Razón del nombre del blog

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El por qué del título de este blog . Según Gregorio Magno, San Benito se encontraba cada año con su hermana Escolástica. Al caer la noche, volvía a su monasterio. Esta vez, su hermana insistió en que se quedara con ella,y él se negó. Ella oró con lágrimas, y Dios la escuchó. Se desató un aguacero tan violento que nadie pudo salir afuera. A regañadientes, Benito se quedó. Asi la mujer fue más poderosa que el varón, ya que, "Dios es amor" (1Juan 4,16),y pudo más porque amó más” (Lucas 7,47).San Benito y Santa Escolástica cenando en el momento que se da el milagro que narra el Papa Gregorio Magno. Fresco en el Monasterio "Santo Speco" en Subiaco" (Italia)

domingo, 28 de julio de 2013

Encumbrado como el padre del surrealismo cinematográfico, este maestro de la provocación es considerado por muchos el gran cineasta español, aunque la mayor parte de su vida transcurriera al otro lado de los Pirineos y del Atlántico. Fue en México, su segunda patria, donde falleció el 29 de julio de 1983, hace ahora 30 años.

Treinta años desde el último suspiro de Buñuel

Encumbrado como el padre del surrealismo cinematográfico, este maestro de la provocación es considerado por muchos el gran cineasta español.

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Buñuel es difícil de olvidar

Buñuel, el ángel exterminador del cine convencional

En 1917 se instaló en la Residencia de Estudiantes, donde conocería a artistas como Salvador Dalí o Federico García Lorca, que serían sus grandes amigos y compañeros de primeros proyectos artísticos.

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Buñuel, Lorca y Dalí fueron representantes de una estética importante a principios de siglo XX
EL UNIVERSAL
sábado 27 de julio de 2013  
Madrid.- Arriesgado, extraordinario, desquiciado, rompedor... son algunos de los calificativos que definen el cine de Luis Buñuel, el realizador más español y más internacional, un genio reconocido, adorado e imitado, cuya muerte hace 30 años dejó un hueco imposible de llenar.

Considerado el padre del surrealismo en el cine y responsable de algunas de las imágenes más impactantes vistas en una pantalla, Luis Buñuel Portolés nació en Calanda (noreste de España) en 1900 y recibió una estricta educación jesuita que puso la semilla de una obsesión por la religión que se paseó por toda su filmografía.

En 1917 se instaló en la Residencia de Estudiantes, donde conocería a artistas como Salvador Dalí o Federico García Lorca, que serían sus grandes amigos y compañeros de primeros proyectos artísticos.

Se licenció en Filosofía y Letras en Madrid y se trasladó a París, donde se inscribió en la Academia de Cine y comenzó a trabajar como director artístico y crítico cinematográfico.

De toda esa experiencia saldría un guión escrito con Dalí para su primer corto, "El marista de la ballesta", que acabaría llamándose "Un chien andalou" (1929).

Pocos debuts en el cine han sido tan contundentes. Un corto que supone una de las cotas más altas del surrealismo y construido a partir de los sueños de Buñuel y Dalí.

Una explosiva mezcla de escenas con numerosas referencias a escritores de la época y que contiene una de las imágenes cinematográficas que más rechazo ha generado, la del ojo de una mujer rasgado por una navaja sostenida por la mano de Buñuel y que en realidad era el de una vaca, convenientemente depilado y maquillado.

Durante su estreno en Francia, Buñuel se mantuvo escondido tras la pantalla con piedras en los bolsillos, ante el miedo a ser atacado por los confundidos espectadores, lo que no le impidió mantener su estilo provocador en su siguiente película, "L'age d'or" ("La edad de oro", 1930).

Fue su primera crítica contra la Iglesia y provocó una fuerte reacción de grupos de la extrema derecha en Francia, donde fue prohibida, un castigo que no se levantó hasta 1981.

Con ese filme cerró su primera etapa francesa para rodar en España el tremendo documental "Las Hurdes" (1933), que el gobierno de la Segunda República prohibiría dada la pobre imagen que ofrecía del país.

Durante la Guerra Civil española se trasladó brevemente a París antes de exiliarse a Estados Unidos, donde trabajó en el MoMA de Nueva York para después ser contratado por la Warner como director de doblaje.

Y en 1946 recalaría en México, dando comienzo a su etapa profesional más fructífera con películas como "Él" (1953), su particular homenaje a director Alfred Hitchcock, y una versión de "Cumbres borrascosas" ambientada en el México del XIX titulada "Abismos de pasión" (1954).

Buñuel regresó a España a petición de Franco, y en ese periodo dirigió "Viridiana" (1961), protagonizado por Fernando Rey, Silvia Pinal y Francisco Rabal, a la que tuvo que cambiar el final por la censura, pero supo disfrazar la mayor parte de su "amoralidad", que pasó inadvertida hasta su estreno en Cannes, donde ganó la Palma de Oro.

Una profunda reflexión sobre la represión de la sexualidad y sobre la iglesia católica que constituye una de las cumbres formales del cine de Buñuel y que fue prohibida en España y denunciada con vehemencia por el Vaticano.

A continuación Buñuel rodó otra cima de su cine, "El ángel exterminador" (1962), una impresionante fábula sobre la que tuvo completo control creativo, una historia desasosegante de un grupo de gente que no podía abandonar una fiesta.

En 1972 llegó la obra por la que lograría su único Óscar: "Le charme discret de la burgeoisie", con la que se convirtió en el primer director español en recibir un Óscar de la Academia a la mejor película de habla no inglesa, aunque el galardón recayó en Francia, país productor de la cinta.

