa que ayudar a que cada persona se responsabilice de sí misma, y promover en ella hábitos y soluciones. Todo esto sin olvidar que solo quien es educado es libre; y solo una sociedad educada será una sociedad libre.
La educación es lo más subversivo que hay, ya que le permite al pobre y al rico competir en igualdad de condiciones, y desafía así al destino, permitiendo que el hijo del pobre no esté condenado a ser ignorante, y que el hijo del rico no tenga garantizada la sabiduría. Por lo cual, la educación debe ser de mucha calidad; y si es de calidad nunca será cara. Sin embargo; la mala educación, o mejor dicho la falta de educación, es lo más caro que puede llegar a pagar una sociedad. Todo esto sin dejar de mencionar la gran ventaja de que al compartir conocimiento, quien lo brinda no lo pierde, y el que lo recibe lo gana. ¡Un gran efecto multiplicador; la educación!
Desafortunadamente, la gran mayoría de los políticos no están interesados en planificar e implementar un sistema educativo eficiente, el cual toma años y muchos recursos; y prefieren que otros más altruistas y utópicos enfrenten una tarea que no conlleva votos a corto plazo. Lamentablemente, los pueblos tienen los gobernantes que se merecen, y en consecuencia; los maestros que se merecen. Pedirles a los educadores que alcancen la excelencia en el desempeño de sus funciones; pero simultáneamente educarlos y pagarles deficientemente considerándolos ciudadanos de segunda, es como pedirle peras al olmo.
¡La educación no cambia al mundo, cambia a las personas que van a cambiar al mundo! Mi madre solía decirme: "Carlos, la verdadera ignorancia no es la ausencia de conocimientos; sino negarse a adquirirlos", pues aunque ustedes no lo crean, la competencia en los niveles de excelencia es escasa; pero en los niveles de mediocridad es atroz.
Cdoradof@hotmail.com
CARLOS DORADO | EL UNIVERSAL
sábado 8 de marzo de 2014 12:00 AM
Una pregunta que un padre debe hacerse es: ¿predico con el ejemplo la ética y la moral a mis hijos? ¡La base de la educación de un ser humano comienza en el hogar!, sabiendo que es mucho más difícil enseñar valores y actitudes que conocimientos. Lo primero es educar, lo segundo es instruir.
¿Educan nuestras familias y nuestras escuelas para la disciplina, la búsqueda de la excelencia, el cumplimiento de las normas, y el logro de metas individuales éticas y lícitas a través de la educación? Es una pregunta que me asalta; y siempre me quedo horrorizado con la respuesta. Soy un firme creyente de que la educación es el camino más corto, por no decir el único, para sacar a un país de la pobreza y la marginalidad. Donde se debe premiar a los que realizan un buen trabajo, y castigar a los que lo realizan mal; y así mejorar paulatinamente la calidad de vida de la sociedad. Educar, no es otra cosa que ayudar a que cada persona se responsabilice de sí misma, y promover en ella hábitos y soluciones. Todo esto sin olvidar que solo quien es educado es libre; y solo una sociedad educada será una sociedad libre.
La educación es lo más subversivo que hay, ya que le permite al pobre y al rico competir en igualdad de condiciones, y desafía así al destino, permitiendo que el hijo del pobre no esté condenado a ser ignorante, y que el hijo del rico no tenga garantizada la sabiduría. Por lo cual, la educación debe ser de mucha calidad; y si es de calidad nunca será cara. Sin embargo; la mala educación, o mejor dicho la falta de educación, es lo más caro que puede llegar a pagar una sociedad. Todo esto sin dejar de mencionar la gran ventaja de que al compartir conocimiento, quien lo brinda no lo pierde, y el que lo recibe lo gana. ¡Un gran efecto multiplicador; la educación!
Desafortunadamente, la gran mayoría de los políticos no están interesados en planificar e implementar un sistema educativo eficiente, el cual toma años y muchos recursos; y prefieren que otros más altruistas y utópicos enfrenten una tarea que no conlleva votos a corto plazo. Lamentablemente, los pueblos tienen los gobernantes que se merecen, y en consecuencia; los maestros que se merecen. Pedirles a los educadores que alcancen la excelencia en el desempeño de sus funciones; pero simultáneamente educarlos y pagarles deficientemente considerándolos ciudadanos de segunda, es como pedirle peras al olmo.
¡La educación no cambia al mundo, cambia a las personas que van a cambiar al mundo! Mi madre solía decirme: "Carlos, la verdadera ignorancia no es la ausencia de conocimientos; sino negarse a adquirirlos", pues aunque ustedes no lo crean, la competencia en los niveles de excelencia es escasa; pero en los niveles de mediocridad es atroz.
