Razón del nombre del blog

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El por qué del título de este blog . Según Gregorio Magno, San Benito se encontraba cada año con su hermana Escolástica. Al caer la noche, volvía a su monasterio. Esta vez, su hermana insistió en que se quedara con ella,y él se negó. Ella oró con lágrimas, y Dios la escuchó. Se desató un aguacero tan violento que nadie pudo salir afuera. A regañadientes, Benito se quedó. Asi la mujer fue más poderosa que el varón, ya que, "Dios es amor" (1Juan 4,16),y pudo más porque amó más” (Lucas 7,47).San Benito y Santa Escolástica cenando en el momento que se da el milagro que narra el Papa Gregorio Magno. Fresco en el Monasterio "Santo Speco" en Subiaco" (Italia)

domingo, 10 de enero de 2016

Carta abierta escrita por el Dr. Rafael Muci-Mendoza, médico venezolano de la Escuela de Medicina de la Universidad Central de Venezuela, al Embajador cubano."Hay en la isla de Cuba demasiados aspectos que mueven a vergüenza y dolor, demasiados como para que usted cínicamente nos censure".

8/26/2011


CARTA ESCRITA POR EL DR. RAFAEL MUCI-MENDOZA, MEDICO VENEZOLANO

Carta abierta escrita por el Dr. Rafael Muci-Mendoza,  médico venezolano de la Escuela de Medicina de la  Universidad Central de Venezuela, al Embajador cubano.

Excelentísimo señor Embajador:
 Debería usted bien conocer que  es de ética elemental el  que un embajador no se inmiscuya en los asuntos internos  del país que le acoge como   huésped.
Sus insolentes declaraciones sobre  los médicos venezolanos, me obligan moralmente  a enmendarle.  El "sistema de valores" que usted nos endilga, según el cual 'nuestra intención al estudiar Medicina es obtener un título y una acción en una  clínica privada', además de insultar nuestra dignidad, con aviesa intención nos expone al desprecio público y nos desacredita ante nuestros enfermos; después de todo, somos sus médicos y  con sus miserias todo cuanto poseen.
Usted emplea el procaz lenguaje del Presidente de acá, para dividirnos en 'oligarcas' y  'proletarios', epítetos éstos dichos para agraviarnos  y que nunca antes nadie utilizó.  Siendo antitípico hablar en  primera persona, debo expresarle que, como muchos de mis colegas y aunque a  usted le duela, recibí, EN  LIBERTAD, una excelente  formación moral, ética y académica  que coloca al paciente  como principio y fin del acto médico, paradigma que he tratado de inculcar a mis numerosos alumnos.
Yo, como tantos, por cerca de  40 años y por un magro  sueldo, he trabajado con tesón la  mitad del  tiempo en un hospital público,  a costo subsidiado con nuestro ejercicio privado. Este  último lo hemos ejercido  como profesión liberal en  clínicas privadas, EN  LIBERTAD, con honestidad, mística  y orgullo.