Volvió a repetir nominación en la misma categoría, esta vez por España, con "Cet obscur objet du desir" (1977), pero sin suerte. Y en ambas ocasiones optó al Óscar como mejor guionista junto a su inseparable Jean-Claude Carrière.

Fue su último trabajo, otro escándalo, protagonizado por Fernando Rey, su alter ego en la pantalla, acompañado por unas jovencísimas Carole Bouquet y Ángela Molina.

Moriría apenas cinco años después, el 29 de julio de 1983, en su querido México, dejando tras de sí una de las trayectorias más impactantes y transgresoras de la historia del cine.

Y es que Buñuel, que nació el 22 de febrero de 1900 en el pueblo aragonés de Calanda, estudió en un férreo colegio jesuita de Zaragoza, de donde fue expulsado al parecer por una borrachera. En 1917, gracias a la acomodada situación familiar, se trasladó a la famosa Residencia de Estudiantes de Madrid, donde se forjó su decisiva amistad con Federico García Lorca y Salvador Dalí.

En el Madrid de los cafés y las tertuilias literarias, el joven Buñuel conjugaba su vocación de escritor -publicó varios artículos para revistas como "Ultra" o "Alfar"- con su afición por el boxeo, hasta que en 1925 se instaló en París. Allí se empapó de las lecturas de Freud y el marqués de Sade y de la corriente surrealista que comenzaba a barrer la capital francesa.

La proyección de "Las tres luces" ("Der müde Tod"), de Fritz Lang, marcó un hito en su trayectoria, pues fue entonces cuando decidió que quería ser director de cine. Tras estudiar en una escuela de actores, consiguió trabajar como asistente de Jean Epstein y, después de convencer a su madre para que le prestara dinero, se embarcó en la dirección de su primera película, "Un chien andalou", con la colaboración de Dalí.

Aunque Lorca se sintió aludido por el título del cortometraje, Buñuel siempre afirmó que lo eligió porque no guardaba relación alguna con el filme. Tras 15 días de rodaje con los actores Simone Mareuil y Pierre Batcheff -ambos acabaron suicidándose tiempo después- esta historia inconexa que explora los mundos del inconsciente y el automatismo a base de imágenes oníricas imposibles y ecos wagnerianos se estrenó con gran éxito en París en 1929.

Con Dalí volvió a rodar la provocadora "La edad de Oro", pero la relación entre ambos comenzó a deteriorarse. Tras una breve estancia en Hollywood, regresó a la España de la Segunda República, donde rodó el documental "Las Hurdes" (1933) sobre la olvidada comarca extremeña y con el estallido de la Guerra Civil (1936-1939) supervisó la película propagandística "España leal en armas".

En 1946, previo paso por el Museo de Arte Moderno de Nueva York, se traslada a México, donde ya residía un notable grupo de intelectuales españoles exiliados. Ese año volvió a ponerse tras las cámaras con "Gran Casino", que fue un fracaso comercial, pero después llegarían "El gran calavera" y el drama social "Los olvidados", con el que en 1950 se coronó como mejor director de Cannes.

A su etapa mexicana pertenecen también "Robinson Crusoe", la personal "Él" o la comedia negra "Ensayo de un crimen", de nuevo un ataque contra la burguesía mexicana. Cannes volvió a premiarlo por adaptación de "Nazarín", inspirada en la novela homónima de su adorado Benito Pérez Galdós y la primera de las tres películas que rodó con el carismático actor Paco Rabal.

"El ángel exterminador" (1962), una drama surrealista que narra la autodestrucción de la clase burguesa, acabó convirtiéndose en una película de culto, igual que "Simón del desierto", con la que fue premiado en Venecia. Con ellas se cierra su etapa mexicana, tras el paréntesis que había supuesto su regreso a España en 1961 para dirigir "Viridiana".

Sexo, religión y la censura franquista se mezclan en este filme galdosiano considerado una de sus obras cumbres. "'Viridiana' es la película que continúa más estrechamente mi trayectoria de cineasta desde que rodé 'La edad de Oro'. De toda mi obra, estas dos películas son las que he dirigido con mayor libertad", afirmó una vez. Ganó la Palma de Oro en Cannes, pero en la puritana España no pudo proyectarse hasta 1977.

De vuelta a París, rechazó la oferta de Dalí para filmar una segunda parte de "Un perro andaluz" y convirtió a Catherine Deneuve en la deseada "Belle de Jour" (1966), con la que se llevó el León de Oro en Venecia. Y desde allí pasó a la Historia como el primer cineasta español que lograba el Oscar por "El discreto encanto de la burguesía" (1972), que no obstante fue para Francia.

La fuerza visual de su cine marcó a realizadores como Alfred Hitchcock, que rindió homenaje a la mariposa calavera de Buñuel en "Psycho", al igual que hizo Johnathan Demme en "The Silence of the Lambs". Pedro Almodóvar en "Carne trémula" y Álex de la Iglesia en "Crimen ferpecto" también reivindicaron a Buñuel incluyendo imágenes de "Ensayo de un crimen".

"Ese oscuro objeto de deseo" (1977), con Ángela Molina como su particular "virgen pagana", fue su última película. En 1982 publicó "Mi último suspiro", unas memorias en las que escribía: "Pese a mi odio a la información, me gustaría poder levantarme de entre los muertos cada diez años, llegarme hasta un quiosco y comprar varios periódicos (...) Regresaría al cementerio y leería los desastres del mundo antes de volverme a dormir, satisfecho, en el refugio tranquilizador de la tumba".

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