Razón del nombre del blog

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El por qué del título de este blog . Según Gregorio Magno, San Benito se encontraba cada año con su hermana Escolástica. Al caer la noche, volvía a su monasterio. Esta vez, su hermana insistió en que se quedara con ella,y él se negó. Ella oró con lágrimas, y Dios la escuchó. Se desató un aguacero tan violento que nadie pudo salir afuera. A regañadientes, Benito se quedó. Asi la mujer fue más poderosa que el varón, ya que, "Dios es amor" (1Juan 4,16),y pudo más porque amó más” (Lucas 7,47).San Benito y Santa Escolástica cenando en el momento que se da el milagro que narra el Papa Gregorio Magno. Fresco en el Monasterio "Santo Speco" en Subiaco" (Italia)

sábado, 26 de septiembre de 2015

El Papa Francisco en Harlem y en la ONU...Nueva York

El Papa pide a las familias inmigrantes ‘no perder la esperanza en un mundo mejor’
El Santo Padre ha visitado una escuela en Harlem, y en su encuentro con los niños y las familias inmigrantes les ha invitado a seguir soñando                
Por Rocío Lancho García
Ciudad del Vaticano, 25 de septiembre de 2015 (ZENIT.org)
La escuela “Nuestra Señora Reina de los Ángeles” ha sido el lugar de acogida donde el Santo Padre se ha reunido con niños y familias de inmigrantes en Nueva York. El centro forma parte de un grupo de seis escuelas católicas situadas en los barrios desfavorecidos de Harlem y del sur del Bronx, que son financiadas y gestionadas por la fundación católica de caridad Partnership, en estrecha colaboración con la archidiócesis de Nueva York.
En la primera parte del encuentro, en una sala preparada con mesas y sillas para los niños, de forma completamente espontánea y natural, distintos grupos de escolares se iban presentando y mostrando algunos de sus trabajos, acompañados por sus profesores. Entre risas y emociones, se ha creado un clima de familiaridad y cercanía.
A continuación, el Santo Padre ha pasado al gimnasio, donde le esperaban más niños con sus familias. Un joven, en representación de un grupo procedente de centroamérica, le regaló un balón de fútbol y una camiseta y le hizo una pequeña demostración de sus habilidades futbolísticas. Dos hombres, que representaban a los trabajadores inmigrantes en Nueva York, le han entregado un casco de obra y una bolsa de herramientas. Y así poco a poco, otros presentes fueron dedicando unas palabras de cariño y agradecimiento a Francisco, mientras él paseaba entre el numeroso grupo de asistentes.
Tras el saludo del presidente de la fundación, el Papa ha dirigido unas palabras a los presentes.
En primer lugar dio gracias “por recibirme” y pidió perdón especialmente a los maestros “por «robarles» unos minutos de la lección”.
El Santo Padre ha señalado que una de las “lindas características de esta escuela es que algunos de sus alumnos vienen de otros lugares, inclusive de otros países”. Al mismo tiempo ha reconocido que “no siempre es fácil tener que trasladarse y encontrar una nueva casa, nuevos vecinos, amigos”. Así como puede ser cansado “aprender un nuevo idioma, adaptarse a una nueva cultura, un nuevo clima”.
También ha querido recordar lo bueno de esta experiencia, “encontramos nuevos amigos, encontramos personas que nos abren puertas y nos muestran su ternura, su amistad, su comprensión, y buscan ayudarnos para que no nos sintamos extraños”.
Por otro lado, el Papa ha reconocido “qué lindo que es poder sentir la escuela como una segunda casa”. De esta manera, ha asegurado, “la escuela se vuelve una gran familia para todos. En donde junto a nuestras madres, padres, abuelos, educadores, maestros y compañeros aprendemos a ayudarnos, a compartir lo bueno de cada uno, a dar lo mejor de nosotros, a trabajar en equipo y a perseverar en nuestras metas”.
Francisco también ha hablado a los niños y sus familias de Martin Luther King. “El soñó que muchos niños, muchas personas tuvieran igualdad de oportunidades. El soñó que muchos niños como ustedes tuvieran acceso a la educación”, ha explicado. Es hermoso --ha asegurado el Papa-- tener sueños y poder luchar por ellos.
Por ello, el Santo Padre ha subrayado que “hoy queremos seguir soñando” y “celebramos todas las oportunidades que, tanto a ustedes como a nosotros los grandes, nos permiten no perder la esperanza en un mundo mejor, con mayores posibilidades”. Sé --ha indicado-- que uno de los sueños de sus padres, de sus educadores, es que ustedes puedan crecer con alegría. “Siempre es muy bueno ver a un niño sonreír”, ha añadido.
