Razón del nombre del blog

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El por qué del título de este blog . Según Gregorio Magno, San Benito se encontraba cada año con su hermana Escolástica. Al caer la noche, volvía a su monasterio. Esta vez, su hermana insistió en que se quedara con ella,y él se negó. Ella oró con lágrimas, y Dios la escuchó. Se desató un aguacero tan violento que nadie pudo salir afuera. A regañadientes, Benito se quedó. Asi la mujer fue más poderosa que el varón, ya que, "Dios es amor" (1Juan 4,16),y pudo más porque amó más” (Lucas 7,47).San Benito y Santa Escolástica cenando en el momento que se da el milagro que narra el Papa Gregorio Magno. Fresco en el Monasterio "Santo Speco" en Subiaco" (Italia)

domingo, 21 de septiembre de 2014

Gertrud Goldschmidt (Hamburgo 1912-Caracas 1994) "Gego" falleció en 1994. Hoy su legado sigue vigente: “Uno debe divertirse en el arte. Si uno no goza el trabajo, entonces para qué...”.

Notitarde 19/09/2014
Josefina Manrique, ex directora de la Fundación Gego

Gego enseña desde su obra y su vida

Daniela Chirinos Arrieta
“El otro día, un amigo que me dijo que pasó por la Reticulárea me contó una historia. En la visita, una señora le preguntó: ‘¿Qué significa eso?’, y paseó con ella por el área (de la obra) donde uno pasa, entonces ella se sintió alegre y dijo: ‘Muchas gracias’. Uno debe divertirse en el arte, entre otras cosas. Si uno no goza el trabajo, entonces para qué...”.

Una mujer de notoria edad avanzada y con marcado acento germánico es quien narra la breve anécdota anterior, al tiempo que manipula tenazas y dobla alambres, con los que construye una red gigante. Mientras habla, también se adentra en la pieza en cuestión para evaluar detenidamente las líneas y uniones que se forman con cada doblez.

Se trata de Gertrud Goldschmidt (Hamburgo 1912-Caracas 1994), mejor conocida como “Gego”, y ésta es su forma de irrumpir e incorporar el espacio a su obra a la que llamó Reticulárea.

La imagen es en blanco y negro, y forma parte del material audiovisual Gego, cien años, producido la Fundación Gego, y dirigido por Luis Montenegro Lafont, el cual fue presentado en 2012, en el centenario del nacimiento de la artista.

Por otro lado, cuarenta y cinco años han pasado (1969) desde que mostró por primera vez la referida pieza, en el Museo de Bellas Artes de Caracas. Y, el 17 de septiembre pasado, se cumplieron veinte años de su fallecimiento.

Sí, son muchos años de cada hecho. Sin embargo, su legado sigue siendo motivo de estudio, pues se trata de una de las propuestas artísticas más completas y complejas que se han gestado desde Venezuela. Esto se debe a que “a una artista como ella no terminas de conocerla”, afirma Josefina Manrique, ex directora de la Fundación Gego (1998-2007) y curadora de Procedencia y encuentro, una de las últimas exposiciones de la obra de Gego que se hizo en Venezuela.

No obstante, en otro vídeo, titulado Gego a la luz de hoy, la propia artista explica el origen de su genialidad: “Son mis manos y mi emoción, los que dan luz a mi trabajo (…) Lo importante es hacer y vivir como una necesidad de sacar de adentro la creación, la expresión, sin olvidar quién eres (…) Para crear, me interesa la transferencia del volumen como una manera de apreciar completamente una forma desde todos los ángulos de observación”. Eso es todo.

- ¿Gego dejó un vacío o, como su obra, se apoderó del espacio?

- Sigue vigente en una nueva generación de artistas que la han conocido. Hay un hecho curioso, y es que en el momento en que Gego desarrolló su obra, no se observa influencia alguna de ella sobre la obra de otros artistas. Esto ocurre incluso, en la generación siguiente, en la que están sus alumnos de la Escuela de Diseño y del Instituto Neümann-Ince. Pero en la generación siguiente a ésta, hay muchos artistas (de edades comprendidas entre 20 y 40 años) que sí tienen una influencia de Gego. Ahí está ella.

La razón de este “salto generacional” se debe a la gran presencia que ha tenido la artista en los últimos años, gracias al trabajo de la Fundación Gego, que se dedicó a promover su obra.

- ¿A qué atribuye la vigencia de la obra de Gego?

- Hace poco, estaba viendo un vídeo de un cuñado de Gego. En la primera parte, los visita en Venezuela, y luego aparecen en Alemania. Es decir, se ve a Gego en Venezuela y en Alemania montando la Reticulárea que instaló en 1982 allá. Y yo pensaba: “Esta mujer es una inspiración, vino a un país donde no conocía su idioma, donde no conocía a nadie y emprendió cercana a los 40 años, una obra plástica inmensa que no se detuvo sino prácticamente hasta el día de su muerte. Eso para mí es invalorable, porque Gego no enseña solo desde su obra, sino desde la valentía y la osadía de su vida misma, y eso se refleja en su obra.