Pero además debe usted saber que en lo personal he visitado Cuba en tres  ocasiones. No lo hice por curiosidad o turismo, y le  confieso que no conozco Varadero.  He sido y he continuado  siendo un invitado de sus  médicos, y respecto a ellos,  nunca hice uso de cuanto vi u oí en su país.
Su irritante intromisión me  indica que es tiempo de hacerlo.  En mayo de 1993, cuando su  gobierno al fin dio a conocer  al mundo la epidemia que, a  pesar de sus adversas consecuencias, había mantenido  en secreto desde 1991 y amenazaba con dejar en la umbra  visual a más de 40 mil sufrientes, formé parte de una  misión humanitaria que visitó la isla. En compañía de colegas cubanos y de  diversas procedencias, examiné  personas afectadas, ayudé  a definir el paciente-tipo y a esclarecer las causas de lo que se dio en llamar  Neuropatía óptica Cubana, y que  en resumen -a despecho  de que se haya invocado un factor multifactorial- fue  trasfondo de miseria y hambre.  En cinco ocasiones me reuní  con su Comandante para  discutir estrategias diagnósticas  de la epidemia, hoy por  cierto trocada en endemia.  En una de estas reuniones,  y aunque parezca una pretensión el decirlo, una de  mis colegas cubanas dijo públicamente que la neuro-oftalmología cubana se dividía en dos períodos, antes y después de las visitas docentes del doctor Muci.
A pedido de su Señor, hice mi último viaje a Cuba . Les  comuniqué todo cuanto sabía;  guiados de mi mano  aprendieron nuevas técnicas,  mis diapositivas fueron copiadas, y mis charlas video,  grabadas.  No pedí nada a cambio. Mucho  me fue ofrecido, pero el olvido es traicionero. Una  simple esquela de agradecimiento me fue regateada. Regresé con la satisfacción  del deber cumplido y un  rictus de dolor al recordar la  mirada famélica de mis colegas, trasunto de hambre  de LIBERTAD, hambre biológica, pero también hambre  intelectual al carecer de los instrumentos básicos para  adquirir conocimientos: libros y revistas científicas.
Mientras tanto, Cuba exportaba  su revolución con los dineros de un pueblo miserable. Pude apreciar allí dos clases de  médicos.  Unos, 'los olvidados' --a lo peor, distanciados del   partido comunista--, que ocupan los escaños más bajos de la pirámide médica sin esperanzas de ascender. Ésos no  asistieron a mis charlas. En mi  universidad asisten a mis  cursos, en LIBERTAD y por  libre albedrío, quienes así lo  deseen, sean médicos,  estudiantes y aún miembros de  otras profesiones.  La otra clase, que llamaré  'la nomenclatura' --los ubicados en el vértice--,  tenían acceso a la escasa  tecnología y eran celosos guardianes de los libros,  depositarios del poder que da el  conocimiento.  Ésos, privilegiados del  sistema, tienen acceso a los  banquetes, y viajan al exterior con dólares, olvidando a aquellos pobres colegas que se quedaron en casa.  La sociedad cubana es una sociedad triste donde se habla calladito para no ser escuchados por el Estado policial, donde se asciende siendo fiel y denunciando; en fin, trepando por sobre las cabezas  de otros. La medicina de  avanzada que ostentan, está  apoyada en una ingeniosa  propaganda, pero en realidad es una triste farfolla.
Los delineamientos de su  'mar de felicidad' han encontrado eco en un gobierno  antinacionalista, formado  por una chusma precaria de  talentos.
Por ello, con la creatividad castrada y a un coste de 1,3 millones de dólares diarios,  prefieren buscar 'asesorías'  y enviar enfermos a la isla. Su nulidad y estulticia les impide tomar medidas de  contingencia para ayudar a tanto  necesitado que clama en nuestros hospitales por la  resolución de sus problemas.  Como usted declara, traer ' 1.500 profesionales' de sus  fábricas de médicos, es otro inaudito ejemplo de traición  a la Patria, de desnudez neuronal, un intolerable  insulto, una incomprensible medida si se toma en cuenta,  por una parte, el desempleo local  y, por la otra, el que apenas son necesarios menos de 59  médicos para llenar las medicaturas vacantes para las  que, estoy seguro, hay voluntarios.  Las erradas políticas de salud  no son culpa de los  médicos. Son exclusiva competencia del Estado venezolano.
Hago mío el eco lastimero de mis  pacientes y reclamo para  ellos el dinero que injustamente  se le regala a ustedes. Esos pobres seres han visto  empeorar sus dolencias a lo  largo de cuarenta años de apatía, pero, a no dudar, ahora  se encuentran peor desde que  'el proceso' trata de  rasarnos con ustedes, por lo bajo. Hay en la isla de Cuba  demasiados aspectos que mueven a vergüenza y dolor, demasiados como para que usted cínicamente nos censure.

Se puede engañar a alguien una  vez, pero no a todos todo  el tiempo.

DR. RAFAEL MUCI-MENDOZA  C.I. 1.345.517

Elogio de la extorsión… Rafael Muci-Mendoza …así que las aguas desbordadas volverán lentamente a su cauce afianzando de paso el acendrado espíritu democrático del pueblo venezolano...


Elogio de la extorsión…

Rafael Muci-Mendoza



…así que las aguas desbordadas volverán lentamente a su cauce afianzando de
paso el acendrado espíritu democrático del pueblo venezolano...



Diccionario RAE= Extorsión: « (Del lat. Extorsĭo, -ỗnis).||2. Presión que,
mediante amenazas, se ejerce sobre alguien para obligarle a obrar en
determinado sentido». El experimento nacional para la exterminación de un
país, estamos seguros, dará paso a un futuro no lejano en que recuperaremos
la sindéresis perdida, la libertad y la democracia. Es necesario que los
dirigentes de la oposición no se dejen llevar por emociones reprimidas,
revanchismo exagerado, dejen de lado sus apetencias personales y dediquen
todo su ingenio y el de todos aquellos venezolanos de buena voluntad para
lograr la recuperación del país.