Cdoradof@hotmail.com
¿Educan nuestras familias y nuestras escuelas para la disciplina, la búsqueda de la excelencia, el cumplimiento de las normas, y el logro de metas individuales éticas y lícitas a través de la educación? Es una pregunta que me asalta; y siempre me quedo horrorizado con la respuesta. Soy un firme creyente de que la educación es el camino más corto, por no decir el único, para sacar a un país de la pobreza y la marginalidad. Donde se debe premiar a los que realizan un buen trabajo, y castigar a los que lo realizan mal; y así mejorar paulatinamente la calidad de vida de la sociedad. Educar, no es otra cosa que ayudar a que cada persona se responsabilice de sí misma, y promover en ella hábitos y soluciones. Todo esto sin olvidar que solo quien es educado es libre; y solo una sociedad educada será una sociedad libre.
La educación es lo más subversivo que hay, ya que le permite al pobre y al rico competir en igualdad de condiciones, y desafía así al destino, permitiendo que el hijo del pobre no esté condenado a ser ignorante, y que el hijo del rico no tenga garantizada la sabiduría. Por lo cual, la educación debe ser de mucha calidad; y si es de calidad nunca será cara. Sin embargo; la mala educación, o mejor dicho la falta de educación, es lo más caro que puede llegar a pagar una sociedad. Todo esto sin dejar de mencionar la gran ventaja de que al compartir conocimiento, quien lo brinda no lo pierde, y el que lo recibe lo gana. ¡Un gran efecto multiplicador; la educación!
Desafortunadamente, la gran mayoría de los políticos no están interesados en planificar e implementar un sistema educativo eficiente, el cual toma años y muchos recursos; y prefieren que otros más altruistas y utópicos enfrenten una tarea que no conlleva votos a corto plazo. Lamentablemente, los pueblos tienen los gobernantes que se merecen, y en consecuencia; los maestros que se merecen. Pedirles a los educadores que alcancen la excelencia en el desempeño de sus funciones; pero simultáneamente educarlos y pagarles deficientemente considerándolos ciudadanos de segunda, es como pedirle peras al olmo.
¡La educación no cambia al mundo, cambia a las personas que van a cambiar al mundo! Mi madre solía decirme: "Carlos, la verdadera ignorancia no es la ausencia de conocimientos; sino negarse a adquirirlos", pues aunque ustedes no lo crean, la competencia en los niveles de excelencia es escasa; pero en los niveles de mediocridad es atroz.
Cdoradof@hotmail.com
La cólera y fanatismo de Maduro
ZULMAIRE GONZÁLEZ | EL UNIVERSAL
sábado 8 de marzo de 2014 12:00 AM
Nicolás Maduro dejó de ser desconocido para el común de los venezolanos cuando fue elegido diputado para la Asamblea Nacional Constituyente en 1999 y posteriormente, una vez promulgada la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, fue electo diputado de la Asamblea Nacional, llegando a ser presidente de este órgano legislativo en el año 2005. En 2006 fue designado como ministro del Poder Popular para las Relaciones Exteriores donde destacaría por implementar la visión de política exterior de Hugo Chávez, entre las cuales destacan la creación y en algunos casos el fortalecimiento de cuestionadas iniciativas de cooperación e integración regional como el ALBA, la Celac y Petrocaribe, así como el ingreso de Venezuela al Mercosur y el fortalecimiento de relaciones diplomáticas con aliados no tradicionales como la República Popular de China, la República Islámica de Irán, Bielorrusia y Rusia.
En el año 2012 Maduro fue designado vicepresidente ejecutivo por Hugo Chávez y en diciembre de ese mismo año fue ungido como su heredero político con la clara misión de mantener y profundizar la revolución socialista. Una vez que se produjo la desaparición física de Hugo Chávez, fue designado y legitimado como presidente encargado de la República mediante controvertida sentencia de la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia.
Desde que Nicolás Maduro se hizo presente con mayor frecuencia en los medios de comunicación, hemos conocido algunos rasgos de la personalidad de quien se iniciase en las lides políticas como líder del sindicato del Metro de Caracas. Maduro ha mostrado devoción y admiración por Fidel Castro y el régimen cubano, lo cual se ha manifestado en su discurso lleno de elogios hacia Cuba usando la estrella de cinco puntas a la usanza de Fidel Castro en la solapa del traje y luego el uniforme militar verde oliva. Además, ha quedado en entredicho quien toma las decisiones de Estado, si en Venezuela o en Cuba, lo cual representa un atentado en contra de la soberanía nacional.