Hoy también es importante resaltar el carácter investigativo de la obra de Gego, donde nada fue fácil, donde todo lleva su tiempo, donde las cosas se piensan además de sentirse, y donde no se espera la fama ni la recompensa inmediata.



“Nunca se repitió”

Josefina Manrique hoy funge como colaboradora de la Fundación Gego e investigadora independiente. Así recuerda que las primeras obras de esta artista eran acuarelas de corte figurativo, pero muy pronto comenzó a hacerse cada vez más abstracta. “Desde esas primeras obras del año 1957, ya la línea está presente pululando el espacio. Y lo ves en la obra sobre papel que es tan rica y tan poderosa como puede ser una Reticulárea”.

De manera que, también dejó acuarelas, dibujos, grabados, litografías, tejidos de papel, que son prueba de un proceso creativo y de experimentación constante, así como sus series: “Tejeduras”, “Dibujos sin papel” y “Bichitos”.

“Hay artistas que cuando logran algo, y ese algo tiene éxito, se quedan ahí, se repiten, pero Gego nunca se repitió. Sí hay una coherencia interna a lo largo de sus obras, pero ella ‘suelta’ algo y empieza otra cosa, y eso a mí me maravilla”.

- ¿La arquitectura influyó la migración de Gego de lo figurativo al abstraccionismo?

- Gego era arquitecto y eso es una cosa que se percibe en toda su obra, es algo que no se puede aislar de ella, sin embargo, el uso del espacio que hace en su obra plástica no es arquitectónico, es plástico, es lírico, es algo que no existe en la realidad, pero sí en el concepto, en la idea, y espiritual.



Una artista difícil de catalogar

Mientras el mundo atendía propuestas como la abstracción geométrica, cinetismo y constructivismo, en Venezuela Gego, de origen alemán, se abría paso con un planteamiento que atrajo las miradas, incluso de los propios exponentes criollos de dichas corrientes artísticas.

Gego logró un uso muy personal de la línea –como elemento generador- en el espacio. La “fórmula” de su creación la habría dejado escrita en uno de sus bocetos: “Espacio, vacío, luz, seriales (…) Triangulación interminable (…) Trazo”, como se muestra en uno de los vídeos mencionados.

Gego “trasciende el papel, surca el espacio físico y vuelve al papel -comenta Manrique-. Ese juego entre la bidimensionalidad y la tridimensionalidad, esa arena insegura en la que siempre se está moviendo su obra. Por eso también pienso que a los críticos que tuvieron la oportunidad de vivir en la época de ella, también les fue muy difícil aprenderla”, y catalogarla.



La película de Cruz-Diez para Gego

Carlos Cruz-Diez y Gego eran grandes amigos, como también lo era de Jesús Soto. “Ambos, admiraban la obra de Gego independientemente de que cada uno siguiera su propia guía”, cuenta Manrique.

En 1959, Cruz-Diez filma un corto cinematográfico de 10 minutos sobre las esculturas de Gego, titulado Movement and vibration in space. A sculpture by Gego. (Movimiento y vibración en el espacio. Una escultura de Gego). Fue realizado en la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad Central de Venezuela (UCV) y editado en Iowa State University. Vale aclarar que este material solo está disponible en la Fundación Gego.

Para Manrique, este vídeo es un testimonio de admiración de parte del maestro Cruz-Diez por la obra de Gego que hace desde su perspectiva. “Siendo una obra que mantenía cierta cercanía en esos años con la obra cinética sin serlo, la perspectiva que hace la dirección del vídeo es cinética. Es el punto de vista de Cruz-Diez por la obra de Gego”.



La obra extraviada

En 1982, Gego instala la ambientación Reticulárea en “Spielraum Raumspiele” (Teatro de la Ópera, Francfort, Alemania). Al finalizar la exposición, la obra debió haber regresado, “pero esto no pasó. Y se perdió. Ésa es una historia dolorosa”, asegura Manrique. No obstante, aclara que después del nacimiento de la fundación, esta institución ha hecho todas las diligencias pertinentes en Alemania para localizar y recuperar la obra.

Hoy la obra de Gego está en Parque Central, en el Ince de Caracas, y en esta última no solo verán a Gego sino a Gerd Leufert (su difunto esposo) trabajando juntos. En cuanto a la Reticulárea, el 14 de mayo pasado, el diario El Universal publicó una nota en la que se anunciaba que el Museo de Bellas Artes, conjuntamente con la Galería de Arte Nacional, la Fundación Gego y Telefónica, restaurarán la pieza, que no se exhibe desde el año 2008.

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