Razón del nombre del blog

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El por qué del título de este blog . Según Gregorio Magno, San Benito se encontraba cada año con su hermana Escolástica. Al caer la noche, volvía a su monasterio. Esta vez, su hermana insistió en que se quedara con ella,y él se negó. Ella oró con lágrimas, y Dios la escuchó. Se desató un aguacero tan violento que nadie pudo salir afuera. A regañadientes, Benito se quedó. Asi la mujer fue más poderosa que el varón, ya que, "Dios es amor" (1Juan 4,16),y pudo más porque amó más” (Lucas 7,47).San Benito y Santa Escolástica cenando en el momento que se da el milagro que narra el Papa Gregorio Magno. Fresco en el Monasterio "Santo Speco" en Subiaco" (Italia)

lunes, 28 de septiembre de 2015

El papa Francisco dirigió este domingo por la tarde su último discurso en Estados Unidos ante el comité organizador, los voluntarios y los benefactores del Encuentro Mundial de las Familias 2015. A continuación publicamos el texto completo de su despedida en el aeropuerto de Filadelfia:

Despedida del Papa Francisco en aeropuerto internacional ... 

www.youtube.com/watch?v=LzkvQcp6e_Q
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El Papa Francisco dirigió su último discurso en Estados Unidos... Despedida del Papa Francisco en aeropuerto internacional deFiladelfia.
Discurso del Papa al comité organizador, los voluntarios y los benefactores del Encuentro Mundial de las Familias
En su último mensaje en Estados Unidos, Francisco asegura que esta tierra ha sido bendecida con grandes dones y oportunidades
Por Redacción
Madrid, 28 de septiembre de 2015 (ZENIT.org)
El papa Francisco dirigió este domingo por la tarde su último discurso en Estados Unidos ante el comité organizador, los voluntarios y los benefactores del Encuentro Mundial de las Familias 2015. A continuación publicamos el texto completo de su despedida en el aeropuerto de Filadelfia:
Sr. Vicepresidente, Distinguidas Autoridades, Hermanos Obispos, Queridos amigos:
Los días que he pasado con ustedes se me han hecho cortos. Pero han sido para mí días de mucha gracia y pido al Señor que también lo hayan sido para ustedes. Quiero que sepan que, ahora que me preparo para partir, lo hago con el corazón lleno de gratitud y esperanza.
Estoy muy agradecido a todos ustedes y también a todos los que se han empleado a fondo para hacer posible mi visita y preparar el Encuentro Mundial de las Familias. De manera particular, doy las gracias a la Arquidiócesis de Filadelfia, a las Autoridades Civiles, a los organizadores y a los muchos voluntarios y bienhechores que han colaborado de una u otra manera.
Gracias también a las familias que han compartido su testimonio durante el Encuentro. ¡No es nada fácil hablar abiertamente de la propia vida! Sin embargo, su sinceridad y humildad ante el Señor y ante cada uno de nosotros nos han hecho ver la belleza de la vida familiar en toda su riqueza y variedad. Pido al Señor que estos días de oración y reflexión sobre la importancia de la familia para una sociedad sana, animará a las familias a seguir esforzándose en el camino de la santidad y a ver a la Iglesia como su segura compañera de camino, independientemente de los desafíos que tengan que afrontar.
Al finalizar mi visita, quisiera también agradecer a todos los que han colaborado en la preparación de mi permanencia en las Arquidiócesis de Washington y Nueva York. Para mí fue especialmente emotivo la canonización de san Junípero Serra, que nos recuerda a todos nuestro llamado a ser discípulos misioneros. También lo fue la visita, junto a mis hermanos y hermanas de otras religiones, a la Zona Cero, lugar que nos habla con fuerza del misterio del mal. Sin embargo, tenemos la certeza de que el mal no tiene nunca la última palabra y de que, en el plan misericordioso de Dios, el amor y la paz triunfarán sobre todo.
Señor Vicepresidente, le pido que reitere al Presidente Obama y a los miembros del Congreso mi gratitud, junto con la seguridad de mis oraciones por el pueblo estadounidense. Esta tierra ha sido bendecida con grandes dones y oportunidades. Ruego al Señor para que ustedes sean administradores buenos y generosos de los recursos humanos y materiales que les han sido confiados.
Doy gracias al Señor porque me ha concedido ser testigo de la fe del Pueblo de Dios en este País, como ha quedado manifestado en nuestros momentos comunitarios de oración y se puede ver en tantas obras de caridad. Dice Jesús en las Escrituras: «En verdad les digo que cada vez que lo hicieron con uno de estos, mis hermanos más pequeños, conmigo lo hicieron» (Mt 24,40). Sus atenciones conmigo y su generosa acogida son signo de su amor y fidelidad a Jesús. Lo son también sus atenciones para con los pobres, los enfermos, los sintecho y los inmigrantes, su defensa de la vida en todas sus etapas y su preocupación por la familia. En todos estos casos se ve que Jesús está en medio de ustedes y que el cuidado de los unos por los otros es el cuidado con que tratan al mismo Jesús.
Ahora que los dejo, les pido a todos, especialmente a los voluntarios y bienhechores que han asistido al Encuentro Mundial de las Familias: No dejen que su entusiasmo por Jesús, por la Iglesia, por nuestras familias y por la familia más amplia de la sociedad se apague. Quiera Dios que estos días que hemos compartido produzcan frutos abundantes y permanentes; que la generosidad y el cuidado por los demás perduren. Y ya que nosotros hemos recibido mucho de Dios –dones concedidos gratuitamente, y no por nuestros méritos–, que también nosotros seamos capaces de dar gratuitamente a los demás.
Queridos amigos, los saludo a todos en el Señor y los encomiendo al cuidado maternal de María Inmaculada, Patrona de los Estados Unidos. Los tendré presentes en mis oraciones a ustedes y a sus familias, y les pido, por favor, que recen por mí. Que Dios los bendiga. ¡Que Dios bendiga a América!