El Pontífice ha recordado a los niños que “tienen derecho a soñar” y se ha alegrado de que “puedan encontrar en esta escuela, en sus amigos, en sus maestros, ese apoyo necesario para poder hacerlo”. Y donde hay sueños, donde hay alegría, ahí está siempre Jesús, “porque Jesús es alegría y quiere ayudarnos a que esa alegría permanezca todos los días”, ha asegurado.
Para finalizar, el Santo Padre ha puesto una tarea a los niños: rezar “por mí para que pueda compartir con muchos la alegría de Jesús” y “para que muchos puedan disfrutar de esta alegría como la que tienen ustedes”.
                    

Texto completo del discurso del Santo Padre con familias inmigrantes en Nueva York
El Papa se ha reunido en el colegio Nuestra Señora Reina de los Ángeles, en Harlem, con niños de barrios desfavorecidos y un grupo de familias inmigrantes a quienes ha invitado a contagiar la alegría a todas las personas que tienen cerca
Por Redacción
Ciudad del Vaticano, 25 de septiembre de 2015 (ZENIT.org)
 Publicamos a continuación el discurso completo del Santo Padre en el colegio Nuestra Señora Reina de los Ángeles con niños y familias inmigrantes de Nueva York.                           

Queridos hermanos y hermanas, buenas tardes.
Estoy contento de estar hoy aquí con ustedes junto a toda esta gran familia que los acompaña. Veo a sus maestros, educadores, padres y familiares. Gracias por recibirme y les pido perdón especialmente a los maestros por «robarles» unos minutos de la lección, de la clase. Están todos contentos ya sé.
Me han contado que una de las lindas características de esta escuela y de este trabajo es que algunos de sus alumnos, algunos de ustedes, vienen de otros lugares, y muchos de otros países. Y eso es bueno. Aunque sé que no siempre es fácil tener que trasladarse y encontrar una nueva casa, encontrar nuevos vecinos, amigos; no es fácil. Pero hay que empezar. Al principio puede ser algo cansador. Muchas veces aprender un nuevo idioma, adaptarse a una nueva cultura, un nuevo clima. Cuántas cosas tienen que aprender. No solo las tareas de la escuela sino tantas cosas, hasta jugar con la pelota ...                
Lo bueno es que también encontramos nuevos amigos, y esto es muy importante. Los nuevos amigos que encontramos. Encontramos personas que nos abren puertas y nos muestran su ternura, su amistad, su comprensión, y buscan ayudarnos para que no nos sintamos extraños, extranjeros. Todo el trabajo de gente que nos va ayudando para sentirnos en casa. Aunque a veces la imaginación se vuelve a nuestra patria, pero encontramos gente buena que nos ayuda a sentirnos en casa. Qué lindo que es poder sentir la escuela, los lugares de reunión, como una segunda casa. Y esto no sólo es importante para ustedes, sino para sus familias. De esta manera, la escuela se vuelve una gran familia para todos. En donde junto a nuestras madres, padres, abuelos, educadores, maestros y compañeros aprendemos a ayudarnos, a compartir lo bueno de cada uno, a dar lo mejor de nosotros, a trabajar en equipo, a jugar en equipo que es tan importante, y a perseverar en nuestras metas.
Bien cerquita de aquí hay una calle muy importante con el nombre de una persona que hizo mucho bien por los demás, y quiero recordarla con ustedes. Me refiero al Pastor Martin Luther King. Un día dijo: «Tengo un sueño». Y él soñó que muchos niños, muchas personas tuvieran igualdad de oportunidades. El soñó que muchos niños como ustedes tuvieran acceso a la educación. Él soñó que muchos hombres y mujeres como ustedes pudieran llevar la frente bien alta, con la dignidad de quien puede ganarse la vida. Es hermoso tener sueños y es hermoso poder luchar por los sueños. No se olviden.
Hoy queremos seguir soñando y celebramos todas las oportunidades que, tanto a ustedes como a nosotros los grandes, nos permiten no perder la esperanza en un mundo mejor y con mayores posibilidades. Y tantas personas que he saludado y que me han presentado, también sueñan con ustedes, sueñan con esto y por eso se involucran en este trabajo, se inlocran en la vida de ustedes para acompañarlos en este camino, todos soñamos. Sé que uno de los sueños de sus padres, de sus educadores, y de todos los que los ayudan, y también del cardenal Dolan ¿eh?, que es muy bueno, es que ustedes puedan crecer y vivir con alegría. Aquí se los ve sonrientes: sigan así, ayuden a contagiar la alegría a todas las personas que tienen cerca. No siempre es fácil, en todas las casas hay problemas, hay situaciones difíciles, hay enfermedades, pero no dejen de soñar con que puedan vivir con alegría.
