Razón del nombre del blog

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El por qué del título de este blog . Según Gregorio Magno, San Benito se encontraba cada año con su hermana Escolástica. Al caer la noche, volvía a su monasterio. Esta vez, su hermana insistió en que se quedara con ella,y él se negó. Ella oró con lágrimas, y Dios la escuchó. Se desató un aguacero tan violento que nadie pudo salir afuera. A regañadientes, Benito se quedó. Asi la mujer fue más poderosa que el varón, ya que, "Dios es amor" (1Juan 4,16),y pudo más porque amó más” (Lucas 7,47).San Benito y Santa Escolástica cenando en el momento que se da el milagro que narra el Papa Gregorio Magno. Fresco en el Monasterio "Santo Speco" en Subiaco" (Italia)

lunes, 21 de septiembre de 2015

El papa Francisco llegó este lunes a Holguín, uno de los centros más antiguos del cristianismo en Cuba y provincia natal de los hermanos Castro: una inmersión en la zona rural de la isla en la víspera de su partida a Estados Unidos.

El Che va a la misa

ROBERTO GIUSTI |  EL UNIVERSAL
martes 22 de septiembre de 2015  12:00 AM
El intenso y pegajoso aroma  se expandió entre los fieles más cercanos al altar, colocado en un extremo de la Plaza de la Revolución (72 mil metros cuadrados de cemento y hormigón,  destinados originalmente a servir de escenario para las ya lejanas en el tiempo  alocuciones de Fidel Castro) y el rostro de la efigie del Che Guevara, desde el otro extremo,  parecía aún más adusto que de costumbre al respirar los efluvios de aquella sustancia  que si bien no resultaba, precisamente, "el opio del pueblo", a sus ojos inmóviles representaba algo similar o incluso peor.

Al fin y al cabo el incienso ardiente que esparcía  el Papa Francisco, balanceando rítmicamente el braserillo metálico que lo contenía, formaba parte del ceremonial propio de una misa solemne, a la cual asistía en pleno un fervoroso Buró Político del Partido Comunista Cubano, a la cabeza de la cual,  ufano, con su impecable guayabera blanca, aparecía Raúl Castro, cuya conversión, confesa y pública ("si sigue así -Francisco- volveré a rezar y regreso a la Iglesia")  le provocaba náuseas a un Che, quien (ateo por convicción, por ideología) en medio de su obligada y perenne presencia en la gigantesca estructura, ahora generalmente vacía,  seguía prefiriendo el tedio de los discursos interminables de Fidel a las carantoñas de su hermano con el líder máximo de una institución que, a diferencia de otras, nunca pudieron liquidar.

Si bien el Partido Comunista  y la Constitución que habría de adoptar, consagraba el ateísmo y el materialismo, en 1992 abrió la puertas del partido a los creyentes y con los años comenzó a devolver los 80 templos que había confiscado en los primeros años de la revolución, cuando los católicos o fieles de otras confesiones eran perseguidos con la misma saña con la cual se trataba, por ejemplo,  a los homosexuales. Ya para los años 80 el régimen cubano había abierto vasos comunicantes con los curas de la Teología de la Liberación y por esa vía, en el intento de conciliar dos concepciones filosóficamente ubicadas en las antípodas, encontraban puntos de contacto a la hora de pregonar la justicia social y reivindicar a los oprimidos del mundo. Pero 25 años después, luego de dos visitas papales, llega la tercera y durante la misa, con sabor a piña colada y profusión de ritmos tropicales, el entorpecimiento a los intentos de los disidentes (incluidas las Damas de Blanco) por acercarse al Papa, un pontífice sutil, quizás demasiado, en contraste con su desenfado habitual,  le reclama al comunismo cubano, aquel que se vanagloriaba del avance social de la revolución y de la igualdad entre los cubanos, así como queriendo y no queriendo, la necesidad de defender y ponerse en la piel del "más frágil": "el servicio no es ideológico porque no se sirve a  las ideas sino a personas" o esta frase que ya resulta lugar común y no por eso menos cierto: "Quien no vive para servir, no sirve para vivir".

