Cientos de mujeres marcharon en Caracas hasta la Guardia Nacional (Fotos)
La Patillafebrero 26, 2014 12:30 pm
Este miércoles, cientos de mujeres marcharon desde la Conferencia Episcopal Venezolana, ubicada en la urbanización Montalbán al oeste de Caracas, hacia la sede del Core 5 de la Guardia Nacional en El Paraíso, para exigir que cese la represión que han ejercido los efectivos de este cuerpo militar contra los jóvenes durante las protestas de los últimos días.
Durante la “Caminata por la Paz”, las mujeres vestidas de blanco, avanzaron en silencio con flores blancas en mano y pancartas con mensajes alusivos a la paz.
Al llegar al frente de la Guardia Nacional, Lilian Tintori recalcó que la marcha fue pacífica, y luego procedieron a leer el comunicado antes de entregarlo a los funcionarios.
Comunicado de las Mujeres por la Vida a la Guardia Nacional de Venezuela
Nosotras, mujeres venezolanas, hemos venido hoy como madres, abuelas, hermanas, hijas, tías, sobrinas, a recordarles el sagrado juramento que hicieron al ingresar a la Guardia Nacional. Ustedes, se formaron para la defensa de la Patria, de nosotras, de nuestros hijos, de sus hijos, no para la represión de jóvenes, mujeres y ancianos.
Fueron educados no para aterrarnos, sino para protegernos. A diario les asesinan un compañero para quitarles sus armas y el gobierno no hace nada, a nosotras nos asesinan a nuestros hijos, nuestras familias. Estamos del mismo lado, todos somos víctimas. Todos somos venezolanos.
La Guardia Nacional ha cuidado nuestras fronteras, en los más remotos pueblos y caseríos, en las islas, en los ríos, allí están. Ustedes siempre fueron motivo de orgullo para nosotras. Esa es la patria donde cabíamos todos los venezolanos. Así como te admiramos, hoy vemos con horror como algunos de ustedes, con ensañamiento, rabia y odio reprimen y torturan a nuestros hijos, a tus hijos. Por esos delitos que tus compañeros cometen, toda la Guardia Nacional pierde su prestigio, su honor. Y ellos serán perseguidos por la Ley el resto de su vida.
Tú puedes desacatar órdenes ilegales. Tú puedes negarte y desobedecer a un superior si te obliga a cometer un delito. La violación de derechos humanos y los crímenes de lesa humanidad no prescriben. Venezuela firmó el Estatuto de Roma y puedes terminar en La Haya. No lo olvides.
Sabemos que son los cubanos, un ejército invasor quienes están dando las órdenes y que detrás de ellas está, acabar con la Guardia Nacional. No lo permitas.
No manches el honor de tu familia, ni de tu componente por la acciones de unos pocos, ni por ordenes ilegales. Quienes así actúan deben ser expulsados de la Guardia Nacional y juzgados.
Hoy, las madres por la vida, te exigimos a ti digno oficial de la Guardia Nacional, que bajes tus armas, que ceses la represión. Que reflexiones y que pienses en la patria que juraste defender. En los hijos, hermanos, sobrinos y familiares. Que hoy al llegar a tu casa mires su rostro, uno de ellos puede ser quien caiga mañana en manos de uno de tus compañeros.
Nosotras, estas madres que ves frente a ti, venimos a decirte, Guardia Nacional, hoy más que nunca, el honor es tu divisa, cumple tu juramento.
No más violencia. No más muertos. No más represión. No más torturas.
Más temprano
Las mujeres venezolanas comienzan a reunirse frente a la sede de la Conferencia Episcopal Venezolana en Montalbán para marchar hasta la Comandancia de la Guardia Nacional en el Paraíso.
La esposa de Leopoldo López, Lilian Tintori, la diputada María Corina Machado y el grupo Mujeres por la Vida marcharán acompañadas de madres, esposas, hijas y tías venezolanas para exigir el cese de la represión y la violencia por parte de los órganos de seguridad y los colectivos armados contra la población que reclama sus derechos.
La manifestación pacífica, que fue convocada por mujeres de diversos sectores del país, contó con el respaldo de miles de ciudadanos que marcharon desde Montalbán, hasta la Comandancia General de la Guardia Nacional en El Paraíso.
La diputada María Corina Machado, en nombre de las mujeres, calificó la manifestación de “histórica”: “Nos han reprimido nuestras manifestaciones. Nos han amenazado. Nos mandaron mensajes de todas partes pidiéndonos que no viniéramos atravesando toda Caracas y en toda Venezuela salimos miles de mujeres a traerle, a la Guardia Nacional, un mensaje”.
