Razón del nombre del blog

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El por qué del título de este blog . Según Gregorio Magno, San Benito se encontraba cada año con su hermana Escolástica. Al caer la noche, volvía a su monasterio. Esta vez, su hermana insistió en que se quedara con ella,y él se negó. Ella oró con lágrimas, y Dios la escuchó. Se desató un aguacero tan violento que nadie pudo salir afuera. A regañadientes, Benito se quedó. Asi la mujer fue más poderosa que el varón, ya que, "Dios es amor" (1Juan 4,16),y pudo más porque amó más” (Lucas 7,47).San Benito y Santa Escolástica cenando en el momento que se da el milagro que narra el Papa Gregorio Magno. Fresco en el Monasterio "Santo Speco" en Subiaco" (Italia)

jueves, 15 de enero de 2015

El Papa Francisco: la libertad religiosa es un derecho humano fundamental

El Papa: la libertad religiosa es un derecho humano fundamental

Miércoles 8,30: (Sri Lanka). El Santo Padre canoniza a José Vaz, el primer santo de este paí­s, sacerdote ejemplar y misionero


Ciudad del Vaticano,  (Zenit.orgRocío Lancho García | 728 hits

El verdadero culto a Dios no lleva a la discriminación, al odio y la violencia, sino al respeto de la sacralidad de la vida, al respeto de la dignidad y la libertad de los demás, y al compromiso amoroso por todos. Así lo ha afirmado el santo padre Francisco, durante la homilía de la canonización de José Vaz, que ha tenido lugar esta mañana en Colombo y en la que nuevamente el Papa ha hablado de libertad religiosa y respeto de las distintas creencias. El Papa llegó este martes a Sri Lanka, en la primera etapa de su séptimo viaje internacional, que después le llevará a Filipinas.

El santo padre Francisco ha iniciado su segunda jornada en Sri Lanka con la misa para la canonización del beato José Vaz (1651-1711) primer santo de este país, que fue proclamado beato el 21 de enero de 1995 por el papa Juan Pablo II, en este mismo lugar. Esta mañana, el Papa ha dejado la nunciatura apostólica y se ha dirigido en coche hasta el Galle Face Green de Colombo. A pesar de ser un país de mayoría budista, allí esperaban miles de personas que han querido participar en esta celebración.
A su llegada, el Papa ha hecho un recorrido con el jeep descubierto entre los fieles, y ha sido saludado por el alcalde de Colombo, quien le ha entregado las llaves de la ciudad. Tras el rito de canonización, el Santo Padre ha hablado, durante la homilía, de la vida de este “gran misionero del Evangelio”, que “respondió al mandato del Señor resucitado de hacer discípulos de todas las naciones”.
Junto al mar, y muchos de ellos protegidos del sol con paraguas, los 500 mil fieles presentes han escuchado hablar al Papa en inglés al explicar que en José Vaz vemos “un estímulo para perseverar en el camino del Evangelio”, “crecer en santidad”, y “dar testimonio del mensaje evangélico de la reconciliación al que dedicó su vida”.