Claro, la gira apenas comienza, el huésped debe ser amable con su antiguo perseguidor quien, por su parte, sabe que Francisco, más allá de la dimensión espiritual y de su extrema sensibilidad social, es un político y en su caso un mediador, cuyo papel puede resultar decisivo a la hora de concretar los acuerdos con Estados Unidos, que es su próximo destino. Y esto, más allá del aroma pegajoso del incienso,  es lo que no dejar dormir a la efigie malhumorada y escandalizada (por lo que considera una traición) de la Plaza de la Revolución.

@rgiustia

Papa oficia misa en Holguín cuna de los hermanos Castro

El portavoz del Vaticano, el padre Federico Lombardi, confió la noche del domingo a los periodistas que la Santa Sede estableció contacto con algunos disidentes, pero que el encuentro no había podido concretarse.

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Francisco llega para dar una misa en la plaza Calixto García de Holguín

EL UNIVERSAL
lunes 21 de septiembre de 2015  10:08 AM
Holguín, Cuba.- El papa Francisco llegó este lunes a Holguín, uno de los centros más antiguos del cristianismo en Cuba y provincia natal de los hermanos Castro: una inmersión en la zona rural de la isla en la víspera de su partida a Estados Unidos. 

El avión del pontífice argentino aterrizó hacia las 9:15 de la mañana (hora local) en el aeropuerto de Holguín, donde fue recibido al pie de la escalerilla por el obispo local, Emilio Aranguren y el número dos del gobierno cubano, Miguel Díaz-Canel, mientras una muchedumbre gritaba "Francisco amigo, Holguín está contigo".

Holguín, en el noreste de la isla, es célebre en Cuba por su emblemática cruz de cinco metros construida en 1790 en lo alto de una colina. 

El papa rezará en ese sitio simbólico llamado "la Loma de la Cruz", y desde ahí bendecirá la cuarta ciudad del país, que acoge por primera vez a un pontífice.


La provincia agrícola de la que Holguín es capital es también la región en la que Cristóbal Colón desembarcó en 1492.

Fue en una bahía de Holguín donde supuestamente apareció, en 1612, la imagen de la Virgen de la Caridad, hoy patrona de Cuba, cuyo santuario se encuentra la vecina ciudad de Santiago.

Francisco celebrará en la mañana una misa al aire libre en la plaza de la Revolución Calixto García, donde se espera la asistencia de unas 150.000 personas, que desafiaron el sofocante calor del oriente cubano.

La plaza se llenó horas antes de la llegada del pontífice con peregrinos venidos de todo el oriente e incluso del centro de Cuba.

"Vinimos a verlo porque lo queremos mucho por todo lo que ha hecho por la paz y por Cuba", dijo Norales Mendoza, de 45 años, quien trabaja de "custodio" (vigilante) en Guantánamo, en el extremo oriental de la isla, desde donde viajaron cientos de fieles durante nueve horas en autobús hasta Holguín.

"Francisco es el misionero que ahora va para Estados Unidos y quiere unificar a los dos pueblos", declaró Carlos Berejano, de la pronvicia de Granma, vecina a Holguín.

El papa a continuación se dirigirá a Santiago de Cuba, el gran puerto del este, conocida en la épica revolucionaria cubana como la "ciudad heroica", porque Fidel Castro anunció allí públicamente el 1 de enero de 1959 el triunfo de la revolución.

El pontífice llega a Santiago por la tarde para reunirse con los obispos en el santuario de Nuestra Señora de la Caridad del Cobre, muy venerada incluso más allá de los católicos.

El Papa dejará el martes Santiago de Cuba después de una misa final en la Plaza de la Revolución, para dirigirse a Estados Unidos.

DOS CIUDADES EN UN DÍA

Visiblemente cansado, con el rostro enrojecido por efecto del calor húmedo, Francisco multiplicó el domingo en La Habana los encuentros con los fieles, los religiosos, los jóvenes, el presidente Raúl Castro y su hermano mayor, Fidel.

La reunión con el líder de la revolución, que condujo el país durante medio siglo (1959-2006), fue discreta, como la que sostuvo con él Benedicto XVI en 2012. Se trató de "un encuentro muy familiar, muy informal" sobre temas mundiales, en especial sobre medio ambiente.

El papa jesuita conversó con Fidel, quien fue a su vez alumno de jesuitas. Aunque estableció un gobierno ateo desde la proclamación de la revolución hasta 1992, el líder cubano se ha mostrado interesado por el enfoque de la Iglesia sobre los problemas globales.