Todos ustedes los que están acá, chicos y grandes, tienen derecho a soñar y me alegra mucho que puedan encontrar sea en la escuela, sea aquí, en sus amigos, en sus maestros, en todos los que se acercan a ayudar, ese apoyo necesario para poder hacerlo. Donde hay sueños, donde hay alegría, ahí siempre está Jesús. Siempre. En cambio, ¿quién es el que siembra tristeza, el que desconfianza, el que siembra envidia, el que siembra los malos deseos? ¿cómo se llama? ¡El diablo! El diablo. El diablo siempre siembra tristeza porque no nos quiere alegres, no nos quiere soñando.
Donde hay alegría está siempre Jesús porque alegría y quiere ayudarnos a que esa alegría permanezca todos los días.
Antes de irme quiero dejarles un homework, ¿puede ser? Es un pedido sencillo pero muy importante: no se olviden de rezar por mí para que yo pueda compartir con muchos la alegría de Jesús. Y recemos también para que muchos puedan disfrutar de esta alegría como la que tienen ustedes cuando se sienten acompañados, ayudados, aconsejados, aunque haya problemas pero está esa paz en el corazón de que Jesús nunca abandona.
Que Dios los bendiga a todos y cada uno de ustedes y la Virgen los proteja. Gracias
                 
            
        
Los alumnos de Nuestra Señora Reina de los Ángeles, en el este de Harlem, hablarán con Francisco sin guión
Una mirada al interior de la escuela católica que visitará el Papa. Los pequeños están listos para preguntarle cómo se las arregla para hacer todo lo que hace
Por Deborah Castellano Lubov
Nueva York, 25 de septiembre de 2015 (ZENIT.org)
Seis niños de la escuela Nuestra Señora Reina de los Ángeles, en el este de Harlem en Nueva York, hablarán con el papa Francisco y ya ¡no pueden esperar! ZENIT se ha anticipado a la etapa del Santo Padre, visitando ayer la escuela, que estaba en ebullición con los preparativos finales. La directora Joanne Walsh ha compartido con nosotros el "ansia" por el momento que cada vez está más cerca, insistiendo en el entusiasmo de los estudiantes, profesores y toda la comunidad escolar ante la llegada de Bergoglio.
En concreto, serán seis niños de tercer y cuarto grado los que darán la bienvenida al Sucesor de Pedro. Los mismos que ha manifestado a nuestra agencia todo su "amor" por Francisco. "¿Por qué?" "Porque él es tan humilde", responden, "él ama a todos" y "siempre ayuda a los pobres". "¿Con qué sentimientos estáis viviendo este momento tan especial tan cerca del Papa?", les preguntamos. Los alumnos revelan con candidez: "No quepo en mi piel"; "esta noche estaba demasiado excitado para poder dormir". En cambio, el más pequeño de ellos confiesa: "No, yo me he dormido".
La directora ha instado a los chicos a que compartan con nosotros por lo que van a pedir al Santo Padre que rece. Cada uno ha respondido contándonos su intención particular: "Por todos", dice un niño; "por la tierra", responde otro; "por los pobres y enfermos", "por mi mamá", "por mis abuelos", dicen los demás.
Durante la visita de esta tarde, le presentarán al Papa un "ramillete espiritual", es decir, una baraja de cartas en la que cada alumno ha escrito la promesa de una obra de caridad o de bondad que va a hacer en beneficio de su propia comunidad. Además, le ofrecerán una colección de oraciones, acompañadas de las fotografías de los alumnos del instituto y algunas "obras de arte" recogidas en un libro con la tapa dura.
El Pontífice también bendecirá los rosarios y las estampas creadas especialmente por los estudiantes para conmemorar este importante viaje a los Estados Unidos. Los rosarios incluyen una copia de la cruz pectoral usada por Francisco y después serán enmarcados y se expondrán en todas las escuelas de la Archidiócesis.
Por otra parte, ZENIT se ha reunido con el Dr. Timothy McNiff, superintendente de las escuelas católicas de Nueva York, quien ha expresado su alegría ya que el Papa "ha robado algo de tiempo a su itinerario para visitar nuestra escuela en el interior de la ciudad". Una "buena escuela católica", ha dicho. "Lo que el Papa se encontará", ha añadido, "es a niños por debajo de la línea de la pobreza... hijos de inmigrantes, que aun así son felices y están progresando maravillosamente en sus estudios y desarrollo espiritual".