La familia como misionera de la misericordia
Es el lugar donde con más fuerza se muestra la misericordia al mismo tiempo que se hace misión
Por Redacción
Madrid, 28 de septiembre de 2015 (ZENIT.org)
Por María del Rayo Avalos
En la familia, la actividad misionera es muy importante, empezando por los propios padres, de ellos dependerá que los hijos se conviertan en misioneros, ya que con sus propias palabras y acciones enseñaran a fortalecer su fe y a mostrarla, sobre todo con las acciones, no cualquier acción, sino con las de misericordia.
La misma familia es para otras familias muestra de fe. Los que ven a una familia unida siempre se preguntarán cómo hacen para vivir en unidad y otras cosas.
La referencia siempre serán las enseñanzas de los Santos Evangelios que escuchamos cuando acudimos a la Santa Misa los domingos, puesto queJesús nos dejó muchas parábolas en las que vamos aprendiendo a ser misericordiosos. Otra fuente de inspiración será la Santísima Virgen María y los santos.
En la vida diaria como familia podemos ir haciendo acciones que nos llevarán a tener siempre actitudes acorde con la misericordia, acciones que tendrán un efecto de salida, de estar en misión permanente.
Son acciones muy concretas desde que nos levantamos, como encomendarnos a Dios nada más abrir los ojos, ayudar en las tareas de la casa, también mostrar agradecimiento a nuestros padres, por medio de saludos. Y también a nuestros vecinos podemos saludarlos, que los que nos rodean vean en nosotros como algo que nos está cambiando, no esperemos que los demás nos entiendan, es algo que debemos ofrecerle al Señor y pedirle su fuerza para no desanimarnos en esta tarea como familia.
Ya en los principios de la Iglesia existían familias misioneras, como el matrimonio formado por Priscila y Aquila. (Hechos 18). Las acciones que mostremos como Iglesia doméstica que es la familia, será un signo para otras familias que se sienten alejadas de Dios y de su Iglesia.
Seamos misericordiosos entre nosotros y como familia mostremos esa misma misericordia a los demás, seamos familia misionera de la misericordia.

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