La política arropó a las letras
La quinta edición de la Feria del Libro Caracas Tiene la Palabra culminó ayer. Los cuentos del arañero, de Hugo Chávez, se agotó en varios stands
Las ventas fueron iguales que las del año pasado y solo en algunos casos superaron las expectativas: ese es el resumen que hacen los encargados de los pabellones que participaron en la quinta edición de la Feria del Libro Caracas Tiene la Palabra, que terminó el día de ayer. Mientras el fin de semana antepasado Venezuela cedió el protagonismo a Cuba y a China, el pasado fue el turno de Palestina.
De 92 editoriales participantes, un gran porcentaje estaba identificado con el gobierno y con la ideología revolucionaria. En esos puestos se vendían o se regalaban textos con contenido político.
“Las ventas aumentaron con respecto al año pasado. Es evidente que ha crecido el interés de las personas por la literatura marxista”, destacó Miguel Campos, un español que atendía el puesto de la Librería Socialista Fundación Federico Engels, que además de libros vendía afiches del Che Guevara.
Las editoriales privadas que participaron, por su parte, consideran que las ventas fueron las esperadas. En el stand de Michelibros 2009, donde se vendieron los Libros El Nacional, Miguel San Juan señaló que aunque la lluvia amainó la afluencia de visitantes, el balance fue positivo.
El encargado aseguró que entre los textos más vendidos están los biográficos, El poder de escuchar de Ismael Cala y 25 Bombones de María Fernanda Di Giacobbe.
Entretanto, en el puesto de la editorial Planeta, Félix Rodríguez aseguró que las ventas se mantuvieron igual que las del año pasado. Señaló que los libros que más se vendieron fueron Los hornos de Hitler de Olga Lengyel*, Las recetas de Sascha Fitness e Inferno de Dan Brown.
Por su parte, Valeria Viana, de Ediciones Ekaré, afirmó que las ventas han sido exitosas. “Se han llevado muchos libros de los que están en oferta. Los precios de esos textos van de 20 bolívares a 100 bolívares. Hemos tenido que hacer reposición de inventario”, agregó.
José Gutiérrez, de la editorial Equinoccio, señaló que los textos de filosofía son los que más se han llevado. Mientras en el kiosco de la editorial Panapo lo que más han comprado los visitantes son libros de cocina y El general en su laberinto, de Gabriel García Márquez.
Literatura ideológica. El sábado, mientras en las afueras crecía una concentración que marcharía hacia la plaza Diego Ibarra en apoyo a Palestina e innumerables autobuses obstruían el tránsito, en el Salón Hugo Chávez un taller de poesía a cargo de William Osuna se convirtió en un conversatorio sobre la situación de la Franja de Gaza.
Al lado izquierdo, en la entrada de la Galería de Arte Nacional, un stand con la bandera del país árabe de fondo vendía solo dos libros: La izquierda revolucionaria, de Nayef Hawatmeh, y Antología de Mahmoud Darwish, ambos a 40 bolívares. En un cartel se indicaba que las ganancias se harían llegar a Palestina a través de Egipto. Sin embargo, el encargado –que no reveló su nombre– no pudo dar mayores detalles.
En el puesto del Ministerio de Comunicación e Información regalaban todos los textos. Tanto en ese como en el de Librerías del Sur se agotaron El libro azul y Los cuentos del arañero, ambos de Hugo Chávez. Mientras en el Fondo Editorial Tres Raíces, identificado con la Juventud del PSUV, ofrecían a 40 bolívares los libros El guarimbazo de la guarimbera –que incluye caricaturas–, y Un brazalete tricolor, entre otros.
El domingo, el cierre estuvo a cargo del cantante Bahiano, ex vocalista de la banda argentina Los Pericos. También participó el escritor y cantante uruguayo Leo Maslíah. Se intentó contactar con Freddy Ñañez, presidente de la Fundación para la Cultura y las Artes de la Alcaldía de Caracas, para conocer su impresión del evento, pero al cierre de esta edición no había sido posible.