En un comunicado que entregaron ante la Comandancia de la Guardia Nacional, las mujeres de todo el país exigen a la GNB que depongan las armas contra los ciudadanos que protestan pacíficamente. Al respecto, Machado pidió que “no sigan torturando a nuestros hijos. Van 14 estudiantes asesinados, más de 700 detenidos y 150 herido”.
Ante el llamado al diálogo y a la paz por parte de Nicolás Maduro, María Corina Machado dijo que primero deben cumplirse algunas exigencias. “Exigimos la liberación de Leopoldo López, de todos los estudiantes detenidos y de todos los presos políticos. Les pedimos que detengan la represión que todavía hay en nuestras calles. Pedimos que se recompongan los poderes públicos, incluyendo la Fiscalía General de la República, que en estas horas se ha hecho cómplice de esta represión. Además, les pedimos la expulsión de los militares cubanos de nuestras Fuerzas Armadas, ya que este es un atropello a nuestra soberanía”.
Por su parte, Lilian Tintori, esposa del dirigente Leopoldo López, manifestó que la marcha de hoy se desarrolló de manera pacífica y que logró sus objetivos. “Hoy salieron las mujeres de todo el país, que estamos preocupadas por lo que vivimos y que queremos vida y paz. Logramos una marcha por la libertad, por el bienestar y el progreso de un mejor país para nuestros hijos.
Tintori también pidió la liberación de los presos políticos, de su esposo Leopoldo López y de todos los estudiantes que aún se encuentran detenidos por ejercer su derecho a la protesta. Al respecto, dijo que “el llamado es a seguir en las calles de manera pacífica. Exigimos la no violencia. Somos paz y democracia. No creemos en la dictadura ni en el odio. Sigamos con resistencia. El que se cansa pierde y el que resiste gana”, finalizó.
A continuación el comunicado emitido a la Guardia Nacional de Venezuela:
Así se desarrolló la marcha de “Mujeres por la vida”:
El Carabobeño 02 marzo 2014
Hoy y Después en Valencia
Alfredo Fermín
afermin@el-carabobeno.com
afermin@el-carabobeno.com
En 1992, días después del 4 de febrero nos correspondió un reportaje para investigar quién era Hugo Chávez, el personaje que había intentado derrocar al gobierno constitucional del presidente Carlos Andrés Pérez, cuya esposa Blanca Rodríguez de Pérez y sus hijas estuvieron a punto de morir por la acción vandálica de los alzados.
El general Pedro Romero Farías, comandante del Comando Regional No. 2 de la Guardia Nacional, nos había informado que el golpista vivía en la urbanización San Bernardo, en San Joaquín, y hasta allá fuimos a cumplir la misión encomendada.
En la tranquila urbanización nos encontramos con la sorpresa de que allí no querían, para nada, a Chávez, por lo cual nos dedicamos a interrogar a los lugareños sobre las razones de aquel rechazo. Los consultados coincidieron en que ese señor ya no vivía en la urbanización porque sus habitantes lo declararon persona non grata.
Se dijo que el militar acostumbraba a darle unas escandalosas palizas a su mujer y después la echaba desnuda a la calle. La gente indignada se unió para pedirle que se fuera del lugar, porque era un mal ejemplo para la comunidad.
Chávez comenzó a proyectarse como un héroe después de que Rafael Caldera, con su habilidad política, pronunció un discurso en la tarde del 4 de febrero, en una sesión del Congreso Nacional, en el que justificó el intento de golpe de Estado y se disparó como candidato para convertirse, por segunda vez, en presidente de la República.
Caldera sacó de la cárcel de Yare a Hugo Chávez, quien se dedicó a proyectarse como candidato presidencial para lograr el triunfo que obtuvo en 1999, teniendo como contendor a Henrique Salas Römer. Cuentan que durante la campaña electoral el comando de Salas contactó a la primera esposa de Chávez para que contara su experiencia como víctima de las agresiones que sufrió cuando vivía en la urbanización San Bernardo, pero la dama desapareció y fue imposible localizarla. Según se dijo, había sido amenazada.
De todas maneras hubo comentarios de que Chávez padecía de misoginia, que consiste en aversión u odio a las mujeres por considerarlas inferiores al varón, como ya lo había sentenciado Aristóteles y ratificado Alfonso X el Sabio con su sentencia: la mujer es “la confusión del hombre, bestia que nunca se harta, peligro que no guarda medida”.
