19/01/2016 |
Lilian Tintori, esposa del líder opositor Leopoldo López, denunció a través de la red social Twitter nuevos abusos de los que fue objeto por parte de guardias en la cárcel militar de Ramo Verde, donde su esposo cumple una condena de casi 14 años.
“Ayer en Ramo Verde me metieron en un cuartico, me quitaron toda la ropa: sostén, pantaleta y el modes que tenía. Desnuda completamente me pidieron que abriera las piernas varias veces”, reveló Tintori a través de su usuario @LilianTintori.
“A la mamá de Leopoldo le hicieron lo mismo, pero en el cuartico con ella estaban mis hijos. Manuela y Leopoldo Santiago vieron todo!”, informó Tintori, quien responsabilizó a Nicolás Maduro por lo que le pueda pasar a su esposo luego de la denuncia.
“Han buscado separarnos como familia, han torturado a Leopoldo psicologicamente con estos tratos, a mi, y lo peor: a mis hijos!”, sentenció Tintori.
“El sábado no me dejaron entrar y cuando fui a visitarlo (el domingo) me dejaron dos horas esperando. Salió el Coronel (encargado de Ramo Verde) a comenzó a gritarme y comenzó a meterse con mi matrimonio, delante de los demás militares. Que si le respondía me iba a quitar la visita por 6 meses (…). Me pasó a un área de requisa especial, distinto (…) y me quitaron la pantaleta, el sostén. Tenía la menstruación y me quitaron hasta el modess (toalla sanitaria). Me mandaron a voltearme, me revisaron el modess usado”.
Denunció además que está “segura” de que se prepara “un nuevo video” para “difamar” a su familia. “No permitieron que estuviera con Leopoldo y mis hijos. Buscan separarnos”.
Por su parte, la madre de López, Antonieta Mendoza dijo entre lágrimas que fue despojada de toda su ropa frente a su nieta Manuela, hija de Leopoldo. Ambas denunciaron a la directiva de la prisión por los malos tratos.
La otra vergüenza
Vean el video de la entrevista que les hiciera el canal colombiano NTN24, donde Lilian y Antonieta narran el horror y las vejaciones sufridas, porque en Venezuela ningún canal de televisión se atreve a entrevistarlas. La autocensura local también da pena.
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