miércoles, 16 de enero de 2013
Reseña: "Los hornos de Hitler de Olga Lengyel"
Paso a dejarles una nueva reseña de un libro que me impacto mucho. Compre este libro en una feria que se puso en la ciudad, llevaba tiempo buscándolo en las librerías hasta que lo encontré debajo de un enorme monton de libros viejos. Los hornos de Hitler es un libro que fácilmente lo puedes terminar en unas 3 noches, no porque sea una lectura fácil, sino porque la trama del libro te hace querer seguir leyendo palabra por palabra para saber que pasara, les dejo la reseña:
Ficha técnica
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Título
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Los hornos de Hitler
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Título original
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hitler’s ovens
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Autor
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Olga Lengyel
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Editorial
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Diana
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Formato
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Tapa dura
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ISBN
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9789681310103
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Sinopsis del libro:
Estrujante relato de una sobreviviente de los campos de Auschwitz y Birkenau. Dantesca visión de cinco chimeneas arrojando el humo de la carne quemada de centenares de miles de seres humanos, entre ellos los padres y los dos hijos de la escritora.
Obra sin eufemismos, crónica auténtica y documentada del sadismo organizado, de la brutalidad sistematizada, de la monstruosa promiscuidad con que se llevó a cabo el genocidio más desalmado y repulsivo de la historia. Un testimonio irrefutable de los criminales "experimentos científicos" realizados con seres humanos vivos.
¿Cómo eran y actuaban las bestias de Auschwitz y Belsen? ¿Quién fue Joseph Kramer, juzgado como el criminal número uno en el proceso de Luneburg?
Olga Lengyel conserva como testimonio de esta terrible experiencia las cicatrices y la marca del cautiverio, pruebas indelebles que mantienen incólumne su espiritú de humanismo. En Los Hornos de Hitler la autora narra al mundo civilizado el horror y la perversidad que imperaron en los campos de exterminio nazis
Reseña:
Para poder hablar sobre este libro se deben tocar muchos temas controversiales, los cuales han sido debatidos por años para descifrar la naturaleza del acto para realizar tales atrocidades. Por lo siguiente tratare de hacer una reseña sin introducirme tanto en esos temas, solo dar a conocer la obra de Lengyel.
Este libro está basado en hechos reales, los cuales sufrió la propia autora dentro de su estancia en un campo de concentración. Comienza narrando su vida antes de la segunda guerra mundial, como vivía tranquilamente al lado de su familia hasta que las tropas alemanas llegaron a su ciudad y fueron llevados a los famosos trenes.
Desde ese instante comienza a narrar los actos de desesperación que tuvieron las personas, pues había escuchado rumores acerca de lo que pasaba en los campos de concentración. La mayoría creían que solo iban de vacaciones pero algunas sabían ciertamente que les esperaba la muerte.
Cada capítulo es un testimonio de la autora de lo que vivió; maltratos, humillaciones, hambre. Si no hubiera referencias acerca de lo que paso en los campos, podríamos pensar que la propia autora creó una novela ficticia, sacada toda de su imaginación. Pero desgraciadamente no es así.
Rodeada de un horrible ambiente logro conocer a dos de los peores asesinos de la historia de los campos de concentración: “Josef Mengele y Irma Grese.
Al final del libro te das cuenta de cómo la autora de tener una familia, un empleo y una casa, pasa a no tener nada más que su vida. De esa forma me di cuenta que hay veces en que las personas somos materialistas y peleamos por cosas que no valen la pena y no apreciamos cosas tan simples como nuestra vida.
En resumen:
Un buen libro que al final te deja un buen sabor de boca. En mi caso, me di cuenta de muchas cosas que no apreciaba, como mi familia, una playera vieja incluso un plato de sopa. Cosas que siempre están en tu casa y que nunca imaginas que te las arrebataran. Cosas simples que no necesitan de lujos ni de marcas. También me enseño a apreciar mi vida, que creo yo, fue lo más importante.
Acerca de la autora:
Olga Lengyel (19 de octubre de 1908– 15 de abril de 2001), fue una escritora y enfermera húngara, nacida el año 1908 y fallecida en Estados Unidos el año 2001.
Lengyel nació en Rumania, en una región dominada por Hungría. En tiempos de la Segunda Guerra Mundial estudió enfermería y fue esposa del doctor Miklos Lengyel, a quien asistía en su hospital de Cluj-Napoca antes de ser deportados a Auschwitz en 1944 donde a su llegada perecieron sus padres e hijos, su esposo murió después poco antes de su liberación.
Lengyel fue la única superviviente de su familia y escribió sus vivencias en su libro Five Chimneys (Los Hornos de Hitler, en la edición española), que se publicó en 1947. Su vida posterior al Holocausto fue dedicada a mantener la memoria de los hombres, mujeres y niños que murieron como resultado de la Segunda Guerra Mundial.