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La extorsión a que estuvo sometida la nación a lo largo de más de tres
lustros recuerda aquella infame época de la mana nera –mano negra o ¨mano
peluda¨- que se iniciara desde Nueva York a Chicago, San Francisco y Nueva
Orleans a principios del siglo XX por pandillas de extorsionadores
calabreses, sicilianos y napolitanos que empleaban una simple y exitosa
fórmula para birlar el dinero a otros. Enviaban cartas de advertencia
marcadas con el ¨emblema del cráneo y las tibias cruzadas¨, o la simple
remisión de una hoja de papel con la impresión de una mano negra como
simbolismo de amenaza de muerte o daño.



Así fue como comenzó el mandadero de los infames hermanos Castro, Hugo
Chávez, cuando no más alcanzada la presidencia y jurando ente la que llamó
¨moribunda Constitución¨, amenazó con ¨freír las cabezas de los adecos¨ y
con esa frase, todo lo que vino después: La siembra de la extorsión mediante
la intimidación y el terror. El innoble experimento socialista para crear un
venezolano nuevo resultó ser un adefesio que a la postre mostró un contenido
vacío de venezolanismo y ahíto de retrógrada injerencia extranjera. Todo
intentó ser cambiado y de hecho, en el papel así lo fue. Si es que fuera
cierto que Chávez no robó y si administrar y regalar lo ajeno sin
autorización alguna no es un delito, sí robaron sus familiares, amigos y
arrimados al Festín de Baltasar ante la pasmosa impunidad por él propiciada
y aceptada por turbamulta de diputados afectos y una contraloría
complaciente, que se trasmitió a todo el estamento nacional: pero, parecen
no haber leído la inscripción en la pared de la Asamblea, ¨mené, téquel,
fares¨, cuya  interpretación es la siguiente: “mené” quiere decir “contado”,
es decir: Dios ha contado los días del chavismo cubano y ha determinado su
fin;  “téquel” quiere decir “pesado”, es decir: su actuación sido pesada en
la balanza y le falta peso; y “fares” quiere decir “dividido”, es decir: el
país ha sido dividido y entregado a los cubanos; por ello, la corrupción aún
galopa libremente por llanuras y serranías, por médanos y hondonadas, por
autopistas y caminos de recuas, y debe ser, dentro de tantas prioridades de
la nueva Asamblea –ojalá pronto sea nombrada como debe ser, Congreso
Nacional con sus dos cámaras-, establecer responsabilidades y aplicar justas
sanciones, deshacer entuertos, repatriar el dinero robado y encaminar el
país total hacia su recuperación.



Curioso que el milagro de un 6D liberador no pudo ser atisbado por la sala
situacional cubana ni por los capitostes rojos quienes pensaron que a fuerza
de extorsión: armas de guerra y colectivos, comida para hoy y hambre para
mañana, habitaciones para pobres, amenazas a empleados públicos y
envilecimiento colectivo, podrían transformar la patria de Bolívar en
chiquero de bajas pasiones. No obstante, muy adentro, en el corazón de cada
venezolano ardía la llama de la independencia y palpitaba el espíritu
democrático que quedó expresado a través del voto civilista y masivo que
derribó ¨el muro de oprobio¨ fabricado desde la isla de los Castro.







Tomará tiempo y esfuerzo pues el enemigo y sus asesores están heridos de
muerte y a pesar del duro golpe a su narcisismo, todavía no han muerto y su
veneno aún persiste y se potencia; no podemos pedirlo todo de una vez… pero
lo cierto es ya no podrán ejercer su fama de malos enviando un trozo de
papel con una mano negra impresa para infundir terror, el pueblo les ha
reconocido, les ha perdido la confianza y el respeto y siente que fue
engañado y abusado; así, que las aguas desbordadas volverán  lentamente a su
cauce afianzando de paso el acendrado espíritu democrático del pueblo
venezolano.



Exigimos, no pedimos a la nueva dirigencia tolerancia y no enfrentamiento
estéril; exigimos puentes que nos conecten y no palabras destempladas que
nos separen más; no aceptamos el empleo de palabras vulgares ni el lenguaje
de germanía que ellos implantaron y emplearon porque es innecesario, porque
disminuye nuestra estatura y autoridad y porque alguien mira y juzga, y no
queremos ser juzgados por lo que otros también hicieron; no podemos, debemos
o necesitamos descender al barrial o a la porqueriza para defender y hacer
valer nuestras ideas y derechos.



Hago mías las palabras de Mahatma Ghandi y las recomiendo a nuestros
dirigentes en la Asamblea Nacional en este año 2016, crítico para la
recuperación de nuestras libertades y que debe traer la paz al país y salud
a las instituciones democráticas.





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