Sacerdote del Oratorio en su Goa natal, san José Vaz llegó a Sri Lanka “animado por el celo misionero y un gran amor por sus gentes”. Tal y como ha explicado el Papa, debido a la persecución religiosa, vestía como un mendigo y ejercía sus funciones sacerdotales en los encuentros secretos de los fieles. De este modo, ha asegurado, “sus desvelos dieron fuerza espiritual y moral a la atribulada población católica”. De forma especial, se entregó especialmente al servicio de los enfermos.
A continuación, el Santo Padre ha dado tres razones principales por las que san José Vaz sigue siendo modelo y maestro.
En primer lugar, fue un sacerdote ejemplar. Él nos enseña a salir a las periferias --ha indicado el Papa-- para que Jesucristo sea conocido y amado en todas partes. Además, san José Vaz es “un ejemplo de sufrimiento paciente a causa del Evangelio, de obediencia a los superiores, de solicitud amorosa para la Iglesia de Dios”.
En segundo lugar, “nos muestra la importancia de ir más allá de las divisiones religiosas en el servicio de la paz”. A propósito, el Pontífice ha asegurado que su amor indiviso a Dios lo abrió al amor del prójimo. Por eso ha asegurado que “su ejemplo sigue siendo hoy una fuente de inspiración para la Iglesia en Sri Lanka”, que sirve con agrado y generosidad a todos los miembros de la sociedad. “No hace distinción de raza, credo, tribu, condición social o religión, en el servicio que ofrece a través de sus escuelas, hospitales, clínicas, y muchas otras obras de caridad”, ha afirmado el Papa.  Lo único que pide a cambio --ha precisado-- es libertad para llevar a cabo su misión. Y así, el Santo Padre ha señalado que “la libertad religiosa es un derecho humano fundamental”. Al respecto, el Pontífice ha asegurado que toda persona debe ser libre, “para buscar la verdad, y para expresar abiertamente sus convicciones religiosas, libre de intimidaciones y coacciones externas”. Y ha añadido que “el verdadero culto a Dios no lleva a la discriminación, al odio y la violencia, sino al respeto de la sacralidad de la vida, al respeto de la dignidad y la libertad de los demás, y al compromiso amoroso por todos”.
Por último, el Papa ha señalado que el nuevo santo nos da un ejemplo de celo misionero. “A pesar de que llegó a Ceilán para ayudar y apoyar a la comunidad católica, en su caridad evangélica llegó a todos”, ha recordado. Así, Francisco ha indicado que san José Vaz “sabía cómo presentar la verdad y la belleza del Evangelio en un contexto multireligioso, con respeto, dedicación, perseverancia y humildad”. Por eso ha precisado que también hoy “estamos llamados a salir con el mismo celo”, pero también “con su sensibilidad, su respeto por los demás, su deseo de compartir con ellos esa palabra de gracia que tiene el poder de edificarles”.
Al concluir la homilía, el Papa ha pedido al Señor que los cristianos de este país, se mantengan firmes en la fe y contribuyan cada vez más a la paz, la justicia y la reconciliación en la sociedad de Sri Lanka.
La celebración eucarística, animada por música tradicional y de casi dos horas de duración, ha finalizado con unas palabras del cardenal Malcolm Ranjith, arzobispo de Colombo. De este modo, ha agradecido la presencia del Santo Padre y la canonización de José Vaz. Al final, ha entregado como regalo para la caridad del Papa 70.000 dólares, de parte de los fieles de Sri Lanka.