Inicialmente, ha relatado McNiff, "tratamos de crear una especie de 'guión' para determinar todas las cosas que estos pequeños de tercer y cuarto grado le habrían dicho el Papa. Pero entonces pensamos: '¡Basta, ese no es el camino!' La espontaneidad será el mejor elemento en su conversación con el Papa". Y esta autenticidad ya se ha observado en las respuestas que los niños han dado al superintendente al preguntarles lo que van a decir al Santo Padre: "Uno me dijo: 'Quiero preguntarle cómo se puede hacer todo su trabajo con un solo pulmón'. Y otro: 'Encontrándome con usted, me convertiré en el héroe de mi barrio'".

Francisco en la Zona Cero: El amor vence a los profetas del odio
El Santo Padre preside en un encuentro interreligioso en el lugar del memorial de las víctimas del 11-S          
Por Rocío Lancho García
Ciudad del Vaticano, 25 de septiembre de 2015 (ZENIT.org)
El Memorial de la Zona Cero en Nueva York, “es un lugar donde lloramos, lloramos el dolor que genera sentir la impotencia frente a la injusticia, frente al fratricidio, frente a la incapacidad de solucionar nuestras diferencias dialogando”. Con estas palabras el santo padre Francisco ha definido este lugar que ha visitado hoy viernes. Tras su discurso a las Naciones Unidas, ha llegado al punto exacto donde se derrumbaron las Torres Gemelas tras el atentado terrorista. Allí  ha depositado una corona de flores cerca de la fuente sur y ha saludado individualmente a 20 familiares de los equipos de rescate muertos el 11 de septiembre de 2001.     
A continuación, acompañado por el cardenal de Nueva York, Timothy Dolan, ha entrado en el edificio del Memorial y ha participado en un encuentro interreligioso junto con otros 12 líderes de diversos credos.
El encuentro ha iniciado con una presentación del cardenal Dolan, con una reflexión del rabino y otra del imán de Nueva York, en la que han rechazado la violencia en nombre de Dios y han condenado el atentado que ahí tuvo lugar. Después, el Santo Padre ha recitado, en inglés, una oración por la paz. Para continuar con el acto, tras la lectura de 5 meditaciones sobre la paz --hindú, budista, sikh, cristiana, musulmana-- y la oración judía por los difuntos, el Pontífice ha pronunciado su discurso.
“Aquí el dolor es palpable”, ha asegurado el Papa. El agua que se ve correr hacia el centro vacío, “recuerda todas esas vidas que se fueron bajo el poder de aquellos que creen que la destrucción es la única forma de solucionar los conflictos”, ha observado.
Es --ha asegurado-- el grito silencioso de quienes sufrieron en su carne la lógica de la violencia, del odio, de la revancha. “Una lógica que lo único que puede producir es dolor, sufrimiento, destrucción, lágrimas”, ha advertido.
El agua cayendo, ha precisado, es símbolo también de nuestras lágrimas. “En este lugar lloramos la pérdida injusta y gratuita de inocentes por no poder encontrar soluciones en pos del bien común. Es agua que nos recuerda el llanto de ayer y el llanto de hoy”, ha reconocido.
Al mencionar a los familiares con quienes se reunió al principio del encuentro, el Santo Padre ha asegurado que “la destrucción nunca es impersonal, abstracta” sino que “tiene rostro e historia, es concreta, posee nombre”. Pero, también ha indicado que ellos le han sabido mostrar “la otra cara de este atentado, la otra cara de su dolor: la potencia del amor y del recuerdo”.
Y en medio del dolor lacerante, “podemos palpar la capacidad de bondad heroica de la que es capaz también el ser humano, la fuerza oculta a la que siempre debemos apelar”, ha exhortado.  
Asimismo, ha asegurado que “en una metrópoli que puede parecer impersonal, anónima, de grandes soledades, fueron capaces de mostrar la potente solidaridad de la mutua ayuda, del amor y del sacrificio personal”.
En ese momento --ha subrayado el Pontífice-- no era una cuestión de sangre, de origen, de barrio, de religión o de opción política; “era cuestión de solidaridad, de emergencia, de hermandad. Era cuestión de humanidad”.
A propósito, ha hecho referencia a los bomberos de Nueva York, que entraron en las torres “sin prestar tanta atención a la propia vida”. Su sacrificio --ha señalado-- permitió la vida de tantos otros. 
De este modo, el Papa ha afirmado que le llena de esperanza, en este lugar de dolor y de recuerdo, “la oportunidad de asociarme a los líderes que representan las muchas tradiciones religiosas que enriquecen la vida de esta gran ciudad”. Por ello, ha manifestado su deseo que que “nuestra presencia aquí sea un signo potente de nuestras ganas de compartir y reafirmar el deseo de ser fuerzas de reconciliación, fuerzas de paz y justicia en esta comunidad y a lo largo y ancho de nuestro mundo”. En las diferencias, en las discrepancias, --ha indicado-- es posible vivir en un mundo de paz. El Santo Padre ha surayado que “juntos hoy somos invitados a decir ‘no’ a todo intento uniformante y ‘sí’ a una diferencia aceptada y reconciliada”.