Se especuló con que Chávez puso a mujeres en puestos clave de su gobierno porque fue una manera más fácil de controlar los poderes, como en efecto lo hizo. Lo que no es discutible es que su segunda esposa, Marisabel Rodríguez, fue víctima de sus palizas, una de las cuales fue un escándalo internacional porque la propia primera dama denunció que el presidente le reventó la mandíbula.
El 12 de mayo de 2008 en el diario El Impulso, de Barquisimeto, Marisabel Rodríguez anunció que demandaría al presidente Chávez por su violencia constante a quien no se puede defender “Al presidente le encanta mostrar la presa para que la gente se vuelva loca, tiene un deseo enfermizo de hacer daño, de intimidar, de poner al oponente al borde de un precipicio psicológico”.
Con lo sucedido en los últimos días hay evidencias de que la misoginia, o aversión a las mujeres, es otra de las prácticas heredadas de este gobierno. Aquí en Valencia fueron asesinadas por guardias nacionales dos jóvenes estudiantes: Génesis Carmona y Geraldine Moreno, y una costurera minusválida de nacimiento recibió una golpiza de una endemoniada guardia nacional. Para el gobierno de Nicolás Maduro esos crímenes no merecieron un pronunciamiento oficial. Quizás hay una coincidencia con el dictador Augusto Pinochet, quien hizo célebre la frase "A las mujeres no hay que creerles ni la verdad".
Pero bastó que al animador de televisión Winston Vallenilla sectores opositores le reprocharan su actitud de alabardero de la revolución para que Nicolás Maduro expresara su angustia y lo tuviera como su invitado especial en el sainete denominado "Conferencia por la paz", transmitido en cadena nacional, ponderándolo como una de las víctimas de la burguesía parasitaria.
Los especialistas afirman que la misoginia es una cuestión interna, no es innata, pero se arraiga fuertemente a la personalidad del individuo, que también puede ser mujer. Esto podría explicar la actitud de la ministra de la Defensa, Carmen Meléndez, quien permaneció indiferente ante la actitud criminal de efectivos de la Guardia Nacional en contra de tres mujeres en Valencia. Pero cuando la víctima fue un hombre, de inmediato rompió el silencio para lamentar la muerte del sargento de la Guardia Nacional Bolivariana Giovanny Pantoja durante una protesta.
Estamos de acuerdo con la ministra en repudiar el crimen del sargento, que debe ser castigado y rechazado, pero no compartimos el menosprecio a las mujeres víctimas de la violencia que promueve el gobierno que ella integra, en una evidente demostración de la misoginia estatal. El Carabobeño 02 marzo 2014
Marvinia Jiménez: Yo creí que me había atacado una gorila
El lunes 24 cuando iba al taller se encontró con dos piquetes de la Guardia Nacional. (Foto Andrews Abreu)
Alfredo Fermín | afermin@el-carabobeno.com
Marvinia Jiménez, quien tiene desde su nacimiento medio cuerpo con escasa movilidad, se ha convertido en el testimonio irrefutable de que en Venezuela no se respetan los Derecho Humanos. Después de haber sido agredida brutalmente por una furiosa guardia nacional, como ha sido conocido en todo el mundo, se le acusa de resistir a la autoridad, de lesiones a funcionarios público y de otros delitos que le atribuye un Gobierno que utiliza la represión como tabla de salvación para tratar de sostenerse. La vida de Marvinia se desarrollaba, cada día, entre el sector 8 de La Isabelica, donde tiene su taller de costura, y el sector 3, donde deja con una tía a su hijo, de 7 años, Lliw, Will al revés que es el nombre del padre.El niño padece de asma.
El lunes 24 cuando iba al taller se encontró con dos piquetes de la Guardia Nacional. Los vecinos habían protestado con cacerolas durante la noche y la situación se había puesto tensa por detonaciones que se escuchaban cerca. “Yo he asistido a las últimas manifestaciones porque también soy víctima de esta situación de inseguridad y de escasez que tiene el país”.
El ambiente estaba tan raro que decidí grabar con mi telefóno. Un humilde vergatario que me prestó una tía, porque mi Blackberry me lo robaron, comenta la agredida, de piel morena, que lleva un collarín para aliviar el dolor.