Francisco le obsequió con varios libros religiosos, y Fidel le regaló a cambio un libro de entrevistas con el teólogo de la liberación brasileño Frei Betto, "Fidel y la religión".

Por la noche, con aspecto agotado, Francisco habló más brevemente que de costumbre con los jóvenes cubanos reunidos ante la catedral, animándolos a seguir "soñando" y a no perder "la cultura del encuentro", que une a las personas "a pesar de sus diferencias".

Previamente, ante los religiosos cubanos, con expresión seria e irritada, lanzó una acusación de una vehemencia particular contra una iglesia mundana y exaltó la pobreza y la misericordia. 


En su discurso, el papa subrayó que "el servicio" a los otros no debe ser "jamás ideológico", en lo que pareció una crítica velada al gobierno comunista.

Durante la misa, tres disidentes que habían intentado acercarse a él fueron detenidos por la policía.

Algunos sectores de la oposición se quejan de que la reconciliación entre el gobierno comunista y la Iglesia se hace a sus costas. Y critican que el papa, como ocurrió con Benedicto XVI antes, no accediera a reunirse con una delegación de disidentes.

El portavoz del Vaticano, el padre Federico Lombardi, confió la noche del domingo a los periodistas que la Santa Sede estableció contacto con algunos disidentes, pero que el encuentro no había podido concretarse.
9:30, Ciudad de Holguín: reciben al Papa con gran entusiasmo
Miles de personas le aguardan a los lados del trayecto que le lleva a la urbe
Por Redacción
Roma, 21 de septiembre de 2015 (ZENIT.org)
“En la losa del aeropuerto internacional Frank Pais, el obispo de Roma fue recibido por el primer vicepresidente cubano, Miguel Díaz-Canel, y Julio César Estupiñan, presidente de la Asamblea Provincial del Poder Popular (Gobierno) de Holguín, así como autoridades eclesiásticas locales”. Lo indicó hacia las 9,30 locales, la agencia gubernativa Prensa Latina.
A su llegada a Holguín, al aeropuerto internacional 'Frank Pais', el Santo Padre ha sido recibido por el obispo de la ciudad, Mons. Emilio Aranguren Echeverría.
En las imágenes llegadas en directo por televisión, se percibía una gran entusiasmo por parte de las miles de personas que le esperaban a ambos lados de la vía que une el aeropuerto Frank Pais con la ciudad, en un trayecto de unos 15 kilómetros, la cual fue transitada por Francisco en el papamóvil.
En la Plaza de la Revolución 'Calixto García Iñiguez', Francisco preside a las 10,30 la segunda misa de su viaje apostólico a Cuba, que inició el sábado por la tarde y concluye este martes en Santiago de Cuba.  
El Papa bendice la ciudad de Holguín
Desde la Loma de la Cruz, el Santo Padre se despide de esta localidad cubana y pone rumbo a Santiago de Cuba
Por Redacción
Ciudad del Vaticano, 21 de septiembre de 2015 (ZENIT.org)
El santo padre Francisco ha bendecido la ciudad de Holguín desde la La Loma de la Cruz, en su último acto en esta ciudad cubana. Este lugar, a una altura de 261 metros al norte de la localidad, está unida histórica, social y culturalmente a la ciudad. Este lugar ofrece una panorámica única de 360º de toda la isla de Cuba.
Al llegar el Papa, un grupo de niños cantaba el himno a la alegría y agitaban banderitaas del Vaticano y Cuba. Tras la bendición Francisco les felicitó porque “cantan muy bien” y les pidió que nos se olviden de rezar por él. A continuación lanzaron al aire globos de colores.
La cruz inicial fue colocada por fray Francisco Antonio de Alegría, prior franciscano de Holguín a finales del siglo XVIII.
Sin embargo, la cruz actual es de inicios de los años ‘90, al sustituir a la precedente que fue destruida por un rayo.
Para llegar a este lugar se puede subir una escalera de 458 peldaños, o en coche por una carretera panorámica. En la cima, además de la cruz, hay una torre de vigilancia militar llamada “Torre de Numancia” y construida durante la guerra (1868-1878).
Este lugar, es meta de la “peregrinación de la cruz”, visitas turísticas y cada año acoge el conocido Festival de Mayo.
Desde aquí, el Pontífice se dirige al aeropuerto y pone rumbo hacia Santiago de Cuba, ciudad donde concluirá su visita a la Isla.
Texto completo de la homilía del Papa en Holguín
Holguín, Cuba. El Papa recuerda que todos podemos decir, con san Mateo, 'yo también soy un pecador en el que Jesús puso su mirada'
Por Redacción
Ciudad del Vaticano, 21 de septiembre de 2015 (ZENIT.org)
Publicamos a continuación la homilía del Santo Padre en la misa celebrada en la Plaza de la Revolución de Holguín.