Después de la guerra, emigró a los Estados Unidos. Según el website de "The Memorial Library", Olga fundó la Librería Memorial, localizada en el número 58 East 79th Street, la cual fue auspiciada por la Universidad del Estado de Nueva York. Olga murió el año 2001, a la edad de 93 años, habiendo sobrevivido a Auschwitz, la pérdida de su primer marido, dos hijos y sus padres en el campo de concentración de Auschwitz, y después de haber batallado y sobrevivido a tres ataques separados de cáncer.
Su testimonio, durante el juicio de Bergen-Belsen, contra el Dr. Joseph Mengele fue contundente. También contra el SS Hauptsturmführer (Capitán) Josef Kramer, Comandante del Campo de Concentración de Birkenau; Irma Grese, famosa celadora SS de Birkenau y el Dr. Fritz Klein, rumano quien hizo injustificables experimentos científicos con prisioneros.
Dedicatoria:
“Dedico este libro a la memoria de mis padres, de mi esposo e hijos, y a mis congéneres de todas las nacionalidades y credos; así como a la inocente población civil europea que sufrió la matanza de millones de seres asesinados por los alemanes durante la Segunda Guerra Mundial.
También dedico este libro a los héroes de guerra que ofrendaron su vida para evitar la consumación del sueño de los alemanes: Aniquilar a todas las naciones y crear un mundo habitado únicamente por alemanes, bajo la protección de Wotan su terrible dios pagano”
Publicado por Juan alemán.
El Libro Azul del comandante Chávez fue presentado en Brasil
La obra fue traducida al idioma portugués / Durante la actividad un grupo de ponentes desarrollaron una mesa de debate en torno a la vida, obra y legado del presidente venezolano
Brasil, 11 de abril de 2014.- En la Universidad Católica de Pernambuco, Brasil, este viernes se realizó el lanzamiento, en lengua portuguesa, de El Libro Azul del comandante Hugo Chávez.
La cónsul venezolana en Recife, Carmen Navas Reyes, dio inicio al acto con un discurso en el que agradeció la presencia de diversas autoridades, representantes de movimientos y organizaciones sociales.
"El Chávez que me gustaría presentarles es el hombre que domina la metodología, y que la coloca como instrumento para entender la realidad y formular un proyecto", manifestó.
La presentación del texto en idioma portugués estuvo a cargo del político brasileño Pedro Lapa, quien destacó el impulso que el líder socialista dio al movimiento bolivariano.
Durante la actividad un grupo de ponentes desarrollaron una mesa de debate en torno a la vida, obra y legado del presidente venezolano y las tres raíces fundamentales en las que está divida esta obra; reseñó un boletín de prensa del Ministerio de Relaciones Exteriores.
"El comandante Chávez transformó la conciencia del pueblo (...) Hoy en día el pueblo venezolano conoce sus deberes y derechos", destacó en la mesa de trabajo el embajador de Venezuela en Brasil, Diego Molero.
En El Libro Azul Chávez explica los elementos filosóficos e históricos asumidos por la juventud militar al momento de iniciar el proceso revolucionario, los cuales integran el ideario de tres líderes históricos, Simón Bolívar, Ezequiel Zamora y Simón Rodríguez, sobre el cual se diseña el Proyecto Nacional Simón Bolívar, pilar fundamental de la Revolución Bolivariana. / MVC
El trasfondo filosófico del Libro Azul
Cuentos del Arañero es un viaje contado en primera persona que inicia en las propias raíces del presidente Hugo Rafael Chávez Frías, en Sabaneta de Barinas, en aquella casita de palma y piso de tierra, la vívida estampa de cientos de miles de hogares humildes de los pueblitos del llano venezolano.
Son muchas las pasiones que se desbordan en el discurso y la impronta de quien ha marcado la historia reciente de Venezuela: la familia, el béisbol, las Fuerzas Armadas, el culto a los próceres, a los héroes, el amor infinito a Venezuela y, sobre todo, a las amplias masas excluidas.
Llanero de pura cepa, y orgulloso de serlo, Chávez es también un fabulador. Él asegura que no exagera, pero Fidel Castro, quien lo conoce bien, acuña que su amigo venezolano “rellena”, al menos sobre las historias que involucran a ambos.