Homilí­a del Santo Padre en la canonización de José Vaz

El Papa canoniza al primer santo de este paí­s, beatificado en el mismo lugar por Juan Pablo II. 'Estamos llamados a salir con el mismo celo, el mismo ardor, pero también con su sensibilidad, su respeto por los demás'

Ciudad del Vaticano,  (Zenit.orgRedacción | 396 hits

El santo padre Francisco ha canonización en Sri Lanka a José Vaz, primer santo de este país, que fue beatificado por Juan Pablo II en 1995.
Estas son las palabras del Papa durante la homilía:
«Verán los confines de la tierra la salvación de nuestro Dios» (Is 52,10).
Ésta es la extraordinaria profecía que hemos escuchado en la primera lectura de hoy. Isaías anuncia la predicación del Evangelio de Jesucristo a todos los confines de la tierra. Esta profecía tiene un significado especial para nosotros al celebrar la canonización de un gran misionero del Evangelio, san José Vaz. Al igual que muchos misioneros en la historia de la Iglesia, él respondió al mandato del Señor resucitado de hacer discípulos de todas las naciones (cf. Mc 16,15). Con sus palabras, pero más aún, con el ejemplo de su vida, ha llevado al pueblo de este país a la fe que nos hace partícipes de «la herencia de los santos» (Hch 20,32).
En san José Vaz vemos un signo espléndido de la bondad y el amor de Dios para con el pueblo de Sri Lanka. Pero vemos también en él un estímulo para perseverar en el camino del Evangelio, para crecer en santidad, y para dar testimonio del mensaje evangélico de la reconciliación al que dedicó su vida.
Sacerdote del Oratorio en su Goa natal, san José Vaz llegó a este país animado por el celo misionero y un gran amor por sus gentes. Debido a la persecución religiosa, vestía como un mendigo y ejercía sus funciones sacerdotales en los encuentros secretos de los fieles, a menudo por la noche. Sus desvelos dieron fuerza espiritual y moral a la atribulada población católica. Se entregó especialmente al servicio de los enfermos y cuantos sufren. Su atención a los enfermos, durante una epidemia de viruela en Kandy, fue tan apreciada por el rey que se le permitió una mayor libertad de actuación. Desde Kandy pudo llegar a otras partes de la isla. Se desgastó en el trabajo misionero y murió, extenuado, a la edad de cincuenta y nueve años, venerado por su santidad.
San José Vaz sigue siendo un modelo y un maestro por muchas razones, pero me gustaría centrarme en tres. En primer lugar, fue un sacerdote ejemplar. Hoy aquí, hay muchos sacerdotes y religiosos, hombres y mujeres que, al igual que José Vaz, están consagrados al servicio de Dios y del prójimo. Os animo a encontrar en san José Vaz una guía segura. Él nos enseña a salir a las periferias, para que Jesucristo sea conocido y amado en todas partes. Él es también un ejemplo de sufrimiento paciente a causa del Evangelio, de obediencia a los superiores, de solicitud amorosa para la Iglesia de Dios (cf. Hch 20,28). Como nosotros, vivió en un período de transformación rápida y profunda; los católicos eran una minoría, y a menudo divididos entre sí; externamente sufrían hostilidad ocasional, incluso persecución. Sin embargo, y debido a que estaba constantemente unido al Señor crucificado en la oración, llegó a ser para todas las personas un icono viviente del amor misericordioso y reconciliador de Dios.
En segundo lugar, san José Vaz nos muestra la importancia de ir más allá de las divisiones religiosas en el servicio de la paz. Su amor indiviso a Dios lo abrió al amor del prójimo; sirvió a los necesitados, quienquiera que fueran y dondequiera que estuvieran. Su ejemplo sigue siendo hoy una fuente de inspiración para la Iglesia en Sri Lanka, que sirve con agrado y generosidad a todos los miembros de la sociedad. No hace distinción de raza, credo, tribu, condición social o religión, en el servicio que ofrece a través de sus escuelas, hospitales, clínicas, y muchas otras obras de caridad. Lo único que pide a cambio es libertad para llevar a cabo su misión. La libertad religiosa es un derecho humano fundamental. Toda persona debe ser libre, individualmente o en unión con otros, para buscar la verdad, y para expresar abiertamente sus convicciones religiosas, libre de intimidaciones y coacciones externas. Como la vida de san José Vaz nos enseña, el verdadero culto a Dios no lleva a la discriminación, al odio y la violencia, sino al respeto de la sacralidad de la vida, al respeto de la dignidad y la libertad de los demás, y al compromiso amoroso por todos.
Por último, san José Vaz nos da un ejemplo de celo misionero. A pesar de que llegó a Ceilán para ayudar y apoyar a la comunidad católica, en su caridad evangélica llegó a todos. Dejando atrás su hogar, su familia, la comodidad de su entorno familiar, respondió a la llamada a salir, a hablar de Cristo dondequiera que fuera. San José Vaz sabía cómo presentar la verdad y la belleza del Evangelio en un contexto multireligioso, con respeto, dedicación, perseverancia y humildad. Éste es también hoy el camino para los que siguen a Jesús. Estamos llamados a salir con el mismo celo, el mismo ardor, de san José Vaz, pero también con su sensibilidad, su respeto por los demás, su deseo de compartir con ellos esa palabra de gracia (cf. Hch 20,32), que tiene el poder de edificarles. Estamos llamados a ser discípulos misioneros.
Queridos hermanos y hermanas, pido al Señor que los cristianos de este país, siguiendo el ejemplo de san José Vaz, se mantengan firmes en la fe y contribuyan cada vez más a la paz, la justicia y la reconciliación en la sociedad de Sri Lanka. Esto es lo que el Señor quiere de vosotros. Esto es lo que san José Vaz os enseña. Esto es lo que la Iglesia necesita de vosotros. Os encomiendo a todos a la intercesión del nuevo santo, para que, en unión con la Iglesia extendida por todo el mundo, podáis cantar un canto nuevo al Señor y proclamar su gloria a todos los confines de la tierra. Porque grande es el Señor, y muy digno de alabanza (cf. Sal 96,1- 4). Amén.
Texto distribuido por la Sala de Prensa del Vaticano
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