Celebramos la fiesta del apóstol y evangelista san Mateo. Celebramos la historia de una conversión. Él mismo, en su evangelio, nos cuenta cómo fue el encuentro que marcó su vida, él nos introduce en un «juego de miradas» que es capaz de transformar la historia.
Un día, como otro cualquiera, mientras estaba sentado a la mesa de la recaudación de los impuestos, Jesús pasaba y lo vio, se acercó y le dijo: «“Sígueme”. Y él, levantándose, lo siguió».
Jesús lo miró. Qué fuerza de amor tuvo la mirada de Jesús para movilizar a Mateo como lo hizo; qué fuerza han de haber tenido esos ojos para levantarlo. Sabemos que Mateo era un publicano, es decir, recaudaba impuestos de los judíos para dárselos a los romanos. Los publicanos eran mal vistos e incluso considerados pecadores, y por eso vivían apartados y despreciados por los demás. Con ellos no se podía comer, ni hablar, ni orar. Eran traidores para el pueblo: le sacaban a su gente para dárselo a otros. Los publicanos pertenecían a esta categoría social.
Y Jesús se detuvo, no pasó de largo precipitadamente, lo miró sin prisa, lo miró con paz. Lo miró con ojos de misericordia; lo miró como nadie lo había mirado antes. Y esta mirada abrió su corazón, lo hizo libre, lo sanó, le dio una esperanza, una nueva vida como a Zaqueo, a Bartimeo, a María Magdalena, a Pedro y también a cada uno de nosotros. Aunque no nos atrevamos a levantar los ojos al Señor, Él siempre nos mira primero. Es nuestra historia personal; al igual que muchos otros, cada uno de nosotros puede decir: yo también soy un pecador en el que Jesús puso su mirada. Lo invito que hoy en sus casas, o en la iglesia, cuando están tranquilos, solos, hagan un momento de silencio para recordar con gratitud y alegría aquellas circunstancias, aquel momento en que la mirada misericordiosa de Dios se posó en nuestra vida.
Su amor nos precede, su mirada se adelanta a nuestra necesidad. Él sabe ver más allá de las apariencias, más allá del pecado, más allá del fracaso o de la indignidad. Sabe ver más allá de la categoría social a la que podemos pertenecer. Más allá de todo eso, Él ve esa dignidad de hijo, que todos tenemos, tal vez ensuciada por el pecado, pero siempre presente en el fondo de nuestra alma. Es nuestra dignidad de hijos. Él ha venido precisamente a buscar a todos aquellos que se sienten indignos de Dios, indignos de los demás. Dejémonos mirar por Jesús, dejemos que su mirada recorra nuestras calles, dejemos que su mirada nos devuelva la alegría, la esperanza, el gozo de la vida.
Después de mirarlo con misericordia, el Señor le dijo a Mateo: «Sígueme». Y Mateo se levantó y lo siguió. Después de la mirada, la palabra. Tras el amor, la misión. Mateo ya no es el mismo; interiormente ha cambiado. El encuentro con Jesús, con su amor misericordioso, lo transformó. Y allá atrás quedó el banco de los impuestos, el dinero, su exclusión. Antes, él esperaba sentado para recaudar, para sacarle a otros, ahora con Jesús tiene que levantarse para dar, para entregar, para entregarse a los demás. Jesús lo miró y Mateo encontró la alegría en el servicio. Para Mateo, y para todo el que sintió la mirada de Jesús, sus conciudadanos no son aquellos a los que «se vive», se usa y se abusa. La mirada de Jesús genera una actividad misionera, de servicio, de entrega. Sus conciudadanos son aquellos a quien él sirve. Su amor cura nuestras miopías y nos estimula a mirar más allá, a no quedarnos en las apariencias o en lo políticamente correcto.
Jesús va delante, nos precede, abre el camino y nos invita a seguirlo. Nos invita a ir lentamente superando nuestros preconceptos, nuestras resistencias al cambio de los demás e incluso de nosotros mismos. Nos desafía día a día con la pregunta: ¿Crees? ¿Crees que es posible que un recaudador se transforme en servidor? ¿Crees que es posible que un traidor se vuelva un amigo? ¿Crees que es posible que el hijo de un carpintero sea el Hijo de Dios? Su mirada transforma nuestras miradas, su corazón transforma nuestro corazón. Dios es Padre que busca la salvación de todos sus hijos.
Dejémonos mirar por el Señor en la oración, en la Eucaristía, en la Confesión, en nuestros hermanos, especialmente en los que se sienten dejados, más solos. Y aprendamos a mirar como Él nos mira. Compartamos su ternura y su misericordia con los enfermos, los presos, los ancianos o las familias en dificultad. Una y otra vez somos llamados a aprender de Jesús que mira siempre lo más auténtico que vive en cada persona, que es precisamente la imagen de su Padre.
Sé con qué esfuerzo y sacrificio la Iglesia en Cuba trabaja para llevar a todos, aun en los sitios más apartados, la palabra y la presencia de Cristo. Una mención especial merecen las llamadas «casas de misión» que, ante la escasez de templos y de sacerdotes, permiten a tantas personas poder tener un espacio de oración, de escucha de la Palabra, de catequesis y vida de comunidad. Son pequeños signos de la presencia de Dios en nuestros barrios y una ayuda cotidiana para hacer vivas las palabras del apóstol Pablo: «Les ruego que anden como pide la vocación a la que han sido convocados. Sean siempre humildes y amables, sean comprensivos, sobrellevándose mutuamente con amor; esfuércense en mantener la unidad del Espíritu con el vínculo de la paz» (Ef 4,2).
Deseo dirigir ahora la mirada a la Virgen María, Virgen de la Caridad del Cobre, a quien Cuba acogió en sus brazos y le abrió sus puertas para siempre, y a Ella le pido que mantenga sobre todos y cada uno de los hijos de esta noble nación su mirada maternal y que esos «sus ojos misericordiosos» estén siempre atentos a cada uno de ustedes, sus hogares, familias, a las personas que puedan estar sintiendo que para ellos no hay lugar. Que Ella nos guarde a todos como cuidó a Jesús en su amor. Y que Ella nos enseñe a mirar a los demás como Jesús nos miró a cada uno de nosotros.

