Razón del nombre del blog

Razón del nombre del blog
El por qué del título de este blog . Según Gregorio Magno, San Benito se encontraba cada año con su hermana Escolástica. Al caer la noche, volvía a su monasterio. Esta vez, su hermana insistió en que se quedara con ella,y él se negó. Ella oró con lágrimas, y Dios la escuchó. Se desató un aguacero tan violento que nadie pudo salir afuera. A regañadientes, Benito se quedó. Asi la mujer fue más poderosa que el varón, ya que, "Dios es amor" (1Juan 4,16),y pudo más porque amó más” (Lucas 7,47).San Benito y Santa Escolástica cenando en el momento que se da el milagro que narra el Papa Gregorio Magno. Fresco en el Monasterio "Santo Speco" en Subiaco" (Italia)

domingo, 11 de agosto de 2013

Para Héctor Fagúndez, ex director de derechos humanos de la UCV, son intervenciones inconstitucionales "puesto que suponen medidas de censura previa que están prohibidas por la Constitución, del mismo modo como también lo están por la Convención Americana de Derechos Humanos, que aún está vigente respecto a Venezuela". Es lo que le está ocurriendo en este momento al diario El Nacional, al haber sido multado por publicar en su primera página, en el año 2010 -¡hace tres años ya!-, una foto en la que se denunciaba el espeluznante hacinamiento de cadáveres en la Morgue de Bello Monte, en Caracas.

11/08/2013 Notitarde 

Papel y tinta


Laurentzi Odriozola Etxegarai
Nuevamente se desata la ira de los poderosos contra la prensa independiente. Los nuevos ataques van desde infames "twitts", que pretenden ensuciar la honra de dignos empresarios de medios y profesionales de la comunicación y el periodismo regionales, hasta condicionamientos "legales" a periódicos de circulación nacional, sobre "qué" noticias y "cómo" deben ser presentadas en las páginas, interfiriendo así en el derecho a la libertad de información y expresión.

Para Héctor Fagúndez, ex director de derechos humanos de la UCV, son intervenciones inconstitucionales "puesto que suponen medidas de censura previa que están prohibidas por la Constitución, del mismo modo como también lo están por la Convención Americana de Derechos Humanos, que aún está vigente respecto a Venezuela". Es lo que le está ocurriendo en este momento al diario El Nacional, al haber sido multado por publicar en su primera página, en el año 2010 -¡hace tres años ya!-, una foto en la que se denunciaba el espeluznante hacinamiento de cadáveres en la Morgue de Bello Monte, en Caracas.

El objetivo está bien claro, definido y en la mira: CENSURAR, para que no se digan ni se publiquen las terribles cosas que están pasando en el país, sobre todo, y en este caso, por la inseguridad de los ciudadanos frente a los delincuentes envalentonados, desbordados por todas las ciudades del país y sin ley; que los organismo del Estado son incapaces de controlar, y ahora, para colmo, con los lamentables excesos y mortales "equivocaciones" de los militares encargados de un orden público para el que no están preparados.

Claudio Paolillo, presidente de la comisión de libertad de prensa e información de la SIP, considera que el ataque contra El Nacional y su Editor, es un "acto de censura aplicado por el heredero de Chávez, en la nueva etapa de hostigamiento de la libertad de expresión que consta de un objetivo central: Asfixiar económicamente a medios críticos e independientes para acallar las voces que no comulguen con el discurso oficial".

Pero el hostigamiento contra ese diario, que vuelve hoy a denunciar y condenar la Sociedad Interamericana de Prensa, comenzó de manera aviesa, hace apenas unos días, cuando la fiscal general de la República, Luisa Ortega, -por cierto, también a través de su cuenta Twitter- pidió a la justicia penal enajenar los bienes y congelar las cuentas del editor de El Nacional, Miguel Henrique Otero. ¿Las razones? Según la Fiscal, por una presunta demanda del ex alcalde de Caracas, Alfredo Peña, contra el editor por tres millones y medio de dólares. ¿Y que tendrá que ver esta funcionaria pública en una demanda de ámbito privado... de haberla? No se sabe pero, según ella, la Fiscal, "podría haber algún delito"(sic). Así que, un par de días antes de la celebración del 70 aniversario del periódico, le congelaron las cuentas a Otero y aplicaron el ácido de las demás prohibiciones, como la de disponer de sus bienes.

"Es un hecho insólito que una fiscal general de la República dictamine unas medidas contra una persona (…) a través de Twitter, sin que yo sepa de qué me acusa". Dijo Otero y sostuvo que con esa acción de la Fiscalía se busca "silenciar, amedrentar, desprestigiar (…) ellos -en alusión al Gobierno- tienen una política de cercar a los medios y compran medios; amenazan medios; cierran medios; les abren procedimientos a los periodistas, a los editores; es un atropello; lo que hay detrás, es la intención de silenciar el periódico y acorralar y eliminar el periodismo independiente".

La historia se repite, de manera obscena; con desparpajo; con impudicia. El objetivo, claro que no es Otero; es el medio que representa; es ese periódico de nuestra inmediata "historia patria"; la del siglo XX; y lo que va del XXI; el de tantas batallas, perdidas o ganadas, pero siempre peleadas a punta de la valiente palabra; el que fundó su padre Miguel Otero Silva, El Nacional.

Y los demás pongamos las barbas, o lo que sea que se suele recomendar poner, en remojo. O tiempo, pues, de amarrase bien los pantalones; y remangarse las sotanas cómodas y acomodaticias, agregaría de seguro el sorprendente jesuita y provocador de almas y corazones, Francisco.

No es momento de mirar para otro lado; ni después, ni por ahora. No habrá tiempo luego, será demasiado luego, para salvar o, siquiera, ocuparse de dar sepultura, a la víctima. Si se nos escapa de las manos; si se nos muere ésta, la libertad, será por nuestra irresponsable molicie. Será demasiado tarde. Cuando vengan a por nosotros y no tengamos a nadie para, al menos, emborronar, también y por nosotros, unas cuartillas, con furia, con pasión; a toda prisa…

Nota.

Recibo con alegría la noticia que el Valencia Press Club de mis ilusiones y pensamientos, en la última reunión de directiva, decidió otorgar el "Premio Orel Sambrano" VPC, en su segunda edición, creado para reconocer anualmente la excelencia en las comunicaciones, al editor de el diario El Nacional, Miguel Henrique Otero. Es tiempo. 

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