Hugo Chávez, de niño, en Sabaneta de Barinas, vendía por la calle y en la escuela los dulces de lechosa que preparaba su abuela Rosa Inés. Los llamaban arañas, por su forma. Y de ahí el nombre que él se da a sí mismo al rememorar aquellos tiempos: el arañero de Sabaneta.
Tomado del blog "Con Farruco"
¿CÓMO ERAN LAS ARAÑAS QUE, DE NIÑO, VENDÍA
HUGO CHÁVEZ, EL ARAÑERO DE SABANETA? / 21.12.13
Hugo Chávez, de niño, en Sabaneta de Barinas, vendía por la calle y en la escuela los dulces de lechosa que preparaba su abuela Rosa Inés. Los llamaban arañas, por su forma. Y de ahí el nombre que él se da a sí mismo al rememorar aquellos tiempos: el arañero de Sabaneta.
Chávez se lo cuenta a Ignacio Ramonet que lo recoge en el libro MI PRIMERA VIDA:
“Ella (la abuela) preparaba unos dulces de lechosa. Yo incluso participaba en todo el proceso. Buscaba las lechosas, las tumbaba del árbol, las pelábamos, les retirábamos las semillas, les quitábamos la concha…Adán también ayudaba. Pero ella y yo éramos los emprendedores. (…)
Me gustaba aquello. Picaba la lechosa, la cortábamos en rodajas, en tiritas; y sobre una batea de madera las poníamos a secar; al día siguiente muy temprano, mi abuela preparaba una olla con agua y azúcar, echábamos todo ahí, hasta que se iba amelcochando aquello. Entonces ella las sacaba con un tenedor, y sobre una mesa de madera iba poniendo montoncitos y montoncitos de aquellas tiritas que iban quedando como arañas pues”.
Casi todos los venezolanos conocen esa historia de las arañas de Chávez. Pero no todos saben cómo son, cómo eran, que aspecto tenían.
Bien, pues aquí están dos imágenes correspondientes a una de las arañas que me regaló este jueves en Barinas mi amiga Ninoska. Antes de comérmela le tomé un par de fotografías. No me quedaron muy buenas las fotos, en verdad, pero doy fe de que la araña sí estaba sabrosísima. Una delicia de la gastronomía popular.
Presentado libro Cuentos del Arañero, Hugo Chávez Frías
AVN 21/09/2012
Teatro Teresa Carreño, Caracas.- Cuentos del Arañero, Hugo Chávez Frías es la obra escrita por los periodistas cubanos Orlando Oramas y Jorge Legañoa Alonso, que compila historias cortas contadas por el Presidente de la República en distintas intervenciones donde ha recordado su infancia y adolescencia en Sabaneta de Barinas, en los llanos suroccidentales de Venezuela.
En un sencillo evento celebrado en la Sala José Félix Ribas del Complejo Cultural Teresa Carreño, los comunicadores presentaron un libro que señalan es el testimonio de una vida dedicada a servir.
Más de un millón de ejemplares serán distribuidos en todo el país a partir de la semana entrante, informó el ministro del Poder Popular para la Cultura, Pedro Calzadilla, quien acotó que el texto también será impreso en papel prensa, formato tabloide.
Pero además, pueden descargarlo a través del portal web www.elaranero.org.ve, sitio donde encontrarán la historia en formato PDF. Las redes sociales también servirán de plataforma para la difusión del libro, a través de las cuentas: (http://www.facebook.com/CuentosAranero) y Twitter (@CuentosAranero).
El texto se pasea por las anécdotas familiares del pequeño Hugo Chávez, el joven Tribilín, sus hijos, su abuela, su formación y la conexión emocional que revive en cada acercamiento a su pueblo.
Es un libro de corte biográfico, que cuenta con 8 capítulos, 175 cuentos en 200 páginas, «por ahora, como diría el propio Presidente», dijo Legañoa.
La ilustración estuvo a cargo de Omar Cruz, con un pliego de 33 fotos que recorren la vida del presidente Chávez y que hablan del carácter del hombre que dirige las riendas de Venezuela.
En la actividad estuvieron presentes los periodistas y escritores Roberto Malavé, Carola Chávez, Earle Herrera, Roberto Hernández Montoya, además de los autores de la obra.