Francisco ha asegurado que “el bien siempre despertará sobre el mal, que la reconciliación y la unidad vencerá sobre el odio y la división”.
Finalmente, el Papa ha invitado a “hacer un momento de silencio y oración” y a pedir “al cielo el don de empeñarnos por la causa de la paz”. “Paz en nuestras casas, en nuestras familias, en nuestras escuelas, en nuestras comunidades. Paz en esos lugares donde la guerra parece no tener fin. Paz en esos rostros que lo único que han conocido ha sido el dolor. Paz en este mundo vasto que Dios nos lo ha dado como casa de todos y para todos. Tan solo, paz”, ha concluido.
De este modo, ha asegurado, “la vida de nuestros seres queridos no será una vida que quedará en el olvido, sino que se hará presente cada vez que luchemos por ser profetas de construcción, profetas de reconciliación, profetas de paz”.
Texto completo del discurso del Santo Padre en la Zona Cero
El Papa participa en un encuentro interreligioso e invita a decir ‘no’ a todo intento uniformante y ‘sí’ a una diferencia aceptada y reconciliada
Por Redacción
Ciudad del Vaticano, 25 de septiembre de 2015 (ZENIT.org)
Publicamos a continuación el discurso que el Santo Padre ha pronunciado en el encuentro interreligioso que se ha celebrado en el Memorial de la Zona Cero en Nueva York. 
Queridos amigos:
Distintos sentimientos, emociones, me genera estar en la Zona Cero donde miles de vidas
fueron arrebatadas en un acto insensato de destrucción. Aquí el dolor es palpable. El agua que vemos correr hacia ese centro vacío nos recuerda todas esas vidas que se fueron bajo el poder de aquellos que creen que la destrucción es la única forma de solucionar los conflictos. Es el grito silencioso de quienes sufrieron en su carne la lógica de la violencia, del odio, de la revancha. Una lógica que lo único que puede producir es dolor, sufrimiento, destrucción, lágrimas. El agua cayendo es símbolo también de nuestras lágrimas. Lágrimas por las destrucciones de ayer, que se unen a tantas destrucciones de hoy. Este es un lugar donde lloramos, lloramos el dolor que genera sentir la impotencia frente a la injusticia, frente al fratricidio, frente a la incapacidad de solucionar nuestras diferencias dialogando. En este lugar lloramos la pérdida injusta y gratuita de inocentes por no poder encontrar soluciones en pos del bien común. Es agua que nos recuerda el llanto de ayer y el llanto de hoy.                    
Hace unos minutos encontré a algunas de las familias de los primeros socorristas caídos en servicio. En el encuentro pude constatar una vez más cómo la destrucción nunca es impersonal, abstracta o de cosas; sino, por sobre todo, tiene rostro e historia, es concreta, posee nombres. En los familiares, se puede ver el rostro del dolor, un dolor que nos deja atónitos y grita al cielo.    Pero a su vez, ellos me han sabido mostrar la otra cara de este atentado, la otra cara de su dolor: la potencia del amor y del recuerdo. Un recuerdo que no nos deja vacíos. El nombre de tantos seres queridos están escritos aquí en lo que eran las bases de las torres, así los podemos ver, tocar y nunca olvidar.                    
Aquí, en medio del dolor lacerante, podemos palpar la capacidad de bondad heroica de la que es capaz también el ser humano, la fuerza oculta a la que siempre debemos apelar. En el momento de mayor dolor, sufrimiento, ustedes fueron testigos de los mayores actos de entrega y ayuda. Manos tendidas, vidas entregadas. En una metrópoli que puede parecer impersonal, anónima, de grandes soledades, fueron capaces de mostrar la potente solidaridad de la mutua ayuda, del amor y del sacrificio personal. En ese momento no era una cuestión de sangre, de origen, de barrio, de religión o de opción política; era cuestión de solidaridad, de emergencia, de hermandad. Era cuestión de humanidad. Los bomberos de Nueva York entraron en las torres que se estaban cayendo sin prestar tanta atención a la propia vida. Muchos cayeron en servicio y en su sacrificio permitieron la vida de tantos otros.
Este lugar de muerte se transforma también en un lugar de vida, de vidas salvadas, un canto que nos lleva a afirmar que la vida siempre está destinada a triunfar sobre los profetas de la destrucción, sobre la muerte, que el bien siempre despertará sobre el mal, que la reconciliación y la unidad vencerá sobre el odio y la división.