Desde el punto de vista religioso Maduro presenta un marcado eclecticismo, pues además de su conocida devoción por Sai Baba no ha dudado en declararse cristiano a la vez que dice que es un halago que sea llamado comunista. También hemos sido testigos como alterna mensajes de amor y de unidad con resentimiento, al punto de señalar que no le importa que lo llamen dictador, además, en medio de sus ataques de cólera y odio ha hecho comentarios homofóbicos.
Queda claro que Nicolás Maduro ha dado muestras de poseer una personalidad con rasgos de inestabilidad, sus ataques de cólera lo llevan a perder el control con frecuencia y a no medir el impacto de sus decisiones, muestra de ello son el denominado Dakaso, las frecuentes arremetidas contra Estados Unidos, y más recientemente la ruptura de relaciones diplomáticas y comerciales con Panamá, así como el llamado a los colectivos armados a que repriman las protestas estudiantiles.
La cólera y el fanatismo de Maduro se han plasmado en sus políticas, acciones y discursos. Estos rasgos que exhibe la personalidad de Maduro son un peligro para la Venezuela, ya que desde los primeros días de febrero hemos visto como se ha pasado aceleradamente de la amenaza a la acción con la brutal represión, violaciones de derechos humanos y comisión de crímenes de lesa humanidad. No en vano se comienza a hablar de Maduro para La Haya.
@zulmaire
zulmairegonzalez@gmail.com
En el año 2012 Maduro fue designado vicepresidente ejecutivo por Hugo Chávez y en diciembre de ese mismo año fue ungido como su heredero político con la clara misión de mantener y profundizar la revolución socialista. Una vez que se produjo la desaparición física de Hugo Chávez, fue designado y legitimado como presidente encargado de la República mediante controvertida sentencia de la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia.
Desde que Nicolás Maduro se hizo presente con mayor frecuencia en los medios de comunicación, hemos conocido algunos rasgos de la personalidad de quien se iniciase en las lides políticas como líder del sindicato del Metro de Caracas. Maduro ha mostrado devoción y admiración por Fidel Castro y el régimen cubano, lo cual se ha manifestado en su discurso lleno de elogios hacia Cuba usando la estrella de cinco puntas a la usanza de Fidel Castro en la solapa del traje y luego el uniforme militar verde oliva. Además, ha quedado en entredicho quien toma las decisiones de Estado, si en Venezuela o en Cuba, lo cual representa un atentado en contra de la soberanía nacional.
Desde el punto de vista religioso Maduro presenta un marcado eclecticismo, pues además de su conocida devoción por Sai Baba no ha dudado en declararse cristiano a la vez que dice que es un halago que sea llamado comunista. También hemos sido testigos como alterna mensajes de amor y de unidad con resentimiento, al punto de señalar que no le importa que lo llamen dictador, además, en medio de sus ataques de cólera y odio ha hecho comentarios homofóbicos.
Queda claro que Nicolás Maduro ha dado muestras de poseer una personalidad con rasgos de inestabilidad, sus ataques de cólera lo llevan a perder el control con frecuencia y a no medir el impacto de sus decisiones, muestra de ello son el denominado Dakaso, las frecuentes arremetidas contra Estados Unidos, y más recientemente la ruptura de relaciones diplomáticas y comerciales con Panamá, así como el llamado a los colectivos armados a que repriman las protestas estudiantiles.
La cólera y el fanatismo de Maduro se han plasmado en sus políticas, acciones y discursos. Estos rasgos que exhibe la personalidad de Maduro son un peligro para la Venezuela, ya que desde los primeros días de febrero hemos visto como se ha pasado aceleradamente de la amenaza a la acción con la brutal represión, violaciones de derechos humanos y comisión de crímenes de lesa humanidad. No en vano se comienza a hablar de Maduro para La Haya.
@zulmaire
zulmairegonzalez@gmail.com
Venezuela sin rumbo
ORIAN BRITO PEÑA | EL UNIVERSAL
sábado 8 de marzo de 2014
Más de dos semanas de marchas, cierres de calles, represión y abusos que hasta el momento no han representado un avance para la nación, al contrario, mientras los graves problemas de inseguridad, escasez y crisis económica aumentan, le suman las torturas y la persecución como nuevos propulsores de la angustia colectiva.
Indudablemente, los venezolanos tienen el derecho de realizar protestas pacíficas para exigir mejoras en la calidad de vida, no obstante, el cierre de calles significa más caos, además en un esquema desigual, ya que los venezolanos están utilizando una barricada contra todo el aparataje del Estado, que tiene diversas fuerzas para arremeter, no solo la Guardia Nacional, también están los colectivos que aunque las autoridades lo nieguen están armados hasta los dientes.