10.30: Misa en Holguín - Francisco: 'Las casas de misión', signos de la presencia de Dios en Cuba
El Papa presidió la segunda misa de su viaje apostólico en la fecha del apóstol San Mateo, sobre cuya conversión centró su homilía
Por Sergio Mora
Roma, 21 de septiembre de 2015 (ZENIT.org)
El santo padre Francisco presidió este lunes a las 10,30 local la santa misa, en la ciudad de Holguín, la cual le recibió con un visible entusiasmo.
En el altar ubicado en la Plaza de la Revolución 'Calixto García Iñíguez', el Papa ha presidido en la festividad de San Mateo, la segunda misa de las tres que celebrará en su viaje apostólico en la Isla.
El coro vestido con los colores de la bandera del país, entonó durante el evento música polifónica, y algunos jóvenes se dirigieron a los presentes recordando diversos particulares como “la Iglesia no es una organización caritativa, sino la familia de Jesús”.
El Papa, que usaba paramentos rojos, recordó que en la fiesta del apóstol y evangelista san Mateo “celebramos la historia de una conversión”.
“Jesús lo miró. Qué fuerza de amor tuvo la mirada de Jesús para movilizar a Mateo como lo hizo” dijo Francisco, “lo miró como nadie lo había mirado antes. Y esta mirada abrió su corazón, lo hizo libre, lo sanó, le dio una esperanza, una nueva vida”, y como “también a cada uno de nosotros”.
Y recordó que Mateo “esperaba sentado para recaudar, para sacarle a otros, ahora con Jesús tiene que levantarse para dar, para entregar, para entregarse a los demás”. Y así “nos invita a ir lentamente superando nuestros preconceptos, nuestras resistencias al cambio de los demás e incluso de nosotros mismos”.
A continuación, el Santo Padre se refirió al esfuerzo que la Iglesia realiza en Cuba, “para llevar a todos, aún en los sitios más apartados, la palabra y la presencia de Cristo". Y añadió que una mención especial "merecen las llamadas «casas de misión» que, ante la escasez de templos y de sacerdotes, permiten a tantas personas poder tener un espacio de oración, de escucha de la Palabra, de catequesis y vida de comunidad”.
Así precisó que las casas de misión “son pequeños signos de la presencia de Dios en nuestros barrios”. El Papa concluyó la misa dirigiéndose a la “la Virgen María, Virgen de la Caridad del Cobre, a quien Cuba acogió en sus brazos y le abrió sus puertas para siempre”, y le pidió “que mantenga sobre todos y cada uno de los hijos de esta noble nación su mirada maternal y que esos «sus ojos misericordiosos» estén siempre atentos a cada uno de ustedes, sus hogares, familias, a las personas que puedan estar sintiendo que para ellos no hay lugar”.
En Cuba la Iglesia no puede realizar acciones caritativas públicas, como tener hospitales o comedores, y las casas de misión son un medio para realizar la caridad de una manera tolerada, indicaron religiosos y sacerdotes que trabajaron allá. Lo hicieron al dar su testimonio durante la transmisión en directo del canal TV2000 en Italia.
Leer la homilía completa aquí

