Henry Ramos Allup: "Profanadores
crearon imagen falsificada del Libertador"
La historia detrás de las fotos
Sin alfombra roja en el Hemiciclo ni los honores militares que dicta el protocolo se instaló la nueva Asamblea Nacional con mayoría opositora. Una apresurada y tensa transición comenzó con la petición de Pedro Carreño, en nombre de la fracción chavista, de permanecer en el área izquierda del Hemiciclo. Hubo que reponer cables de audio cortados durante el receso de fin de año. En el paso de mando también se perdieron 6 cámaras, consolas de audio, antenas, cables de fibra óptica y más de 10 vehículos. Los trabajadores del Parlamento hicieron posible el retrato de los diputados juramentados en las escalinatas del Palacio Legislativo
Edgar Zambrano, Miguel Pizarro y Stalin González perdieron la cuenta de cuántos encuentros tuvieron o intentaron tener con parlamentarios del oficialismo para organizar la transición política que se dio en la Asamblea Nacional el pasado 5 de enero. Ellos tres fueron los miembros de la comisión de enlace designada por la Mesa de la Unidad Democrática para preparar la sesión de instalación del nuevo Parlamento, un hecho histórico debido a que marcó la primera vez en 17 años que un poder público nacional regresó a manos de la oposición.
La labor del grupo de diputados inició el 23 de diciembre en el patio del Palacio Legislativo al lado de la fuente. En un breve encuentro con el diputado peseuvista Pedro Carreño el chavismo hizo su primera petición: permanecer a la izquierda del hemiciclo, la trinchera que han ocupado desde su llegada al poder. La oposición aceptó el requerimiento y quedaron en encontrarse una semana después para terminar los arreglos. Todo parecía marchar en orden.
Sin embargo, el 30 de diciembre el panorama se complicó. Los interlocutores del chavismo, Fidel Vásquez (ex secretario de la AN), Pedro Carreño (ex jefe de bancada del PSUV) y Víctor Clark (diputado y quien fue secretario accidental durante la sesión de instalación) no aparecieron y el jefe de seguridad de la Asamblea llegó en la tarde. No se pudo avanzar más.
“En enero fue que se retomó el trabajo y hubo que organizar casi todo el lunes 4”, relata el diputado González.
La falta de colaboración del chavismo se tradujo en la ausencia de los jefes de las distintas áreas de la AN, como la de protocolo, y en sabotajes como el corte de los cables de audio en el hemiciclo y otros salones importantes, como el Francisco de Miranda. En esta etapa fue clave el apoyo de los trabajadores, que debieron empatar cables en tiempo récord para que al día siguiente se pudiera escuchar la sesión. El empuje de los empleados hizo posible el acto y la foto familiar en las escalinatas del Palacio Legislativo.
Recuperar el sistema de audio y de iluminación del hemiciclo, que fue entregado con serias fallas, tomó varias horas y solo se tuvo la certeza de que funcionarían faltando dos horas para el inicio de la sesión. Por otra parte, ante la ausencia del jefe de protocolo, se tuvo que buscar apoyo externo para poder atender a los más de 300 invitados y periodistas.
Los diputados también tuvieron que entablar conversaciones con los generales Néstor Reverol, comandante de la Guardia Nacional Bolivariana, y Gustavo González López, ministro de Relaciones Interiores, para acordar hasta dónde llegarían las movilizaciones populares pautadas para el 5 de enero en el centro de Caracas, que quedaron represadas detrás de cinco anillos de seguridad. Al final los dos grupos ni siquiera se vieron ese día y el evento transcurrió en paz.
“Se pudo hacer el acto, que es lo importante. Sin embargo, por todo el apuro quedaron pendientes algunos detalles protocolares. Por ejemplo, no se puso una alfombra roja en la entrada del hemiciclo y no hubo la parada de honor que le corresponde hacer a la Fuerza Armada”, explica González.
El ejemplo de lo ocurrido en el Parlamento guarda una relevancia especial debido a que la transición en esta institución es una muestra fehaciente de lo que puede reservar el futuro si los cambios políticos dejan de ser una excepción en Venezuela y se convierten en lo común, como ocurre en cualquier otro sistema democrático. La transformación no acabó el pasado 5 de enero. En las esquinas de Pajaritos y San Francisco, donde se encuentra el Parlamento, los cambios apenas comienzan y traerán consigo retos importantes para líderes políticos y más de 1.000 funcionarios, algunos de los cuales llevan trabajando en ese recinto más tiempo que el chavismo en el poder.
Los daños. La Comisión de Enlace de la oposición no pudo resolver todos los problemas el día antes de la instalación. Hubo algunos temas que han quedado abiertos y fueron dejados momentáneamente de lado, así como cuando se hace una limpieza si la suegra viene de visita. De hecho, el palco de prensa, que recibiría a los periodistas después de cinco años, no se pudo mejorar para el día de la instalación.
