Razón del nombre del blog

Razón del nombre del blog
El por qué del título de este blog . Según Gregorio Magno, San Benito se encontraba cada año con su hermana Escolástica. Al caer la noche, volvía a su monasterio. Esta vez, su hermana insistió en que se quedara con ella,y él se negó. Ella oró con lágrimas, y Dios la escuchó. Se desató un aguacero tan violento que nadie pudo salir afuera. A regañadientes, Benito se quedó. Asi la mujer fue más poderosa que el varón, ya que, "Dios es amor" (1Juan 4,16),y pudo más porque amó más” (Lucas 7,47).San Benito y Santa Escolástica cenando en el momento que se da el milagro que narra el Papa Gregorio Magno. Fresco en el Monasterio "Santo Speco" en Subiaco" (Italia)

viernes, 2 de enero de 2015

Del 2014 al 2015, grandes diferencias...El Año Nuevo debe introducir un paso más en la disciplina espiritual. Lo viejo debe ser expulsado; lo nuevo debe ser incorporado.

Enero 2015: la semilla de un nuevo ciclo

PEDRO BERNARDO CELIS |  EL UNIVERSAL
viernes 2 de enero de 2015  12:00 AM
En la cultura japonesa, se dice que lo que hagamos los tres primeros días del año determinan la naturaleza del Nuevo Año para cada quien. Lo que hagamos esos primeros tres días, lo repetiremos una y otra vez, el resto del año. En Japón, los tres primeros días del año son feriado nacional.
NOTA: En mi familia se decía que era nuestra conducta durante los 12 primeros días de enero los que marcarían la que seguiríamos en cada mes del nuevo año.
El mochi, que es una rica pasta de arroz, y la mandarina, son símbolos de la abundancia y prosperidad económica que nos traerá el nuevo año. Al igual que nosotros los venezolanos comemos lentejas para asegurar la abundancia en el año nuevo, los japoneses comen el mochi y la mandarina. Son días para el disfrute en familia y para que las personas se dediquen a hacer esas cosas que definitivamente desean continuar haciendo el resto del año.

La cultura hebrea también considera que los primeros días del año, contienen la semilla de los sucesos del resto del año. Estos primeros días son como la semilla, que contiene en una pequeña cápsula, toda la información requerida para desarrollar una nueva planta en todo su esplendor. El año espiritual hebreo comienza el primer día del séptimo mes (Tishrei) en el calendario hebreo solar-lunar. Los diez primeros días del año, desde Rosh Hashaná hasta Yom Kippur, son días de introspección, días que nos permiten rebobinar la película de nuestras vidas y cambiarla para bien. A través de la meditación y del autoanálisis en esos días, se dice que los seres humanos tenemos el poder de recodificar la semilla del nuevo año. Tenemos el poder de cambiar realmente, y gozar un nuevo año que nos permita acercarnos más a Dios.

Un día, una semana, un mes, un año. Todos son ciclos que nos dan la ocasión de evaluar cómo nos fue en el ciclo anterior, y prepararnos para el nuevo ciclo que comienza. De todos estos, el ciclo anual es particularmente especial. La Tierra dio una vuelta completa al sol, y comenzamos de nuevo nuestra travesía. Un año más viejos, pero también un año más experimentados. Se fue la noche vieja del 2014, y recibimos el Año Nuevo 2015. Un ciclo se cerró, pero otro nuevo ciclo se abrió ante nosotros. Muchas cosas pasaron en este ciclo que terminó. Algunas buenas y otras no. Hoy 2 de enero de 2015, todavía en los albores del nuevo ciclo, nos resta un ejercicio individual y personal. Nos resta definir qué queremos ser y cómo queremos lograrlo en este nuevo año 2015. Es como si comenzáramos un cuaderno nuevo con todas sus páginas en blanco, listo para que escribamos la próxima etapa de nuestras vidas en él.

¿Cómo nos fue en lo personal? Cada uno de nosotros debe hacer su balance. Para esto, debemos preguntarnos: ¿somos mejores personas ahora que cuando comenzamos el año anterior? Si progresamos en nuestro trabajo, en nuestra vida personal y en nuestra vida espiritual, entonces el balance es muy positivo. Si por el contrario, no hubo progreso en alguno de esos aspectos, o en ninguno, el balance es negativo. Debemos entonces revisar el por qué no crecimos. Debemos evaluar el por qué nos quedamos en el mismo lugar o retrocedimos. Pero lo más importante de todo en estos días, es definir qué tenemos que hacer para que en este nuevo ciclo que comenzó ayer, logremos el progreso que realmente queremos.

Aprovechemos estos primeros días del mes de enero de 2015, para sembrar y abonar la semilla de nuestros propósitos de año nuevo y establecernos el rumbo que queremos en nuestra vida. Esto es la clave para que el 31 de diciembre de 2015, hayamos podido cosechar los frutos de nuestro crecimiento. Son días para estar en familia, pero también son días para reflexionar sobre nuestro futuro como personas, y como país.