Marynés Ladera
INDICE DEL CONTENIDO
Cuentos del Arañero (Libro)
Cuentos del Arañero (Cuentos) Cuentos del
Arañero
(Pliego Fotográfico) Cuentos
del Arañero
Cuentos del Arañero (Capítulo 2: Crónicas de Pelota)
Cuentos del Arañero (Capítulo 3: Del Cuartel)
Cuentos del Arañero (Capítulo 4: Los Próceres)
Cuentos del Arañero (Capítulo 5: Hombres de Revolución)
Cuentos del Arañero (Capítulo 6: Del Llano)
Cuentos del Arañero (Capítulo 7: Abrazando a la Masa)
Cuentos del Arañero (Capítulo 8: Fidel)
PRÓLOGO
“Permítanme siempre estas confidencias muy del alma, porque yo hablo con el pueblo, aunque no lo estoy viendo; yo sé que ustedes están ahí, sentados por allí, por allá, oyendo a Hugo, a Hugo el amigo. No al Presidente, al amigo, al soldado”.
Así comienza “Cuentos del Arañero”, cual anticipo de este libro que muestra a Chávez contado por sí mismo.
Más de 300 ediciones del programa Aló Presidente alimentaron la presente compilación; páginas con visos autobiográficos y la impronta de quien ha marcado la historia reciente de Venezuela.
Son muchas las pasiones que se desbordan en el discurso del líder bolivariano: la familia, el béisbol, las Fuerzas Armadas, el culto a los próceres, a los héroes, el amor infinito a Venezuela y, sobre todo, a las amplias masas excluidas.
Es un viaje que inicia en sus raíces en Sabaneta de Barinas, en aquella casita de palma y piso de tierra, con el topochal a mano. “Pobre, pero feliz”. Y la abuela Rosa Inés, la “mamavieja”, la familia, los amigos de la niñez; la vívida estampa de cientos de miles de hogares humildes de los pueblitos del llano.
De entonces el Chávez sensible, observador, que absorbe cual esponja, se nutre de sus orígenes y carga con ellos a través de los años, las vicisitudes y etapas de una vida de batalla.
Por aquellos días se fue forjando el apasionamiento por la historia, que enrumba desde las leyendas familiares, Maisanta, “el último hombre a caballo” y su escapulario más que centenario.
“Por aquí pasó Zamora”, decía la abuela, y la imaginación encandilaba a aquel muchacho que se subía al palo más alto del patio, oteando un horizonte en el que luego redescubrió a Bolívar por los caminos de la Patria.
Porque Hugo Chávez Frías trajo de regreso a Bolívar, lo despojó de la coraza pétrea de las esculturas, lo bajó de los pedestales inmóviles de las plazas, se sumergió junto a él y lo hizo sustancia en el torrente de la gente, que se apropió del nombre, el pensamiento y la obra del Libertador.
El Presidente de Venezuela cuenta como nadie la historia nacional; la interpreta, la explica, hurga en sus protagonistas, batallas, contradicciones, con una visión de interconexión entre el pasado, el presente y el porvenir, con una perspectiva transformadora.
Chávez es un investigador e historiador que trasciende los moldes de la academia. Y ello no hubiera sido posible sin su paso por el cuartel, cual soldado de las “tropas del Ejército Libertador de Venezuela”, como alguna vez le espetó, exigiendo respeto, a un gobernador adeco, corrupto.
Aquel “Bachaco” o “Tribilín” llegó a la Academia Militar, en Caracas, con la ilusión de ser pelotero de Grandes Ligas. Pero, junto al uniforme, los sueños se ensancharon catando de las tradiciones, de la disciplina, de la camaradería y, más que todo, de las injusticias vividas y confrontadas en el cumplimiento del servicio.
Así lo encontramos de subteniente en 1975, en La Marqueseña, Barinas, en las “antiguas tierras del Marqués de Boconó”. Tierras mágicas signadas por senderos de leyendas, combates, sangre derramada y también por lo real maravilloso: “Aquí descubrí un carro un día entre el monte, un Mercedes Benz negro. Lo limpiamos, abrimos el maletero con un destornillador y conseguí un poco de libros de Marx, de Lenin; conseguí este libro por allá, lo leí aquí: ‘Tiempo de Ezequiel Zamora’, de ese gran revolucionario Federico Brito Figueroa. Aquel subteniente Chávez comenzó a leer aquí, comenzó a hablar con los soldados allá”.