Me llena de esperanza, en este lugar de dolor y de recuerdo, la oportunidad de asociarme a los líderes que representan las muchas tradiciones religiosas que enriquecen la vida de esta gran ciudad. Espero que nuestra presencia aquí sea un signo potente de nuestras ganas de compartir y reafirmar el deseo de ser fuerzas de reconciliación, fuerzas de paz y justicia en esta comunidad y a lo largo y ancho de nuestro mundo. En las diferencias, en las discrepancias, es posible vivir en un mundo de paz. Frente a todo intento uniformizador es posible y necesario reunirnos desde las diferentes lenguas, culturas, religiones y alzar la voz a todo lo que quiera impedirlo. Juntos hoy somos invitados a decir «no» a todo intento uniformante y «sí» a una diferencia aceptada y reconciliada.
Para eso necesitamos desterrar de nosotros sentimientos de odio, de venganza, de rencor. Y sabemos que eso solo es posible como un don del cielo. Aquí, en este lugar de la memoria, cada uno a su manera, pero juntos, les propongo hacer un momento de silencio y oración. Pidamos al cielo el don de empeñarnos por la causa de la paz. Paz en nuestras casas, en nuestras familias, en nuestras escuelas, en nuestras comunidades. Paz en esos lugares donde la guerra parece no tener fin. Paz en esos rostros que lo único que han conocido ha sido el dolor. Paz en este mundo vasto que Dios nos lo ha dado como casa de todos y para todos. Tan solo, PAZ.
Así, la vida de nuestros seres queridos no será una vida que quedará en el olvido, sino que se hará presente cada vez que luchemos por ser profetas de construcción, profetas de reconciliación, profetas de paz.
Francisco a las Naciones Unidas indica las metas para la agenda del 2030
16:00 - En la Asamblea General, precisa que los objetivos son: "Vivienda propia, trabajo digno y remunerado, alimentación y agua potable; libertad religiosa y de educación"
Por Sergio Mora
Roma, 25 de septiembre de 2015 (ZENIT.org)
El Papa Francisco durante su viaje apostólico en Cuba y Estados Unidos --que concluirá con su participación en la Jornada Mundial de la Familia, en Filadelfia el próximo domingo 27-- visitó este viernes la sede de la Organización de las Naciones Unidas.
Allí, tras encontrar a los dirigentes, dedicó unas palabras a los funcionarios de los más variados orígenes, a quienes definió como 'un microcosmo que trabaja por la humanidad' y rezó delante de una corona de flores que recuerda a los funcionarios caídos cumpliendo su misión. Después, se dirigió al aula principal del Palacio de Vidrio. Allí abrió la 70ª Asamblea General de la ONU, en la que participan más de cien jefes de Estado. Recordó que es la quinta vez que un Papa visita las Naciones Unidas, después de Pablo VI en 1965, Juan Pablo II en 1979 y 1995 y Benedicto XVI, en 2008.
Importancia de la ONU
"Todos ellos no ahorraron expresiones de reconocimiento para la Organización, considerándola la respuesta jurídica y política adecuada al momento histórico", la cual festeja en estos días su 70ª aniversario" y que tiene "una historia de importantes éxitos comunes". Reconoció entretanto que si bien hay graves problemas no resueltos, "es evidente que, si hubiera faltado toda esa actividad internacional, la humanidad podría no haber sobrevivido al uso descontrolado de sus propias potencialidades".
Necesidad de una reforma
Por ello consideró el Pontífice que "la experiencia de estos 70 años, más allá de todo lo conseguido, muestra que la reforma y la adaptación a los tiempos es siempre necesaria", en particular "con efectiva capacidad ejecutiva, como es el caso del Consejo de Seguridad, los organismos financieros y los grupos o mecanismos especialmente creados para afrontar las crisis económicas. Esto ayudará a limitar todo tipo de abuso o usura sobre todo con los países en vías de desarrollo".

Destrucción del ambiente está relacionada con la cultura del descarte
"El abuso y la destrucción del ambiente --añadió el Papa-- van acompañados por un imparable proceso de exclusión", en el que "los más pobres son los que más sufren estos atentados por un triple grave motivo: son descartados por la sociedad, son al mismo tiempo obligados a vivir del descarte y deben sufrir injustamente las consecuencias del abuso del ambiente". O sea la «cultura del descarte».
Agenda 2030 para el desarrollo sostenible
El Pontífice deseó así que la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible en la Cumbre mundial que inicia hoy y la Conferencia de París sobre cambio climático, "logre acuerdos fundamentales y eficaces".
En particular teniendo en cuenta "la exclusión social y económica, con sus tristes consecuencias de trata de seres humanos, comercio de órganos y tejidos humanos, explotación sexual de niños y niñas, trabajo esclavo, incluyendo la prostitución, tráfico de drogas y de armas, terrorismo y crimen internacional organizado".