En su casa terminó un vestido y escuchó nuevas detonaciones por los lados de La Olla, cerca de la panadería La Espiga de Oro, por lo cual decidió regresar al sector 3, donde su familia. En el camino se encontró con una tanqueta de la Guardia que lanzaba bombas lacrimógenas. Volvió a grabar con el elemental teléfono mientras desde el vehículo militar, le gritaban: “escuálida, sin oficio, vete a tu casa a hacer arepas, búscate un marido”. Escuchó también piropos como negra linda, cojita preciosa.
De repente la tanqueta fue acelerada y dirigida a la Espiga de Oro, donde se detuvo después de pasar por encima de las barricadas. Como una experta reportera, siguió el vehículo y grabó los detalles que encontraba .Eran las 9 de la mañana y las detonaciones se escuchaban fuertes hacía el Central Madeirense. Cuando llegó a este sector se encontró con que la llamada Guardia del Pueblo lanzaba piedras hacía los edificios, desde donde les lanzan botellas y piedras .
Seguía por el medio de la avenida, grabando cómo los guardias disparaban y lanzaban bombas a los civiles, cuando vio que tres de ellos colocaron sus armas largas hacía la parte trasera del correaje que llevaban a la altura del pecho y sacaron pistolas pequeñas .
-Les grité: no maten a su pueblo. Uno de los guardias trató de quitarme el telefonito pero yo lo lancé bien lejos y no se quien lo encontró. En ese momento se avalanzó sobre mí una mujer que yo crei que era un gorila. Mientras me golpeaba me echaron los brazos hacía atrás y me esposaron. La tipa en su locura seguía golpeándome. Parece que se le quebró una uña cuando rozó el suelo y eso la enfureció. Se quitó el casco y comenzó a darme cascazos. No recuerdo cuantos fueron, creía que me iba a desmayar porque desde que nací tengo el lado izquierdo dormido y la mano se me estaba poniendo inmóvil. Yo le gritaba: soy minusválida ten compasión de mi. Ella no oía, me arañaba, me escupía, me pateaba, me torció el cuello, me mordió y me halaba los cabellos. Solo le escuché decir: “maldita me volaste mi uña que la tenía tan bonita”.Me dio con el casco en el pómulo izquierdo y en la frente.Tengo hematomas en la cara, inflamaciones por todas partes y chichones en la cabeza. Eso está documentado porque desde los bloques grabaron. Lo que recuerdo de ese momento fue que un guardia gritaba: catira dale duro a esa escuálida sucia. Otro gritó: déjenla quieta que están grabando. Allí fue donde la tipa se lució y me agarró por los cabellos como se aprecia en las fotos que han dado la vuelta al mundo.
-¿Que pasó después de la golpiza?
-Creí que me iban a dejar tranquila. Pero lo peor no había comenzado. Me subieron esposada a una moto y la mujer todavía continuaba golpeándome. Me decía: maldita, desgraciada, me volaste mi uña tan bonita. Yo gritaba soy Marvinia Jiménez, me llevan presa y no se por qué. La tipa me tapaba la boca, pero yo no le paraba.
Creía que me llevaban al Comando de la Guardia Nacional, Coredos, pero siguieron hasta el comando de la Guardia del Pueblo, frente al centro comercial Metrópolis. Allí me dejaron con otros tres detenidos que no estaban esposados. Por eso pedí gritando que me quitaran las esposas, que me viera un médico, que llamaran a mi hermano Marvin Alejandro Jiménez, que es abogado. Nadie me respondió. La misma mujer que me esposó me quitó las esposas, no sin antes insistir que por culpa mía se le había quebrado su uña que la tenía tan bonita.
Marvinia cuenta que estando en el aposento carcelario, se le acercó un guardia rechoncho, de bajo rango, al que le leyó el nombre en la etiqueta que llevaba encima del bolsillo de la camisa. “Si sabes leer ve que estas botas son 48 y te las voy a clavar en la cara, parásita inmunda. Pero no pasó nada porque otros guardias se mostraron indignados con lo que me estaban haciendo”.
A las 5 de la tarde Marvinia no había recibido ningún tipo de asistencia. Al anochecer la llevaron a un ambulatorio para unos exámenes. Ella insistía en que quería un teléfono para comunicarse con su familia e informarles lo que le estaba sucediendo y que le llamaran a un médico.
-Conmigo iba en el vehículo el señor Héctor, golpeado también por guardias nacionales. Iba vomitando sangre con la chemise destrozada. Por eso le pusieron un franela que le quedaba pequeña para reseñarlo y fotografiarlo. Después que nos examinaron nos enviaron a la sede de la Policía de los Guayos donde dormí en el piso.