Se profundiza la división interna y externa, están los venezolanos que quieren protestar pacíficamente, que rechazan el cierre de calles, mientras otros sienten que esa estrategia es la correcta, están los chavistas agotados por la situación del país pero que no se convencen del cambio a través de la violencia, también existen los radicales que darán lo que sea por "defender la revolución" y no menos importante, el grupo que dice "no me gusta la política" y prefiere mantener su cotidianidad a pesar de los obstáculos.
Internacionalmente el panorama no es más alentador, si bien los ojos del mundo están puestos sobre Venezuela, el esquema se divide en las naciones que se benefician del chavismo mediante negocios, acuerdos y los que no quieren ser parte de la lista de países atacados por la rabia de las autoridades venezolanas, como es el caso de Panamá o Estados Unidos. Están los que utilizan la soberanía como argumento para no asumir un rol frente a una crisis que no es exclusiva de Venezuela.
En medio de la crisis desatada surgen los que frente a cualquier cuestionamiento responden con el ¿tú que propones?, pero esa tarea la han asumido los líderes. Henrique Capriles, por ejemplo, propuso la creación de un movimiento que trabaje en canalizar el descontento de la gente, hasta el momento, no se conoce la respuesta de la colectividad con su iniciativa. Leopoldo López, presentó la salida como estrategia de cambio, pero estando preso parecieran no estar claros los canales que conducirán a esa salida.
Otros apuestan al diálogo con el Gobierno, por eso han asistido a la Conferencia de Paz, con el propósito de alcanzar algún acuerdo, por más que resulta increíble dialogar con un poder ciego y sordo a los reclamos de millones de venezolanos.
Un gran signo de interrogación se instala en Venezuela frente la diversidad de criterios, propuestas y acciones que aunque cada uno desde su perspectiva aspire un cambio positivo, el trabajo no parece arrancar positivamente, cada quien está haciendo lo que considera pertinente, mientras tanto, la crisis en todos los niveles avanza sin salida pero "como vaya viniendo, vamos viendo".
@OrianTw
Indudablemente, los venezolanos tienen el derecho de realizar protestas pacíficas para exigir mejoras en la calidad de vida, no obstante, el cierre de calles significa más caos, además en un esquema desigual, ya que los venezolanos están utilizando una barricada contra todo el aparataje del Estado, que tiene diversas fuerzas para arremeter, no solo la Guardia Nacional, también están los colectivos que aunque las autoridades lo nieguen están armados hasta los dientes.
Se profundiza la división interna y externa, están los venezolanos que quieren protestar pacíficamente, que rechazan el cierre de calles, mientras otros sienten que esa estrategia es la correcta, están los chavistas agotados por la situación del país pero que no se convencen del cambio a través de la violencia, también existen los radicales que darán lo que sea por "defender la revolución" y no menos importante, el grupo que dice "no me gusta la política" y prefiere mantener su cotidianidad a pesar de los obstáculos.
Internacionalmente el panorama no es más alentador, si bien los ojos del mundo están puestos sobre Venezuela, el esquema se divide en las naciones que se benefician del chavismo mediante negocios, acuerdos y los que no quieren ser parte de la lista de países atacados por la rabia de las autoridades venezolanas, como es el caso de Panamá o Estados Unidos. Están los que utilizan la soberanía como argumento para no asumir un rol frente a una crisis que no es exclusiva de Venezuela.
En medio de la crisis desatada surgen los que frente a cualquier cuestionamiento responden con el ¿tú que propones?, pero esa tarea la han asumido los líderes. Henrique Capriles, por ejemplo, propuso la creación de un movimiento que trabaje en canalizar el descontento de la gente, hasta el momento, no se conoce la respuesta de la colectividad con su iniciativa. Leopoldo López, presentó la salida como estrategia de cambio, pero estando preso parecieran no estar claros los canales que conducirán a esa salida.
Otros apuestan al diálogo con el Gobierno, por eso han asistido a la Conferencia de Paz, con el propósito de alcanzar algún acuerdo, por más que resulta increíble dialogar con un poder ciego y sordo a los reclamos de millones de venezolanos.
Un gran signo de interrogación se instala en Venezuela frente la diversidad de criterios, propuestas y acciones que aunque cada uno desde su perspectiva aspire un cambio positivo, el trabajo no parece arrancar positivamente, cada quien está haciendo lo que considera pertinente, mientras tanto, la crisis en todos los niveles avanza sin salida pero "como vaya viniendo, vamos viendo".
@OrianTw
No hay comentarios:
Publicar un comentario