Consideró que el indicador más simple del cumplimiento de la nueva Agenda para el desarrollo será "el acceso efectivo, práctico e inmediato, para todos, a los bienes materiales y espirituales indispensables: vivienda propia, trabajo digno y debidamente remunerado, alimentación adecuada y agua potable; libertad religiosa, y más en general libertad del espíritu y educación. Y su fundamento común, que es el derecho a la vida".
Precisó que el indicador más simple del cumplimiento de la nueva Agenda para el desarrollo será el acceso efectivo, práctico e inmediato, para todos, a los bienes materiales y espirituales indispensables: vivienda propia, trabajo digno y debidamente remunerado, alimentación adecuada y agua potable; libertad religiosa, y más en general libertad del espíritu y educación. Y su fundamento común, que es el derecho a la vida".
Respetar el derecho a la educación
Entretanto, "el desarrollo humano integral y el pleno ejercicio de la dignidad humana no pueden ser impuestos" --advirtió el Papa-- y por ello es necesario reforzar "el derecho primario de las familias a educar, y el derecho de las Iglesias y de agrupaciones sociales a sostener y colaborar con las familias en la formación de sus hijas e hijos".
Crisis ecológica y reconocimiento de ley natural
El Santo Padre recordó también ante el plenario de la ONU, que "la crisis ecológica, junto con la destrucción de buena parte de la biodiversidad, puede poner en peligro la existencia misma de la especie humana". Y que la "defensa del ambiente y la lucha contra la exclusión exigen el reconocimiento de una ley moral inscrita en la propia naturaleza humana, que comprende la distinción natural entre hombre y mujer (cf. Laudato si’, 155), y el absoluto respeto de la vida en todas sus etapas y dimensiones (cf. ibíd., 123; 136).
Evitar las guerras, y volver eficaz la aplicación de normas
Invitó a continuar incansablemente con la tarea de evitar la guerra entre los pueblos. Si bien reconoció que la experiencia de los primeros 15 años del tercer milenio, "muestran tanto la eficacia de la plena aplicación de las normas internacionales como la ineficacia de su incumplimiento".
Citando el Preámbulo y el primer artículo de la Carta de las Naciones Unidas, el Pontífice pidió con énfasis, evitar la proliferación de las armas, especialmente las de destrucción masiva como pueden ser las nucleares”. Y elogió, sin mencionar a Irán, el reciente acuerdo en una región sensible de Asia y Oriente Medio.
Los cristianos y minorías perseguidas en Oriente Medio
A este punto el Pontífice recordó la dramática situación que viven los cristianos y minorías en Oriente Medio, el norte de África y otros países africanos, que son desplazados debido a su fe. Y que en cada situación de conflicto, "hay rostros concretos antes que intereses de parte" dijo.
Narcotráfico
El narcotráfico, fue indicado también por el papa Francisco, el cual por su propia dinámica va acompañado de la trata de personas, del lavado de activos, del tráfico de armas, de la explotación infantil y de otras formas de corrupción, y que esta última "pone en riesgo la credibilidad de nuestras instituciones".
Buscar el servicio común
Y pensando en las generaciones futuras invitó a los representantes de los Estados a dejar de lado intereses sectoriales e ideologías, y buscar sinceramente el servicio del bien común.
"Pido a Dios Todopoderoso --concluyó el Pontífice-- que así sea, y les aseguro mi apoyo, mi oración y el apoyo y las oraciones de todos los fieles de la Iglesia Católica, para que esta Institución, todos sus Estados miembros y cada uno de sus funcionarios, rinda siempre un servicio eficaz a la humanidad, un servicio respetuoso de la diversidad y que sepa potenciar, para el bien común, lo mejor de cada pueblo y de cada ciudadano".



Francisco a los funcionarios ONU: 'Sean como una familia unida que trabaja por la humanidad'
Recibido con aplausos y exclamaciones, el Santo Padre les anima a seguir adelante y reza ante una corona de flores que recuerda a los funcionarios caídos en misión
Por Sergio Mora
Roma, 25 de septiembre de 2015 (ZENIT.org)
El papa Francisco después de estar hoy con varias autoridades de las Naciones Unidas, tras su llegada a la sede ONU, se dirigió al piso 11 del Palacio de Vidrio, para saludar a los funcionarios que allí trabajan.
El secretario general, Ban Ki-Moon le dijo "bienvenido santo padre Francisco", y le agradeció por su guía espiritual de la humanidad. Le pidió también que bendiga a los funcionarios que trabajan día y noche por el bien de todos.