Papa elogia esfuerzos de la Iglesia en una Cuba con pocos templos y curas

La Plaza de la Revolución de Holguín se llenó horas antes de la llegada de Francisco con peregrinos venidos de todo el oriente e incluso del centro de Cuba.

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El papa Francisco saluda a los miembros de un coro a su llegada a la misa en Holguín (AFP)
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EL UNIVERSAL
lunes 21 de septiembre de 2015  10:56 AM
Holguín, Cuba.- El papa Francisco resaltó este lunes el "esfuerzo y sacrificio" de la Iglesia católica para llevar su mensaje a todos los rincones de Cuba, donde escasean los curas y los templos, en una misa campal en Holguín.

"Sé con qué esfuerzo y sacrificio la Iglesia en Cuba trabaja para llevar a todos, aun en los sitios más apartados, la presencia de Cristo", dijo el papa argentino ante la muchedumbre congregada en la Plaza de la Revolución Calixto García de Holguín, en la segunda misa de su visita a la isla
, destacó AFP.

"Una mención especial merecen las llamadas 'casas de misión', ante la escasez de templos y de sacerdotes, permiten a tantas personas poder tener su espacio de oración, de escucha de la Palabra (de Dios), de catequesis y de vida en comunidad", añadió el Pontífice en su homilía de la misa que ofició en la provincia natal de los hermanos Fidel y Raúl Castro.

Tras estar enfrentada al gobierno comunista tras la revolución de 1959, en los últimos años la Iglesia ha recuperado espacio en la sociedad cubana y se convirtió en interlocutor privilegiado del gobierno de Raúl Castro, quien sucedió a su hermano enfermo Fidel en 2006 y quien asistió a la misa.

Como parte del inédito diálogo que iniciaron en 2010 los obispos católicos y el presidente Raúl Castro, el Gobierno comenzó en 2013 a devolver a la Iglesia inmuebles nacionalizados hace medio siglo.

En esta isla de mestizaje y sincretismo religioso (cristianismo y cultos africanos), Fidel impuso el ateísmo en la constitución, pero en 1992 Cuba pasó a ser país laico y ya no hay discriminación contra los creyentes.

Sin embargo, todavía la mitad de los curas católicos son extranjeros en Cuba, aunque ahora son fluidas las relaciones entre el Estado y la Iglesia.

"Las autoridades del país conocen bien que la Iglesia no pide para sí, sino que solicita aquello que necesita para cumplir con la misión que Jesús le encomendó", dijo en la misa papal el obispo de Holguín, Emilio Aranguren.

"La Iglesia está convencida que el Evangelio puede hacer que cada cubano tenga un rostro más bondadoso y más humano, ya que la fe en Jesucristo alimenta la vivencia en la virtud", añadió Aranguren.


La misa coincidió con la festividad católica de San Mateo, uno de los cuatro evangelistas, lo que Francisco destacó como "la historia de una conversión" al cristianismo.

La Plaza de la Revolución de Holguín se llenó horas antes de la llegada de Francisco con peregrinos venidos de todo el oriente e incluso del centro de Cuba.

Francisco llegó a la plaza tras un recorrido de unos 14 kilómetros en 'papamóvil' desde el aeropuerto de Holguín, a donde llegó desde La Habana por la mañana.

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