Mientras a la luz del día los dirigentes de la MUD aprovecharon para arreglar y organizar, las noches fueron utilizadas por el oficialismo para sabotear, señala una fuente. Luego del 30 de diciembre se llevaron los equipos del estudio 1 del canal de Televisión de la Asamblea, ubicado en el edificio del hemiciclo, y del control de estudio de la sesión.
Todavía no se conoce el paradero de 6 cámaras, consolas de audio, antenas, cables de fibra óptica, más de 10 vehículos y otros recursos técnicos. “Como no tenemos acceso al edificio del canal, no sabemos si se llevaron más cosas”, advierte Betzaida Amaro, líder sindical del medio.
“Eso se lo llevaron en la noche, pero no se sabe a dónde. Lo hicieron cuando nadie estaba aquí, la gente de seguridad es la única que puede saber algo sobre lo qué pasó”, comenta un técnico de audio de la Asamblea. Otro trabajador resume en dos palabras el estado en que dejaron esos espacios: “Quedó destrozado”. En la sala quedaron los cajones vacíos donde iban las consolas y los escombros que soltaron las paredes cuando arrancaron los cables. En el estudio 1 ni siquiera dejaron un bombillo que permitiera prender la luz para calcular los daños. Se llevaron computadoras y cámaras. Lo único que quedó en pie fue un backing que se usaba durante las grabaciones.
Una comisión de diputados de la MUD está realizando una investigación sobre el asunto y tienen el objetivo de reponer los equipos, informó el diputado Carlos Lozano (Carabobo), miembro del grupo.
El diputado Edgar Zambrano prefiere restar importancia a los contratiempos que hubo y se concentra en los éxitos: “La juramentación se dio y la AN está en pleno funcionamiento”.
Una prueba de que eso es así ocurrió el mismo martes tras la sesión de instalación. Diosdado Cabello entregó personalmente su oficina a Henry Ramos Allup. “Pasó como debe ser y cumpliendo con las formalidades de la Contraloría. Fue un encuentro entre dos políticos que se conocen y cada uno al nivel de su responsabilidad. El despacho se entregó en las condiciones en que debía estar. Solo tenía unos pequeños detalles que se pueden corregir de manera inmediata”, comenta Zambrano sin revelar mucha más información sobre el episodio.
Lo que fue. Hasta el mes pasado, cada vez que un mensajero de la AN llevaba una encomienda a la oficina de la Presidencia de ese Poder, ubicada en Palacio, unos perros tenían que oler primero el paquete o los sobres entregados. “Había mucha hostilidad. Los empleados no podían ir a ese edificio a menos que los llamaran expresamente y los días de sesiones el acceso era aún más restringido”, cuenta un empleado de las oficinas del bloque parlamentario del centro del país.
El asistente de un legislador secunda su versión: “Si un diputado opositor requería algún documento o cualquier otra cosa durante la sesión, el asistente tenía que ir al edificio de Pajaritos a buscarlo, pero no podía entrar al Hemiciclo para dárselo. Él tenía que salir porque nadie tenía acceso, solo algunos asistentes del chavismo”.
Se restringía el paso a donde los empleados debían ir, pero se les obligaba a acudir a otros lugares donde no era su voluntad ni su responsabilidad estar. “En las marchas pasaban listas de los empleados y teníamos que estar en foros y otras actividades políticas que inventaban. Creo que ahora las cosas van a mejorar, esto es un respiro”, advierte un empleado del bloque central, que tiene 20 años trabajando en la AN.
Pero las cosas no siempre fueron así con el chavismo a la cabeza. Un técnico de audio que también tiene más de diez años en el Poder Legislativo cuenta que llegó cuando el diputado Willian Lara era presidente del Parlamento. “Lara dejaba que los empleados lo abordaran y era cercano a la gente. Las cosas cambiaron hace cuatro o cinco años”, asegura.
Diosdado Cabello, que presidió el Parlamento entre el 5 de enero 2012 y el 4 de enero de 2016, era más distante. “Los militares terminan queriendo tratar a los civiles como si fueran militares y eso no está bien”, añade.
De los últimos vicepresidentes indica: “Darío Vivas no hablaba con nadie, era muy cerrado y mantenía distancia. Blanca Eekhout, Elvis Amoroso y Tania Díaz eran más abiertos y llevaderos”.
La estructura militar de la que habla el técnico se tradujo en un nuevo organigrama de administración, aseguran los trabajadores. El manejo de todos los grupos parlamentarios fue centralizado en la Dirección de Apoyo Técnico Parlamentario y Control Legislativo, un cargo designado directamente por el Presidente de la AN.
“Todos los bloques tenían que enviar comunicaciones a esa instancia para cualquier cosa, desde pasar unas vacaciones hasta solicitar el cambio de un teléfono o una computadora dañada. La presidencia tenía que aprobar todo”, comenta una empleada del bloque nororiental.