"En ocasión de mi visita a las Naciones Unidas tengo el agrado de saludarles, hombre y mujeres que son el esqueleto de esta organización", dijo el Pontífice y les agradeció "por todo lo que han hecho para preparar mi visita".
E hizo extensivos sus saludos "a los miembros de las propias familias y a quienes no pudieron venir". Les recordó a los funcionarios, que interactuaban con aplausos y exclamaciones, que sus esfuerzos vuelven posible muchas iniciativas culturales, económicas y políticas en favor de los pueblos que componen a la familia humana.
Por ello les agradeció a todos, desde quienes trabajan en el terreno hasta la dirección, pasando por los traductores, cocineros, miembros de la seguridad y todos.
Así, el Santo Padre recordó que el "modo en el que trabajamos expresa nuestra dignidad y el tipo de personas que somos". Y como personas que llegaron desde todas las naciones, los funcionarios ONU "son como un microcosmo del mundo al que tienen que servir".
El Papa latinoamericano les exhortó por ello a estar "cercanos los unos de los otros para que quienes trabajan aquí encarnen el ideal de esta organización como una familia humana que vive unida y en armonía". Una familia "que actúa no solamente por la justicia pero en un espíritu de justicia".
"Les bendigo a cada uno de ustedes de todo corazón y rezaré por ustedes y les pido que se acuerden de rezar por mí", les dijo. Añadió que "si alguien no es creyente, le pido que me desee buenas cosas. Que Dios les bendiga a todos".
En encuentro concluyó con una oración en silencio del Santo Padre, junto a una corona de flores amarillas que recordaba a los miembros de las Naciones Unidas caídos en servicio.
Francisco llegó a la ONU que izó la bandera de la Santa Sede
14,30 - Recibido por el Secretario General de la ONU tiene una reunión privada antes de inaugurar la 70 Asamblea General
Por Sergio Mora
Roma, 25 de septiembre de 2015 (ZENIT.org)
El santo padre Francisco ha llegado este viernes a la sede de las Naciones Unidas (ONU) en Nueva York, donde por primera vez estaba izada la bandera de la Santa Sede.
El Papa llegó en un fiat oscuro rodeada de camionetas de la seguridad, y fue recibido por el Secretario General Ban Ki-Moon. Después de las fotos de rito, dos niños, hijos de funcionarios de la ONU muertos en misiones internacionales, le entregaron un ramo de flores amarillas.
El Papa junto a Ban Ki-Moon se dirigieron al piso 38 del Palacio de Vidrio, donde mantuvieron una reunión junto a otros funcionarios de la ONU y personas de la Santa Sede, y durante el cual el papa Firmó el libro de visitas y se intercambiaron regalos.
El Santo Padre tuvo también un encuentro privado con el presidente de la 70 Asamblea General, el dinamarqués Mogens Lykketoft y consorte; y después con el presidente de la 69 Asamblea General, el ugandés Sam Kahamba Kutesa y consorte.
Se reunió también con el presidente del Consejo de Seguridad de la ONU, que en el mes de septiembre es Vitaly Churqkin de la Federación Rusa.
Desde el 2 de abril de 1964 la Santa Sede tiene una representación propia en la sede ONU de Nueva York, y cuenta con el estatus de Observador Permanente, con derecho de participación a los trabajos aunque sin derecho de voto activo o pasivo.
Como representante de la Santa Sede se encuentra un nuncio apostólico. La Santa Sede tiene además observadores permanente en instituciones especializadas, como FAO, FIDA, PAM, UNESCO, AIEA, ONUDI y OMT.
Los discursos programados para este viernes son dos, uno a los funcionarios de las Naciones Unidas y otro a los representantes de las Naciones. Son más de cien los jefes de Estado y Gobierno que participarán en la 70ª cumbre de la Asamblea General de la ONU, la cual será abierta por el Santo Padre con sus palabras.

Viaje del Papa a Estados Unidos - Programa del viernes 25
Hablará ante las Naciones Unidas, en Ground Zero Memorial, una escuela de inmigrantes en Harlem y concluye con la misa en Madison Square Garden
Por Redacción
Roma, 25 de septiembre de 2015 (ZENIT.org)
Viernes, 25 de septiembre
-- 8:30 Francisco pronuncia un discurso en la sede de las Naciones Unidas en Nueva York. (14:30 hora central europea)
-- 11:30 El Papa participa en un encuentro interreligioso en el Ground Zero Memorial.  (17:30 hora central europea)
-- 16:00 Francisco visita la escuela Nuestra Señora Reina de los Ángeles y se reúne con familias de inmigrantes en Harlem.  (22:00 hora central europea)
-- 18:00 Santa Misa en el Madison Square Garden.  (24:00 hora central europea)

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