Bajo la perspectiva del pensamiento sistémico, si queremos resultados diferentes, debemos hacer las cosas distintas. El cambio es realmente cambio cuando logramos cambiar el comportamiento del sistema. Para eso debemos modificar objetivos y paradigmas. Utilicemos estos días para reevaluar nuestros objetivos y tumbar nuestras barreras mentales personales e individuales con el fin de poder hacer las cosas realmente diferentes este nuevo año. Arranquemos el nuevo año 2015 con la esperanza de un futuro mejor. Pero no nos quedemos en ese simple anhelo de un futuro mejor y convirtámoslo proactivamente en nuevos paradigmas, objetivos, y acciones concretas de cambio. Plasmemos en las primeras páginas de nuestro nuevo cuaderno 2015, que está en blanco, la semilla de un año lleno de progreso material y espiritual para nosotros como individuos y para nuestra Venezuela como país. Lo que escribamos ahí, y lo que codifiquemos ahí, solo dependerá de nosotros. Los invito a todos a codificar en estas primeras páginas del año 2015, la semilla del amor, de la tolerancia, del trabajo y del progreso. Los invito a imprimirle pasión a cada uno de los 364 días que tenemos por delante para cumplir nuestros sueños y los de nuestra Venezuela.

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2014: escasez material y espiritual

PEDRO BERNARDO CELIS |  EL UNIVERSAL
viernes 26 de diciembre de 2014  12:00 AM
Finalmente termina el año 2014. Año difícil para los venezolanos. Año signado por la escasez de productos y servicios, pero también por la escasez moral y espiritual de los venezolanos. Un año que se presumió en sus inicios como un año para el olvido, por ser un año no electoral, se convirtió en un año recordado por la carencia e intolerancia. El año comenzó con muerte. Salimos de la resaca de las fiestas de año nuevo con la noticia de una muerte más. Una muerte impactante por lo reconocido de su protagonista en todos los niveles de la sociedad. Muere el 6 de enero Mónica Spear. Una muerte inútil, que se convierte en una estadística más de la violencia que vivimos a diario. Su muerte nos recuerda que vivimos un toque de queda no declarado. Mueren aproximadamente 25 veces más venezolanos asesinados en Venezuela, que japoneses asesinados en Japón, aún cuando ellos tienen 4 veces más población. Sin embargo, a un año de este despertar violento, nada ha cambiado. El foco del régimen se mantiene férreamente en el control social. Distanciado totalmente de las propuestas serias para disminuir la criminalidad. Mejor tener personas preocupadas por su vida que reclamando sus derechos.

Con ese despertar de la resaca electoral, surgen los reclamos totalmente válidos de los estudiantes del Táchira por la violencia y criminalidad rampante en las universidades. La respuesta de intolerancia y escasez espiritual del régimen no se hace esperar. Comienza así la ola de represión más violenta que haya tenido el régimen en sus 15 años en el poder, extendiéndose de los Andes a todo el país. Más de un millar de valientes estudiantes fueron apresados. Pero también una seguidilla de alcaldes de oposición y otras personas fueron apresadas simplemente por respaldar a los estudiantes, pensar distinto o enfrentar al régimen con ideas revolucionarias. Unos seis meses de represión y de intolerancia nos dejaron heridas importantes, algunas de ellas muy difíciles de sanar. Tiempo perdido, vidas destruidas, muerte y un renovado impulso para la diáspora venezolana. Emblemático del 2014 es la persecución política a María Corina Machado y a Leopoldo López, que demuestra que más que nunca, los venezolanos no toleran a quienes piensan distinto.

Bajo este marco de represión, el sistema social venezolano continúa sufriendo los embates de la escasez material. El mal manejo de la economía nos deja sin insumos básicos para la vida cotidiana. Pero también nos deja sin los insumos y repuestos industriales necesarios para mantener la poca producción nacional de bienes y servicios. Ahora no es fácil conseguir ni siquiera una simple batería de carro. Los vehículos quedan meses parados por falta de repuestos. El patrón de escasez material se repite en todas las industrias. Es así que la salud se encuentra en estado terminal por falta de insumos, de infraestructura, y de gente dispuesta a estudiar la verdadera medicina por tres lochas. Los servicios de transporte aéreo han prácticamente desaparecido para el venezolano de a pie, que no puede pagar los dólares exigidos por las líneas aéreas para viajar al exterior.

Ya cerrando el año, el dólar paralelo, la inflación y la escasez persistente nos regalan un aroma de las penurias materiales que nos trae el venidero año 2015 para los venezolanos. Como buenos conquistadores romanos, los cubanos se preparan a abandonar a Venezuela. Comienzan a estrechar lazos con los Estados Unidos. Con ellos harán los negocios, pragmatismo norteamericano de por medio, que ya no podrán hacer con Venezuela. Ojalá el 2015 sea el año en que Cuba nos abandone a nuestro libre albedrío, y podamos retomar el camino del progreso sin la injerencia extranjera. Ojalá que la ola de violencia y la carencia material y espiritual que caracterizó al 2014 sea solo una señal de cambios positivos por venir y crecimiento espiritual para Venezuela.

Hace una semana, por este mismo medio, el padre Ugalde nos recordaba el significado de la llegada de Jesús a Belén, que celebramos ayer 25 de diciembre de 2014. S.J. Luis Ugalde dixit: "Hoy en Venezuela no es posible vivir la Navidad de verdad sin encontrarnos con los presos políticos y perseguidos y sin desearnos un año realmente nuevo. La descarada persecución contra María Corina y la cárcel atropellante y arbitraria de Leopoldo López, Enzo Scarano, David Ceballos y otros muchos, conocidos o anónimos, claman al cielo. Esa persecución no es compatible con la sincera celebración cristiana navideña, y no se encuentra con Jesús en Belén quien persigue, calumnia y priva de libertad a los que piensan distinto".

Nos haría bien a los venezolanos recordar en el 2015 el mensaje, no de simple tolerancia, sino de amor al prójimo, que nos dejó Jesús hace dos milenios. Desde esta tribuna de opinión, no resta más que desearles a todos un próspero año nuevo 2015, colmado de abundancia espiritual.

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