Hablar quiere decir forjar conciencias, aunar voluntades, sembrar la semilla del Movimiento Bolivariano que tuvo su juramento en el Samán de Güere y el bautismo de fuego el 4 de febrero de 1992, cuando el “Por ahora” dio la pauta al devenir.
Chávez dialoga, tutea, narra al detalle, se adelanta a veces, va atrás, superpone historias; rompe la lógica gramatical sujeto-verbo-predicado. Es parte de su estilo, su técnica narrativa, con la cual mantiene en vilo, enseña, polemiza, pone a pensar y convence. Se trata, sin lugar a dudas, de un fenómeno de la comunicación directa, cercana, permanente con su pueblo.
Llanero de pura cepa, y orgulloso de serlo, Chávez es también un fabulador. Él asegura que no exagera, pero Fidel Castro, quien lo conoce bien, acuña que su amigo venezolano “rellena”, al menos sobre las historias que involucran a ambos.
Los “rellenos” ocurren, sobre todo, cuando la narración le concierne personalmente. Como la serpiente que, según sus propias palabras, estuvo a punto de devorarlo en su cuna, allá en la casa de piso de tierra de Sabaneta. “A la tragavenado la colgaron del techo y la cola pegaba en el suelo. El grueso era como el de un caucho de carro”, rememora para asegurar: “estoy vivo de broma”.
O aquel caimán del Arauca, que fue creciendo de cuento en cuento, en medio de la credulidad-incredulidad del auditorio. “Cuarenta y cinco metros de largo conté yo a pepa de ojo”.
Entonces la narración gana en intensidad porque el que la cuenta lo hace como si la estuviera viviendo en tiempo real. Así llegan los sonidos: “Pac”, suena cuando su padre bocha la bola criolla; “Ass”, el silbido de la tragavenado; “Uuuh”, los fantasmas de Sabaneta; “Pum”, vuela lejos la chapita; “Ta, ta, ta”, Evo habla que habla; “Ra, ra, ra”, meterle a los gringos cuatro batallones por el flanco; “Uju”, sorpresa.
De la mano del sonido están también los corridos, las coplas, las canciones. “Yo canto muy mal”, confesó públicamente, pero a continuación acotó: “como dijo el llanero aquel, ‘Chávez canta mal, pero canta bonito’”.
Lo cierto es que resulta difícil encontrar a otro jefe de Estado que entone más en público, desde el himno nacional, hasta rancheras, baladas de moda y, sobre todo, las estrofas del cantar folclórico venezolano, del que ha sido campeón promotor. Cantor de pueblo, pues.
Y, ¡claro!, el lenguaje. El del presidente, del líder político, forjador de conciencias, educador, del declamador, del poeta. Pero también el del ciudadano de a pie y más, del veguero de campo adentro. De ahí el uso diáfano de vocablos que forman parte del habla popular, aunque algún diccionario no los reconozca: “jamaqueo”, “choreto”, “jalamecate”, “firifirito”, “espatilla’o”, “esperola’o”, “kilúo”, “arrejuntar”, entre muchos otros.
¿Es cómico?, preguntaba un amigo al conocer de la idea del libro. Chávez es dicharachero, se ríe de sí mismo, celebra el chiste sobre su persona, pero también arranca carcajadas del auditorio cuando pone al adversario en el centro de su colimador. Ya lo dijo en alguno de sus alocuciones: “Revolución es amor y humor”.
Pero “Cuentos del Arañero” es también algo muy serio. Chávez sufre en sus páginas, le duele el dolor del pueblo, del niño que agoniza sin atención médica, que muere porque el capitalismo y los gobernantes a su servicio se la negaron. “¡Es el infierno aquí!”, se lamenta el Presidente, que en los primeros años de su gobierno se consigue la tragedia por doquier, la nefasta herencia de la IV República.
“Como siempre, está la masa del pueblo y yo me echo encima de la masa, me abrazo con ella, sudo con ella, lloro con ella y me consigo. Porque allí está el drama, allí está el dolor, y yo quiero sentir ese dolor, porque solo ese dolor, unido con el amor que uno siente, nos dará fuerzas para luchar mil años si hubiera que luchar”, exclama por aquellos días.
Desde esos tiempos la amistad con Fidel, relación entrañable de una sensibilidad superior. Sobre ello, y más, habría mucho que decir. Pero mejor que lo cuente Chávez, el arañero de Sabaneta.
Orlando Oramas León
Jorge Legañoa Alonso
Junio de 2012
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