Sus compañeras de celda, unas jóvenes detenidas por drogas, la ayudaron a protegerse del frío y compartieron la comida a que ellas les habían llevado
-A media mañana apareció un señor, que se identificó como representante de la Defensoría del Pueblo. Quería que le firmara un papel haciendo constar que me encontraba en perfecto estado de salud. Me negué a firmar porque tenía un dolor de cabeza descomunal por la golpiza que me dieron. “Ese no es mi problema, porque yo estoy aquí para certificar que tu no tienes nada”. Pero se fue sin mi firma.
Pasé el segundo día sin saber de mi familia y sin recibir asistencia legal. Volvimos a dormir en el piso helado, cubriéndonos con una cortina. Al día siguiente me llevaron al Palacio de Justicia y logré ver de lejos a mi familia. Después me trasladaron al Cuerpo de Investigaciones Científicas, penales y Criminalísticas (Cicpc), por plaza de Toros.
¿Es cierto que la acusaron de un hurto a la Cantv?
-Cuando llegamos escuché decir a unos de los efectivos que el señor Héctor y yo éramos los del caso del hurto a la Cantv. Me indigné porque yo nunca he robado a nadie, pero un chivo pesado ordenó que me reseñaran por hurto. Yo me negaba a que me imputaran por un delito que no he cometido, pero me aconsejaron que lo hiciera porque así se demostrará la corrupción que existe en esos organismos.
La presencia de Marvinia en el Cicpc de Plaza de Toros fue un acontecimiento, porque otras detenidas la reconocieron como “la jeva que está en Youtube y en fotos golpeada por una gorila de la Guardia Nacional”. ”Allí fue cuando supe que no estoy sola y que mi tragedia la conoce el mundo entero. Me hicieron pasar a una sala para que me entrevistara una comisión de Caracas, para hacerme chequeos médicos de ley 48 horas después de la brutal agresión que me hicieron, cuando ya las hematomas estaban bajando”.
¿Que hará ahora?
-Estoy cansada de todo esto me siento amenazada. Ahora resulta que en el Palacio de Justicia me levantaron un expediente en el que aparezco involucrada en delitos de resistencia a la autoridad, lesiones a funcionarios de la Guardia del Pueblo, daños a la propiedad e instigación a la desobediencia.
Los abogados se están moviendo. Nos están ayudando para la defensa de los derechos fundamentales. Yo estoy en manos de Dios porque Venezuela es un país donde todo es posible. Cada vez que un funcionario del gobierno dice “hay que ponerlo preso”, esa persona va presa.
Me siento intimidada porque, en algún momento llegarán con una orden de aprehensión para llevarme a un calabozo a esperar el expediente que me elaboren. Los colectivos me persiguieron en sus motos , desde que me sacaron de la clínica La Viña hasta mi residencia en La Isabelica y tengo miedo de que se aparezcan otra vez.
¡Que la perdone Dios!
Marvinia Alejandra Jiménez tiene 36 años. Nació en Valencia y estudió Diseño Gráfico en el Instituto Monseñor Talavera. Optó por la alta costura y se especializó en la confección de trajes de novias y trajes de fiestas.Desde niña padece una enfermedad degenerativa, por lo cual tiene la parte derecha del cuerpo más desarrolladla que la izquierda. Cojea al caminar, defecto que disimula con faldas largas y blusas manga larga.-Este defecto no me acompleja.Trabajo desde los diez años como costurera y tengo una clientela satisfecha y numerosa. Nunca me he aprovechado para solicitar beneficios del Gobierno, ni privilegios. Me he dado cuenta de que mis facultades están disminuyendo y por eso registré una pequeña compañía para vender ensaladas, porque estoy segura de que cuando esté vieja no podre vivir de la costura.¿Perdonaría a su agresora?Que la perdone Dios. Ella debe estar consciente de que, por el bien de la Guardia Nacional, debe pedir su baja de esa dependencia a la que ha rayado en todo el mundo. Si no puede contener su maldad, su histeria porque se le rompió una uña, ella continuará haciendo el mal. Quiero expresar públicamente,mi gratitud a El Carabobeño y a las redes sociales que se encargaron de difundir, de manera extraordinaria, la tragedia que he vivido, que no solo es mía sino de toda Venezuela, porque está demostrado que estamos huérfanos de justicia con autoridades que mienten.
No hay comentarios:
Publicar un comentario