Sobre este punto hay opiniones encontradas entre los trabajadores. Mientras algunos consideran que la situación “no era tan mala”, otros indican que la realización de cualquier cosa se tardaba demasiado y afectaba las instalaciones y el trabajo.
“Para hacer cualquier arreglo hay que hacer muchísimos trámites y mandar varias comunicaciones, por lo que algunos diputados terminan prefiriendo comprar ellos mismos su pintura en el caso de que quieran pintar. A mi oficina, por ejemplo, no se le ha podido hacer ningún arreglo desde 2001 y está muy deteriorada”, asegura una secretaria.
En ese lugar hay algunas paredes rotas, otras que fueron reparadas con teipe y el baño muestra signos evidentes de deterioro, además de no tener jabón ni papel tualé.
La centralización complica también la reposición de materiales, por lo que a las oficinas les falta papel y tinta para las impresoras. Actualmente no hay material para elaborar las acreditaciones. Este un parlamento sin wifi y con una red de Internet lenta en la que están bloqueadas páginas de compra-venta que han sido tachadas de “especuladoras” por el gobierno nacional.
Un empleado de mantenimiento agrega: “Hasta para pedir un tornillo hay que solicitárselo a la coronela (una coronel del Ejército que fue designada cabeza de la Dirección de Gestión Administrativa). Aunque hay que aceptar que antes desaparecían algunas cosas y esto controló esa situación, pero ahora se gasta más en papel con tanto requerimiento”.
El diputado Ismael García, del estado Aragua y del partido Primero Justicia, advierte que los problemas de funcionamiento tienen mucho que ver “con la visión” de los funcionarios que dirigían la administración saliente. “Tenían una conducta autoritaria y hegemónica. Trataban la Asamblea como si fuera una sucursal del PSUV. Incluso solo ellos tenían acceso a los salones para reunirse. Eso va a cambiar. Esta no va a ser la casa de la Unidad, sino la Asamblea Nacional de todos los diputados del gobierno y de la oposición”, afirma.
Lo que viene. Cuando se le pregunta si ha sentido algún cambio desde el martes, la secretaria a la que no se le ha echado una mano de pintura a su oficina desde el año 2001 se muestra cautelosa: “Mejor pregúntame dentro de dos semanas. Por aquí por el edificio administrativo los diputados todavía no han pasado mucho”.
Ismael García considera que hay que darle un tiempo a la nueva directiva para que realice los cambios que considere necesarios. “Ellos manejan todo lo correspondiente a la administración y el funcionamiento y harán los anuncios que haya que hacer e investigarán todo lo que haya que investigar”.
Hasta ahora la mayor transformación ocurrió en el edificio del Hemiciclo. Luego de la primera sesión Ramos Allup dirigió él mismo la retirada de imágenes de Hugo Chávez de la AN. Sus fotos y retratos solo se mantienen en algunas paredes del edificio administrativo.
Las disputas por las imágenes de Chávez no son nuevas en el Parlamento. Un trabajador de la Comisión Permanente de la Familia, que en 2011 y 2012 estuvo dirigida por la MUD, recuerda que allí se dio una situación similar. “En la entrada de la comisión tenían una foto de él y la presidenta, Dinorah Figuera, la mandó a quitar. Ellos lo aceptaron. Luego en 2012 empapelaron el lugar con afiches de campaña. Se negaron a quitarlos, pero los retiramos una noche. En 2013, cuando el control de todas las comisiones pasó al chavismo, el retrato de Chávez volvió a la entrada”, explica el empleado.
La decisión del nuevo presidente de la Asamblea generó reacciones dispares. “No me parece una buena acción, pero cada quien piensa distinto. Yo hubiese esperado un poco más, pero ellos ahora son los jefes y son los que deciden”, indicó un empleado de mantenimiento con seis años en la AN.
El trabajador del bloque parlamentario central lo ve de otra manera: “Espero que acepten de una vez por todas que esto es una institución y no es para el personalismo de nadie”.
En las paredes del edificio del Hemiciclo había una exposición sobre distintas etapas de la presidencia de Hugo Chávez y de dos columnas colgaban grandes pendones con su imagen. Todo eso desapareció en pocas horas.
En lo que sí hay consenso es sobre el hecho de que el trato de los diputados opositores hacia los trabajadores ha sido correcto hasta ahora y que viene más trabajo. Por ejemplo, se decidió que las sesiones ordinarias de la AN serán los martes y jueves y no solo los martes, como en los últimos años.
“Son personas muy amables y atentas. Solo tienen dos días, pero hasta ahora pasan y saludan. Antes algunos te trataban como si no existieras”, opina otro empleado de mantenimiento. Sin embargo, el técnico de sonido manda una advertencia: “En 2000, cuando llegó la nueva administración chavista, lo hicieron como estos. Eran muy abiertos con todos y había ilusiones bonitas, pero se fueron cerrando y restringiendo hasta terminar como ocurrió”.
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